Se me ha vuelto tan sagrado
Maniática de la escritura
Ésta es mi vida y mi pasión
He aprendido a través de las letras
A endulzar la amargura y a perdonar la traición
A inmortalizar la alegría
A colorear cualquier situación
Nada satisface tanto a mi alma
Como una breve descripción
Que sea exacta y que con palabras
Haga volar la imaginación
Nada hay tan dulce como una carta
Como un poema con frases de amor
Nada hay tan humano como un mensaje
Que facilite las expresiones del corazón
Adicta a los grafos, es un opio profundo
Escribir me cautiva, me atrae
En cada poema mis sueños fecundo
Los hago realidad, los vuelvo verdades
Libre me siento cuando escribo
Esta pasión jamás me condena
Es mi refugio ante el hastío
Es mi alegría, mi queja y mi pena
Maniática soy, podrán notarlo
Escribo a todo cuanto sale a mi paso
Y aunque quizás no lo hago bien
Es mi bastón y no voy a soltarlo
¡Escribir es mi opio… se me ha vuelto tan sagrado!
Soy poeta
Por Carolina Salgado (*)
Soy poeta
Por Carolina Salgado (*)
En el vaivén Presuroso del poeta
En su honroso paso
En sus impacientes letras
Va dejando un poco Del mal (o del bien) que le aqueja
Y prodigando mucho
De lo que le inquieta
Va marcando así
Entre un verso y otro
El dolor profundo
Que esconde su rostro
El sentimiento absurdo
Y a la vez hermoso
De un ser egoísta
Y también dadivoso
Cultivando palabras
Que al trinar silentes
Intentan descifrar
Lo que el alma siente
Germinando entonces
Entre el lápiz y el papel
La expresión sublime
Que encierra su ser
Y al finalizar su oda
Decadente y triste
Anhela vivir y a la vez morirse
Impulsado talvez
Por alguna presencia
Que lo hace aferrarse
A esta inicua tierra
Pero teniendo presente
Que morir seria
Lo que su laberinto desea:
¡Una salida!
De esta manera
El poeta camina
Incomprensible y mustio
Distante y sensible
Va por el mundo
Queriendo hacerse invisible
Mas su negro manto
No logra librarlo
Del profanar ligero
De los hombres vanos
Y su espada fina
Tampoco ha logrado
Romper el hilo
Que lo une al pasado
Y en lo más oscuro
De su ser olvidado
La hiel que produce
No ser amado
El poeta goza, es cierto,
Pero no ha experimentado
Esa estadía de gloria
De la que tanto se ha hablado
Ha pasado por ella,¡por supuesto!
Igual que ha reído ha llorado
Pero en su ruta
Jamás ha encontrado
Un albergue seguro
Ni el refugio buscado
Solo entre líneas
Va dejando plasmado
El poeta impaciente
Lo que el corazón le ha dictado
Lo que su mente anida
Lo que guarda en su alma
Lo que a alcanza a describir
De palabra en palabra
El poeta se encubre
En sus brillantes textos
Ilumina sus pasos
Con lo que va escribiendo
Pero lamentablemente
Sólo él puede, al leerlos,
Entender la esencia
Que se encierra en ellos
Y ver más a fondo
Lo que aún está inédito
Y saber a ciencia cierta
Cuál es el sentimiento
Sólo el poeta a pesar de la angustia
Realiza discursos
Con destreza y astucia
Así es su vida, confusa
Pero, en medio del mundo y su “cordura”
El poeta tiene el don
De escribir sin censura
De consultar en las noches
A su amiga la luna
De refugiarse en un libro
Ante alguna tortura…
… estoy frente al espejo y surge una pregunta:
¿Acaso soy poeta?
¡Qué locura!
(*) Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali, USC.
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