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lunes, 31 de marzo de 2014

Testimonio. Habla una pequeña propietaria de buseta

Imagen del paro de pequeños transportadores, el 19 de marzo en Cali. (Foto tomada de El Mierdero Informativo).

“El MIO no es nuestro, es de los amigos 
de Hadad y el Alcalde de Cali”

A través de las redes sociales circuló el testimonio que reproducimos a continuación, una expresión del drama vivido por centenares de pequeños propietarios de buses sacados de circulación por el gobierno de Rodrigo Guerrero, fiel escudero de los intereses de los grandes pulpos del transporte público en Cali y contra quien se empezó a gestar un movimiento de revocatoria de su mandato.

Por María Sin Trabajo
“Hace aproximadamente ocho años, cuando esto del MIO empezó en pleno, la compra de nuestras buseticas (“chatarra” para algunas) nosotros éramos atendidos como reyes en la empresa Blanco y Negro Masivo, con tintico y pastel.

Los señores de Unimetro llegaban a nuestras empresas con lechona. ¿Por qué?, se preguntaran ustedes.


Porque para ellos era el negocio de la vida, los operadores por cuatro buseticas que nos compraran tenían derecho a meter un padrón, y la operadora que más busetas nos comprara, más flota tendría. Creyeron encontrar el negocio de la vida.

En esa época compañeros de lucha vendieron por miedo hasta 25 millones. Yo fui una que negoció una en esa época en 33 millones.

¿Pero qué les pasó a las operadoras? El sistema se quebró y lo que en un principio se pensó iba a ser rentable, les trajo miles y miles de pérdidas.

La licitación que se hizo debía ser para cinco operadoras y la quinta seríamos nosotros los pequeños transportadores. Pero la quinta operadora quedó desierta en esa época, era muchísima plata en dólares.

Entonces se quedaron Blanco y Negro Masivo, GIT Masivo, Unimetro y ETM.

De estas cuatro, la única que no está en quiebra es la Blanco y Negro Masivo. ¿Por qué? Porque tienen inversionistas muy adinerados. Las otras tres, quebradas.

Unimetro en su época reunió inversionistas que aportaban 18 millones por acción, pero ¿qué paso? También se quebró.

Entonces allí entró el buitre Alberto Hadad, trajo inversionistas de Bogotá y la compraron.

Ahora van detrás de GIT. Sinceramente, el MIO (Monopolio Integrado de Occidente) no es nuestro, es de los amigos de Hadad y Rodrigo Guerrero (el alcalde de Cali), que cada día quieren ser más ricos.

Para ellos el pueblo le vale mierda... Palabras textuales de nuestro distinguido y arrogante Alberto Hadad.

Entonces, caleños, ¿el MIO es tuyo, mío o de quién?, me pregunto”.


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