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miércoles, 6 de enero de 2010

Entrevista. Hablan Wilson Arias y Alexander López

“El Alcalde de Cali no sólo ha reprimido la movilización social, sino que le ha dado un complemento consistente en la cooptación de la dirección del movimiento”, afirma Wilson Arias. “Ospina le apuesta a un modelo en el que lo más importante es construir una imagen y no atender las necesidades básicas insatisfechas de la población”, expresa Alexander López.

“El Polo se está decantando”

“El PDA tiene problemas, pero es al mismo tiempo un imán que vincula mucha gente, que se está decantando y que perfecciona tanto sus mecanismos como su ideario”, subraya el ex concejal Arias. “El Polo no debe agachar la cabeza porque habla con Chávez, con Correa o con Evo. Todo lo contrario: debemos insistir en la hermandad entre los países”, dice el senador López.

Por Luis Alfonso Mena S.
Reunidos en la sede del Sindicato de Profesores de la Universidad Santiago de Cali, el senador Alexander López Maya y el ex concejal Wilson Arias Castillo, líderes del Polo Democrático Alternativo, PDA, en el Valle del Cauca, dialogaron con ¡PERIODISMO LIBRE! sobre la coyuntura política y el rol de la izquierda en los gobiernos.

-- ¿Cuál es la caracterización que ustedes hacen del gobierno de Jorge Iván Ospina?
-- Alexander López:
Nos hemos encontrado hechos que desdicen no sólo de su plan de gobierno, sino de una orientación social y de consensos. El cierre de puestos de salud dice mucho de un gobernante que es médico. En materia educativa uno quisiera que su propuesta no se diseñara a partir nuevamente de sostener una cobertura con el sector privado que ha venido afectando la calidad y la prestación del servicio de la educación en Colombia, uno aspiraba a que el modelo que él planteó de educación pública plena se estuviese dando y, todo lo contrario, se mantiene el modelo mixto. Esos dos elementos son absolutamente dicientes. Segundo: la manera como ha tratado las protestas es acallándolas con la utilización de la Fuerza Pública y la agresión contra los ciudadanos. Eso desdice de una administración democrática.

-- ¿Cómo tipificaría la respuesta a la liquidación de Emsirva?
-- Alexander López:
La forma como ha intervenido en el tema de Emsirva, y posteriormente la propuesta de Emcali, sitúan a Ospina en una postura diferente a la que planteó en la oferta que hizo a la ciudad. El Alcalde se comprometió con la recuperación de las dos empresas publicas y después de una convocatoria para oponerse a la liquidación de Emsirva consintió en ella, y no solamente eso, sino que sacó adelante un acuerdo municipal que le mejoraron las condiciones a la Superintendencia, que le subsana todos los errores y toda la tragedia que le dejó a Cali. Allí le queda a Cali un déficit cercano a los $60.000 millones por esa liquidación de Emsirva, nos deja unos resultados desastrosos de 1.200 escobitas y recicladores expulsados de su actividad laboral y 340 trabajadores de planta que deambulan por las calles sin ninguna forma de sustento. Estamos hablando de 1.500 familias expulsadas con el aval posterior que le dio el Alcalde a este tema de Emsirva.

-- ¿Cómo se puede explicar lo ocurrido con Emcali?
-- Alexander López:
En campaña, Ospina suscribió con los trabajadores y la comunidad exigir la devolución de Emcali. Y él mismo cambia ese planteamiento y lidera en un acuerdo con los concejales y el presidente Uribe la venta del 49% de Telecomunicaciones, lo que compromete el futuro de Emcali y el de la ciudad. Es la decisión más grave que se han tomando en los últimos años, porque la única opción que tiene Cali de desarrollar un verdadero plan social de reinversión hacia los ciudadanos es Emcali como empresa pública. A estos temas se le suma toda su agenda de infraestructura que pasa por el tema vial, el de las 21 megaobras, con 1,4 billones de pesos que vamos a pagar los caleños. Con esto no contaba la ciudad, mucho menos la clase media que va ser la que soporte estos costos con pagos de entre cuatro y seis millones de pesos en los próximos cinco años por cada familia caleña. La Vía Bicentenario, que va a separar la ciudad en dos, entre los que tienen recursos para subirse a una vía rápida y los que tienen que seguir andando por los grandes huecos de la ciudad, demuestra que Ospina le apuesta a un modelo en el que lo más importante es construir una imagen o una opinión favorable y no atender las necesidades básicas insatisfechas de la población, desarrollar la ciudad en términos de infraestructura, en términos de privatizaciones.

-- ¿Cuál es la respuesta del movimiento popular caleño a esas decisiones del Alcalde?
-- Wilson Arias:
Bueno, ha habido un alza en la movilización social, no han pasado impunes las determinaciones de esta Administración. Así, por ejemplo, hubo una respuesta muy vigorosa de los recicladores al incumplimiento bastante prolongado de los acuerdos con anteriores administraciones y reeditado bajo ésta. Los recicladores hicieron una ocupación pacífica de La Ermita, un hecho que quedó en las retinas de los caleños como respuesta a ese incumplimiento. Ospina no solamente ha reprimido brutalmente la movilización social, sino que además le ha dado un complemento consistente en la cooptación de la dirección del movimiento. Líderes históricos de los recicladores habían ingresado meses antes a la administración de Ospina, quien aspiraba con ello contener la movilización ciudadana. Muy a pesar de ese tratamiento de zanahoria y garrote, de cooptación, represión y control policivo, se presenta una manifestación ciudadana. Eso es muy importante, pero la historia de los recicladores es reeditada por los escobitas, que también son violentados con la participación del Esmad.

-- ¿Cuáles fueron los principales actores de la protesta social caleña?
-- Wilson Arias:
Las principales manifestaciones han corrido por cuenta de determinados estratos y sectores que tienen vasos comunicantes muy poderosos. Después de la gran huelga de los corteros de la caña han seguido los negros siendo protagonistas de la movilización en Cali. Negros, indios y mujeres son una composición muy particular. Han sido estos sectores los que han chocado incluso con la Fuerza Pública. Desde recicladores y escobitas hasta operarios de Emsirva han estado en el centro de todo este proceso.

-- ¿En qué quedó la tan anunciada constituyente social que sonó como algo novedoso?
-- Wilson Arias:
La Administración de Ospina ha intentado en unos casos cooptar, pero en otros utilizar la sofistica y la demagogia. El tema de la participación ciudadana, por ejemplo, jugó en los primeros momentos con la idea de poner a votar corriente a la ciudadanía acerca de soluciones. Hoy ya nadie se acuerda de lo que era la “constituyente social”, un asunto muy importante dentro del discurso de la campaña electoral de Ospina y de los primeros meses, pero que cada vez aparece menos como instrumento participativo. Y ni qué hablar de presupuesto participativo para darle continuidad a todo ese discurso. Entonces las organizaciones sociales fueron, en un primer momento, seducidas, halagadas, vinculadas de manera instrumental a una presentación gubernamental que a la postre resultó ser solamente eso, cantos de sirena, mucho de sofística, mucho de demagogia, mucho intento de cooptación, pero a la hora de ‘nonas’ la gente ha tenido que salir a movilizarse, a reclamar por esos derechos conculcados, como lo vimos con una gran movilización el pasado 9 de octubre en rechazo al cobro abusivo de la contribución de Valorización de las llamadas 21 megaobras, lucha que ha congregado a líderes y pobladores de todos los estratos sociales, sin distingos políticos de ninguna clase.

-- Ospina hizo su campaña confrontando con la élite caleña. ¿Qué ocurre ahora?
-- Wilson Arias:
A parte de su relanzamiento con el movimiento social, absolutamente instrumental, aparece un discurso que vale la pena someter a escrutinio de los especialistas: hay una especie de mensaje anfibológico que le sirve para lo uno y lo otro, es decir la ‘chimotrufia’ se quedó pequeña: lo mismo que dice una cosa dice otra. El discurso de Ospina es tan ambivalente, tan sinuoso, que igual le sirve para hacerse a los aplausos de los sectores del establecimiento y del statu quo. Los anuncios más positivos suyos han resultado todos truncos o resueltos en sentido contrario. Por ejemplo, anunció la posibilidad de intervenir el precio de la tierra por vía normativa. Los hechos están demostrando que va en sentido exactamente contrario.

-- Han definido al Alcalde como incumplido y contradictorio. ¿Por qué?
-- Wilson Arias:
El Alcalde anunció que revertiría toda la política de ampliación de cobertura educativa, en marcha por la vía neoliberal, y a renglón seguido, incluso, prescindió del Secretario que al parecer daba pasos en ese sentido, para rehilar esa política odiosa. Ospina no sólo le dio continuidad sino que la amplificó. Ospina anuncia, por ejemplo, que no va a ir más con el proyecto de semaforización con la Siemens, porque hay hechos de corrupción, pero los anuncios le duran ocho días y termina prorrogando el contrato. Anuncia que no habrá más Sistema Unificado de Recaudos, Siur, con el sector privado, que se irá contra esa licitación y que, en todo caso, lo único que acepta es un Siur con empresas públicas, tipo Emcali, ETB o EPM, pero a la postre no es cierto, da lugar a la licitación y consuma ese proyecto de licitación. Ospina hace anuncios mil que son resueltos en sentido contrario y gracias a todas estas estrategias termina siendo el único alcalde que hace algo que no hizo ni el Partido Liberal ni el Partido Conservador, ni Apolinar, ni ninguna de las administraciones anteriores, que es la privatización de Emcali. Ospina es el mejor administrador de la crisis del capital y el mejor administrador de los hechos de corrupción de esta administración.

-- El alcalde del Polo en Bogotá promueve la “capitalización” de la Empresa de Teléfonos, que es privatizarla. Ospina, apoyado por un sector grande del PDA, inicia la privatización de Emcali. ¿Para quién gobierna la izquierda? ¿Cuando llega al poder es para facilitar los negocios a la élite o para defender lo público?
-- Alexander López:
Tenemos un Ideario de Unidad, una caracterización política sobre cómo serán nuestros gobiernos y eso opera tanto para Antonio Navarro en Nariño como para el Alcalde de Bogotá. Hay una discusión frente a la propuesta de capitalizar una parte de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, ETB. Esa decisión va en contravía del Ideario de Unidad y el PDA ya le ha hecho llamados de atención al alcalde Samuel Moreno a efectos de que suspenda esa decisión. Hemos planteado que cuando el Polo entre a gobernar o a asumir una Junta Comunal, una curul en cualquier concejo del país, en las asambleas departamentales o en el Congreso estas actuaciones deben ser regidas por el Ideario de Unidad, que contempla una forma distinta de hacer política. Saludamos el modelo de erradicación de la educación privada en Bogotá que adelanta Samuel, pero rechazamos el modelo de capitalización de la ETB.


LA DIVISIÓN EN EL POLO
-- ¿Cómo aplicar el modelo del PDA?
-- Alexander López:
El Polo debe oponerse a las privatizaciones, desarrollar modelos sociales de gobierno con amplia participación ciudadana, con un manejo ético de los recursos y responsabilidad en la lucha contra el modelo neoliberal que deja a miles de hombres y mujeres en la absoluta indigencia. Tenemos que cambiar las costumbres políticas. Por eso no nos pueden plantear que el gobierno de Ospina es del Polo o es un gobierno de izquierda. Somos corresponsables con lo que ocurre en Bogotá y es por eso que venimos reuniéndonos con el Alcalde y con el Gobernador de Nariño a efecto de dar aplicación a los compromisos hechos con el país, pero nada que ver con la administración de la crisis ni mucho menos en avanzar en los mismos modelos que han acabado con la democracia y con la política limpia.

-- Sin embargo, la experiencia va más allá del Polo. ¿Qué lecciones, por ejemplo, dejan los gobiernos de Angelino Garzón y Luis Eduardo Garzón?
-- Alexander López:
Luis Eduardo Garzón entendió que el Ideario de Unidad del Polo no era su escenario político, porque él le apuesta a una lógica de centro. Eso lo llevó irse del partido. Si un militante del partido no cumple con el Ideario de Unidad debe irse. El PDA tiene una propuesta distinta al bipartidismo, un proyecto revolucionario para reconstruir a Colombia. Por eso Luis Eduardo Garzón no está hoy en el PDA. De otro lado, yo creo que Angelino Garzón debería responder por sus propias actuaciones. Lo cierto es que no pueden seguir arropándose en el discurso de la izquierda democrática ni mucho menos en la estructura del Polo, porque el PDA es un partido ya consolidado y es un escenario que va a crecer cada vez más en la medida que como partido sigamos en el esfuerzo por acompañar al movimiento social, por mantener una política coherente sobre lo que queremos para Colombia, por no tener los mismos vicios de los partidos tradicionales o de los emergentes. En los escenarios que se plantean Luis Eduardo y Angelino Garzón el Polo ha sido contundente: no estuvimos de acuerdo en su momento con 20 años más de prórroga de explotación a la Sociedad Portuaria de Buenaventura; no estuvimos de acuerdo en expandir el monocultivo de la caña de azúcar que generaría el impacto ambiental, social y laboral que hoy están conociendo el país y el mundo a través de los corteros de caña y a través de la problemática hídrica en municipios del Valle que no tienen acceso al agua potable.

-- Pero hay un hecho evidente y es la división en el Polo Democrático...
-- Wilson Arias:
El Polo es la primera unidad de todas las izquierdas colombianas. Para poderse conformar de esa manera se elaboró el Ideario de Unidad, que tiene cierta amplitud que podría rayar en la laxitud. Entonces, llegaron al Polo muchas expresiones en un proceso de una gran amplitud, integradora de las izquierdas, y aún de izquierdas de partidos como el Liberal. Recuerdo, por ejemplo, que por esa época Roy Barreras decía que debía ingresar al Polo, pero al encontrarse el Ideario de Unidad y las reglas de juego que estábamos confeccionado llegó a la conclusión de que mejor era dar vuelo hacia al Partido Liberal, donde a la postre tampoco aterrizó, sino que lo hizo en Cambio Radical para después devenir en el Partido de la U y muy probablemente abandonará también esa orilla política en función de su particular interés. Si Barreras tuvo esa tentativa, imagínese usted cuáles otras figuras políticas no pretendieron utilizar un proyecto político nuevo, oxigenado con figuras tan prestantes, con la mejor bancada parlamentaria, con candidaturas como la del maestro Gaviria que llegó a ser la segunda votación en las pasadas elecciones, la primera fuerza de la oposición en el país por encima del Partido Liberal.

¿Cuál es la experiencia del Polo en el Valle?
Wilson Arias:
El Polo tiene problemas, pero es al mismo tiempo un imán que arrastra muchas personalidades, que vincula mucha gente, que se está decantando y perfeccionando tanto sus mecanismos como su ideario. Del mismo modo intenta aterrizar Angelino Garzón, pero tampoco llega. Finalmente termina en las huestes uribistas, porque la comprensión de la política por parte de Angelino se ha venido vinculando cada vez más estrechamente a ese tipo de proyectos. Es decir, hay un solo paso entre convertirse en administrador de la crisis de la oligarquía a ser funcionario directo. Angelino va en esa dirección. Ocurren también situaciones similares con Rosemberg Pabón, con Evert Bustamante. Ellos van dejando una estela de cuadros suyos atrás que tendrán que definir si finalmente quieren ser funcionales al régimen o terminan convenciéndose de un proyecto de izquierda.

-- ¿Y qué pasó con el Polo en Cali?
-- Wilson Arias:
No acepto que los concejales del Polo hoy en Cali digan que tienen dudas acerca de qué es lo que dice el Ideario de Unidad, no acepto la explicación de que se trata de diversas interpretaciones del mismo proyecto político. El establecimiento endereza unos esfuerzos deliberados con el fin de horadar el partido, de ganar algunos de sus sectores. Cuando se presentan alternativas reales de poder, el establecimiento jamás se ha quedado quieto. Históricamente, a los que no ha acabado a tiros, los acabó por la vía de la cooptación, por la vía del agravio o por la vía de la penetración. Me llama la atención que en la campaña interna del Polo de 2009 un movimiento como Podemos Cali, que recogió 50.000 firmas para llevar a Ospina a la Alcaldía, que desde el punto de vista jurídico es claramente diferente del Polo, que tiene grandes recursos económicos y de contratos y que, por la vía clientelar, ha acumulado un músculo muy fuerte, se hubiera dedicado a fijar pasacalles en favor de Gustavo Petro y a tumbar los carteles que poníamos para promover al maestro Carlos Gaviria. Cumplió una función muy activa para incidir en la suerte interna del Polo.

-- Ustedes participaron intensamente en la solidaridad con la huelga de los trabajadores de la caña en 2008. ¿Hubo un salto cualitativo en la protesta obrera?
-- Alexander López:
El conflicto que vivimos en 2008 demuestra que la única herramienta de los trabajadores en medio de la política esclavista del modelo neoliberal y de los empresarios es la huelga. Tomamos la decisión de estar del lado de los humildes. Cuando conocimos la forma como explotan a los corteros de caña no dudamos ni un instante en que allí había la necesidad de reclamar los derechos de cientos de trabajadores. El Gobierno tomó partido por los empresarios deslegitimando esta lucha, diciendo que estaba infiltrada por la insurgencia. Continuamos en las épocas del terratenientismo, se trata a los trabajadores como esclavos. En el caso de los corteros se logró un gran avance, no sólo por la denuncia nacional y mundial sino porque los trabajadores han entendido que la organización para exigir el respeto de sus derechos es el único mecanismo viable, porque el dialogo solicitado con los empresarios y el Gobierno jamás tuvo eco. La unidad de los trabajadores obliga al Polo a acompañarlos como un asunto propio. Eso es lo que el PDA debe hacer no sólo con los corteros de caña sino con la gran mayoría de trabajadores.


SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA

-- ¿Por qué la respuesta de la izquierda no fue lo contundente que se esperaba a la entrega de siete bases militares colombianas a tropas de EE.UU. por parte de Álvaro Uribe?
-- Wilson Arias:
Bueno, la voz más importante que desde el campo de la política se ha levantado contra las bases ha sido la del Polo. El Partido Liberal, fíjese usted, pese a que predica en este momento una conducta de oposición, ha terminado en este punto rodeando al Gobierno. Si hay algo que esté expresando el contenido reaccionario y amenazante de este gobierno, que se está convirtiendo en una especie de Israel de América Latina, va por cuenta de la ampliación de la presencia norteamericana. El 9 de septiembre tuvimos una movilización en el país contra la presencia de tropas extranjeras y contra la ampliación de las bases extranjeras en Colombia, Fue muy nutrida aunque no siempre suficientemente recogida por los medios de comunicación.

-- La respuesta de los gobiernos de izquierda de América Latina fue pronta y radical al asunto de las bases. ¿Por qué tan poco apoyo del Polo a esos gobiernos? ¿Se ha olvidado de la solidaridad internacionalista?
-- Alexander López:
La respuesta de los gobiernos latinoamericanos fue contundente, mucho más fuerte que la que debió darse en Colombia. Eso es una absoluta realidad. Las bases militares son un mecanismo de control directo hacia los gobiernos de izquierda. A quienes más afectan las bases militares es a la izquierda y a los movimientos sociales colombianos que van a verse duramente reprimidos. Cuando los gobiernos de Brasil, Chile, Uruguay manifiestan su rechazo a las bases se está viendo que este no es un tema meramente de Chávez y Correa. Desafortunadamente la respuesta de los movimientos sociales y de la izquierda ha sido opacada por los grandes medios de comunicación. El Polo se ha quedado muy corto en sus relaciones con los gobiernos socialistas, de izquierda, como el venezolano, el ecuatoriano, el de Lula o el de Kirchner. Pero hay una decisión de la Dirección Nacional de avanzar en estas relaciones. Si alguna izquierda en el mundo está en las peores condiciones para avanzar en la construcción del socialismo es la colombiana, por la violación a los derechos humanos imperante.

-- Pero lo que uno nota, con extrañeza, es que hay temor en la izquierda a ser solidaria con la revolución venezolana. ¿Ustedes qué piensan?
-- Wilson Arias:
Si, pareciera ser que el unanimismo imperante en algunos temas hace que varios actores políticos traten de soslayar temas o de referirse a ellos mediante eufemismos o sencillamente hacer política sobre la base de la negación, porque se hace política por lo que se dice, pero también por lo que se omite. Nosotros no somos el Partido Liberal, que endereza su política exterior en función de los intereses generales del establecimiento y de los sectores que le son afines históricamente. Somos un partido de izquierda que tiene algo qué decirle al país y al continente y normalmente ese algo no va por los grandes carriles de la información prediseñada desde los grandes editorialistas y desde el pensamiento del statu quo. Tenemos una voz propia, eventualmente tenemos matices con gobernantes de países de izquierda. Los tramitamos no como quisiera la burguesía, en una especie de barahúnda en los medios de comunicación. Hacemos las correspondientes invitaciones, para el caso muy particular de este periodo, a la hermandad.

-- ¿Cómo caracterizan al presidente Chávez?
-- Wilson Arias:
Es un gobierno revolucionario que ha optado por los pobres, que desarrolla los valores más importantes de la izquierda. Norberto Bobio habla de tres o cuatro características de la izquierda, de valores como la justicia social y el derecho a la igualdad. Planteamos la necesidad de que hay que acabar la iniquidad. Y si hay un país que esté intentando materializar estos ideales nítidamente de izquierda se llama Venezuela. Este es un gobierno que ha intentado convertir en riqueza social los recursos naturales históricamente distraídos en beneficio de unas elites odiosamente latifundistas, odiosamente oligárquicas. Hugo Chávez ha significado una ruptura, como el que más, en la historia reciente de América Latina. En Venezuela se consolida un modelo económico que es una experiencia digna de mirar por todas las izquierdas de América Latina.

-- Hoy Colombia es una ínsula política en Suramérica. ¿Está condenada la izquierda colombiana a ser también una ínsula, a quedarse rezagada del resto de la izquierda del continente que está llegando cada vez más a los gobiernos?
-- Alexander López:
La izquierda colombiana actúa en unas condiciones de las más desfavorables de las izquierdas del mundo, porque ha tenido que asumir su eliminación física y la persecución del Estado. La izquierda colombina no puede aislarse de los cambios latinoamericanos y mundiales. Debemos entender esos proyectos revolucionarios que se viven en el continente. El Polo no debe agachar la cabeza porque habla con Chávez, con Correa o con Evo. Todo lo contrario, debemos insistir en esa hermandad de los países y en el compromiso que han tenido esos tres gobiernos y otros, como el de la presidenta Kirchner, en que el Estado debe estar al servicio de los ciudadanos y no de un pequeño grupo que ha secuestrado el presente y el futuro de los pueblos. Si la izquierda colombiana no se acompaña de procesos como los que se dan en Latinoamérica o en Europa no tendremos opción política.

-- ¿Cómo recibió el electorado su retiro del Concejo para poder aspirar a la Cámara, cuando usted era el único opositor en el Cabildo a la privatización de Emcali?
-- Wilson Arias:
Lo ha recibido muy bien. A veces los sectores populares entienden más fácilmente el mensaje que ciertos analistas. Está claro que hemos hecho una muy fuerte oposición a las políticas privatizadoras, pero que no solamente la hacemos desde el Concejo de Cali, donde teníamos una sola de las 21 curules. Vamos a dotarnos de nuevos escenarios para la resistencia, para reversar los procesos privatizadores. Ha habido un abrazo que me enorgullece de los sectores populares.

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