El Viaducto César Gaviria une a Pereira y Dosquebradas. (Foto: http://www.colombiapasajes.com/wp-content/uploads/2009/05/pereira1.jpg). |
Dosquebradas,
a paso de Viaducto
Por
Rubén Darío Taborda Franco (*)
El 15 de noviembre cumplió su la mayoría de edad,
inaugurado en 1997, el viaducto que conecta a Pereira con Dosquebradas, una
obra que se construyó para descongestionar el trancón que se formaba en el barrio
Alcázares, en el lado de la capital de Risaralda, y en el barrio San Judas, en
el municipio vecino, porque en el puente Mosquera, que cruza sobre el río Otún, se formaba un cuello de botella.
Por ese puente había presencia de motos y toda clase
de vehículos. Por el sector pasaban
buses intermunicipales que se dirigían a Armenia, Chocó y Cali; cruzaban
para viajar a Manizales, Medellín y norte del país; y viajaban camiones con
transporte de café, plátano, yuca y otros alimentos típicos de la región.
El cañón que separa mesetas
El cañón que separa mesetas
En el año 1988 viajaba en un bus urbano con mi padre,
José Gildardo Taborda, a Dosquebradas con el fin de visitar a unos amigos de la
familia que trabajaban en el Hospital de ese municipio.
El viaje de la ciudad del expresidente César Gaviria
al municipio vecino era una cosa
dispendiosa porque los dos sitios estaban separados por un cañón que
dejaba recorrer en el medio el río Otún y la única forma de llegar al otro lado
era cruzando ese puente.
Para Luís Londoño, un cartagenero que se encontraba
tanqueando su vehículo en una estación de gasolina ubicado en la Carrera Trece,
frente al aeropuerto Matecaña y quien ha
viajado por varios rincones del país,
obras como el viaducto que conecta a Villavicencio con Bogotá y este viaducto Pereira-Dosquebradas
implican superar las condiciones geográficas que impone Colombia con el
objetivo de facilitar la movilidad a cualquier punto cardinal.
En la misma estación, doña Tatiana Hernández recordaba
que abordaba un bus de la ruta San
Fernando en el que para llegar a la Avenida del Ferrocarril en Pereira o pasar
por la Avenida Simón Bolívar en
Dosquebradas todo se hacía dispendioso. Pero las cosas cambiaron con el
viaducto que lleva el mismo nombre del Presidente que gobernó entre 1990 y 1994
con su lema “Bienvenidos al futuro”.
Y
cómo es este viaducto
El Viaducto Cesar Gaviria es un puente de 640 metros que atraviesa dos
rombos del grueso de una puerta de 80 centímetros de ancho que los sostiene
junto a 9 columnas de nutrido cemento
que lo asegura abajo. Está a 55 metros de altura sobre el rio Otún y tiene un ancho de 24 metros.
Tiene dos calles de ida y vuelta atravesadas por un
separador de cemento con dos carriles a lado y lado. Hacia los costados se
encuentran los andenes con pasamanos para
proteger a los peatones de las vías por donde diariamente circulan taxis,
carros, camiones y motos.
De ambos costados del puente salen 18 cables
en dirección a la punta de los
marcos que sostienen el puente formando una cortina metálica que adorna
el viaducto, pero facilitando ver la
panorámica de la Perla del Otún y el edificio donde se ubican las instalaciones
del periódico La Tarde de la capital risaraldense.
Ni
para allá voy a mirar
En 1999 pasé por primera vez por el viaducto rumbo a los termales del
municipio de Santa Rosa de Cabal, pero el 29 de diciembre de 2002 fue
terrible para mí ya que me
puse de gracioso a caminar por aquel puente. Inicié con mi primo Mario Taborda el recorrido por el
viaducto. Mientras caminaba sentía que
estaba en medio del aire.
Cuando recorrí 200 metros me quedé rígido como uno
de los biombos que sostienen el viaducto, mientras sentí un movimiento leve del
puente. A lado y lado pasaban personas
con la confianza de llevar cinco
años cruzando el paso elevado.
En cambio, yo me sentía nervioso a 55 metros de altura. De pronto me dirijo hacia el borde del puente y veo en miniatura los
techos de las viviendas ubicadas a lado y lado de un río que parecía un hilo de
agua.
Yo quería dejar de lado la historia de la señora que
se suicidó con sus dos hijas desde el puente por la falta de dinero para
alimentarlas, y el informe del palmireño que viajó a este sitio para ponerle
punto final a su vida.
“Eh, venir hasta Pereira para tirarse del viaducto”,
manifestó la población cuando se conoció ese lamentable hecho
que enlutó a Pereira y Dosquebradas.
Para colmo de males, Mario me dijo que en el proceso
de construcción de esta mega obra, uno de los trabajadores cayó hacia una de
las zonas donde se instalaban las
columnas del puente, ese lugar estaba
con cemento fresco, pero nunca
pudieron sacar el cuerpo de ese obrero. Mario dice que siempre aparece un familiar de esta persona para dejar flores en el lugar donde
perdió la vida.
El 30 de octubre de 2010 estaba hospedado en
Dosquebradas, en casa de una familiar,
con motivo de la participación en una carrera de 21 kilómetros que se
celebraría al otro día en Pereira y Dosquebradas.
Yo dejé de tomar el Mega Bus que viene siendo
hermanito del Mio de Cali, para caminar por las calles de esa zona y
familiarizarme con las condiciones del recorrido que se haría al otro día en la
Media Maratón de Pereira organizada por el señor Silvio López.
Eso me obligó a
pasar necesariamente por el viaducto. En plana competencia sentí que
corría por el viaducto como por una calle de cualquier ciudad y con el
cansancio del recorrido por lomas y bajadas desapareció de una pincelada
el miedo que sentí la primera vez que crucé el puente.
Hoy en día el viaducto cuenta con protección
para evitar el aumento de
suicidios, que para el 30 de junio de 2003 llegaba a 67. Esta protección desde el puente peatonal ubicado en Dosquebradas se ve
como una cortina metálica impenetrable para los peatones que circulan
diariamente por ese lugar. Asimismo en Dosquebradas la Policía tiene ubicado
un CAI móvil para reforzar la seguridad
de las personas.
La
actualidad de viaducto
El Instituto Nacional de Vías, Invías informó el
miércoles 3 de febrero de 2013 que está planeado invertir $130 millones en
elementos adicionales de seguridad y protección en barandas y reposición de las
tejas de policarbonato que protegen el paso peatonal.
Esta entidad
señala en el informe que el
viaducto estaba utilizado para esa época
por unos 62 mil vehículos sin incluir motos, bicicletas y peatones. De otra parte, Invías
ratifica que las condiciones estructurales del viaducto son buenas gracias al
mantenimiento rutinario, lo que garantiza
una vida útil de cien años o más.
Ahora, si una
persona decide evitarse un trancón monumental en la Carrera Trece o en la Octava, deberá tomar la
Variante Romelia-El Pollo, que pasa al lado occidental del aeropuerto Matecaña,
que lo saca a Dosquebradas.
Y como Risaralda es tierra de mega obras, en 1926 se hablaba del puente Bernardo Arango
diseñado por el señor Gonzalo Echeverry. En la actualidad esta zona cafetera se
enorgullece de tener obras como un
viaducto en forma de espiral diseñado por el ingeniero italiano Renato Moliner
para acortar el tiempo de recorrido entre Armenia y Manizales. Sin embargo fue
el Viaducto Cesar Gaviria el que revivió la necesidad de superar las condiciones
geográficas del país para mejorar la movilidad por Colombia.
(*)
Periodista independiente.
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