El pueblo colombiano exige soluciones ante los múltiples problemas que se presentan en el país, profundizados por más de 20 años de neoliberalismo atroz. (Foto: Luis Alfonso Mena S.). |
El Paro Nacional
Agrario y Popular existe,
y es una
realidad inocultable
El Paro Nacional
Agrario y Popular existe, y es una realidad inocultable; dejando claro que en
Colombia, el movimiento social se fortalece, crece día a día y no está
dispuesto a conformarse con promesas en el aire por parte del Gobierno Nacional.
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Las
y los campesinos, trabajadores, amas de casa, indígenas, afrodescendientes,
desempleados, estudiantes, jóvenes y ciudadanos de Colombia completamos ya 12
días de movilizaciones, protestas y rebeldía en el Paro Nacional Agrario y
Popular. Con empeño y esperanza, las calles, plazas y caminos de la patria se
han llenado de indignación ante las claramente nefandas consecuencias del
neoliberalismo en el país. La senda de lucha planteada por el movimiento
campesino a lo largo de este año, con cafeteros, cacaoteros, paperos y desde la
región del Catatumbo, es continuada por quienes claman del gobierno soluciones
reales a las múltiples tragedias que se viven en áreas como salud, trabajo,
educación, empleo y producción, generadas por décadas de privilegios para el
gran capital nacional y trasnacional. La justeza de las exigencias planteadas
por los campesinos, uno de los sectores más afectados por las lógicas del
neoliberalismo, ha despertado la más amplia solidaridad a nivel nacional o
internacional, demostrando que no es un problema sectorial sino del conjunto
del país.
Los
y las protagonistas de este gran movimiento social y popular que se expresa en
el Paro son los hombres y mujeres del común, hastiados de la indiferencia, indolencia
y represión con las que han sido atendidas, durante décadas, todas sus
exigencias. Expresiones organizadas del movimiento popular de las más diversas
tradiciones han sido gestoras, convocantes y participes de este gran dinámica
de protesta que abre puertas a la construcción de un nuevo país. El Movimiento
Político y Social Marcha Patriótica se ha sumado activamente a este proceso, al
ser justamente una organización cuya base popular, tanto en campos como en
ciudades, lucha cotidianamente por darle vuelco a las indignas condiciones de
vida a las que ha sido sometida. Las más de 2000 organizaciones que conformamos
Marcha hacemos parte del movimiento social y popular que viene generando no
sólo protesta, sino ante todo, propuesta a los problemas estructurales que hoy
aquejan a las mayorías del país.
El
Paro Nacional Agrario y Popular existe, y es una realidad inocultable; dejando
claro que en Colombia, el movimiento social se fortalece, crece día a día y no
está dispuesto a conformarse con promesas en el aire por parte del gobierno
nacional. Es el conjunto del pueblo, siendo Marcha Patriótica sólo una de sus
expresiones organizativas, el que le exige a Juan Manuel Santos soluciones de
fondo y efectivas, no más paños de agua tibia. Sin embargo, la respuesta más
clara y evidente ha sido la más brutal y cruel represión, en cabeza del
Escuadrón Móvil Antidisturbios, ESMAD, que ha actuado como un escuadrón de
muerte. Al menos 8 colombianos han sido asesinados bajo total indefensión
durante esta semana y centenares han resultados heridos y detenidos. La Policía
Nacional no sólo arremete contra manifestantes en sus legítimas concentraciones
infiltrándolas con agentes de civil, sino que ataca y aterroriza a las y los
ciudadanos en sus casas, disparando en las inmediaciones de calles vacías
durante los toques de queda. La orden de militarización de varios pueblos y
ciudades, entre ellas Bogotá y la arbitraria detención de nuestro compañero
Hubert Ballesteros, dirigente campesino, miembro de la Junta Patriótica
Nacional, y vocero de la MIA, muestran el talante de la respuesta
gubernamental.
El
avance con el establecimiento de la mesa de conversaciones en Tunja no puede
opacar que gran parte del movimiento campesino ha sido excluido de la misma. De
manera negligente e irresponsable Juan Manuel Santos hoy decide levantarse de
la mesa y oculta su incapacidad para manejar la grave crisis que se cierne
sobre el país con acusaciones vacuas, las cuales no le dan respuesta a las
exigencias populares. La misma mano de Santos que tiembla timorata para firmar
acuerdos con los campesinos es la que se yergue firme para hacer acusaciones
temerarias a la Marcha Patriótica y al conjunto de la movilización, poniendo en
riesgo nuestra vida y seguridad. Si la semana pasada el presidente negó la
existencia del Paro Nacional Agrario y Popular, hoy busca desconocer a todo un
pueblo que lo protagoniza con la vieja práctica del macartismo. Exigimos que el
conjunto de organizaciones y procesos participantes en el paro sean escuchados,
con el establecimiento inmediato de una mesa de conversaciones nacional, para
darle solución estructural a los problemas.
El
pueblo colombiano sigue convocando marchas, concentraciones, mítines,
cacerolazos para demostrar nuevamente que el Paro Nacional sigue más vivo que
nunca y que está siendo construido por todos y todas. La unidad popular se
sigue fortaleciendo en las calles y en los debates, para hacerle frente al
régimen económico y político que ha demostrado ser incapaz de resolver los
problemas que ha generado. Sólo la unidad social y popular hará posible la
construcción de una salida digna para este conflicto que vive el país.
Desde
Marcha Patriótica, parte activa de este pueblo que sueña un país mejor,
seguimos y seguiremos participando y aportando en la construcción del
movimiento social, haciendo frente a la represión y la persecución. Hacemos un
llamado a todas las autoridades locales y nacionales, así como la comandancia
de las Fuerzas Militares para que cese la represión desatada a lo largo y ancho
del país, y responsabilizamos al gobierno de Juan Manuel Santos por las
acciones en contra de la vida y la integridad de los activistas, dirigentes
campesinos y populares, así como de la ciudadanía en general, que resulten de
los anuncios hechos en el día de hoy.
A
Juan Manuel Santos, le decimos: hablemos, no siga dilatando. Si quiere acabar
con este paro, dialogue con todo el movimiento campesino. Si quiere auténtica
democracia reciba a la oposición política y social. La paz no puede ser una
predica vacía, mientras se ordena represión. La paz sólo será posible
resolviendo, de raíz, las exigencias que hoy plantea el conjunto del movimiento
campesino, social y popular.
¡VIVA
EL PARO NACIONAL AGRARIO Y POPULAR!
¡VIVA
EL MOVIMIENTO CAMPESINO, SOCIAL Y POPULAR!
¡EXIGIMOS
LA LIBERTAD INMEDIATA DE HUERT BALLESTEROS!
Bogotá,
agosto 30 de 2013.
MOVIMIENTO
POLÍTICO Y SOCIAL MARCHA PATRIÓTICA
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