miércoles, 5 de febrero de 2025

Ponencia. Foro del 5 de febrero de 2025

 

UN PERIODISMO LIBRE FRENTE A LA HEGEMONÍA MEDIÁTICA

Por Luis Alfonso Mena S.

Hace dos años y tres meses, el 2 de noviembre de 2022, nos congregamos en este mismo auditorio para hablar del nuevo poder que emergía y del rol del periodismo alternativo. Luego, entre marzo y abril de 2023, convocamos un seminario sobre el mismo tema. El carácter contra hegemónico del verdadero periodismo alternativo ha sido, pues, una preocupación permanente nuestra.

No entendemos la comunicación alternativa sin ese filo fundamental, el del periodismo que confronta los poderes establecidos a lo largo de la historia, poderes que han sembrado en las mentes de millones de seres una forma de ver la vida, el mundo, a través de sus leyes y sus representaciones políticas y su sistema de ideas inamovibles, convertidas en consensos que se erigen como muros graníticos, casi inexpugnables en mentes, comportamiento y decisiones colectivas. Derribarlos es la tarea de lo alternativo.

Los poderes predominantes, casi absolutos construyeron una superestructura jurídica, institucional que se refleja en los medios de comunicación y los convierte en aparataje ideológico y en cancerberos de la base económica, de la estructura económica, del modo capitalista de producción, defensor acérrimo suyo.

Esa compleja construcción de más de dos siglos es la que ha recibido el Gobierno del presidente Petro, un pesado fardo, un gran armario, un maderamen de innumerables normas en función del establecimiento burgués que, en lo fundamental, protege a un puñado de plutócratas. En el campo progresista no hay plena conciencia del nefasto legado recibido, y hasta se reivindica la abstracta consideración de la ley de piedra, que el gobierno no ha sabido manejar en muchos casos, que lo enreda y lo paraliza.

El presidente Petro entregó un ministerio fundamental, el de las TIC, el de las comunicaciones, a un partido de la derecha, el de la U, y ello, como se vio en el histórico consejo de ministro público transmitido el martes 4 de febrero por televisión abierta, ni siquiera ha servido para alguna gobernabilidad. No olvidemos que este ha sido uno de los mayores opositores, artífice del infame hundimiento de la reforma de la salud. Para no hablar de lo tarde que asumió el mando del Sistema de Medios Públicos, Rtvc.

Así, el peso fundamental de confrontar esa herencia del poder desde el gobierno ha recaído en el mismo presidente, con su persistencia en la red X, y, desde fuera del Ejecutivo, en manos de decenas de generadores de contenidos en YouTube y periodistas alternativos que, como nos ocurre en Periodismo Libre, luchamos desde la precariedad de recursos y tecnología, pero con inmenso compromiso y con una visión estratégica del momento que vivimos, del que somos testigos y ayudamos a documentar.

Pero la dictadura de las hegemonías mediáticas no se limita a la siembra de su óptica del país, porque en lo estratégico lo que a ella le importa más es ayudarles a las hegemonías políticas a arrancar de raíz cualquier benevolencia con los gobierno y sistemas políticos contrarios al capitalismo neoliberal, y lo que encontramos es que muchos de esos generadores de contenidos a los que hacemos referencia desde el campo alternativo se tragan completico el discurso de las élites. Los llamados alternativos colombiano en su mayoría no solo son provincianos, sino reproductores de las narrativas gringas: sus absurdos enfoques sobre la República Bolivariana de Venezuela, por ejemplo, en nada se diferencian de los de la derecha. Se sumergieron en el fango de la farsa de las tales actas y, sin investigar ni hacer reportería, repiten como loros lo que dice la corrupta oposición venezolana, ladrona de los recursos del Estado venezolano en el exterior y financiada por la Usaid y la Ned, mecanismo de financiación oscura del imperio estadounidense.

Nosotros que estuvimos en Caracas, gracias a la colaboración de Telesur, pudimos transmitir durante seis días la realidad de lo que ocurre en la República Bolivariana, en las calles, y dimos a conocer en vivo las movilizaciones y el pensamiento del pueblo bolivariano que cierra filas, alegre y consciente, con el gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro. En las calles de Caracas, durante las jornadas de juramentación, no vimos ni un solo periodista de medios colombianos, incluidos los alternativos. Estaban muy cómodos en Bogotá repitiendo las letanías de la derecha contra la revolución bolivariana.

La hegemonía imperial, que bloquea países y patrocina invasiones, que sojuzga pueblos, nos conduce a dar toda la importancia conceptual y periodística a los pueblos hermanos, empezando por insistir en la solidaridad con el pueblo palestino y siguiendo con ayudar a esclarecer la verdad sobre los procesos progresistas, tan odiados por las hegemonías. El asunto es que estos enfoques y coberturas de la geopolítica internacional no monetizan, ahí no funciona el tal algoritmo multiplicador. Hoy, la mayoría de los generadores en redes, cooptados por la monetización, prefieren no ir contra la corriente del establecimiento, no volverse políticamente incorrectos y seguir engordando los bolsillos con los temas que si mueven el torniquete en esas redes. Pero en Periodismo Libre asumimos por principios el análisis y las coberturas no solo nacionales, sino internacionales y no nos sumarnos a los coros de las narrativas de odio contra Venezuela, Cuba, Nicaragua o Rusia. Y nuestra cobertura en Venezuela redundó en una gran audiencia, de unos conglomerados humanos ávidos de encontrar quién les diga la verdad, que la inmensa mayoría de los medios les niega.

Para Periodismo Libre son tan importantes las luchas locales, como las de los pueblos de todos los confines del mundo. Practicamos el internacionalismo y el compromiso con las causas nobles de toda la humanidad. Creemos que es la forma más consecuente de la contrahegemonía, la que confronta al imperio, ese que hoy, liderado por un tirano como Donald Trump, aplica el neocolonialismo económico para someter a los pueblos. Creemos, en consecuencia, que tanto en lo nacional como en lo global debemos asumir compromisos, desde la honestidad y la verdad, sin falsos neutralismo.

Por lo anterior, consideramos fundamental elevar la formación política en el periodismo alternativo, la que no se logra en masivos y costosos encuentros, como el de Armenia, a los que concurren muchos sinceros periodistas alternativos, pero también muchos oportunistas, que medran por todas partes a la espera de pauta publicitaria y contratos. El Gobierno debe cumplir su promesa de la Ley de Tercios, pero esta no debe ser la preocupación fundamental. El afán primordial debe ser hoy elevar el cambio de paradigmas, enfoques y visiones del mundo y del país. Y avanzar en el ejercicio de la colaboración, la autogestión local e internacional.

En ese sentido, la participación de Telesur con su mensaje a este foro es un punto de partida en la perspectiva de esa colaboración y del cambio de paradigmas, guiados por el internacionalismo y la concepción humanista de nuestro periodismo. Las luchas de todos los pueblos nos interesan. Ese es nuestro norte. Y no olvidemos que las hegemonías dominan más por el engaño que por la fuerza. Ahí está su éxito. El mismo que tenemos que revertir en favor de la verdad de los pueblos.

 Muchas gracias.

 Cali, 5 de febrero de 2025.





No hay comentarios:

Publicar un comentario