¿Todo ocurre a espaldas de Uribe?
Anoche, 27 de octubre, luego de que las barras que colmaron el Senado aplaudieran la intervención de Jorge Enrique Robledo sobre el escándalo de Agro Ingreso Seguro, el presidente del Congreso, Javier Cáceres, decidió de manera autoritaria suspender el debate al Ministro de Agricultura. La moción de censura quedó para el martes 3 de noviembre.
Por Luis Alfonso Mena S.
Con el escándalo de Agro Ingreso Seguro, el programa del gobierno destinado a regalarles sumas multimillonarias a los terratenientes del país, el presidente Álvaro Uribe se quitó la máscara.
Como le fallaron todas las estrategias para disfrazarlo y no pudo ocultar el significado verdadero de ese programa, ejemplo de su política plutocrática, el Presidente ha salido a justificarlo y ha diseñado toda una estrategia para defender al ministro de Agricultura, Andrés Fernández, de la moción de censura que se alista en el Congreso.
Y, por supuesto, para defender también a su principal imitador, el muy conservador ex ministro Andrés Felipe Arias, uno de los principales inspiradores de los jugosos subsidios a los ricos.
No le bastó el show que armó con un consejo comunitario como telón de fondo el sábado 17 de octubre para que sus dos aventajados alumnos, sin opositor alguno, aprovecharan la transmisión en directo para defender lo indefendible.
Una de las estrategias de Uribe es hacerles creer a los colombianos que nada de lo negativo que ocurre en su gobierno tiene que ver con él, y en la puesta en práctica de esa estrategia sí que le sirven los medios masivos de comunicación de las élites.
Ninguno de los escándalos de corrupción, clientelismo o politiquería protagonizados por sus ministros o por altos dignatarios de su gobierno parece afectarlo, siempre se sale por la tangente y, por el contrario, a veces las “soluciones” a esos hechos le sirven para subir en las encuestas y para acrecentar la percepción en muchos de que es “indispensable”.
Según su estrategia, la culpa siempre es de los demás: de la oposición que lo “calumnia” porque, supuestamente, está contra la patria; de colaboradores suyos que lo “engañan”; de subversivos “infiltrados” en las instituciones; de “traidores” de última hora; de funcionarios “desobedientes” que no cumplen sus órdenes, de “aprovechados”…
La lista es larga y, lo más grave, muchos colombianos todavía aceptan esas argucias. Así, Uribe hace creer que nada ha tenido que ver en la política que generó fenómenos que escandalizaron al país o lo siguen haciendo.
Todo lo malo ocurrido en el país sucedió a sus espaldas: la parapolítica, la yidispolítica, las chuzadas del DAS y los falsos positivos. Los casos de Carimagua, las notarias, las zonas francas y la tragedia económica colectiva ocasionada por DMG. Las oscuras cuentas de la financiación del referendo reeleccionista, la persecución sistemática a magistrados de la Corte Suprema de Justicia y, ahora, los subsidios a latifundistas de la Costa Atlántica, a varios ingenios del Valle del Cauca, a funcionarios y aportantes a sus campañas políticas, entre muchos otros.
De nada de esto sabía el Presidente. Eso han dicho él y sus áulicos, en el Gobierno y por fuera de él, en los medios de comunicación que le son afines, sobre todo los regionales, y en los gremios de la cúpula empresarial.
A partir de lo anterior surge una pregunta obvia e inevitable: ¿cómo es posible que un mandatario que es catalogado por sus seguidores como el “mejor” en la historia contemporánea del país no se dé cuenta de ninguno de estos once fenómenos, mencionados entre muchos otros y tomados a vuelo de pájaro?
Estrategia en tres fases
Una de dos: o no hemos tenido Presidente durante casi ocho años, o el Presidente les miente a los colombianos todos los días. Y para lograr que le crean, podríamos deducir que tiene una estrategia de tres fases.
La primera fase es la de las cortinas. En ella, él o sus ministros, congresistas, asesores o todos a una niegan y vuelven a negar las denuncias a la espera de que el temporal amaine y la gente se olvide pronto de ellas. Para esto son muy útiles las ya famosas cortinas de humo, que aparecen para ocultar los hechos de corrupción o de violaciones a los derechos humanos revelados.
La segunda fase es la del cariacontecido. Consiste en que si el despliegue de las cortinas no alcanza a cubrir el escándalo, entonces trata de desvirtuar las denuncias echándoles la culpa a los demás. Como se dice en el argot periodístico, en esta etapa procura “darle la vuelta” a la noticia y se pone en plan de víctima.
Y la tercera es la de la hecatombe. Ocurre cuando la fuerzas de los hechos es incontenible y no hay manera de seguir desempeñando el papel de la víctima. Entonces cambia de libreto y asume el del gobernante que quiere “corregir” a fondo porque, dice, fue engañado por infiltrados en su administración.
En esta última fase parecería encontrarse a propósito del escándalo de Agro Ingreso Seguro. Pero todo indica que no, pues resulta que en lo relacionado con los regalos a los ricos dueños de latifundios no es posible ocultar que esa es su política: darles plata a los que más tienen con el argumento de que sólo así se apoya la generación de empleo por parte de aquellos. Nada más falaz.
Pero esa es su política plutocrática (gobernar para los más ricos), en el marco de la cual el caso de Agro Ingreso Seguro es sólo una parte. Hay otro de mayor favorecimiento a las oligarquías local e internacional: las exenciones de impuestos (liberación o rebaja de cobros) por más de ocho billones de pesos (es decir, ocho millones de millones de pesos: $8.000.000.000.000), una cifra que no cabe en ninguna calculadora, plata que ha ido a parar al bolsillo de los más ricos con el mismo supuesto objetivo: que generen empleo.
Un tercer ejemplo de la política plutocrática de Uribe se puso en práctica tan pronto llegó al gobierno. No había terminado de desempacar sus maletas en la Casa de Nariño cuando presentó al Legislativo una ley que sus congresistas, muy obedientes, le aprobaron, la Ley 789 de 2002, o reforma laboral.
Mediante esta norma, Uribe acabó con las horas extras, disminuyó los pagos por festivos y dominicales y desterró los pagos por recargos nocturnos entre las 6:00 p.m. y las 10:00 p.m. (Cuando en el Congreso se quiso echar para atrás esa ley, se opuso iracundo. Y de nuevo su bancada se arrodilló).
El supuesto fin de esta ley era, como en los casos del subsidio a los terratenientes y de las exenciones a la gran burguesía, “generar” empleo. Pero ello no ha ocurrido. Por el contrario, esta política solo ha servido para enriquecer más a los ricos y deteriorar la calidad del trabajo, sin que se cree el empleo que requieren los colombianos. El desempleo ha crecido (en Cali anda por el 14,6%). Y sigue en aumento, de la mano del subempleo, la informalidad, la indigencia y la pobreza absoluta.
Lamentablemente muchos sectores de la sociedad colombiana parecen inmersos en la política de Uribe y de espaldas a sus propios derechos e intereses. No quieren ver ni oír.
Y, con seguridad, la mayoría uribista en el Senado exonerará al ministro de Agricultura, el de los regalos millonarios a los potentados de la tierra. De nuevo fracasará el debate de moción de censura. Ojalá nos equivoquemos.
Hola, Luis Alfonso, excelente artículo esa es la realidad que muchos colombianos no quieren ver, no aceptan por más evidente que sea... aún siguen con el cuento de la seguridad democrática que en su momento surtió efecto, pero que hoy está fracazando porque la guerrilla se está reacomodando al igual que los narcotraficantes.
ResponderEliminarPero aún asi, quienes si podemos ver, no debemos desfallecer y seguir demostrando que el gobierno Uribe es mentiroso y hasta más... En Colombia no se mueve una piedra sin que Uribe lo sepa... hay que desenmascararlo.
Atte.
POLITIKO RT
EL GUION YA ESTA ESCRITO protocolos de los sabios de sion .
ResponderEliminary neustras crapulas politicas simplemente son los payasos vende patrias que cumplen lo pactado al amparo de el secreto y ocultismo de sectas logias mangualas mafias hermandades cofradias y lupus inmundo envilecido contra el intelecto humano NO judio .!
Muy bueno el artículo. Espero que aquellos colombianos, ciegos, sordos y mudos tengan oportunidad de entender y reconocer el espíritu de "my president"!Además,ojalá los "periodistas" de nuestra ciudad (Cartago)entiendan y reconozcan
ResponderEliminaral nuevo periodismo que no se arrodilla al gobernador de turno Nacional o Local.