Ospina, el aventajado
alumno de Uribe
En materia de privatizaciones, ¡el mandatario saca cinco! Emsirva, Emcali, “megaobras”, Autopista Bicentenario… El Alcalde les falló a los caleños en el año que termina.
Por Luis Alfonso Mena S.
El hoy alcalde Jorge Iván Ospina dijo en su Programa de Gobierno de 2007 ‘Para que Cali Vuelva a ser Cali’: “Nuestras acciones estarán regidas a partir del interés supremo de proteger el patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad. Por eso se buscará que las grandes empresas públicas de Cali retornen a sus ciudadanos en condiciones de transparencia, eficacia y eficiencia administrativa”.
Pero, a la hora del balance de 2009, el resultado es que Ospina les falló a los caleños que lo eligieron y a muchos de quienes no votaron por su persona, pero que esperaban de él un comportamiento consecuente con su oferta en materia de protección de bienes públicos (tan caros para la ciudad por el enorme capital social acumulado en ellos), como son la Empresa Municipal de Servicios Varios, Emsirva, y las Empresas Municipales de Cali, Emcali.
Respecto del caso de Emsirva, al Alcalde se le vio sorprendido por la decisión de liquidación adoptada desde la cúpula del poder central, la Casa de Nariño, y a duras penas alcanzó a sumarse a una iniciativa surgida desde abajo, en el sentido de tomar la calle para rechazar la determinación arbitraria.
Sin embargo, nada frenó la orden presidencial orientada a entregarles a los particulares el multimillonario negocio de la recolección de basuras. En el caso de Emsirva, a pesar de sus declaraciones contra la medida, lo cierto es que el Alcalde fue desplazado por los acontecimientos.
Y en el de Emcali su actitud fue más inconsecuente aún con su Programa de Gobierno, pues propuso y logró en el Concejo de la ciudad lo que ningún otro burgomaestre había alcanzado, ni siquiera los de más definido perfil neoliberal: poner a uno de los principales componentes de la empresa, el de las telecomunicaciones, en el camino de la privatización.
De esta forma, no hubo protección del “patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad”, como se firmó en el programa del candidato, hoy Alcalde, pues éste, entre otras cosas, cedió ante las presiones del Jefe del Estado, quien condicionó la devolución de Emcali, después de nueve años de intervención, a la puesta en marcha de sus exigencias. Y no olvidemos que Álvaro Uribe es un mandatario, ante todo, privatizador, con una política dirigida a favorecer a los más ricos.
Después de tantos años de injerencia nacional con un balance negativo, Emcali sigue en preaviso y, si regresa, volverá dividida y metida en una feria donde su capital social será poco a poco dejado en manos de pulpos particulares insaciables, como todos a los que ha privilegiado el gobierno de Uribe
Ni qué decir de las famosas “21 megaobras”, cuyos cobros llegan en el peor momento para miles y miles de caleños, azotados por el desempleo que crece a ritmos implacables y cuya imposición se hizo en medio de la arrogancia instaurada como política desde el CAM. Y para rematar, la “Autopista Bicentenario”, una gran vía rápida que se proyecta sólo para los adinerados que dentro de la ciudad puedan pagar peaje.
Ospina resultó un aventajado alumno de Uribe. ¡En materia de privatizaciones, saca cinco!
En materia de privatizaciones, ¡el mandatario saca cinco! Emsirva, Emcali, “megaobras”, Autopista Bicentenario… El Alcalde les falló a los caleños en el año que termina.
Por Luis Alfonso Mena S.
El hoy alcalde Jorge Iván Ospina dijo en su Programa de Gobierno de 2007 ‘Para que Cali Vuelva a ser Cali’: “Nuestras acciones estarán regidas a partir del interés supremo de proteger el patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad. Por eso se buscará que las grandes empresas públicas de Cali retornen a sus ciudadanos en condiciones de transparencia, eficacia y eficiencia administrativa”.
Pero, a la hora del balance de 2009, el resultado es que Ospina les falló a los caleños que lo eligieron y a muchos de quienes no votaron por su persona, pero que esperaban de él un comportamiento consecuente con su oferta en materia de protección de bienes públicos (tan caros para la ciudad por el enorme capital social acumulado en ellos), como son la Empresa Municipal de Servicios Varios, Emsirva, y las Empresas Municipales de Cali, Emcali.
Respecto del caso de Emsirva, al Alcalde se le vio sorprendido por la decisión de liquidación adoptada desde la cúpula del poder central, la Casa de Nariño, y a duras penas alcanzó a sumarse a una iniciativa surgida desde abajo, en el sentido de tomar la calle para rechazar la determinación arbitraria.
Sin embargo, nada frenó la orden presidencial orientada a entregarles a los particulares el multimillonario negocio de la recolección de basuras. En el caso de Emsirva, a pesar de sus declaraciones contra la medida, lo cierto es que el Alcalde fue desplazado por los acontecimientos.
Y en el de Emcali su actitud fue más inconsecuente aún con su Programa de Gobierno, pues propuso y logró en el Concejo de la ciudad lo que ningún otro burgomaestre había alcanzado, ni siquiera los de más definido perfil neoliberal: poner a uno de los principales componentes de la empresa, el de las telecomunicaciones, en el camino de la privatización.
De esta forma, no hubo protección del “patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad”, como se firmó en el programa del candidato, hoy Alcalde, pues éste, entre otras cosas, cedió ante las presiones del Jefe del Estado, quien condicionó la devolución de Emcali, después de nueve años de intervención, a la puesta en marcha de sus exigencias. Y no olvidemos que Álvaro Uribe es un mandatario, ante todo, privatizador, con una política dirigida a favorecer a los más ricos.
Después de tantos años de injerencia nacional con un balance negativo, Emcali sigue en preaviso y, si regresa, volverá dividida y metida en una feria donde su capital social será poco a poco dejado en manos de pulpos particulares insaciables, como todos a los que ha privilegiado el gobierno de Uribe
Ni qué decir de las famosas “21 megaobras”, cuyos cobros llegan en el peor momento para miles y miles de caleños, azotados por el desempleo que crece a ritmos implacables y cuya imposición se hizo en medio de la arrogancia instaurada como política desde el CAM. Y para rematar, la “Autopista Bicentenario”, una gran vía rápida que se proyecta sólo para los adinerados que dentro de la ciudad puedan pagar peaje.
Ospina resultó un aventajado alumno de Uribe. ¡En materia de privatizaciones, saca cinco!
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