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sábado, 29 de octubre de 2011

Opinión. Diáspora

La revolución ecuatoriana está en marcha

Por José Julián Mena R. (*)
Desde Colombia es difícil tener una imagen real de nuestros vecinos suramericanos. La politización de los medios y, en muchos casos, el veto por parte de quienes ostentan el poder económico nos llevan a no entender ni siquiera nuestra realidad.

Nos hemos convertido en epígonos de los medios. Razón por la cual con premura nos apuntalamos sobre posturas enquistadas en esos medios de comunicación que inoculan nuestro entendimiento. Un ejemplo de ello es el programa La Noche, de Claudia Gurissati, que parece haber centrado su libreto en el desprestigio de las revoluciones suramericanas.


Y es que el lenguaje político que hablan nuestras hermanas repúblicas no es bien recibido por el imaginario social colombiano. La palabra “revolución” ha caminado de  mano de la violencia en Colombia. Sin embargo, está  impresa en la política de Estado en Ecuador y Venezuela, y eso no se digiere tan fácil. Desde oriente soplan aires de Revolución Bolivariana y desde el sur, de la Revolución Ciudadana.

Y, con todo este panorama de ideas, en meses pasados visité Ecuador. Con el temor de cualquier viajero que se dirige al sur, debido a las incursiones guerrilleras que sacuden el departamento del Cauca, me encaminé rumbo al puente de Rumichaca, no sin antes sortear la infinidad de huecos en la Carretera Panamericana que desde Timbío encontré hasta Pasto.

Ya en suelo ecuatoriano los carteles de “La revolución está en marcha” persuadían a la corroboración, la cual no se dejó esperar. Observar trabajadores en la vía se convertía en algo consuetudinario. La malla vial no daba oportunidad para pensar lo contrario: algo está pasando en Ecuador. Las carreteras ecuatorianas no tienen punto de comparación con las trochas colombianas, y eso que los peajes no superan los dos mil pesos (sí, ¡$2.000!) y el galón de gasolina, los dos mil ochocientos (sí, ¡$2.800!).

Otra prueba fehaciente son las 597 personas que a diario consiguieron empleo en los últimos doce meses, según informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos, Inec. De igual manera, la implementación de políticas en salud y educación que consideran el dinero dispuesto como una inversión social de alta rentabilidad económica, sin contar la reducción del índice de pobreza.

Definitivamente la palabra revolución se manifiesta en Ecuador como un verbo, como la acción del Gobierno en favor de su población.

El imaginario construido por los medios colombianos se fue desmoronando. Ecuador marcha a paso firme hacia el progreso, así lo dicen sus innumerables cifras que dejan de manifiesto el poder de una palabra tan grande como: “Revolución”.

Lo mejor será dejar de seguir buscando la paja en el ojo ajeno.

(*) Estudiante de Comunicación Social de la Usaca. jmenarivera2@gmail.com.

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