Carlos César Cerón, cuando hablaba con PARÉNTESIS sobre la situación en el departamento del Cauca. (Foto: Luis Alfonso Mena S.). |
“La locomotora minero-energética
agudizará la crisis
en el Cauca”
La problemática de las comunidades indígenas hoy en el
Cauca es sólo la punta del iceberg de todo el conflicto económico, social y
político del departamento, sostiene el geólogo Cerón Illera, dirigente político
de izquierda de la región, en diálogo con PARÉNTESIS. “Hay que ahondar sobre la
cuestión de la minería, que es un elemento que va a agudizar tremendamente la
crisis y va a hacer explotar ese iceberg que es el Cauca”, explica.
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Por Luis Alfonso Mena S. (*)
La crisis del
departamento del Cauca no sólo se enmarca en las atávicas desigualdades
derivadas de la posesión de la tierra, en la histórica desconexión de su
aristocracia liberal-conservadora respecto de las comunidades indígenas, a las
que siempre ha menospreciado, y en el crecimiento del tráfico de narco
cultivos.
También tiene
que ver con la explotación del subsuelo, con la pugna por la explotación de
metales preciosos, y en tal sentido la minería aparece como otro elemento de la
compleja encrucijada caucana, salida a flote a raíz de las luchas de las
comunidades del norte del departamento por el derecho a vivir en paz y por el
reconocimiento de sus conquistas ancestrales.
Ese fue el eje
del diálogo sostenido con el ingeniero geólogo de petróleos Carlos César Cerón
Illera, a quien encontramos en las deliberaciones del XXI Congreso del Partido
Comunista Colombiano recientemente concluidas en Bogotá, al que asistió habida
cuenta que desde hace años conjuga su actividad profesional con la lucha
política en su región.
Cerón Illera es máster en ciencias geológicas de la Universidad
Friendship de Moscú, Rusia, miembro de la Asociación Colombiana de Geólogos y
Geofísicos del Petróleo, con amplia experiencia en Colombia, Ecuador,
Venezuela, Guatemala y Rusia en exploración de petróleos. Es también profesor
universitario y traductor del ruso al español.
“El Estado en su
política de entrega a las transnacionales de las riquezas del subsuelo, con su
locomotora minero-energética, deja sin ningún control la cuestión ambiental,
permite arrasar con el aire, con la tierra, con las aguas, con el oro, que ya
está latente en los problemas de la actualidad”, revela el investigador en esta
entrevista con PARÉNTESIS.
--¿Cuál es el análisis que hace de la compleja
situación que existe en su departamento, el Cauca?
--Para poder
entender esa situación, que es bastante compleja y que es integral, partamos de
un supuesto, tratemos de dividir la región del Cauca por lo menos en los cuatro
puntos cardinales, como una especie de división socio-política donde va a haber
un nororiente que es concreto y que
ocupa las páginas de los diarios hoy en día por el problema que hay con los
indígenas, la confrontación con la Fuerzas
Militares del Estado, y lo plantearíamos como la punta del
iceberg que hay en el Cauca. Es una situación bastante compleja, que ya incluso
ha generado muertes de parte y parte. Tiene un trasfondo mucho más agudo y está
determinado desde el despojo de las tierras que han sufrido los indígenas
históricamente desde la Colonia, por la Iglesia, por los diferentes poderes que
han existido desde ese entonces y que llevaron a las luchas de Manuel Quintín
Lame Chantré en los años 20 y después con las llamadas repúblicas
independientes en Marquetalia, El Pato, Guayabero, Riochiquito, toda esa zona
que es otra época, pero en la que continúan el despojo de tierras y la lucha
por esas tierras más que todo arraigada en los indígenas, porque son los que
han sufrido constantemente el desalojo, la represión, la eliminación física de
los que se atreven a reclamar sus ancestrales territorios. Lo estamos viendo
reflejado en la situación de hoy, en la satanización del compañero Feliciano
Valencia por lo que está sucediendo allí.
Entonces ese
problema está también ligado con un asunto de producción que tiene que ver con
coca y amapola, que es general al departamento del Cauca, pero que en esta zona
también se refleja tremendamente. Si no hay atención del Estado, si no hay unos
medios que permitan a la gente tener un modus vivendi, pues se ha llegado a
esos cultivos como en todo el país, como en todo el Cauca en diferentes
escalas, como se ha dado en esta zona del nororiente. Es igualmente producto
del continuo ataque de las fuerzas del Estado por despojarlos de sus tierras
con la represión, ya que el Estado superficialmente trata de minimizar el
problema allá señalando a esos movimientos de reivindicación por tierras,
satanizándolos como cómplices o guerrilleros y con ese señalamiento pasa
inmediatamente a neutralizarlos, como dicen las fuerzas del Estado, lo cual
implica desde el encarcelamiento hasta la eliminación física.
--Usted habla de las cuatro áreas geopolíticas en el
Cauca. Entonces está primero el nororiente. Identifiquemos las otras.
--Lo del
nororiente es más complejo porque ahí está lo que es la presencia del Estado,
la represión militar del Estado que es también general en el Cauca. Está
también lo de la amapola, de los cultivos ilícitos, que es también general en
el Cauca. Hay otros elementos ahí, pero vamos a tocar lo que son las otras
partes del Cauca. Como decía, es la punta del iceberg, el cuerpo de ese iceberg
hay que buscarlo en las otras regiones y nosotros tenemos, por ejemplo, lo que
es la zona occidental, lo que es el
Pacífico, donde la problemática tiene que ver con la represión estatal,
tiene que ver con los cultivos ilícitos, pero la presencia indígena es menor.
--¿Qué fuerzas sociales se podrían identificar en esta
zona?
--Allá surgen en
primer plano las negritudes y un campesinado colonizador y, por lo tanto, la
problemática es otra, hay presencia de grupos armados como los hay en el
nororiente, pero aquí hay presencia también de bandas paramilitares que hacen
la situación más compleja en ese occidente hacia la costa Pacífica, que está
también reprimida por el Estado. Esa es una situación que tarde o temprano va a
reventar, porque tiene un problema grande que es el de la minería semi
mecanizada y semi industrial que, como está relacionada con la política estatal
de las locomotoras de la minería, entonces viene a desplazar y a satanizar
todas las minerías artesanales ancestrales. Hoy en día viene el Estado a
desalojarlas para aplicar sus políticas concretas de locomotora
minero-energética. Ahí hay un problema grave que está latente y tenido allí por
una represión militar.
--¿La tercera zona?
--Está lo que es
el sur del Cauca, como tomando otro punto de referencia, lo que es la Bota Caucana, la Media Bota Caucana y
la Baja Bota Caucana, donde además de coca, además de presencia de grupos
armados, además de la represión del Estado, viene otra praxis que es de
piedemonte andinoamazónico, donde hay unos grupos que se han dedicado también
desde mucho antes al saqueo de la flora y la fauna de la Amazonía y del pie de
monte llanero. También hay una presencia de coca tremenda, porque la ausencia
del Estado es total, no hay ni siquiera vías de acceso para viajar. Esa zona,
además de ser pulmón del mundo que ha sido predada años sobre años en cuanto a
lo que es fauna y flora, especialmente bosques, donde hay unos grupos fuertes
con intereses en eso que incluso llegan a la eliminación física de quienes se
opongan. El Estado ha tratado de entrar allí, pero igualmente lo hace con
represión, su herramienta es simplificar así: “El que no está con la
‘democracia’ es un guerrillero”. Allí se han dado eliminaciones físicas en la
mitad de la población. Por ejemplo, en el corregimiento de Miraflores, el
municipio de Piamonte, donde los problemas son de otro tipo, pero hacen también
parte de la problemática del Cauca. Eso tarde que temprano va a reventar, eso
se mantiene bajo presión por las Fuerzas Militares, pero al igual que con los
indígenas llega un momento en que revienta en las regiones del Pacífico y en
las regiones del sur.
--¿Y en el oriente del Cauca?
--Esta la zona
oriental donde hay problemas también de coca, presencia de grupos armados,
represión del Estado que es general a las demás regiones, pero con su
particularidad. Por eso hemos tratado de hacer una división subjetiva en cuanto
a regiones para tratar de dar esas particularidades que definen esas zonas y
aquí está, por ejemplo, lo que es en cuanto a tierra, donde se dan conflictos
entre campesino e indígenas por ellas, donde se llega al enfrentamiento físico
en la zona oriental. En las zonas oriental y nororiental hay problemas entre
negritudes, campesinado e indígenas en donde hay unas tierras que el Estado
fomenta, es una forma también de dividir esas comunidades y enfrentarlas.
Además de lo que ya hemos hablado de la presencia paramilitar en todo el Cauca,
de la presencia militar represiva, de los cultivos de coca y amapola, de la
cuestión de la tierra, aquí el enfrentamiento está por la tierra entre estos
tres grupos étnicos en la zona oriental
y parte del norte, ese es el cuerpo de iceberg. Esto es solamente un
planteamiento básico que sirve para trabajar, discutir, analizar y tratar de
encontrar una solución a ese conflicto social que en los eventos que se están
desarrollando entre Ejército e indígenas es mucho más de fondo.
--¿Cuál cree usted que son las salidas que deben
proponer las organizaciones sociales y políticas para esta problemática tan
compleja?
--Indiscutiblemente
es una unidad de acción, eso implica una unidad de intereses generales de los
elementos en conflicto del lado de lo que es indígenas, campesinos, negritudes,
de los habitantes del departamento del Cauca en sus diferentes tonalidades. Esa
unidad de acción se debe dar en función de una comunidad de intereses, de una
definición de cuáles son sus prioridades como sociedad, de sus reales objetivos
sociales. Eso implica la organización política, este es un conflicto político
que implica cuestiones sociales y que viene dado de raíces económicas. Habría
que ahondar más sobre la cuestión de la minería, por ejemplo, que es un
elemento que va a agudizar tremendamente esa crisis, que va a hacer explotar
ese iceberg que es el departamento del Cauca y de la que no se está hablando
ahora, pues se habla del conflicto concreto de Miranda y Toribio.
--¿Cómo incide el fenómeno de la minería en la
problemática del Cauca?
--Esto viene a
hacer más aguada la crisis en el Cauca, la crisis socio-económica y política
porque el Estado en su política de entrega a las transnacionales de las
riquezas del subsuelo --que es un dictamen de afuera que, traducido a lo
nacional, lo llama el actual Gobierno como su estrategias de locomotora
minero-energética para supuestamente lograr una prosperidad económica en toda
la población--, es una falacia, porque realmente eso es la entrega
incondicional de las riquezas a las transnacionales sin ningún control en la
cuestión ambiental, es arrasar, es acabar, tiene que ver con el aire, con la
tierra, con las aguas, en lo que es la minería, tiene que ver con el oro, que
ya está latente en los problemas de la actualidad.
--¿Podrimos decir que en el Cauca, además del fenómeno
de las tierras y del fenómeno de narcotráfico, que cruzan transversalmente
estos escenarios, aparece el de la minería como trasfondo del fenómeno?
--Correcto, es
un elemento estructurado desde el anterior Gobierno de Uribe, perfeccionado por
el Gobierno actual, que pretende estigmatizar lo que es la minería artesanal
tradicional de mediano alcance como la responsable del deterioro ambiental.
Entonces el Estado pretende desalojar a los mineros de ahí declarándolos como
el real problema del Cauca para él poder tomar y entregar eso a las
transnacionales en megaescalas, que no solamente van a saquear sino a destruir
el medio ambiente en su complejidad aire, tierra, aguas internas. Cuando yo
hablo de minería, un ejemplo muy concreto es la Anglo Gold Ashanti, que tiene
entre el 60% y el 80% del departamento del Cauca concesionado por el Estado y
se están adelantando ya estudios avanzados desde hace seis años para exploración
en minería, especialmente para oro y cobre, pero resulta que desde la geología
el oro siempre viene acompañado con platino, con plata y otros metales. Esto no
ocurre solamente en el Cauca, esto no es nuevo, esto es en todo el mundo, las
transnacionales se reparten esa riqueza en África, en toda Latinoamérica existe
este problema de la expoliación de las riquezas naturales entregadas por los
gobiernos. Ellos tienen que satanizar la minería artesanal, tienen que
desalojar a los mineros artesanales y eso lleva a una represión, a una
eliminación física que es el siguiente elemento de crisis social en el
departamento del Cauca, parte de este iceberg del que estamos hablando.
--¿Y qué pasa con el petróleo y su prospección en el
Cauca?
--En la Baja
Bota Caucana existe desde hace 30 años la expoliación y el saqueo de la riqueza
petrolera poquita que hay en el Cauca por una transnacional que antes se
llamaba Argos Energy International y que hoy en día se llama Gran Tierra
Energy. En cuanto a la prospección, se ha incentivado, pero viene precedida de
una explotación en esa Baja Bota Caucana que es una zona petrolífera que abarca
Putumayo, Caquetá, Cauca y parte de Nariño. Se han concentrado los esfuerzos de
esta empresa Gran Tierra Energy. Desde hace 25 años está en la Baja Bota
Caucana explotando yacimientos allí. Aunque es de poca reserva, de mala calidad
es un petróleo pesado, de todas maneras es petróleo y es oro negro. Esta
petrolera ha traído maquinaria y tecnología obsoleta, ya dada de baja. Y hace
esto porque es una zona de orden público y en algún momento pueden abandonar.
Por esto traen una tecnología que es obsoleta, es de museo. Esas máquinas
funcionan con petróleo pesado, es decir, con asfalto, eso es fantástico para
tenerlo en un museo para enseñar historia… Esta petrolera, con la anuencia del
Estado que no la controla en absoluto, hace y deshace no solamente en la
explotación sino en el pago de las regalías. No hay control de lo que se
produce por parte del Estado ni tampoco hay ningún control policial. Se
destruye el medio ambiente con el conocimiento de las autoridades, que hacen un
papel de invitadas de piedra.
--¿Cómo evalúa el comportamiento de la clase política
caucana, que ha sido señalada de mantener históricamente una actitud de
displicencia frente a los de abajo, a los indígenas, a los campesinos y las
comunidades negras?
--Como es de
conocimiento en toda la nación, aquí ha habido unas castas desde tiempos
inmemorables donde primaban unos apellidos que vienen desde la época de la
Independencia, cuando ellas asumieron el rol que tenían anteriormente los
españoles y lo asumen de tal forma que continúan con él. Por ejemplo, la
esclavitud de los negros en el Cauca se demoró mucho tiempo en ser abolida.
Sólo ocurrió en 1825. Heredaron ellos los derechos a las tierras,
continuaron despojando, a las negritudes las tenían todavía como esclavos, como
siervos en las grandes tierras que captaron. La Iglesia jugó un papel muy
importante en el desalojo de esas comunidades de campesinos, de indígenas y
negritudes que en su momento hacían de siervos.
--Pero esos políticos siguen en el poder, y los eligen
esos mismos seres humanos segregados ¿Qué pasa en el Cauca con esas castas?
--Como han
detentado el poder económico, casi feudal, eso implica mantener a las comunidades
en la ignorancia para poder ellos continuar ejerciendo su poder hegemónico.
Esas castas han heredado, sostenido y sustentado ese poder en tierras y
mantienen como siervos a los grupos étnicos en unas relaciones de producción
obsoletas, de feudalismo. Manteniendo a la gente en la ignorancia hacen que
vote por ellos. Es un fenómeno producto de una ignorancia. No estoy hablando en
general, pues, por otro lado, y lo estamos viendo con los indígenas, eso genera
una reacción que se va madurando a través de los tiempos y estamos viendo hoy
en día cómo se están pronunciando. Como se dice: “Tanto va el cántaro al agua
hasta que se rompe”. Es una cuestión dialéctica, en esas crisis que se van
cocinando llega un momento en que revienta y en el que se adquiere una
conciencia inicialmente espontánea, después habrá reivindicaciones económicas,
pero finalmente se llegará a unas reivindicaciones políticas, que es lo que se
está dando actualmente en el Cauca: hay una conciencia social de estas
comunidades.
--¿Cuál sería la caracterización del bloque de poder
en el Cauca?
--Antes en el
Cauca hacíamos referencia a las castas tradicionales, todavía no las
nombrábamos como clase política, lógico que ellas devienen en partidos
políticos, pues las formas de producción feudales que son obsoletas las van a
afectar económicamente y entonces tienen que pasar a nuevas relaciones de
producción con las comunidades de allá. Parte de eso es organizarse en partidos
tradicionales con la anuencia de la Iglesia. Este es un factor tremendamente
determinante en el Cauca. Estos partidos son los que todavía en gran escala
detentan el poder, basados en la ignorancia, en la represión. Ahí vemos cómo
muchos representantes del Cauca nombran gobernadores de familias tradicionales
de apellidos muy encumbrados que hoy en día están condenados por
paramilitarismo. Algunos ex gobernadores del Cauca, algunos alcaldes son
investigados por corrupción, por casos como el de Probolsa, en el que está
involucrado un ex gobernador del Cauca.
--¿Qué están haciendo las fuerzas políticas de
izquierda para revertir esa situación?
Frente a todo
eso hay una reacción, se genera una conciencia, hay unas organizaciones
políticas que en ese medio tremendamente adverso tratan de unirse, de agrupar
diferentes sectores afectados y que están por un cambio de la situación que
allí se vive. Hay diferentes grupos sociales, políticamente organizados, está
el Partido Comunista, que ha sido tradicional allí en sus luchas con una
constancia, hay nuevos movimientos como Marcha Patriótica, que también es un
movimiento de bases producto de todas estas crisis que son políticas,
económicas, que son dadas por el militarismo. Entonces hoy en día hay un
proceso de concientización, hay un salto cualitativo en la concientización de
las masas en el Cauca, que se refleja concretamente en esta punta del iceberg
que es la problemática con los indígenas del Cauca.
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