Una imagen de República Dominicana, cuando ocurrió el levantamiento popular en abril de 1965, reprimido con una invasión del imperialismo norteamericano. (Foto: victoriaoprimidos.wordpress.com/).
LA VIGENCIA DEL ANTIIMPERIALISMO
Por Luis Alfonso Mena S.
Comparar a un país cercado criminalmente por el imperialismo
norteamericano, como lo es la República Bolivariana de Venezuela, con el país
que destruye Álvaro Uribe (hoy con detención domiciliaria), es un despropósito.
Así esa comparación la hagan algunos dirigentes de la izquierda colombiana, con
total desenfoque.
El modelo económico de independencia frente a los monopolios
estadounidenses y las oligarquías internas en Venezuela desató el odio y toda
la ofensiva criminal del imperialismo norteamericano y de sus lacayos desde el
mismo momento en que asumió el gobierno el comandante Hugo Chávez.
(¿Recuerdan el golpe de Estado promovido por EE.UU., derrotado entre el
11 y el 13 de abril de 2002, contra el presidente Chávez y todas las agresiones
posteriores?).
Es la política de reacción criminal automática de los halcones de la Casa
Blanca contra todos los procesos independentistas en el mundo.
Lo han hecho a lo largo de toda la
historia. No es sino mirar hacia atrás. Los ejemplos pululan.
En consecuencia, el principal enemigo de los pueblos hoy, como ayer, es
el imperialismo norteamericano, al que obedecen sus lacayos internos, tipo
Duque, Guaidó y demás títeres.
Derrotar a las oligarquías internas pasa por enfrentar al imperialismo,
su amo y protector.
Lo demás es un cuento.
Todo proceso de cambio verdadero encontrará, automáticamente, la agresión
del imperialismo norteamericano, del cual muchos en la “izquierda” ya no
hablan, pero que sigue invadiendo y destruyendo pueblos.
Hoy, como ayer, los procesos revolucionarios deben saber que lo primero
es prepararse para esa agresión.
Bolivia es un ejemplo palpable y actual de lo que pasa cuando no se
entiende esa amenaza latente y se confía en el sistema jurídico y militar de la
burguesía.
Creer que Biden es diferente a Trump es otro desenfoque. Tanto
“republicanos” como “demócratas” son propulsores de las políticas imperialistas
de agresión, invasión y sometimiento económico, cultural y militar de los
pueblos que no se les arrodillan.
Por eso es tan importante la pluralidad en las relaciones internacionales
para romper con la dependencia de Estados Unidos y de las potencias
occidentales.
Por eso es tan importante la solidaridad internacionalista que tantos
aprendimos desde jóvenes, y que muchos jóvenes de hoy no valoran.
Creo, en suma, que el antiimperialismo, que algunos niegan y/o esconden,
está a la orden del día en la lucha del pueblo colombiano, a propósito de
cumplirse hoy el aniversario 201 de la Batalla de Boyacá, el 7 de agosto de
1819.
La primera independencia que comandó
nuestro Simón Bolívar contra el imperio español sigue esperando la segunda liberación,
la del yugo del imperialismo norteamericano y de sus secuaces apátridas.
Cali, Colombia, viernes 7 de agosto
de 2020.