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domingo, 6 de marzo de 2016

Reportaje gráfico. En el III aniversario de la partida del Presidente

El presidente Hugo Chávez  aparece aquí, en septiembre de 2012, a su paso por la estación Propatria del Metro de Caracas, durante la campaña electoral en la que fue reelegido en la Jefatura del Estado. (Foto: Luis Alfonso Mena S.).
Un huracán revolucionario llamado Hugo Chávez

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Luego de trece años en el Gobierno, en 2012 el presidente Hugo Chávez mantenía un arraigo popular impresionante y el solo anuncio de su presencia en algún lugar de Venezuela movilizaba multitudes.

Así lo pude palpar en septiembre de 2012, cuando, de visita en Caracas, estuve presente en uno de los actos de la campaña electoral que lo llevó a su reelección, cumplido en inmediaciones de la Estación Propatria del Metro, en el occidente de la capital venezolana, jurisdicción del municipio Libertador.


El lugar se encontraba colmado de miles de sus seguidores, trabajadores, amas de casa, muchachas, niños de los barrios populares que se sentían hondamente representados por él y quienes lo esperaron durante largo tiempo y lo vitorearon a su paso, inmerso en una extensa caravana que, veloz como un huracán social, se dirigía camino a otros puntos de la ciudad.

Chávez hizo una siembra multitudinaria de esperanza y cambio no solo en su pueblo, sino en toda América Latina y en el mundo. Y esa siembra seguramente evitará que la ultraderecha y sus aliados de la burguesía mundial acaben con la Revolución Bolivariana.

Tres años después de su partida, cumplidos este 5 de marzo de 2016, el pueblo venezolano está siendo víctima de una guerra económica desarrollada por el empresariado opositor, que engulle los dólares que le proporciona el Estado para las importaciones de alimentos y se queda con la mayor parte de ellos, los esconde en Miami y luego especula y acapara los componentes de la canasta familiar, en una oscura estrategia para generar el malestar que conduzca al derrocamiento del Gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

La guerra económica es una vieja estrategia de la burguesía mundial. La cumplieron los empresarios en Chile el 11 de septiembre de 1973, y el resultado fue el golpe fascista de Pinochet contra Salvador Allende.

Ya la burguesía venezolana la había llevado a cabo luego del fracasado golpe de Estado del 11 al 14 de abril de 2002, cuando desató un paro patronal, desde finales de ese año hasta principios de 2003, del cual el presidente Chávez salió airoso por el respaldo de la mayoría del pueblo.

La guerra económica de la oligarquía venezolana contra la sociedad de la hermana República es una realidad, sin desconocer los errores en que haya podido incurrir el proceso bolivariano.

Chávez fue un líder huracanado que en su discurrir transformó la realidad continental, que enfrentó a los más encumbrados poderes, en su patria y fuera de ella, y cuyo legado apenas empieza a ser objeto del profundo estudio histórico, sociológico y político que merece.

En este fotorreportaje incluyo imágenes previas a su llegada al sector de Catia, la parada que hizo allí para atender a los periodistas y la alegría de la gente luego de su paso, al poder palpar su cercanía. “¿Lo viste, chama?”, escuché que le preguntaba feliz a una vecina a otra, mientras lo veía seguir, cobijado por la multitud.

Cali, sábado 6 de marzo de 2016.


(*) Periodista independiente, editor de PARÉNTESIS Y DE ¡PERIODISMO LIBRE!













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