Un huracán revolucionario llamado Hugo Chávez
Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Luego de trece años en el Gobierno, en
2012 el presidente Hugo Chávez mantenía un arraigo popular impresionante y el
solo anuncio de su presencia en algún lugar de Venezuela movilizaba multitudes.
Así lo pude palpar en septiembre de
2012, cuando, de visita en Caracas, estuve presente en uno de los actos de la
campaña electoral que lo llevó a su reelección, cumplido en inmediaciones de la
Estación Propatria del Metro, en el occidente de la capital venezolana,
jurisdicción del municipio Libertador.
El lugar se encontraba colmado de miles
de sus seguidores, trabajadores, amas de casa, muchachas, niños de los barrios
populares que se sentían hondamente representados por él y quienes lo esperaron
durante largo tiempo y lo vitorearon a su paso, inmerso en una extensa caravana
que, veloz como un huracán social, se dirigía camino a otros puntos de la
ciudad.
Chávez hizo una siembra multitudinaria
de esperanza y cambio no solo en su pueblo, sino en toda América Latina y en el
mundo. Y esa siembra seguramente evitará que la ultraderecha y sus aliados de
la burguesía mundial acaben con la Revolución Bolivariana.
Tres años después de su partida, cumplidos este 5 de marzo de 2016, el
pueblo venezolano está siendo víctima de una guerra económica desarrollada por
el empresariado opositor, que engulle los dólares que le proporciona el Estado
para las importaciones de alimentos y se queda con la mayor parte de ellos, los
esconde en Miami y luego especula y acapara los componentes de la canasta
familiar, en una oscura estrategia para generar el malestar que conduzca al
derrocamiento del Gobierno constitucional de Nicolás Maduro.
La
guerra económica es una vieja estrategia de la burguesía mundial. La cumplieron
los empresarios en Chile el 11 de septiembre de 1973, y el resultado fue el
golpe fascista de Pinochet contra Salvador Allende.
Ya
la burguesía venezolana la había llevado a cabo luego del fracasado golpe de
Estado del 11 al 14 de abril de 2002, cuando desató un paro patronal, desde
finales de ese año hasta principios de 2003, del cual el presidente Chávez salió
airoso por el respaldo de la mayoría del pueblo.
La
guerra económica de la oligarquía venezolana contra la sociedad de la hermana
República es una realidad, sin desconocer los errores en que haya podido
incurrir el proceso bolivariano.
Chávez fue un líder huracanado que en su
discurrir transformó la realidad continental, que enfrentó a los más
encumbrados poderes, en su patria y fuera de ella, y cuyo legado apenas empieza
a ser objeto del profundo estudio histórico, sociológico y político que merece.
En este fotorreportaje incluyo imágenes
previas a su llegada al sector de Catia, la parada que hizo allí para atender a
los periodistas y la alegría de la gente luego de su paso, al poder palpar su
cercanía. “¿Lo viste, chama?”, escuché que le preguntaba feliz a una vecina a
otra, mientras lo veía seguir, cobijado por la multitud.
Cali, sábado 6 de marzo de 2016.
(*) Periodista independiente, editor de PARÉNTESIS Y DE ¡PERIODISMO LIBRE!
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