El fiasco de la elección de
delegados al Congreso del Polo
La legitimidad del Congreso del Polo, que ya estaba gravemente viciada por las expulsiones, queda reducida a nada, y si en el Comité Ejecutivo tuviera cabida el sentido común, sus integrantes deberían sacar la conclusión de que su mandato les ha sido clamorosamente revocado.
Por Gloria Inés Ramírez (*)
Los resultados de las elecciones de delegados al Tercer Congreso Nacional del Polo Democrático Alternativo, realizadas en el marco de la consulta interna de los partidos políticos el pasado 30 de septiembre, confirman sin ningún atenuante cuánta razón nos asistía a quienes advertíamos que el actual Comité Ejecutivo Nacional estaba conduciendo al Partido al desastre total.
Los 160.575 votos contabilizados por la Registraduría Nacional del Estado Civil escasamente superan la cuarta parte de la votación obtenida en las elecciones de cuerpos colegiados del año 2010 y están todavía más lejos de resultados anteriores.
En tales condiciones, la legitimidad del Congreso del Polo, que ya estaba gravemente viciada por las expulsiones, queda reducida a nada, y si en el Comité Ejecutivo tuviera cabida el sentido común, sus integrantes deberían sacar la conclusión de que su mandato les ha sido clamorosamente revocado.
Sin embargo, en el comunicado de prensa del Polo se dice que “Este resultado muestra a un Polo con gran presencia nacional y en condiciones de jugar un papel decisivo en los futuros acontecimientos electorales del país”, lo que además de demostrar una ausencia total de cualquier sentido autocrítico, riñe abiertamente con la realidad de los hechos.
Contra lo que puedan pensar algunos, no nos alegramos de los resultados. Por el contrario, lamentamos profundamente lo ocurrido y condenamos la actitud inconsecuente y liquidacionista de quienes violaron burdamente los Estatutos del Partido, pisotearon la democracia y, en un desborde de macartismo, impusieron la censura ideológica y procedieron a “excluir” de las filas del Polo al Partido Comunista Colombiano, provocando así el retiro de las listas de otros sectores de izquierda que se negaron a validar con su participación semejantes atropellos.
El Polo no es propiedad particular de nadie ni debe ser utilizado para ponerlo al servicio de mezquinas ambiciones personales o grupistas. Fue construido con el aporte de muchos colombianos y colombianas que no aceptan ser parte de la cauda politiquera de los partidos de la oligarquía y que históricamente han trabajado por construir una alternativa política para nuestro pueblo. A ellos, los causantes de la debacle les deben al menos una explicación.
En lo que a nosotros concierne, esperamos que esta dura lección sirva para abrirle paso al debate constructivo y a la rectificación de errores, sobre todo ahora, cuando, después de una larga lucha por la salida negociada al conflicto interno, el gobierno y la insurgencia van a iniciar el diálogo para la paz y se requiere de la más amplia unidad para rodear y fortalecer el proceso y para conseguir con la movilización que en el temario de las conversaciones sean incluidos los problemas más sentidos de nuestro pueblo.
Es hora de entender que lo que el país reclama es la unidad de todas las rebeldías para enfrentar las políticas antinacionales y antipopulares del régimen, para conquistar la paz con democracia y justicia social y para construir con frente amplio de convergencia y procesos que nos posibilite disputarle el poder al régimen dominante.
Bogotá, D.C., 2 de octubre de 2012
(*) Senadora de la República.
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