miércoles, 22 de diciembre de 2010

EDICIÓN No. 28

Durante 2010 el poder de las élites que tradicionalmente han gobernado el país se recicló. Cambió de representante. Pasó de las manos de un vocero del oscuro latifundio antioqueño a las de un miembro de la oligarquía industrial bogotana. Sólo fue un cambio de mano, de estilo. En lo esencial son dos caras de una misma moneda: la de los detentadores del poder en Colombia. Ello hace prever nuevas e intensas luchas de los sectores populares en 2011.

¡PERIODISMO LIBRE!, que se consolidó en 2010, seguirá en 2011 con nuevos bríos poniendo su grano de arena en el mundo de la comunicación alternativa para procurar que haya luz y justicia en nuestra patria.

A todos nuestros lectores, gracias por acompañarnos, deseos infinitos de alegría en Navidad y de éxitos en sus luchas en el año que se inicia.

ÍNDICE


1. Testimonio. Así se "atiende" a un accidentado
La ruta del infierno

2. Análisis. Invierno e improvisación estatal
San Isidro Labrador: ¿cuándo pondrás el sol?

3. Ponencia. Foro Prensa y Lucha de Clases
De los medios masivos a los medios de masas

4. Noticia. Sofía Carvajal Ríos presentó su obra
El mundo de Sofía

5. Noticia. Libros de autores-editores
Descifrando huellas, en el Centro Cultural de Cali

6. Análisis. Santos maniobra en el Valle
Suspensión de elecciones: ¿qué hay detrás?

7. Opinión. El tráfico de seres humanos
La esclavitud sexual

Noticias y comentarios
APOSTILLAS

1. Testimonio. Así se "atiende" a un accidentado

La ruta del infierno

A poco de salir de dictar clases en Buenaventura, el bus en que me desplazaba hacia Cali cayó en uno de los miles de huecos de la carretera, convertida hoy en una trocha. El golpe me lanzó contra el techo del automotor, lo que me produjo una luxación cervical. Una vez en Cali, en la Clínica de Los Remedios se negaron a atenderme. ¡Se me pidió devolverme a hacer el croquis del accidente, ocurrido 100 kilómetros atrás! A la clínica lo que le interesaba era garantizar el pago del Soat, no mi salud.

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
El sábado 27 de noviembre las clases de Introducción a la Problemática Pública Colombiana marcharon sobre ruedas, los alumnos estuvieron muy aplicados en sus exposiciones y el intenso trabajo del día se vio recompensado con buenos resultados académicos en la tarde.

Nada hacía presagiar que poco tiempo después de dar mis clases a los 22 estudiantes del Tercer Semestre de la Escuela Superior de Administración Pública, Esap, en Buenaventura, el optimismo por el buen desarrollo de la jornada quedaría enterrado en uno de los miles de huecos que inundan como cráteres la vía del principal puerto colombiano sobre el Pacífico.

A poco de andar, el bus Expreso Palmira No. 1463 en que me desplazaba hacia Cali se precipitó en uno de esos huecos, el golpe brutal me lanzó contra el techo y terminé incrustado en la base del aire acondicionado del automotor, con un agobiante dolor en la cabeza y uno peor en el cuello y la columna vertebral, que me impedía seguir sentado y, menos, de pie.

Debía casi levitar para que los nuevos golpes del vehículo contra otros huecos, o el simple roce del carro con el pavimento, o los vaivenes generados por las curvas, no produjeran terribles aguijonazos en mi espalda y mi adolorido cuello.

Para colmo de males, mi nariz sangraba y sentía como si Muhammad Ali Cassius Cley, de regreso a los cuadriláteros, me hubiera propinado una paliza. No me atrevía ni a tocarme por el temor a que ella estuviera no solo rota sino fracturada.

Cuando el vehículo ingresó en el hueco, que estaba tapado con agua por la lluvia que acompañó todo el viaje, el golpe me había eyectado, así que cuando menos pensé estaba saliendo de un estruendoso choque contra una fibra de vidrio que rompí con mi cabeza, no sin antes raspar con mi nariz el receptáculo, que la lesionó y, de paso, colmó mi rostro del polvillo gris oscuro que botan los aires acondicionados.

A muy pocos de los pasajeros parecía interesar mi insólito accidente, ocurrido cuando venía sentado en los puestos de atrás, los que suelen llamar el gallinero, donde se sienten con mayor furor todas las descargas de los buses intermunicipales.

Sólo yo había sufrido el percance. Los tres vecinos del gallinero pudieron reaccionar a tiempo frente al golpe en el hueco. Yo, agotado por la larga jornada en Buenaventura, venía dormido. Me despertó el golpe.

La carretera de Loboguerrero hasta Buenaventura parece hoy una vía bombardeada, bloqueada por trancones, derrumbes acrecentados por el invierno inclemente, obras de ampliación mal planificadas, asfaltos destruidos por el paso de miles de camiones, la erosión de las montañas resentidas por el taladrar humano y la rebelión de la naturaleza que todos los días les da lecciones a los osados que han convertido la vía en una ruta del infierno. 
“Devuélvanse por el croquis”
Pero lo peor no había ocurrido aún. Las cuatro largas horas desde Cisneros, en cuyas inmediaciones se produjo el accidente, fueron como un Calvario hasta que llegué a Cali. Cuando estuve en la ciudad y me dispuse con el conductor del bus (un buen hombre, colaborador y solidario) a solicitar atención en la sección de Urgencia de la Clínica Nuestra Señora de los Remedios se negaron a recibirme.

La primera exigencia de la funcionaria que nos atendió fue que para poder hacer valer el Soat por el accidente ¡debíamos regresar a la carretera, cerca de Cisneros, unos cien kilómetros atrás, para reconstruir el hecho y que un patrullero de carreteras elaborara el croquis respectivo!

¡Qué tal! No importaban mis dolencias ni las repercusiones de las mismas…

Lo que a la Clínica de Los Remedios le interesaba era el trámite burocrático que le garantizara el pago posterior de los costos de mi atención. Habida cuenta lo insólito de la exigencia (algo así como aunque se muera, garantícenos primero el pago) me dieron una alternativa: “Si no traen el croquis, le toca quedarse a usted aquí mientras viene el policía de carreteras”.

¡Por Dios! Ni más ni menos que una retención de mi persona para, también, garantizar el pago de lo que a esas alturas no se sabía cuánto iba a demorar, si mucho o poco…

Obviamente no aceptamos el procedimiento de la clínica, decisión que no les importó a los funcionarios de la entidad, quienes de lo único que se preocuparon en el momento de nuestra partida, sin la atención urgente que requeríamos, fue de quitarme el cuello ortopédico que ya me habían puesto, ante la delicadeza del accidente sufrido.

Trasladado a la Clínica de Comfandi, el mismo trámite, aunque finalmente fui atendido… Luxación cervical, fue el dictamen luego de varios exámenes… Después de 18 días y de muchos reclamos de mi parte, accedieron a autorizar las terapias necesarias…

Así es como se “atiende” la salud en Colombia. Este es uno de los servicios más mal prestados, entre otras razones porque impera la lógica de la ganancia. Lo que importa, y así lo demostró el comportamiento de la sección de Urgencias de la Clínica de Los Remedios el sábado 27 de noviembre pasado, es garantizar el pago. La salud de los pacientes está de última.

Esta es una de las premisas del capitalismo: el dinero antes que la salud. Y eso que el juramento hipocrático y las normas constitucionales y los principios más elementales del humanismo obligan a lo contrario.

Aquel 27 de noviembre qué iba a presagiar que mi cabeza terminaría incrustada en el aire acondicionado del Expreso Palmira número 1463 y que padecería lo que ahora veo como una lección fáctica de la problemática pública colombiana, materia que acababa de trabajar con mis estudiantes de la Esap-Buenaventura.

(*) Director de ¡Periodismo Libre! Docente de la Esap y de la USC.
Las fotografías:
La carretera entre Loboguerrero y Buenaventura parece una zona de guerra. Los accidentes y traumas pululan en ella y la han convertido en una ruta peligrosa. El crudo invierno ha acrecentado los problemas.

2. Análisis. Invierno e improvisación estatal

San Isidro Labrador: 
¿cuándo pondrás el sol?

La tragedia invernal demostró la falta de preparación del Estado para enfrentar este tipo de fenómenos, y para evitar que sus consecuencias alcancen los niveles a los que llegó en casi todo el país.

Por Santiago José Mena Cárdenas (*)

En estos dos últimos meses de 2010, el agua ha sometido al país con toda su furia. La cantidad de agua que inunda los campos colombianos a lo largo y ancho del territorio nacional muestra la magnitud de este invierno, el peor en la historia de la nación.

Gran parte del territorio nacional se ha visto afectada: 28 de los 32 departamentos han tenido percances por las intensas lluvias, las cuales han producido una gran cantidad de problemas, deslizamientos y grandes inundaciones como la del Canal de Dique en el Atlántico, la desaparición del municipio de Gramalote, en Santander del Norte, y la tragedia de Bello, en Antioquia, tal vez los casos más graves hasta ahora.

Las cifras de esta ola invernal son impresionantes. Según los últimos datos, más de 300 muertos, dos millones de damnificados, 10 billones de pesos en pérdidas económicas y pueblos enteros por debajo del agua es el panorama desalentador que miramos hoy los colombianos.

Las campañas departamental, nacional e internacional no han sido suficientes para ayudar a la cantidad de damnificados que hay, comunidades enteras no han recibido ningún tipo de ayuda, lo cual es muy preocupante, pues pasan demasiados apuros que tienen que ser resueltos lo más pronto posible.

Vendrán después de esta ola invernal tiempos muy difíciles para el país, pues será el momento de mirar lo que dejaron los derrumbes e inundaciones y empezar a reconstruir pueblos enteros, reubicar familias que lo perdieron todo y tomar las precauciones que sean necesarias para que el desamparo no se repita.

Además, reorganizar las corporaciones autónomas regionales para que de verdad cumplan sus funciones y no se hagan las de la vista gorda con los problemas ambientales que cada departamento tiene y empezar a solucionarlos, que es para lo que están.

El Gobierno tendrá que cumplir con sus promesas de reconstrucción de los pueblos, de no abandonar a las familias afectadas. Ojala Juan Manuel Santos cumpla con todo lo que ha dicho y que no ocurra como con el Gobierno pasado, que eran promesas y nada más.

Dejará de llover y veremos qué pasa. Mientras tanto, todos seguimos clamando que se cumpla el viejo ruego católico: San Isidro Labrador, quita el agua y pon el sol.

(*)Estudiante de undécimo grado del Colegio San Antonio María Claret.



Las fotografías:
En el Valle del Cauca, el municipio de Jamundí ha sido uno de los más afectados por las lluvias. La foto superior corresponde a inundaciones en uno de sus barrios. La de abajo, tomada por Santiago José Mena C., muestra los efectos de la tempestad que azotó al municipio el jueves 22 de diciembre de 2010 y que derribó gigantescos árboles, como éste que taponó toda la vía Chipayá, en el kilómetro 3.

3. Ponencia. Foro Prensa y Lucha de Clases


De los medios masivos a los medios de masas

Apartes de la ponencia presentada por el autor en el foro realizado por el Partido Comunista del Valle el domingo 5 de diciembre de 2010. “Falta más iniciativa, desprendimiento, voluntad y valoración política desde la izquierda para asumir la creación de medios masivos como ejercicio estratégico de su accionar”, dice el ponente.

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
La historia de los medios de comunicación, como la recorre Gabriel Fonnegra en su libro La prensa en Colombia, es la historia de los oligopolios, gran parte de ellos familiares, al mando de los grandes periódicos, primero, y, luego, de las grandes cadenas de radio y de televisión.

Es la historia también de la censura y la autocensura y de su manejo esencial en función de los intereses estratégicos de las clases dominantes, por sobre sus diferencias circunstanciales, con miras a garantizar el statu quo.

Esto, que parece claro a la luz de un pensamiento de izquierda, no parece serlo ni mucho menos para la retina de una gran cantidad de colombianos que hoy miran el discurrir de nuestras coyunturas con la dicotomía de buenos y malos, desprovistos de posiciones de clase y más bien proclives a aceptar las visiones impuestas desde el poder.

Entre otras razones, porque para ellos y muchos de sus orientadores, no solo en los medios sino en la academia, hoy en vez de clases lo que habría sería una enorme multiplicidad de variables, una variopinta conformación social que se diluye en conceptos generales como estratos, actores, sectores, grupos, conglomerados.

Así, estaríamos en presencia de una extensa taxonomía que clasifica a los pobladores por sus profesiones, oficios, posiciones subjetivas y hasta por sus preferencias, antes que por los lugares que ocupan frente al sistema económico imperante, pues supuestamente todo depende de las habilidades y predisposiciones de esos pobladores para aprovechar las bondades que brindaría la estructura general con el fin de abrirse paso y ascender en la escala social.

A partir de lo anterior, bastaría con ingresar en la lucha de millones de personas incrustadas en la movilidad social y entrar en la dinámica de la superación personal, del esfuerzo individual, porque supuestamente la clave no es nuestra posición ante los medios de producción, frente a su posesión, sino que ella se expresa en la actitud subjetiva de bregar por ascender en procura de aprovecharlos y “progresar”.

La resolución de la confrontación social con la disyuntiva amigo-enemigo ha ido ganando terreno en la diversificación que le interesa imponer a quienes detentan el poder, y según la cual el problema de la sociedad no son las diferencias profundas entre sus clases sino sólo los comportamientos éticos de sus componentes, de tal forma que el asunto quedaría resuelto en la pugna entre los defensores de las leyes y la moral y los que las transgreden.

El problema es que hoy muchos pensadores desde la izquierda se hallan entrampados en esa falsa disyuntiva, temen plantear los problemas de las comunidades en términos de lucha de clases, y prefieren hacer uso de una gama cada vez más amplia de eufemismos, que probablemente los muestran más académicos y ecuánimes, menos agitadores y segados, por no decir menos anacrónicos.

Así, conceptos medulares como los de imperialismo, burguesía, fascismo, oligarquía, proletariado, clases y lucha de clases son cada vez menos usados y cada vez más reemplazados por otros más abstractos, menos precisos. Hoy tenemos una izquierda menos contestataria y más próxima a la conciliación, más dispuesta a la cesión de sus principios en aras de cuotas de poder.

Entramos aquí en el debate sobre la pregunta fundamental: cómo tomar el poder, objetivo supremo de toda lucha política, a la que los medios de comunicación no son ajenos y en la que, por el contrario, participan como parte del entramado público estatal o público privado que los usa o los silencia, según su posición en la pugna por ese poder.

Pero la pregunta, obviamente, va más allá de los medios, y se le plantea a la sociedad en general y a la izquierda en particular. Más aún, en una época como la que vivimos, con gobiernos locales de izquierda, como el que supuestamente existe en Bogotá, sometidos a dos flancos: el de sus propios errores y el del asedio de los medios de las élites.

Periodismo de izquierda y sus retos
Hoy necesitamos pasar de la queja sobre la manipulación de los grandes medios, sobre la imposición de las agendas mediáticas, sobre el hecho de que los grandes medios no solo son canales al servicio de las élites sino extensiones de las clases oligárquicas en el poder (aparatos ideológicos del Estado, como los denominara Louis Althusser) y trascender al escenario de la generación de medios alternativos masivos, si se quiere, de masas, no sólo en prensa, sino en radio, televisión y la internet.

El aporte extraordinario, valiente y combatiente de Voz es de enorme importancia en la sociedad de hoy y así lo dirá la historia. Pero debe ir más allá. Deberíamos recoger las experiencias de medios independientes y definidamente de izquierda como La Jornada de México, Página 12 de Argentina, Correo del Orinoco de Venezuela y Brasil de Fato, entre otros.

Este último es realmente paradigmático, pues, como nos lo cuenta Pascual Serrano, es “editado y de propiedad de los movimientos sociales. Entre ellos, organizaciones como Vía Campesina, Consulta Popular, pastorales sociales vinculadas a la iglesia católica progresista, sindicatos, partidos de izquierda, colectivos feministas, organizaciones estudiantiles... Estas y otras organizaciones son invitadas a componer el consejo editorial, que convoca reuniones mensuales con personalidades del mundo político e intelectual donde se señalan críticas y se establecen pautas para el periódico. También existe un consejo político, con figuras públicas de prestigio nacional, que da apoyo a línea política del periódico”.  

Según Serrano, este periódico, fundado en 2003, desde 2006 edita 50.000 ejemplares semanales. “En la actualidad el proyecto se encuentra saneado económicamente mediante los ingresos por venta de ejemplares, donaciones de los movimientos sociales y publicidad. No existe acontecimiento político o movilización brasileña donde no se encuentre, además del periodista de Brasil de Fato, un stand de venta del diario. Si bien debido a la crisis económica los movimientos sociales han debido incrementar sus donaciones, no aceptan publicidad privada, sólo la que procede habitualmente del gobierno federal a través de instituciones como el Banco Federal o mediante la inserción de anuncios que informan de proyectos sociales estatales”.  

“El debate sobre el equilibrio adecuado entre militancia y periodismo es una constante. Aunque en su primera época era, digamos, más panfletario, ha ido evolucionando hacia una mayor profesionalización sin perder la línea editorial, su diseño es una buena prueba de ello”, puntualiza Serrano.

Este es sólo un caso. Hay otros de prensa alternativa, de izquierda, independiente con circulación masiva, porque lo alternativo no es sinónimo de escasez ni de marginalidad en la circulación y en la llegada a los conglomerados humanos a los que está destinada la prensa de izquierda.

En Colombia las experiencias recientes no han sido muy fructíferas. No es sino ver la vida efímera del periódico del Polo Democrático. Y en materia de radio y de televisión estamos en pañales. No solo por la exclusión que imponen los grandes medios, sino porque, y hay que reconocerlo, falta más iniciativa, desprendimiento, voluntad y valoración política desde la izquierda para asumir la creación de medios masivos como ejercicio estratégico de su accionar, ejercicio al que habría que dedicar no las energías que sobren sino las más importantes energías y recursos.

Debemos pasar del reclamo a la acción. Una sociedad mediática como la de hoy le impone a la izquierda la obligación de pensar primero en los medios, pero no sólo en los de las élites para exigirles que cumplan con su deber de informar con equilibrio, sino para generar los espacios que le permitan a ella tener sus propios canales desde los cuales contrarrestar el enorme poder de quienes detentan el mando.

La lucha de clases hoy más que nunca está no solo en los medios sino en la posesión de ellos, en el paso de los medios masivos de las élites a los medios de masas de la izquierda. Ese también es un reto revolucionario, tan importante como tomar el poder.

(*) Directos de la revista virtual ¡Periodismo Libre! y del periódico universitario Paréntesis.

Bibliografía

Fonnegra, Gabriel. La prensa en Colombia. ¿Cómo informa? ¿De quién es? ¿A quién le sirve?, Bogotá, El Áncora Editores, Colección Periodismo de Hoy, 1984.
Serrano, Pascual. Brasil de Fato, un ejemplo de convivencia entre medio de comunicación y movimientos sociales, versión en internet.


Las fotografías:
En la foto superior aparece Luis Alfonso Mena S. con Carlos Lozano Guillén, director del semanario Voz, quien también participó en el foro sobre medios de comunicación y lucha de clases.
La gráfica del medio corresponde a parte de los asistentes y las fotos inferiores son portadas de los periódicos Brasil de Fato, La Jornada de México y Página 12 de Argentina, medios de izquierda de amplia circulación en sus respectivos países.

4. Noticia. Sofía Carvajal Ríos presentó su obra

 El mundo de Sofía

Apenas cuatro días después de graduarse como comunicadora social, y con la colaboración de su familia, Sofía Carvajal ya estaba lanzando su libro, que contiene su tesis: El piropo en Cali. Entre el halago y el insulto.

En emotivo acto cumplido el sábado 18 de diciembre en el auditorio de Comfenalco-Cali, la comunicadora social y periodista Sofía Carvajal Ríos presentó su libro El piropo en Cali. Entre el halago y el insulto.

El texto es el producto de la tesis de grado con la que obtuvo su título el martes 14 de diciembre, apenas cuatro días atrás, en ceremonia cumplida en el Aula Máxima de la Universidad Santiago de Cali, USC.

La dedicatoria del texto es señal de lo que es el mundo de Sofía, la filosofía de esta estudiante egresada de la Facultad de Comunicación Social de la USC y de su Énfasis en Periodismo, en el que fue una de sus destacadas integrantes.

Dice el mencionado epígrafe: “A quienes todavía creen que las ideas transforman el mundo y que lo sencillo de la cotidianidad es lo complejo de la vida”.

Sofía Carvajal aceptó el reto que ella misma se impuso de estudiar un asunto cultural y social que muchos investigadores seguramente desecharían. Lo asumió con rigor para procurar aportarle a “lo complejo de la vida” de su sociedad.

Entre los temas que toca en su tesis, convertida en libro por ediciones Poemia, figuran los siguientes: Ciudad que evoca. Ciudad que hace sentir. Transeúnte y nomadismo urbano. La identidad y la persona social. Comunicación cotidiana y experiencia de vida. El contrato comunicativo. Género, poder y comunicación.

También, El piropo: lenguaje y acción. El piropo: práctica social comunicativa. Lo subjetivo de la práctica. El piropo: estructura esencial. El escenario de la acción. El piropo como escenario en la ideología cotidiana.

El libro promete ser un referente en el estudio de la semiología del fenómeno que representa el piropo, y constituye, al mismo tiempo, el punto de partida de la carrera de una periodista y escritura de gran futuro.

Sofía Carvajal fue una de las colaboradoras más dinámicas de la edición No. 12 del periódico universitario Paréntesis, que se edita en el Énfasis de Periodismo.

“Creo que mi compromiso como periodista no me abandona ni un segundo. Cada calle, árbol, mujer, hombre, niño, anciano y ciudad tienen una historia que contar. Historia, que yo quiero oír y comunicar”, dice la autora al final de su libro.
Las fotografías:
En la superior, Sofía Carvajal Ríos. En la de abajo, la autora con los docentes de la Facultad de Comunicación Social de la USC Óscar Ortega, Luis Armando Muñoz y Luis Alfonso Mena S. (Fotos tomadas por Oswaldo Paéz).

5. Noticia. Libros de autores-editores



Descifrando huellas
en el Centro Cultural de Cali

Cinco autores editores se reunieron el jueves 25 de noviembre en el Salón Madera del Centro Cultural de Cali para presentar sus libros, en acto organizado por Impresora Feriva, con el respaldo de la Secretaría de Cultura del Municipio.

Ante nutrido auditorio presentaron sus obras el catedrático Luis Evelio Álvarez Jaramillo, autor del libro Estilos de conocimiento en los estudios de la comunicación mediática en Colombia. Años 1962 a 1990  y el escritor Víctor Andrés Pinzón Calderón, autor de la novela Huellas de sangre. Del amor y el desamor.

De igual forma, Patricia Maya presentó a nombre de la Fundación de Teatro de Cali la obra La denuncia, clásico del dramaturgo caleño Enrique Buenaventura, homenaje póstumo al autor, y Ricardo Andrés López hizo lo propio con el libro Piensa lo que sigue, una traducción del original de Roger Lasalle.

Finalmente, Luis Alfonso Mena Sepúlveda hizo la presentación de su libro Descifrando huellas. Periodismo del mimeógrafo al ciberespacio, que ya había sido oficialmente lanzado en una ceremonia cumplida el 20 de octubre en la Universidad Santiago de Cali.

Mena Sepúlveda reivindicó los libros como herramientas de conocimiento, su valor cultural, mediático, social y político. “Queremos seguir aportando a la sociedad desde los libros que se cogen, se rayan, se degustan y se llevan a todas partes, como un adorable bebé o como un dulce ancianito”, explicó.

Según el autor, el libro en general es ese objeto maravillo lleno de sapiencia y lealtad con el intelecto, creado por el ser humano desde tiempos inmemoriales, que jamás dejará de andar, a pesar de los desarrollos de la electrónica y de los afanes de quienes quieren verlo limitado a los marcos de una pantalla de computador.

El acto de Feriva fue una oportunidad para el encuentro de autores que pugnan por dar a conocer sus obras con más de un centenar de personas que los escucharon, aplaudieron, compraron algunos de sus libros y departieron un momento cálido.

Una nueva presentación de estas obras tendrá lugar el jueves 27 de enero de 2011 en la Biblioteca Departamental del Valle, a partir de las 7 de la noche.


Las fotografías:
En la superior, los autores con sus obras. Abajo, la asistencia y Luis Alfonso Mena S., con Jessica López, María Teresa Arboleda, Darwin Ávila, Geovanny Gutiérrez e Indhira Gironza, ex alumnos suyos y colegas periodistas hoy. (Fotos: Santiago José Mena C.).

6. Análisis. Maniobra de la clase política

Suspensión de elecciones: ¿qué hay detrás?


El Presidente podría caer en una falta disciplinaria y en una extralimitación al cancelar las elecciones atípicas del 23 de enero de 2011, en las que se elegiría al reemplazo de Juan Carlos Abadía en la Gobernación del departamento del Valle.

Por Alberto Ramos G. (*)
Un presidente sólo puede suspender las normas que le sean contrarias a las decisiones que se adopten  para enfrentar la crisis, de suspender las elecciones en el Valle del Cauca tendrá que hacer un malabarismo jurídico al redactar el decreto legislativo dentro del estado de excepción porque la ola invernal no tiene relación directa con la participación electoral. Dentro de un estado de excepción no se puede alterar el goce de los derechos humanos, y el derecho a la participación es un derecho humano: así se consagró en el artículo 40 de la Constitución.

Los estados de excepción son transitorios y la Constitución los regula para no romper el Estado de Derecho, y evitar que se gobierne por decreto, para evitar la dictadura constitucional. Un estado de excepción puede suspender otras normas infraconstitucionales para poder ejecutar lo necesario de cara a remediar los factores de la crisis, en este caso la catástrofe ambiental, pero no puede cancelar o derogar normas vigentes y las elecciones se podrían suspender, pero se tendrán que hacer.

El decreto legislativo no podrá decir que no habrá elecciones. Hasta ahora no ha salido ese decreto, solo salió el anuncio. Un aspecto que resalto es que constitucionalmente es muy distinto suspender a cancelar. Conjeturo entonces que van a dilatar todo. ¿Cómo? Suspendiendo para otra fecha que luego será irrealizable. Un estado de excepción como la emergencia económica, social y ecológica sólo puede decretarse por 30 días, prorrogable otras dos veces hasta llegar a 90. Esos 90 días se cumplen el 30 de marzo, para esa fecha reactivar las elecciones se vuelve inviable por el corto tiempo del mandato que queda y por el cruce de la logística para otra la otra elección, la de octubre 2011.

Al salir este decreto no podrá decir que se cancelan las elecciones, porque ningún presidente en Colombia, después de 1991, puede derogar las disposiciones vigentes dentro de un Estado de Excepción, solo las podría suspender para hacer posible y aplicables las medidas que tratan de conjurar la emergencia.

Todas las medidas que se tomen dentro del estado de excepción se deben adoptar, aplicar y desarrollar solo dentro del periodo que dure la emergencia decretada por el gobierno nacional. Las medidas duran el tiempo de la situación de excepción, se trata del aparecimiento de un derecho de excepción y transitorio.

El presidente podría caer en una falta disciplinaria y en una extralimitación al cancelar las elecciones; podría suspender los comicios por el tiempo que resta del tiempo decretado en la emergencia, pero  toda vez que la medida se decretó el 8 de diciembre por 30 días, y las elecciones están previstas para el 23 de enero, cuando ya no estaría vigente la medida, entonces es inocuo, tendría primero  que prorrogar la emergencia económica, social y ecológica por otros 30 días en un decreto nuevo que le permitiría suspender las elecciones hasta una fecha cercana al   8 de febrero del 2011.

Pero del 23 de enero al 8 de febrero solo hay 15 días, y allí se le agota la segunda prórroga de 30 días dentro de la emergencia constitucional; así, tendría que buscar acudir a la tercera prórroga que le permiten el artículo 215 de la constitución y la Ley 137 de 1994, para alcanzar hasta 8 de marzo de 2011.

Este procedimiento sería imposible porque las prórrogas son escalonadas a medida que las condiciones de adversidad y catástrofe continúen. No pueden ser caprichosas ni imaginarias, ni futuristas. La Corte Constitucional dentro del control automático de los estados de excepción no avala ni consiente prorrogas sin proporcionalidad y necesidad respecto de los hechos invocados.

 (*) Magister en Ciencia Política, Universidad Javeriana.


7. Opinión. El tráfico de seres humanos

La esclavitud sexual

Por Luis Carlos Lozano O. (*)
La especie humana no ha escapado ni escapará de la esclavitud en sus diferentes expresiones; solo cambian el estilo de esclavizar, nombres de los amos, esclavos, espacio y tiempo. Las estadísticas nos indican que la esclavitud sexual está entre las de mayor auge en la actualidad en el mundo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

EDICIÓN No. 27

La edición No. 13 del periódico universitario Paréntesis que, con la dirección de Luis Alfonso Mena S., editan los estudiantes del Énfasis en Periodismo de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali, USC, empezó a circular el viernes 12 de noviembre de 2010, con completa información sobre los problemas que afronta la USC, además de historias, opinión y excelente material gráfico. En esta edición de ¡PERIODISMO LIBRE! se reproducen varios textos publicados en Paréntesis y se presenta un reportaje gráfico del proceso de producción de este medio alternativo e independiente.
ÍNDICE

1. Análisis. Los problemas de la Santiago
En la USC, crisis de representación
-- Por Luis Alfonso Mena Sepúlveda

2.- Análisis. ¿Qué pasa en la Santiago de Cali?
Vigencia de la acción colectiva en la USC
-- Por Ildebrando Arévalo Osorio

3. Editorial. Paréntesis publica su edición No. 13
La importancia del periodismo independiente
-- Por la Redacción de Paréntesis

4. Noticia. El proceso de producción de Paréntesis
Así se hace un periódico alternativo
-- Por la Redacción de ¡Periodismo Libre!

5. Ponencia. Foro en la Universidad del Valle
Los periodistas, los medios y el conflicto colombiano
-- Por Luis Alfonso Mena Sepúlveda

6. Análisis. El constitucionalismo pre-republicano
Otros aspectos del Bicentenario
-- Por Alberto Ramos Garbiras

7. Análisis. Pobres pagan estragos del desarrollo
Ferocidad del capitalismo, más fuerte que las avalanchas
-- Por Carlos Alfonso Victoria

8. Columna libre. La sanción contra Piedad Córdoba
Colombia, país de hipócritas
Por Luis Alfonso Mena Cárdenas

9. Opinión. El conflicto armado en Colombia
Más inversión para la guerra, menos en lo social
-- Por Luis Carlos Lozano Ospitia

Jueves 25 de noviembre: presentación de Descifrando huellas.
Lugar: Salón Madera del Centro Cultural de Cali (Carrera 5 No. 6-05).
Organiza: Feriva S.A.
 Hora: 7:00 p. m.
 Entrada libre.

1. Análisis. Los problemas de la Santiago de Cali

En la USC, crisis de representación

El cogobierno, ganado por estudiantes, docentes y trabajadores universitarios en arduas jornadas de lucha en décadas pasadas, no debe ser una fórmula insustancial ni una consigna demagógica: debe ser un reconocimiento permanente de la democracia dentro de la institución. Y ello es lo que hoy está fallando.

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Lo que demuestran las recientes protestas escenificadas por parte de estudiantes y profesores en la Universidad Santiago de Cali, USC, es la crisis del sistema de representación existente en la institución, cuya máxima expresión es el Consejo Superior.

Éste se ha caracterizado por ser un órgano excluyente, al que pocos que no sean consejeros tienen acceso y cuyas decisiones, de acuerdo con quienes conocen ampliamente su funcionamiento, ya están predeterminadas por otras instancias con intereses muy definidos.

Así, el nivel de deliberación y controversia que debe caracterizar a un organismo de elección popular, como lo es éste, se incumple, y la oposición es aplastada, pues es conocida la hegemonía de una sola fuerza dentro del Consejo, que copa a la gran mayoría de los representantes de los diferentes estamentos.

Resulta paradójico, por ejemplo, que un organismo con tan alto número de integrantes (130 para una población no mayor de 15.000 estudiantes y docentes) no tenga los mecanismos para facilitar el acceso de alumnos, profesores y trabajadores a sus deliberaciones.

En cambio, para establecer un paralelo, el Senado de la República (integrado por menos miembros, 102, aunque representante de nada más y nada menos que de 44 millones de personas) permite la presencia de cualquier ciudadano en sus debates.

Pero el del acceso de los electores es solo uno de los problemas de este organismo de “cogobierno”. El más grave, a nuestro juicio, es el del incumplimiento de uno de sus roles fundamentales: el control de la Administración de la Universidad, que se debe expresar en la amplia discusión de sus propuestas y no en la toma de decisiones diseñadas de antemano.

Ante el unanimismo interior, los miembros del Consejo Superior deben dar cabida a las voces que desde el exterior del mismo formulan reclamos y plantean ideas sobre los males que afectan a la Universidad, no desdeñarlos a priori.

El organismo perdió su esencia: ser espacio para la discusión de los problemas del alma máter, y por eso estudiantes y profesores se ven obligados a recurrir a otras maneras de hacerse oír y sentir.

Las protestas, los mítines, los pronunciamientos públicos, las asambleas son escenarios legítimos (y, además, constitucionales) para decir lo que no se quiere escuchar en el Consejo Superior y en otros organismos de puertas cerradas.

Los estudiantes urgen que sean atendidos reclamos legítimos en materia de costos de matrículas, de parqueaderos y de canchas deportivas, lo mismo que sobre calidad académica y mecanismos verdaderamente democráticos de representación.

Los docentes, por su parte, reclaman, entre otros ítems, que se solucione de una vez por todas la falta de servicio médico, que no se presta por parte de la mayoría de las EPS porque, aunque la Universidad descuenta muy puntualmente en cada mesada el valor correspondiente a los aportes de los profesores, los pagos no se hacen.

Y, además, piden que se abran los espacios de participación más allá de los círculos cerrados de facultades y departamentos.

El cogobierno, ganado por estudiantes, docentes y trabajadores universitarios en arduas jornadas de lucha en décadas pasadas, no debe ser una fórmula insustancial ni una consigna demagógica: debe ser un reconocimiento permanente de la democracia dentro de la institución. Y ello es lo que hoy está fallando.

(*) Profesor de la Facultad de Comunicación Social de la USC, director de ¡Periodismo Libre! y del periódico universitario Paréntesis.
Foto tomada por James Arias Nieva