Marcha del 1 de Mayo en Cali desde el puente de la Calle 5 con Hospital Club Noel. (Foto: Santiago José Mena Cárdenas). |
Se
profundiza la crisis en la CUT
El bloque de poder, hegemonizado por la
aristocracia bogotana y apoyado en la llamada Unidad Nacional, arrecia la
profundización de las políticas neoliberales y profundiza un modelo que acelera
la pobreza de la población y despoja a la nación de sus riquezas naturales no
renovables por parte de las empresas trasnacionales, entrega la soberanía,
permite la presencia de asesores militares extranjeros, construye bases para
operaciones contra países vecinos y profundiza la política de guerra contra el
pueblo colombiano.
Otra de las características del régimen es que
ante la inconformidad social que generan los resultados nefastos de las
locomotoras económicas, además de la represión y la persecución judicial al
movimiento popular desarrolla toda una estrategia de cooptación de dirigentes y
organizaciones mediante las dadivas, las lisonjas y las idea de la conciliación
de clase.
Ante esta realidad el movimiento sindical debe
jugar un papel esencial en el propósito de conformar la fuerza popular capaz de
transformar las condiciones oprobiosas en que viven la mayoría de los
colombianos. Pero es claro que para cumplir con este objetivo se necesita una
Central Unitaria de Trabajadores que supere sus propias limitaciones y las que
le imponen la acción retardataria del régimen.
Los sindicalistas militantes del Partido Comunista Colombiano, que se
reunieron en Bucaramanga a mediados de marzo, orientaron buscar un acuerdo con
todos los sectores de la CUT, que tienen asiento en sus direcciones, en la vía
de lograr los consensos que sirvieran como mensaje de unidad, con el fin de
parar la desarticulación en las subdirectivas y organizaciones nacionales que
vienen en procesos de división interna o que son objeto de las políticas de
cooptación por parte del Gobierno Nacional.
La crisis del movimiento sindical se manifiesta
en una debilidad política e ideológica de pérdida de identidad de clase, lo que
ha permitido que algunos miembros en la dirección de la CUT coloquen sus
intereses personales por encima de los intereses generales de clase; esta situación debilita a la organización,
facilitando dinámicas de la conciliación y concesión a un gobierno, que
profundiza el modelo de despojo y entrega de la soberanía nacional y el recorte
de conquistas históricas de los trabajadores colombianos y se apresta en la
presente y siguiente agenda legislativa a precarizar aún más las condiciones de
vida y de trabajo de todos los colombianos.
Superar esa crisis implicaba hacer un alto en
el camino de la dispersión y lograr un acuerdo de trabajo incluyente, como lo
estableció nuestro activo nacional, tarea que se venía cumpliendo hasta el 30
de abril, donde 19 integrantes del Ejecutivo logramos un acuerdo programático y
de reestructuración de cargos que vislumbraba el retomar un funcionamiento
colectivo e incluyente y en desarrollo de las decisiones y acuerdos de nuestras
juntas nacionales y en el marco de los estatutos de la Central; acuerdo que se
conoció antes de formalizarse en los medios de comunicación, en momentos previos
al 1 de Mayo, medios que pusieron sus micrófonos y cámaras en comunicaciones al
servicio del presidente saliente, Tarsicio Mora, alertando al Gobierno y a la opinión sobre el
peligro de que la CUT, fuera tomada por
la izquierda radical.
Hasta el primero de mayo, todos los sectores
que hacen vida colectiva habíamos producido un principio de acuerdo basado en: paz,
democracia, soberanía y derechos laborales que fue el mensaje dado en la plaza
de Bolívar. Sin embargo, al día siguiente, cocinan una mayoría espuria y
excluyente ante la voltereta y deslealtad de Domingo Tovar, que sale del sector
clasista, rompiendo el acuerdo, hacia un acuerdo con los sectores
socialdemócratas para lograr un 11 a 10 que ha dejado a la CUT en una situación
de mayor dificultad que la que hemos pretendido superar.
No es quien ostenta la presidencia sino quienes
logramos mediante el trabajo colectivo superar la situación de dificultad, que
se ha venido presentando a lo largo de los últimos años en la central, más
importante del país y la que más ha influenciado en la movilización y acción de
masas contra el bloque de poder dominante y los promotores del hambre y la
miseria en que han sumido a la inmensa mayoría de colombianos. Queda claro el
asalto a la buena fe de quienes creemos que es la unidad de clase, el mejor
instrumento para superar la crisis y lograr un viraje favorable a los intereses
de la nación; el haber logrado un acuerdo de 19, nos encaminaría por un proceso
donde ganaríamos la confianza requerida y frente a lo cual hoy denunciamos que
el acuerdo de 11 que excluye a la izquierda no puede ser la forma como se
piense superar las dificultades creadas en los últimos años en el movimiento
sindical. Por ahora, ante este panorama no nos ha quedado camino distinto a crear
un acuerdo de minoría, con vocería única y dentro de otras iniciativas
trabajaremos en la convocatoria hacia una reunión nacional de la izquierda, en
la vía de retomar la construcción de un movimiento sindical de y para los y las
trabajadoras colombianas.
Frente a esta nueva situación y en el marco de
los principios de clase, los comunistas seguimos construyendo desde la base y
con entusiasmo el parto de una nueva nación,
donde quepamos todas y todos los colombianos en paz y con justicia
social que le garantice a la presente y futuras generaciones unas mejores
condiciones de vida y de felicidad.
Comisión Nacional Sindical
Partido Comunista Colombiano.
Mayo 9 de
2012
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