El Partido Verde
Por Alberto Ramos Garbiras (*)
Tres ex Alcaldes de Bogotá, que se desempeñaron con éxito durante sus administraciones (Antanas Mockus, Enrique Peñalosa, y Lucho Garzón), han tomado la personería jurídica del Partido Verde para presentarse en la coyuntura electoral del año 2010.
Se someterán a una consulta popular para definir el mismo 14 de marzo quién figurará en el tarjetón presidencial. Son una opción interesante porque Colombia vive un momento de ebullición electoral y de crisis de los partidos que está implicando toda clase de reacomodos políticos
Ante la falta de un centro izquierda esta puede ser la formación política que llegue a nuclear a vastos sectores inconformes y encontrar en estas figuras impolutas el liderazgo para la regeneración de la democracia, la transparente conducción del Estado, hasta ahora desangrado por todos los negociantes desde lo público, unas generaciones de depredadores que han tenido el Estado como guaca o tesoro personal.
Los verdes en Colombia no se han convertido aún en una fuerza política significativa. Los intentos anteriores no han tenido el liderazgo suficiente para impulsar un movimiento ecologista que llegue a los cuerpos colegiados con representación de peso y menos a tomarse el poder.
Ingrid Betancourt, Max Enriquez, Sanín Vermont son algunos de los líderes que saltuariamente lo han intentado. En esta contienda electoral del año 2010 aparecen los ex alcaldes jalonando la propuesta verde como una opción de centro.
Si el referendo reeleccionista se hunde en el control constitucional por los vicios cometidos en su formación durante el trámite congresional, cambiará el alineamiento de las fuerzas y su correlación, quedando en el campo político una opción inmensamente favorable para el Partido Verde y para los seguidores del ex alcalde Sergio Fajardo, que tenderán a concentrar esfuerzos para la primera vuelta presidencial.
Y quien sea el heredero del uribismo no tendrá la misma opción que el creador del Estado comunitario transmutado en estado de opinión para alimentar el neopopulismo que no benefició a los sectores populares.
La ventaja del Partido Verde es su corriente internacional de partidos pares, la conciencia ciudadana en aumento por la necesidad de preservar los recursos naturales, la alarma por las sequias y la contaminación de los ríos, los efectos devastadores del calentamiento climático y la necesidad imperiosa de ponerle orden a las ciudades desde la regulación del territorio y los usos de los recursos naturales para hacerlas vivibles y viables.
El discurso de los verdes permite convocar la verdadera pluralidad social, la diversidad cultural y abrir espacios para todos los sectores excluidlos del aparato del Estado.
El origen social y político de los tres ex alcaldes es diverso, pero coinciden en la claridad de sus actos y en la acertada dirección que imprimieron a las políticas públicas en Bogotá.
Antanas Mockus es de origen lituano, de clase media y formado en la izquierda marxista; Enrique Peñalosa nació por casualidad en el exterior, pero es un bogotano y cundinamarqués de toda la vida, de clase burguesa y formado en la ideología liberal; Lucho Garzón es de estrato uno, bogotano de nacimiento y formado en la clase obrera, militante de la izquierda colombiana.
Los tres se identifican por las buenas acciones, la buena conducta moral y progresistas en las acciones. Los tres son por inclinación urbanistas, con énfasis en la sociología urbana.
(*) Profesor-investigador de la Universidad Santiago de Cali, USC.
Por Alberto Ramos Garbiras (*)
Tres ex Alcaldes de Bogotá, que se desempeñaron con éxito durante sus administraciones (Antanas Mockus, Enrique Peñalosa, y Lucho Garzón), han tomado la personería jurídica del Partido Verde para presentarse en la coyuntura electoral del año 2010.
Se someterán a una consulta popular para definir el mismo 14 de marzo quién figurará en el tarjetón presidencial. Son una opción interesante porque Colombia vive un momento de ebullición electoral y de crisis de los partidos que está implicando toda clase de reacomodos políticos
Ante la falta de un centro izquierda esta puede ser la formación política que llegue a nuclear a vastos sectores inconformes y encontrar en estas figuras impolutas el liderazgo para la regeneración de la democracia, la transparente conducción del Estado, hasta ahora desangrado por todos los negociantes desde lo público, unas generaciones de depredadores que han tenido el Estado como guaca o tesoro personal.
Los verdes en Colombia no se han convertido aún en una fuerza política significativa. Los intentos anteriores no han tenido el liderazgo suficiente para impulsar un movimiento ecologista que llegue a los cuerpos colegiados con representación de peso y menos a tomarse el poder.
Ingrid Betancourt, Max Enriquez, Sanín Vermont son algunos de los líderes que saltuariamente lo han intentado. En esta contienda electoral del año 2010 aparecen los ex alcaldes jalonando la propuesta verde como una opción de centro.
Si el referendo reeleccionista se hunde en el control constitucional por los vicios cometidos en su formación durante el trámite congresional, cambiará el alineamiento de las fuerzas y su correlación, quedando en el campo político una opción inmensamente favorable para el Partido Verde y para los seguidores del ex alcalde Sergio Fajardo, que tenderán a concentrar esfuerzos para la primera vuelta presidencial.
Y quien sea el heredero del uribismo no tendrá la misma opción que el creador del Estado comunitario transmutado en estado de opinión para alimentar el neopopulismo que no benefició a los sectores populares.
La ventaja del Partido Verde es su corriente internacional de partidos pares, la conciencia ciudadana en aumento por la necesidad de preservar los recursos naturales, la alarma por las sequias y la contaminación de los ríos, los efectos devastadores del calentamiento climático y la necesidad imperiosa de ponerle orden a las ciudades desde la regulación del territorio y los usos de los recursos naturales para hacerlas vivibles y viables.
El discurso de los verdes permite convocar la verdadera pluralidad social, la diversidad cultural y abrir espacios para todos los sectores excluidlos del aparato del Estado.
El origen social y político de los tres ex alcaldes es diverso, pero coinciden en la claridad de sus actos y en la acertada dirección que imprimieron a las políticas públicas en Bogotá.
Antanas Mockus es de origen lituano, de clase media y formado en la izquierda marxista; Enrique Peñalosa nació por casualidad en el exterior, pero es un bogotano y cundinamarqués de toda la vida, de clase burguesa y formado en la ideología liberal; Lucho Garzón es de estrato uno, bogotano de nacimiento y formado en la clase obrera, militante de la izquierda colombiana.
Los tres se identifican por las buenas acciones, la buena conducta moral y progresistas en las acciones. Los tres son por inclinación urbanistas, con énfasis en la sociología urbana.
(*) Profesor-investigador de la Universidad Santiago de Cali, USC.
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