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martes, 17 de mayo de 2016

Opinión. Colombia, país único. De idiotas, diría uno. El hombre nos cree tontos

Caricatura: Matador.

La risible resistencia
civil de Uribe

Lo peor de todo esto es la manera como la máquina mediática dominante instala esta idea en la conciencia y los marcos de interpretación de millones de colombianos. Curioso que esta treta tenga el apoyo desvergonzado de ciertas aves con ropaje izquierdista.

Por Horacio Duque Giraldo (*)
Quien  nos está proponiendo la resistencia civil contra la paz en Colombia no es un discípulo de Ghandi, ni  de Luther King. 

El promotor de ese disparate es el caballista del Ubérrimo, el socio de Pablo Escobar y el artífice de miles de masacres, desapariciones y desplazamientos de campesinos y trabajadores. El ídolo de los paramilitares y parapolíticos.


Es como el diablo haciendo hostias y el Ku Kux Klan gringo en campaña en favor de los negros.

Lo oigo y veo. No salgo del asombro.

Es el mundo de los chiflados de José Obdulio, el primo de Pablo y subalterno de ‘Varito’, como cariñosamente lo reconocía el Capo del Cartel de Medellín, mil veces favorecido desde el poder por la mano del caballista del Ubérrimo.

Colombia, país único. De idiotas, diría uno. El hombre nos cree tontos.

Ojala prontico le dé por hacer la correspondiente huelga de hambre para verlo sufrir y padecer como se merece.

Digo que no salgo del asombro. Increíble que el organizador  y patrocinador de cientos de masacres de campesinos, de indígenas, de afrodescendientes y humildes campesinos se nos presente hoy como la mansa expresión del repudio a una supuesta arbitrariedad.

Inaudito que el artífice de más de tres mil "falsos positivos" ejecutados por generales y oficiales del Ejército y la Policía que segaron la vida de sencillos seres humanos, tenga el descaro de proponerse como líder de una grotesca resistencia civil al propósito nacional de conquistar la paz con los diálogos y acuerdos con las Farc y el ELN.

Delirante que quien adelantó toda una serie de tropelías, mediante chuzadas, espionajes, encarcelamientos (como el que ordenó en mi contra en el año 2007) y montajes arbitrarios contra los derechos civiles y democráticos de los colombianos, nos venga a vender la idea de una resistencia absurda para impedir el fin de la guerra, solo porque al único que favorece un estado de cosas violento como el existente, sea a él.

Infame que quien utilizó el poder para convertir en multimillonarios a sus hijos (Tomás y Jerónimo) con fraudes fiscales y tributarios nos venga a decir que su corazón está limpio para convocar a una pirueta mediática emulando a Gandhi, Luter King, los filipinos y los irlandeses en su lucha contra la violencia y las bandas paramilitares.

Lo peor de todo esto es la manera como la máquina mediática dominante instala esta idea en la conciencia y los marcos de interpretación de millones de colombianos.

Curioso que esta treta tenga el apoyo desvergonzado de ciertas aves con ropaje izquierdista.

Le prestaron consignas (las mismas del Moir y otros maoístas degradados) para el 2 de abril y ahora exaltan la pomposa resistencia civil del caudillo de marras.

No salía de la risa el pasado 2 de abril cuando vi en los desfiles uribistas a militares artífices de "falsos positivos", a terratenientes enriquecidos con Agro Ingreso Seguro y a gamonales políticos que despojan la salud, gritando abajos a las injusticias, a la corrupción y al robo a la salud. Me pregunté: ¿entonces quién es el autor de la Ley 100 que ha causado el desastre en la salud colombiana?

Tengo la seguridad de que semejante esperpento (la tal “resistencia civil” contra la paz) morirá por carencia absoluta de buen sentido.

Los colombianos no somos tan bobos como para que nos engañen de esa manera disparatada.


(*) Analista político, articulista independiente.

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