La
doble moral de la prensa colombiana
Cuando el insulto reemplaza el análisis sereno, es porque no
se tienen argumentos... Lo cual es especialmente lamentable cuando se trata de
"periodistas", que son los llamados a buscar y difundir la verdad,
sea la que sea.
Por Luis Alfonso Mena S.
El periodismo
colombiano atraviesa una crisis grave de credibilidad, derivada de múltiples
factores: imperio de un discurso maniqueo, primacía de intereses económicos y
políticos de sus propietarios, deterioro de las condiciones laborales de los
periodistas de base, censura y autocensura, ascenso del amarillismo y el
mercantilismo en detrimento de la investigación y la ecuanimidad...
Es hora de un
debate ético a fondo sobre el papel de los medios y los periodistas en la
sociedad, de manera especial en la coyuntura colombiana de búsqueda de la paz y
el final de la guerra.
Ejemplos de la crisis de credibilidad
En dos informes de la
revista Semana se muestra de manera palpable e irrefutable la doble moral de la
prensa colombiana: criminalización de la protesta social en Colombia, lavada de imagen de la violencia desatada por la
derecha en Venezuela.
¿Podrá
decir alguien que la prensa colombiana es veraz y ecuánime? No. Sus coberturas
y enfoques son absolutamente ideologizados, sesgados y maniqueos.
El
odio a la Revolución Bolivariana ha convertido a la prensa colombiana en
propagandista de la violencia opositora de la derecha en Venezuela.
Su
defensa del statu quo en Colombia la ha convertido en punta de lanza contra los
reclamos del pueblo.
Ese
odio visceral y esa posición de clase le impiden "informar" con
equilibrio.
Ocultando los crímenes oficiales en Colombia
¿Dónde están los medios
de comunicación de Cali y Colombia investigando sobre el asesinato de un
ciudadano ocurrido durante la represión de la Policía contra las protestas de
los transportadores en el oriente de la ciudad?
¿Qué
indagaron sobre este hecho nefasto los medios radiales, de prensa, televisivos
de la región y el país?
En
cambio, el día de este hecho, Sánchez Cristo ('Julito') dedicó todo su
informativo de La W Radio a inocular veneno contra la Revolución Bolivariana
defendiendo al alcalde de San Cristóbal, un opositor de derecha detenido por
participar en los actos de violencia contra los bienes públicos que tienen
lugar en esa ciudad del Táchira, Venezuela.
Y
mientras tanto, nada dijo sobre el crimen del ciudadano en Cali, Colombia, su
país, ni sobre la represión al pueblo que reclama contra el mal servicio de los
pulpos del transporte.
Darío
Arizmendi, Gustavo Gómez, etc. etc. en Caracol y los demás medios de las élites
tuvieron igual comportamiento.
¡Esos
son los medios colombianos y sus directivos: portaestandartes de la mentira y
la doble moral!
Corolario
Cuando el insulto
reemplaza el análisis sereno, es porque no se tienen argumentos... Lo cual es
especialmente lamentable cuando se trata de "periodistas", que son
los llamados a buscar y difundir la verdad, sea la que sea.
Cali, marzo de 2014.
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