miércoles, 27 de enero de 2010

EDICIÓN No.16

Seguidores de Manuel Zelaya lo despidieron el miércoles 27 de enero con expresiones de alegría al poder salir de la embajada de Brasil en Tegucigalpa, que se había convertido casi en una cárcel para el presidente derrocado de Honduras. Finalmente el gorilato que le dio el golpe se salió con las suyas, pero el movimiento popular sacó valiosas lecciones. (Foto tomada de http://www.cubadebate.cu/).

CONTENIDO

Análisis. Uribe esconde fracaso de su política de seguridad
El cartel de los sapos

Análisis. Sólo los ricos tienen derecho a la salud
Uribe prohíbe enfermarse

Análisis. Derrotadas la democracia, la OEA, la ONU
Las lecciones de Honduras

Opinión. Una visión de la política de centro en Colombia
El Partido Verde

Opinión. La desesperanza juvenil sobre el país
Colombia: un país donde no pasa nada…

Uribe esconde fracaso de la política de seguridad

El cartel de los sapos

Por Luis Alfonso Mena S.
Fiel a su política de comprarlo todo con tal de obtener resultados, Álvaro Uribe propuso el martes 26 de enero que los estudiantes se vuelvan sapos.

Planteó vincular a mil de ellos a las listas de informantes de las fuerzas de seguridad del régimen con el supuesto fin de enfrentar la violencia desbordada en Medellín.

Ya en Cali, donde la situación de inseguridad es aterradora, así la minimice el alcalde Ospina, Uribe propuso no mil sino tres mil jóvenes a sueldo para los mismos fines.

Aprovechando la situación miserable de millones de jóvenes, para quienes lo ofrecido ($100.000 mensuales) puede resultar atractivo, Uribe insiste en las listas de informantes.

Como ha hecho con casi dos millones de colombianos vinculados a los programas de subsidios, el más conocido de los cuales es el de Familias en Acción.

Seguramente Uribe busca engrosar las listas de votos cautivos para sus ambiciones re reeleccionistas y las de sus amigos congresistas, incluidos los de ADN y PIN…

Pero el análisis de la propuesta de Uribe debe ir más allá, pues se trata de un asunto de ética pública: ¿es válido pagarle a todo el mundo para combatir un flagelo como la inseguridad?

La idea de pagar a mil muchachos paisas, que después podrán ser muchos más, tiene unos antecedentes nefastos: los llamados falsos positivos…

Esos crímenes ocurrieron con base en los estímulos ofrecidos por el Gobierno: agentes del Estado asesinaron a jóvenes inocentes para mostrarlos como guerrilleros dados de baja.

Y se podría ir mucho más atrás, pues fue el propio Uribe el inspirador de las nefastas cooperativas de “seguridad” Convivir, que degeneraron luego en “autodefensas”…

Uribe anda por estos días dando palos de ciego, preocupado porque el fenómeno de la inseguridad urbana se le salió de las manos, a pesar de su “seguridad democrática”.

En Barranquilla hay por estos días una aguda controversia liderada por el Alcalde Char ante el incremento de la criminalidad y el fracaso de la Policía de la ciudad.

En nuestra región ni se diga: en 2009 los balances fueron aterradores en materia de homicidios: cada día fueron asesinadas cuatro personas en Cali y nueve en el Valle.

Durante 2009, un total de 1.814 personas fueron asesinadas en Cali y 3.294, en el Valle del Cauca, según cifras del Instituto de Medicina Legal.

En Medellín, de acuerdo con la misma fuente, en 2009 ocurrieron 2.176 homicidios, 744 muertes violentas más que en 2008, ¡un incremento del 104%!

Así las cosas, lo que está ocurriendo en las principales ciudades del país es un desbordamiento de la criminalidad en general, pero de manera especial de los homicidios.

Y todo a pesar de la política de “seguridad democrática” en la que el Gobierno invierte una gran parte del presupuesto nacional para sostener una fuerza de 445.000 hombres.

Lo anterior significa que Colombia tiene unas Fuerzas Armadas iguales a las del Brasil, aunque este país es ocho veces más grande en territorio y cinco, en población.

Estamos en presencia, pues, de un fenómeno que gravita en la ciudadanía: la falta de tranquilidad en las calles, sometidas a las bandas armadas y al imperio del crimen.

Fenómeno que refleja la multiplicación de carteles del narcotráfico y el reagrupamiento de muchos de los 30.000 paramilitares desmovilizados dejados en libertad por el Gobierno.

Pero, además, el crecimiento del desempleo, la segregación social y la crisis de un estado al que la denominación de “social de derecho” le quedó grande.

Y ante esa crisis monumental, Uribe sigue hablando de volver informantes hasta a los estudiantes, de ponerlos de carne de cañón.

Con razón esta propuesta, así como sus medidas de emergencia sobre la salud, han recibido un rechazo tan masivo en el país, empezando por los mismos estudiantes.

La solución no está en convertir a todos, como lo hiciera Hitler, en señaladores de sus vecinos, amigos y hasta de sus familiares.

Colombia no necesita otro cartel de los sapos.

Análisis. Sólo los ricos tienen derecho a la salud


Uribe prohíbe enfermarse

Por Luis Alfonso Mena S.
Álvaro Uribe acaba de decretar que de ahora en adelante los colombianos no podrán enfermarse.

Si por esas cosas de la naturaleza, la contaminación o la violencia alguno cae en cama tendrá que contentarse con recibir las aspirinas del listado oficial.

Listado que está siendo confeccionado por el club de “sabios” que lidera el ministro de la des-protección social, Diego Palacios.

Sí, el de la yidispolítica absuelto por esos extraños avatares de la “justicia” colombiana que condena por un delito de dos solo a uno (Yidis).

Será el vademécum más breve de la historia: contendrá unos cuantos medicamentos susceptibles de ser recomendados.

Según el Decreto 131, los galenos que receten más allá del Plan Obligatorio de Salud, POS, serán sancionados con multas hasta de 50 salarios mínimos legales mensuales…

¡Qué tal! Casi 26 millones de pesos de sanción por el hecho de recetar las medicinas que un paciente necesita, pero que no están en el decreto de Uribe y Palacios.

O por enviar al enfermo a un especialista, o por diagnosticarle una enfermedad grave que implique altos costos para su tratamiento.

La salud sometida a la evaluación capitalista del menor costo para que los potentados puedan obtener las mayores ganancias.

Y los médicos puestos contra la pared, con la espada de Damocles pendiendo sobre sus cabezas cada vez que atiendan a un paciente.

Apoyado en decretos con fuerza de ley, según el artículo 215 de la Constitución, Uribe mostró de nuevo su cobre plutocrático: gobierna para los más ricos.

¿Su objetivo? Satisfacer las demandas de los dueños de las Empresas Prestadoras de Salud, EPS, esos pulpos a los que sólo les interesan las ganancias multimillonarias.

A los negociantes de la medicina les molesta la tutela, única defensa de los pobres y de las capas medias para acceder a tratamientos, cirugías y medicinas de cierto nivel.

Desde el inicio de su mandato Uribe ha querido acabarla, le parece que la gente abusa de ella sólo porque la hace valer ante las injusticias, como la negación de la salud.

Con los decretos del estado de emergencia social el Presidente inocula contra la tutela todo su odio para dejarla postrada.

De ser avalados esos decretos por la Corte Constitucional y por las mayorías abyectas que Uribe tiene en el Congreso, el acceso a la salud será más segregacionista de lo que es hoy.

Será factible sólo para los que puedan sacar sus chequeras y pagar los gastos de una atención oportuna y de calidad.

En su lógica mercantilista, el Gobierno mira la salud como un asunto de costo-beneficio, no como un derecho del ciudadano y una obligación del Estado.

Según el Decreto 128, serán comités técnico-científicos, bien afilados, los que dirán cuándo un procedimiento médico de nivel medio o alto cumple con esa ecuación.

Es decir, todo quedará en manos de tribunales proclives a los negociantes de las EPS, para quienes lo importante serán las ganancias y no la salud de los pacientes.

Ese mismo decreto le cambia el nombre a los no POS y los vuelve “prestaciones excepcionales en salud”…

¡Qué tal el exabrupto! Para Uribe un tratamiento por cáncer, leucemia, o incluso una neumonía, son “prestaciones excepcionales”.

¡Así que en vez de ser autorizado el tratamiento necesario para salvar su vida, al paciente se le someterá a una investigación con el fin de establecer su tiene plata!

Es la deshumanización como política: el enfermo, o su familia, tendrá que recurrir a sus bienes, ahorros, cesantías o a préstamos bancarios para ser atendido.

Y a todas estas, el motivo principal de la declaratoria de la emergencia, es decir, la crisis del sector público de la salud, ¿en qué quedó?

Ninguna solución de fondo a la corrupción. Se calcula que el 40% de los $14 billones destinados al sector se pierde en corruptelas.

Es de esa corrupción de la que se nutren politiqueros y funcionarios afines o adscritos al gobierno de Uribe.

Ha sido en este mandato, además, en el que han sido cerrados más hospitales públicos y deterioradas más las condiciones labores de los trabajadores de la salud.

Uribe, no cabe duda, gobierna para los más ricos: los que pueden acceder con facilidad a la salud y los que verán crecer los $40.000 millones anuales de ganancias de sus EPS.

Análisis. Derrotadas la democracia, la OEA, la ONU


Manuel Zelaya fue recibido con honores de jefe de Estado en Santo Domingo por el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández.

Las lecciones de Honduras


Por Luis Alfonso Mena S.
Concluyó este miércoles 27 de enero en Santo Domingo, República Dominicana, el drama de una parte de la historia de Honduras, llena de tristeza.

El presidente legítimo de ese país, Manuel Zelaya, arribó a esa capital, vecina del devastado e invadido Haití, luego de permanecer durante cuatro meses en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Allí estuvo alojado porque los golpistas de su país se negaron a restituirlo en el poder, luego de que hace exactamente siete meses, el 28 de junio de 2009, lo derrocaron.

El final fue como el principio: una gran farsa. La llamada comunidad internacional no pudo hacer nada frente al golpe militar oligárquico liderado por Micheletti.

Los multimillonarios de ese país se salieron con la suya, seguramente a un alto costo de sus fortunas, pero lograron que el ensayo de golpear a un país del Alba diera resultado.

Porque ese era el gran objetivo del golpe: sacar a Honduras de la Alianza Bolivariana de Nuestra América, Alba, fundada por Cuba y Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Y, además, salir de un hombre que, como Zelaya, se había vuelto una piedra en los zapatos de los grupos de poder locales y de EE.UU., que tienen allí una gran base militar.

En medio del sainete, al final el Congreso y los tribunales se pusieron de acuerdo para amnistiar a los militares y a todos los inspiradores del golpe.

Y Porfirio Lobo, portavoz de la burguesía conservadora de Honduras, se instaló en el Gobierno, con muy escasa participación de delegados internacionales en su posesión.

Como para que no quedara duda de su posición alineada con los mandatos de la derecha del continente, Álvaro Uribe envió al inefable Francisco Santos al acto.

Grupos de poder de incalculables fortunas en Honduras y en el exterior, principalmente estadounidenses, participaron en el sostenimiento del golpe.

Los sectores sociales que hicieron parte de la resistencia contra el mismo aprendieron lecciones muy importantes en materia de unidad y de organización.

Finalmente, la gran derrotada fue la institucionalidad de ese país, no sólo por el zarpazo dado contra Zelaya sino por la crisis de su Congreso y de su justicia.

También salieron derrotadas instituciones internacionales como la ONU, a pesar de los esfuerzos de su presidente, Miguel d´Escoto.

Pero, principalmente, la Organización de Estados Americanos, OEA, que demostró su ineficacia de la mano del chileno José Miguel Insulza.

La OEA sigue siendo un tigre de papel que no asusta a nadie, que hace debates interminables que no resuelven nada y de cuyas resoluciones todos se burlan.

Otra de las lecciones de la tragicomedia hondureña es que para que un proceso de transformación política sea exitoso debe generar poder popular, social.

Este le faltó a Zelaya, que trató de propiciarlo cuando sus medidas de corte progresista empezaron a ser torpedeadas por la oligarquía.

Además, el caso hondureño es una voz de alerta: los detentadores del poder económico y político en el continente no están dispuestos a seguir perdiendo los gobiernos.

Chile y Panamá son expresión de ello, para lo cual contaron con la ventaja que dan los llamados gobiernos de centro.

En Chile, la connivencia de la izquierda ‘ligh’ representada por el Partido Socialista y el derechista Partido Demócrata Cristiano facilitó el regreso de la ultraderecha.

Porque el pinochetismo disfrazado ha vuelto al poder en Chile con Sebastián Piñera. Y en Panamá Ricardo Martinelli sacó partido del “centrismo” de Martín Torrijos.

Así que los procesos democráticos populares, de gobiernos de izquierda, tienen un gran reto en lo sucesivo, después de los retornos de la ultraderecha.

Todo indica que el denominado centro político no es sino el caldo de cultivo para que los grupos tradicionales de poder recuperen el mando, con fusiles o con votos.

Bolivia, con la abrumadora votación por Evo Morales el pasado 6 de diciembre, y Uruguay, con el triunfo de José Mujica el 29 de noviembre, son la otra cara de la moneda.

Los procesos políticos en estos dos países, con sus diferencias, tienden a profundizarse, especialmente el de Bolivia, en el que la opción socialista es clara.

En todo caso, a pesar del triunfo del golpe oligárquico, en Honduras el mismo sembró la cimiente de un movimiento popular que seguramente crecerá en sus luchas.

Y Zelaya tendrá en adelante que contribuir a que aquél se convierta en una alternativa para su país, porque las viejas cúpulas ganaron, pero el pueblo volvió a perder.

Opinión. Una visión de la política de centro


El Partido Verde

Por Alberto Ramos Garbiras (*)
Tres ex Alcaldes de Bogotá, que se desempeñaron con éxito durante sus administraciones (Antanas Mockus, Enrique Peñalosa, y Lucho Garzón), han tomado la personería jurídica del Partido Verde para presentarse en la coyuntura electoral del año 2010.

Se someterán a una consulta popular para definir el mismo 14 de marzo quién figurará en el tarjetón presidencial. Son una opción interesante porque Colombia vive un momento de ebullición electoral y de crisis de los partidos que está implicando toda clase de reacomodos políticos

Ante la falta de un centro izquierda esta puede ser la formación política que llegue a nuclear a vastos sectores inconformes y encontrar en estas figuras impolutas el liderazgo para la regeneración de la democracia, la transparente conducción del Estado, hasta ahora desangrado por todos los negociantes desde lo público, unas generaciones de depredadores que han tenido el Estado como guaca o tesoro personal.

Los verdes en Colombia no se han convertido aún en una fuerza política significativa. Los intentos anteriores no han tenido el liderazgo suficiente para impulsar un movimiento ecologista que llegue a los cuerpos colegiados con representación de peso y menos a tomarse el poder.

Ingrid Betancourt, Max Enriquez, Sanín Vermont son algunos de los líderes que saltuariamente lo han intentado. En esta contienda electoral del año 2010 aparecen los ex alcaldes jalonando la propuesta verde como una opción de centro.

Si el referendo reeleccionista se hunde en el control constitucional por los vicios cometidos en su formación durante el trámite congresional, cambiará el alineamiento de las fuerzas y su correlación, quedando en el campo político una opción inmensamente favorable para el Partido Verde y para los seguidores del ex alcalde Sergio Fajardo, que tenderán a concentrar esfuerzos para la primera vuelta presidencial.

Y quien sea el heredero del uribismo no tendrá la misma opción que el creador del Estado comunitario transmutado en estado de opinión para alimentar el neopopulismo que no benefició a los sectores populares.

La ventaja del Partido Verde es su corriente internacional de partidos pares, la conciencia ciudadana en aumento por la necesidad de preservar los recursos naturales, la alarma por las sequias y la contaminación de los ríos, los efectos devastadores del calentamiento climático y la necesidad imperiosa de ponerle orden a las ciudades desde la regulación del territorio y los usos de los recursos naturales para hacerlas vivibles y viables.
El discurso de los verdes permite convocar la verdadera pluralidad social, la diversidad cultural y abrir espacios para todos los sectores excluidlos del aparato del Estado.

El origen social y político de los tres ex alcaldes es diverso, pero coinciden en la claridad de sus actos y en la acertada dirección que imprimieron a las políticas públicas en Bogotá.

Antanas Mockus es de origen lituano, de clase media y formado en la izquierda marxista; Enrique Peñalosa nació por casualidad en el exterior, pero es un bogotano y cundinamarqués de toda la vida, de clase burguesa y formado en la ideología liberal; Lucho Garzón es de estrato uno, bogotano de nacimiento y formado en la clase obrera, militante de la izquierda colombiana.

Los tres se identifican por las buenas acciones, la buena conducta moral y progresistas en las acciones. Los tres son por inclinación urbanistas, con énfasis en la sociología urbana.

(*) Profesor-investigador de la Universidad Santiago de Cali, USC.

Opinión. La desesperanza juvenil sobre el país


Colombia: un país donde no pasa nada…

Por Santiago José Mena Cárdenas (*)

Es muy triste ver lo que pasa en Colombia por estos días: cada vez es más alto el índice de pobreza, de desempleo, pero lo más curioso es que el salario mínimo sigue por el suelo, con un absurdo incremento de menos del 4%, es decir $18.000, los cuales ni siquiera alcanzan para pagar algún servicio publico, o, lo que es más importante, para subsidiar la alimentación básica familiar. Pero aquí no pasa nada…

En lo político vemos cómo se están moviendo las maquinarias y se recurre a cualquier cosa para legalizar la posibilidad de que el Presidente pueda participar en las elecciones de mayo. Se nota el apuro de muchos de los senadores, representantes a la Cámara e incluso de candidatos presidenciales arrodillados como ‘Uribito’ para que de cualquier forma Álvaro Uribe se presente a las ‘cómicas’ elecciones.

Ni qué hablar de los medios de comunicación, cada día más al servicio del Gobierno plutocrático, que lo único que hacen es desinformar a un pueblo que se traga sus mentiras, noticias que en la mayoría de las veces son manipuladas para favorecer la imagen de un Presidente que cada día da más muestras de ineficiencia en la solución de muchos de los asuntos internos y externos que le competen.

Para nombrar algunos de éstos, vemos lo que ocurre con el sector salud, donde cada día más se denota lo ineficiente que se ha vuelto, sin que se intente darle una solución de fondo; y ni qué decir de la seguridad en el país. ¿Dónde está la famosa seguridad democrática que supuestamente ha triunfado en ocho años? Las cifras demuestran que Medellín y Cali son las ciudades más violentas del país. Pero aquí no pasa nada…

Estamos sumergidos en la parsimonia absoluta, el pueblo no quiere ver lo que pasa a su alrededor y es por eso que votan por personas como el señor Álvaro Uribe, cómplice de la corrupción de cuello blanco, que está manchado de parapolítica, de yidispolítica y de falsos positivos. Y no olvidemos los millonarios “subsidios” que entregó el Gobierno con el famoso programa de Agro Ingreso Seguro a los terratenientes más ricos del país. Con sus famosas cortinas de humo Uribe lo único que ha hecho es engañar al pueblo.

Pero lo más descarado de todo es que a los militares culpables de los falsos positivos, crímenes de Estado, los están dejando en libertad por vencimiento de términos. Eso quiere decir que quedarán en la impunidad muchos casos y los familiares de las víctimas no podrán estar en paz sabiendo que los asesinos de sus hijos, hermanos, padres están en la calle libres. Pero aquí no pasa nada…

Los colombianos tenemos que abrir los ojos y ver hacia nuestro alrededor. Lo que está pasando aquí, no nos podemos conformar con la propaganda oficialista, tenemos que buscar alternativas informativas para ver lo que en realidad sucede y buscar soluciones de fondo para los grandes problemas que afronta nuestro país. Sólo así nos daremos cuenta de que aquí sí está pasando algo...

(*) Estudiante de 10º grado del Colegio San Antonio María Claret de Cali.

miércoles, 6 de enero de 2010

EDICIÓN No. 15

El dolor de las familias palestinas de la Franja de Gaza, víctimas del genocidio cometido por el Gobierno israelí hace un año.

CONTENIDO

Análisis. Un debate latente en la sociedad de hoy
¿Para quién gobierna la izquierda?

Entrevista. Hablan Wilson Arias y Alexander López
“El Polo se está decantando”

Análisis. El balance de la izquierda en 2009
Portazos

Opinión. Cali necesita una cultura bioética
El comparendo ambiental

Reportaje Gráfico. Para nunca olvidar
Genocidio en Gaza

Análisis. Un debate latente en la sociedad de hoy

¿Para quién gobierna la izquierda?

Por Luis Alfonso Mena S.
Una de las preguntas de fondo en la izquierda de hoy en Colombia es para quién gobierna o debe gobernar.

El interrogante está latente de tiempo atrás, pero cobró mayor actualidad luego de la consulta interna del Polo Democrático Alternativo, PDA, en 2009.

De igual forma, después de iniciado el proceso de privatización de Emcali y el cobro masivo de una contribución para 21 obras que no resuelven los problemas sociales fundamentales de Cali, políticas desarrolladas por el alcalde Jorge Iván Ospina, quien se presentó en la campaña electoral de 2007 como alternativa frente a las élites oligárquicas caleñas y es respaldado por un sector grande del PDA del Valle.

Otras experiencias ameritan el estudio de ese cuestionamiento, como la de Angelino Garzón, quien, como Ospina, dice no ser del Polo, pero fue apoyado por un sector de este partido que hizo presencia en su gobierno y cuyos cuadros están en corporaciones públicas a nombre del Polo y en la dirección regional del PDA.

Poco después de concluir su gestión en la Gobernación del Valle, Garzón (ex líder sindical y ex dirigente de izquierda), ingresó en la burocracia uribista como jefe de la misión del Gobierno ante las Naciones Unidas en Bruselas, Bélgica, hace precisamente un año, el 16 de enero de 2009.

En el plano internacional surge una pregunta colateral: ¿cuál debe ser la orientación de los gobiernos que se presentan como de izquierda? ¿Una moderada, en la que se sitúa a Lula da Silva, del Brasil; a Tabaré Vásquez, de Uruguay, y a Michel Bachelet, de Chile? ¿O una claramente de izquierda, en la que están el presidente Hugo Chávez, de Venezuela; Rafael Correa, de Ecuador; Daniel Ortega, de Nicaragua, y Evo Morales, de Bolivia?

Aunque las experiencias tanto locales como internacionales tienen sus propias particularidades, y no se trata de calcar modelos, la izquierda posee unos lineamientos políticos universales que definen su perfil:

1.) Preeminencia por los pobres, por los segregados social y económicamente. 2.) Defensa de la gestión pública y manejo ético de los erarios. 3.) Respeto de las libertades políticas y de los derechos de las minorías. 4.) Solidaridad internacionalista, por encima de chovinismos. 5.) Lucha por la equidad, por verdadera justicia social.

La izquierda no considera, como sí lo hace la derecha, que la sociedad está condenada ineluctablemente a la desigualdad y a los desequilibrios. Su propósito fundamental es la lucha contra las iniquidades.

Pero llegar al Gobierno no es alcanzar todo el poder del Estado, pues en la división de ramas existente en nuestro sistema político el Gobierno es sólo una parte de ese poder, el Ejecutivo.

Las otras ramas del mismo, la Legislativa y la Judicial, además de algunos órganos “autónomos” (banca central, Procuraduría, Contraloría, Defensoría), siguen en función de otro poder mucho más fuerte y determinante, el de los dueños del capital, el de quienes explotan las líneas fundamentales de la economía en la sociedad capitalista.

Así que estamos hablando de Gobierno, de una parte de toda esa especie de macrocosmos que denominamos Estado, en el que aparece como determinante, en la base de todo, el poder económico detentado por un grupo dominante (la oligarquía) que determina el otro poder, el jurídico, diseñado en lo fundamental por ese sector social privilegiado para servirse de él.

En realidad, el Estado es la expresión jurídica al servicio de la clase en el poder, el mecanismo normativo para ejercer su dominio.

El objetivo final de la izquierda verdadera es la revolución social, esto es, la generación de cambios profundos en la sociedad que permitan la construcción de un nuevo Estado, y no meramente la realización de reformas que maquillen el edificio, pero que dejen intacta la base causante de la iniquidad.

En esa línea están ahora revolucionarios de antes, reformistas de hoy, como el ex alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón.

Con todas las limitaciones reseñadas, y precisamente por ellas o a pesar de ellas, la izquierda debe saber a qué llega al Gobierno en sus diferentes niveles: a administrarle la crisis y la hacienda a las élites o a procurar solucionar los problemas fundamentales de los pobres, que son la mayoría de la población.

Para avanzar en el debate sobre este y otros tópicos hablamos con dos de los dirigentes más destacados de la izquierda vallecaucana en el momento, el ex concejal Wilson Arias Castillo y el senador Alexander López Maya.

El contenido de la entrevista se puede leer en el siguiente texto de ¡PERIODISMO LIBRE!

Entrevista. Hablan Wilson Arias y Alexander López

“El Alcalde de Cali no sólo ha reprimido la movilización social, sino que le ha dado un complemento consistente en la cooptación de la dirección del movimiento”, afirma Wilson Arias. “Ospina le apuesta a un modelo en el que lo más importante es construir una imagen y no atender las necesidades básicas insatisfechas de la población”, expresa Alexander López.

“El Polo se está decantando”

“El PDA tiene problemas, pero es al mismo tiempo un imán que vincula mucha gente, que se está decantando y que perfecciona tanto sus mecanismos como su ideario”, subraya el ex concejal Arias. “El Polo no debe agachar la cabeza porque habla con Chávez, con Correa o con Evo. Todo lo contrario: debemos insistir en la hermandad entre los países”, dice el senador López.

Por Luis Alfonso Mena S.
Reunidos en la sede del Sindicato de Profesores de la Universidad Santiago de Cali, el senador Alexander López Maya y el ex concejal Wilson Arias Castillo, líderes del Polo Democrático Alternativo, PDA, en el Valle del Cauca, dialogaron con ¡PERIODISMO LIBRE! sobre la coyuntura política y el rol de la izquierda en los gobiernos.

-- ¿Cuál es la caracterización que ustedes hacen del gobierno de Jorge Iván Ospina?
-- Alexander López:
Nos hemos encontrado hechos que desdicen no sólo de su plan de gobierno, sino de una orientación social y de consensos. El cierre de puestos de salud dice mucho de un gobernante que es médico. En materia educativa uno quisiera que su propuesta no se diseñara a partir nuevamente de sostener una cobertura con el sector privado que ha venido afectando la calidad y la prestación del servicio de la educación en Colombia, uno aspiraba a que el modelo que él planteó de educación pública plena se estuviese dando y, todo lo contrario, se mantiene el modelo mixto. Esos dos elementos son absolutamente dicientes. Segundo: la manera como ha tratado las protestas es acallándolas con la utilización de la Fuerza Pública y la agresión contra los ciudadanos. Eso desdice de una administración democrática.

-- ¿Cómo tipificaría la respuesta a la liquidación de Emsirva?
-- Alexander López:
La forma como ha intervenido en el tema de Emsirva, y posteriormente la propuesta de Emcali, sitúan a Ospina en una postura diferente a la que planteó en la oferta que hizo a la ciudad. El Alcalde se comprometió con la recuperación de las dos empresas publicas y después de una convocatoria para oponerse a la liquidación de Emsirva consintió en ella, y no solamente eso, sino que sacó adelante un acuerdo municipal que le mejoraron las condiciones a la Superintendencia, que le subsana todos los errores y toda la tragedia que le dejó a Cali. Allí le queda a Cali un déficit cercano a los $60.000 millones por esa liquidación de Emsirva, nos deja unos resultados desastrosos de 1.200 escobitas y recicladores expulsados de su actividad laboral y 340 trabajadores de planta que deambulan por las calles sin ninguna forma de sustento. Estamos hablando de 1.500 familias expulsadas con el aval posterior que le dio el Alcalde a este tema de Emsirva.

-- ¿Cómo se puede explicar lo ocurrido con Emcali?
-- Alexander López:
En campaña, Ospina suscribió con los trabajadores y la comunidad exigir la devolución de Emcali. Y él mismo cambia ese planteamiento y lidera en un acuerdo con los concejales y el presidente Uribe la venta del 49% de Telecomunicaciones, lo que compromete el futuro de Emcali y el de la ciudad. Es la decisión más grave que se han tomando en los últimos años, porque la única opción que tiene Cali de desarrollar un verdadero plan social de reinversión hacia los ciudadanos es Emcali como empresa pública. A estos temas se le suma toda su agenda de infraestructura que pasa por el tema vial, el de las 21 megaobras, con 1,4 billones de pesos que vamos a pagar los caleños. Con esto no contaba la ciudad, mucho menos la clase media que va ser la que soporte estos costos con pagos de entre cuatro y seis millones de pesos en los próximos cinco años por cada familia caleña. La Vía Bicentenario, que va a separar la ciudad en dos, entre los que tienen recursos para subirse a una vía rápida y los que tienen que seguir andando por los grandes huecos de la ciudad, demuestra que Ospina le apuesta a un modelo en el que lo más importante es construir una imagen o una opinión favorable y no atender las necesidades básicas insatisfechas de la población, desarrollar la ciudad en términos de infraestructura, en términos de privatizaciones.

-- ¿Cuál es la respuesta del movimiento popular caleño a esas decisiones del Alcalde?
-- Wilson Arias:
Bueno, ha habido un alza en la movilización social, no han pasado impunes las determinaciones de esta Administración. Así, por ejemplo, hubo una respuesta muy vigorosa de los recicladores al incumplimiento bastante prolongado de los acuerdos con anteriores administraciones y reeditado bajo ésta. Los recicladores hicieron una ocupación pacífica de La Ermita, un hecho que quedó en las retinas de los caleños como respuesta a ese incumplimiento. Ospina no solamente ha reprimido brutalmente la movilización social, sino que además le ha dado un complemento consistente en la cooptación de la dirección del movimiento. Líderes históricos de los recicladores habían ingresado meses antes a la administración de Ospina, quien aspiraba con ello contener la movilización ciudadana. Muy a pesar de ese tratamiento de zanahoria y garrote, de cooptación, represión y control policivo, se presenta una manifestación ciudadana. Eso es muy importante, pero la historia de los recicladores es reeditada por los escobitas, que también son violentados con la participación del Esmad.

-- ¿Cuáles fueron los principales actores de la protesta social caleña?
-- Wilson Arias:
Las principales manifestaciones han corrido por cuenta de determinados estratos y sectores que tienen vasos comunicantes muy poderosos. Después de la gran huelga de los corteros de la caña han seguido los negros siendo protagonistas de la movilización en Cali. Negros, indios y mujeres son una composición muy particular. Han sido estos sectores los que han chocado incluso con la Fuerza Pública. Desde recicladores y escobitas hasta operarios de Emsirva han estado en el centro de todo este proceso.

-- ¿En qué quedó la tan anunciada constituyente social que sonó como algo novedoso?
-- Wilson Arias:
La Administración de Ospina ha intentado en unos casos cooptar, pero en otros utilizar la sofistica y la demagogia. El tema de la participación ciudadana, por ejemplo, jugó en los primeros momentos con la idea de poner a votar corriente a la ciudadanía acerca de soluciones. Hoy ya nadie se acuerda de lo que era la “constituyente social”, un asunto muy importante dentro del discurso de la campaña electoral de Ospina y de los primeros meses, pero que cada vez aparece menos como instrumento participativo. Y ni qué hablar de presupuesto participativo para darle continuidad a todo ese discurso. Entonces las organizaciones sociales fueron, en un primer momento, seducidas, halagadas, vinculadas de manera instrumental a una presentación gubernamental que a la postre resultó ser solamente eso, cantos de sirena, mucho de sofística, mucho de demagogia, mucho intento de cooptación, pero a la hora de ‘nonas’ la gente ha tenido que salir a movilizarse, a reclamar por esos derechos conculcados, como lo vimos con una gran movilización el pasado 9 de octubre en rechazo al cobro abusivo de la contribución de Valorización de las llamadas 21 megaobras, lucha que ha congregado a líderes y pobladores de todos los estratos sociales, sin distingos políticos de ninguna clase.

-- Ospina hizo su campaña confrontando con la élite caleña. ¿Qué ocurre ahora?
-- Wilson Arias:
A parte de su relanzamiento con el movimiento social, absolutamente instrumental, aparece un discurso que vale la pena someter a escrutinio de los especialistas: hay una especie de mensaje anfibológico que le sirve para lo uno y lo otro, es decir la ‘chimotrufia’ se quedó pequeña: lo mismo que dice una cosa dice otra. El discurso de Ospina es tan ambivalente, tan sinuoso, que igual le sirve para hacerse a los aplausos de los sectores del establecimiento y del statu quo. Los anuncios más positivos suyos han resultado todos truncos o resueltos en sentido contrario. Por ejemplo, anunció la posibilidad de intervenir el precio de la tierra por vía normativa. Los hechos están demostrando que va en sentido exactamente contrario.

-- Han definido al Alcalde como incumplido y contradictorio. ¿Por qué?
-- Wilson Arias:
El Alcalde anunció que revertiría toda la política de ampliación de cobertura educativa, en marcha por la vía neoliberal, y a renglón seguido, incluso, prescindió del Secretario que al parecer daba pasos en ese sentido, para rehilar esa política odiosa. Ospina no sólo le dio continuidad sino que la amplificó. Ospina anuncia, por ejemplo, que no va a ir más con el proyecto de semaforización con la Siemens, porque hay hechos de corrupción, pero los anuncios le duran ocho días y termina prorrogando el contrato. Anuncia que no habrá más Sistema Unificado de Recaudos, Siur, con el sector privado, que se irá contra esa licitación y que, en todo caso, lo único que acepta es un Siur con empresas públicas, tipo Emcali, ETB o EPM, pero a la postre no es cierto, da lugar a la licitación y consuma ese proyecto de licitación. Ospina hace anuncios mil que son resueltos en sentido contrario y gracias a todas estas estrategias termina siendo el único alcalde que hace algo que no hizo ni el Partido Liberal ni el Partido Conservador, ni Apolinar, ni ninguna de las administraciones anteriores, que es la privatización de Emcali. Ospina es el mejor administrador de la crisis del capital y el mejor administrador de los hechos de corrupción de esta administración.

-- El alcalde del Polo en Bogotá promueve la “capitalización” de la Empresa de Teléfonos, que es privatizarla. Ospina, apoyado por un sector grande del PDA, inicia la privatización de Emcali. ¿Para quién gobierna la izquierda? ¿Cuando llega al poder es para facilitar los negocios a la élite o para defender lo público?
-- Alexander López:
Tenemos un Ideario de Unidad, una caracterización política sobre cómo serán nuestros gobiernos y eso opera tanto para Antonio Navarro en Nariño como para el Alcalde de Bogotá. Hay una discusión frente a la propuesta de capitalizar una parte de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, ETB. Esa decisión va en contravía del Ideario de Unidad y el PDA ya le ha hecho llamados de atención al alcalde Samuel Moreno a efectos de que suspenda esa decisión. Hemos planteado que cuando el Polo entre a gobernar o a asumir una Junta Comunal, una curul en cualquier concejo del país, en las asambleas departamentales o en el Congreso estas actuaciones deben ser regidas por el Ideario de Unidad, que contempla una forma distinta de hacer política. Saludamos el modelo de erradicación de la educación privada en Bogotá que adelanta Samuel, pero rechazamos el modelo de capitalización de la ETB.


LA DIVISIÓN EN EL POLO
-- ¿Cómo aplicar el modelo del PDA?
-- Alexander López:
El Polo debe oponerse a las privatizaciones, desarrollar modelos sociales de gobierno con amplia participación ciudadana, con un manejo ético de los recursos y responsabilidad en la lucha contra el modelo neoliberal que deja a miles de hombres y mujeres en la absoluta indigencia. Tenemos que cambiar las costumbres políticas. Por eso no nos pueden plantear que el gobierno de Ospina es del Polo o es un gobierno de izquierda. Somos corresponsables con lo que ocurre en Bogotá y es por eso que venimos reuniéndonos con el Alcalde y con el Gobernador de Nariño a efecto de dar aplicación a los compromisos hechos con el país, pero nada que ver con la administración de la crisis ni mucho menos en avanzar en los mismos modelos que han acabado con la democracia y con la política limpia.

-- Sin embargo, la experiencia va más allá del Polo. ¿Qué lecciones, por ejemplo, dejan los gobiernos de Angelino Garzón y Luis Eduardo Garzón?
-- Alexander López:
Luis Eduardo Garzón entendió que el Ideario de Unidad del Polo no era su escenario político, porque él le apuesta a una lógica de centro. Eso lo llevó irse del partido. Si un militante del partido no cumple con el Ideario de Unidad debe irse. El PDA tiene una propuesta distinta al bipartidismo, un proyecto revolucionario para reconstruir a Colombia. Por eso Luis Eduardo Garzón no está hoy en el PDA. De otro lado, yo creo que Angelino Garzón debería responder por sus propias actuaciones. Lo cierto es que no pueden seguir arropándose en el discurso de la izquierda democrática ni mucho menos en la estructura del Polo, porque el PDA es un partido ya consolidado y es un escenario que va a crecer cada vez más en la medida que como partido sigamos en el esfuerzo por acompañar al movimiento social, por mantener una política coherente sobre lo que queremos para Colombia, por no tener los mismos vicios de los partidos tradicionales o de los emergentes. En los escenarios que se plantean Luis Eduardo y Angelino Garzón el Polo ha sido contundente: no estuvimos de acuerdo en su momento con 20 años más de prórroga de explotación a la Sociedad Portuaria de Buenaventura; no estuvimos de acuerdo en expandir el monocultivo de la caña de azúcar que generaría el impacto ambiental, social y laboral que hoy están conociendo el país y el mundo a través de los corteros de caña y a través de la problemática hídrica en municipios del Valle que no tienen acceso al agua potable.

-- Pero hay un hecho evidente y es la división en el Polo Democrático...
-- Wilson Arias:
El Polo es la primera unidad de todas las izquierdas colombianas. Para poderse conformar de esa manera se elaboró el Ideario de Unidad, que tiene cierta amplitud que podría rayar en la laxitud. Entonces, llegaron al Polo muchas expresiones en un proceso de una gran amplitud, integradora de las izquierdas, y aún de izquierdas de partidos como el Liberal. Recuerdo, por ejemplo, que por esa época Roy Barreras decía que debía ingresar al Polo, pero al encontrarse el Ideario de Unidad y las reglas de juego que estábamos confeccionado llegó a la conclusión de que mejor era dar vuelo hacia al Partido Liberal, donde a la postre tampoco aterrizó, sino que lo hizo en Cambio Radical para después devenir en el Partido de la U y muy probablemente abandonará también esa orilla política en función de su particular interés. Si Barreras tuvo esa tentativa, imagínese usted cuáles otras figuras políticas no pretendieron utilizar un proyecto político nuevo, oxigenado con figuras tan prestantes, con la mejor bancada parlamentaria, con candidaturas como la del maestro Gaviria que llegó a ser la segunda votación en las pasadas elecciones, la primera fuerza de la oposición en el país por encima del Partido Liberal.

¿Cuál es la experiencia del Polo en el Valle?
Wilson Arias:
El Polo tiene problemas, pero es al mismo tiempo un imán que arrastra muchas personalidades, que vincula mucha gente, que se está decantando y perfeccionando tanto sus mecanismos como su ideario. Del mismo modo intenta aterrizar Angelino Garzón, pero tampoco llega. Finalmente termina en las huestes uribistas, porque la comprensión de la política por parte de Angelino se ha venido vinculando cada vez más estrechamente a ese tipo de proyectos. Es decir, hay un solo paso entre convertirse en administrador de la crisis de la oligarquía a ser funcionario directo. Angelino va en esa dirección. Ocurren también situaciones similares con Rosemberg Pabón, con Evert Bustamante. Ellos van dejando una estela de cuadros suyos atrás que tendrán que definir si finalmente quieren ser funcionales al régimen o terminan convenciéndose de un proyecto de izquierda.

-- ¿Y qué pasó con el Polo en Cali?
-- Wilson Arias:
No acepto que los concejales del Polo hoy en Cali digan que tienen dudas acerca de qué es lo que dice el Ideario de Unidad, no acepto la explicación de que se trata de diversas interpretaciones del mismo proyecto político. El establecimiento endereza unos esfuerzos deliberados con el fin de horadar el partido, de ganar algunos de sus sectores. Cuando se presentan alternativas reales de poder, el establecimiento jamás se ha quedado quieto. Históricamente, a los que no ha acabado a tiros, los acabó por la vía de la cooptación, por la vía del agravio o por la vía de la penetración. Me llama la atención que en la campaña interna del Polo de 2009 un movimiento como Podemos Cali, que recogió 50.000 firmas para llevar a Ospina a la Alcaldía, que desde el punto de vista jurídico es claramente diferente del Polo, que tiene grandes recursos económicos y de contratos y que, por la vía clientelar, ha acumulado un músculo muy fuerte, se hubiera dedicado a fijar pasacalles en favor de Gustavo Petro y a tumbar los carteles que poníamos para promover al maestro Carlos Gaviria. Cumplió una función muy activa para incidir en la suerte interna del Polo.

-- Ustedes participaron intensamente en la solidaridad con la huelga de los trabajadores de la caña en 2008. ¿Hubo un salto cualitativo en la protesta obrera?
-- Alexander López:
El conflicto que vivimos en 2008 demuestra que la única herramienta de los trabajadores en medio de la política esclavista del modelo neoliberal y de los empresarios es la huelga. Tomamos la decisión de estar del lado de los humildes. Cuando conocimos la forma como explotan a los corteros de caña no dudamos ni un instante en que allí había la necesidad de reclamar los derechos de cientos de trabajadores. El Gobierno tomó partido por los empresarios deslegitimando esta lucha, diciendo que estaba infiltrada por la insurgencia. Continuamos en las épocas del terratenientismo, se trata a los trabajadores como esclavos. En el caso de los corteros se logró un gran avance, no sólo por la denuncia nacional y mundial sino porque los trabajadores han entendido que la organización para exigir el respeto de sus derechos es el único mecanismo viable, porque el dialogo solicitado con los empresarios y el Gobierno jamás tuvo eco. La unidad de los trabajadores obliga al Polo a acompañarlos como un asunto propio. Eso es lo que el PDA debe hacer no sólo con los corteros de caña sino con la gran mayoría de trabajadores.


SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA

-- ¿Por qué la respuesta de la izquierda no fue lo contundente que se esperaba a la entrega de siete bases militares colombianas a tropas de EE.UU. por parte de Álvaro Uribe?
-- Wilson Arias:
Bueno, la voz más importante que desde el campo de la política se ha levantado contra las bases ha sido la del Polo. El Partido Liberal, fíjese usted, pese a que predica en este momento una conducta de oposición, ha terminado en este punto rodeando al Gobierno. Si hay algo que esté expresando el contenido reaccionario y amenazante de este gobierno, que se está convirtiendo en una especie de Israel de América Latina, va por cuenta de la ampliación de la presencia norteamericana. El 9 de septiembre tuvimos una movilización en el país contra la presencia de tropas extranjeras y contra la ampliación de las bases extranjeras en Colombia, Fue muy nutrida aunque no siempre suficientemente recogida por los medios de comunicación.

-- La respuesta de los gobiernos de izquierda de América Latina fue pronta y radical al asunto de las bases. ¿Por qué tan poco apoyo del Polo a esos gobiernos? ¿Se ha olvidado de la solidaridad internacionalista?
-- Alexander López:
La respuesta de los gobiernos latinoamericanos fue contundente, mucho más fuerte que la que debió darse en Colombia. Eso es una absoluta realidad. Las bases militares son un mecanismo de control directo hacia los gobiernos de izquierda. A quienes más afectan las bases militares es a la izquierda y a los movimientos sociales colombianos que van a verse duramente reprimidos. Cuando los gobiernos de Brasil, Chile, Uruguay manifiestan su rechazo a las bases se está viendo que este no es un tema meramente de Chávez y Correa. Desafortunadamente la respuesta de los movimientos sociales y de la izquierda ha sido opacada por los grandes medios de comunicación. El Polo se ha quedado muy corto en sus relaciones con los gobiernos socialistas, de izquierda, como el venezolano, el ecuatoriano, el de Lula o el de Kirchner. Pero hay una decisión de la Dirección Nacional de avanzar en estas relaciones. Si alguna izquierda en el mundo está en las peores condiciones para avanzar en la construcción del socialismo es la colombiana, por la violación a los derechos humanos imperante.

-- Pero lo que uno nota, con extrañeza, es que hay temor en la izquierda a ser solidaria con la revolución venezolana. ¿Ustedes qué piensan?
-- Wilson Arias:
Si, pareciera ser que el unanimismo imperante en algunos temas hace que varios actores políticos traten de soslayar temas o de referirse a ellos mediante eufemismos o sencillamente hacer política sobre la base de la negación, porque se hace política por lo que se dice, pero también por lo que se omite. Nosotros no somos el Partido Liberal, que endereza su política exterior en función de los intereses generales del establecimiento y de los sectores que le son afines históricamente. Somos un partido de izquierda que tiene algo qué decirle al país y al continente y normalmente ese algo no va por los grandes carriles de la información prediseñada desde los grandes editorialistas y desde el pensamiento del statu quo. Tenemos una voz propia, eventualmente tenemos matices con gobernantes de países de izquierda. Los tramitamos no como quisiera la burguesía, en una especie de barahúnda en los medios de comunicación. Hacemos las correspondientes invitaciones, para el caso muy particular de este periodo, a la hermandad.

-- ¿Cómo caracterizan al presidente Chávez?
-- Wilson Arias:
Es un gobierno revolucionario que ha optado por los pobres, que desarrolla los valores más importantes de la izquierda. Norberto Bobio habla de tres o cuatro características de la izquierda, de valores como la justicia social y el derecho a la igualdad. Planteamos la necesidad de que hay que acabar la iniquidad. Y si hay un país que esté intentando materializar estos ideales nítidamente de izquierda se llama Venezuela. Este es un gobierno que ha intentado convertir en riqueza social los recursos naturales históricamente distraídos en beneficio de unas elites odiosamente latifundistas, odiosamente oligárquicas. Hugo Chávez ha significado una ruptura, como el que más, en la historia reciente de América Latina. En Venezuela se consolida un modelo económico que es una experiencia digna de mirar por todas las izquierdas de América Latina.

-- Hoy Colombia es una ínsula política en Suramérica. ¿Está condenada la izquierda colombiana a ser también una ínsula, a quedarse rezagada del resto de la izquierda del continente que está llegando cada vez más a los gobiernos?
-- Alexander López:
La izquierda colombiana actúa en unas condiciones de las más desfavorables de las izquierdas del mundo, porque ha tenido que asumir su eliminación física y la persecución del Estado. La izquierda colombina no puede aislarse de los cambios latinoamericanos y mundiales. Debemos entender esos proyectos revolucionarios que se viven en el continente. El Polo no debe agachar la cabeza porque habla con Chávez, con Correa o con Evo. Todo lo contrario, debemos insistir en esa hermandad de los países y en el compromiso que han tenido esos tres gobiernos y otros, como el de la presidenta Kirchner, en que el Estado debe estar al servicio de los ciudadanos y no de un pequeño grupo que ha secuestrado el presente y el futuro de los pueblos. Si la izquierda colombiana no se acompaña de procesos como los que se dan en Latinoamérica o en Europa no tendremos opción política.

-- ¿Cómo recibió el electorado su retiro del Concejo para poder aspirar a la Cámara, cuando usted era el único opositor en el Cabildo a la privatización de Emcali?
-- Wilson Arias:
Lo ha recibido muy bien. A veces los sectores populares entienden más fácilmente el mensaje que ciertos analistas. Está claro que hemos hecho una muy fuerte oposición a las políticas privatizadoras, pero que no solamente la hacemos desde el Concejo de Cali, donde teníamos una sola de las 21 curules. Vamos a dotarnos de nuevos escenarios para la resistencia, para reversar los procesos privatizadores. Ha habido un abrazo que me enorgullece de los sectores populares.

Análisis. El balance de la izquierda en 2009

Portazos

Por Luis Alfonso Mena S.
A la hora de los balances, el de la izquierda colombiana es poco halagüeño en 2009, pues, entre otras circunstancias, se dejó atrapar por los falsos dilemas uribistas y cayó en las redes del oportunismo.

Lo peor que le podía pasar ocurrió: el Polo Democrático Alternativo, PDA, se quedó sin política propia luego de la consulta interna del 27 de septiembre, y anda a la deriva con la propuesta del vencedor, el senador Gustavo Petro.

Hoy los hechos, que son tozudos, muestran la derrota del sueño petriano. La unión con Germán Vargas Lleras, su gran objetivo disfrazado de acuerdo posturibista, recibió un portazo humillante.

Rafael Pardo Rueda, enterado de la decisión de Vargas de clausurar cualquier posibilidad de consulta interpartidista incluso con el Partido Liberal, se inventó una disculpa de última hora para, también, tirarle la puerta a Petro.

Así, la propuesta triunfadora en septiembre, la de no ir con candidato propio a las elecciones de 2010, se desplomó: Petro se quedó con las manos vacías. No era fácil conquistar a dos precandidatos de derecha, por muy conciliador que se mostrara.

Al aspirante del Polo no le quedan sino sus amigos del denominado “centro”: Luis Eduardo Garzón y Antanas Mockus, que cuentan con un cerrojo a la derecha, el de Enrique Peñalosa.

Pero ya los ex alcaldes de Bogotá, que tienen egos tan grandes como puertas de catedral, anunciaron que definirán cuál de los tres será el candidato presidencial del Partido Verde (en el que aterrizaron el año pasado), en una consulta que se cumplirá en marzo.

Y Sergio Fajardo, el “independiente”, sigue en lo suyo, ajeno a cualquier piropo, convencido de su figura.

Como están las cosas, por la fuerza de los hechos, el Polo tendrá que ir con candidato propio a la primera vuelta de las presidenciales, pero con un aspirante que nunca creyó en esa idea y que soñaba no con un frente antiuribista sino con una alianza posturibista.

Lo anterior se explica en que Petro se identifica con puntos clave de la política de “seguridad democrática” y hace gala de la falacia chovinista de respaldar al Presidente contra los gobiernos de los países vecinos, meollo éste del oportunismo que pulula hoy.

De la mano de Petro, el PDA no sólo creyó en una utópica alianza con dos exponentes de la derecha no reeleccionista, sino que echó al cesto postulados inherentes a la izquierda: el internacionalismo y la solidaridad entre los pueblos.

Petro y varios dirigentes del Polo sucumbieron ante la propaganda patriotera y se cubrieron con el ropaje de “política independiente”.

Y a todas éstas, ¿qué dice Piedad Córdoba, una de las personalidades de izquierda más consecuentes en la defensa de la solidaridad internacionalista, por encima de prejuicios y de señalamientos?

Persiste en mantenerse en el ambivalente Partido Liberal, colectividad unas veces opositora y otras conciliadora con el Gobierno, principalmente en asuntos de fondo, como son el del TLC y el de las bases militares gringas, dos temas ante los cuales la senadora ha expresado su decidido rechazo.

Piedad Córdoba es de las pocas dirigentes de izquierda que en Colombia ha entendido la magnitud del liderazgo del presidente Hugo Chávez y la importancia de la revolución venezolana en el marco de las transformaciones que ocurren en América Latina.

Muchos en la izquierda la esperan para que lidere un proceso de configuración de una propuesta ideológica en correspondencia con los caminos del socialismo que se abren en el continente.

La izquierda colombiana requiere defender su perfil sin pensar en el qué dirán los portavoces del régimen, lo cual no significa dejar de lado una política amplia de alianzas.

Se equivocan quienes quieren adecuar la política de la izquierda a las bendiciones de la oligarquía, porque creen que así será menos tortuoso el camino del poder.

Cali necesita una cultura bioética

El comparendo ambiental

Por Alberto Ramos Garbiras (*)
Comenzará a regir la Ley 1259 de 2008 con tardanza por los dos años de ultra actividad. En estos dos años los impactos ambientales han sido múltiples. La educación ambiental está prevista desde la Constitución de 1991 y la Ley 115 de 1994, artículo 10.

Se ha avanzado bastante en los colegios y universidades, pero en general la gente tiene una conducta no bioética con la ciudad por el arrojamiento de basuras, la contaminación del agua.

Lamentablemente quedaron por fuera los comparendos para sancionar a los infractores contra el aire, afectado desde los vehículos no sincronizados ni carburados, comparendos que deberían hacer constantemente los agentes del tránsito, pero por abulia no lo realizan.

Esta es la oportunidad para que despeguen los planes de educación ambiental desde los organismos competentes como el Dagma (nosotros diseñamos un plan desde 2007, al frente del cual estuvo el ambientalista Gustavo Moreno).

Entonces, el comparendo ambiental se puede aplicar a las personas que saquen la basura en horas que no son de la frecuencia de recolección estipulada por la empresa recolectora, a quienes generen desorden ambiental cuando llevan las mascotas a la calle y no recogen sus desechos o a quienes botan residuos al piso.

Estas son algunas de las infracciones que deben evitar cometer los ciudadanos, aleccionados con diferentes sanciones, entre ellas: citar al infractor para que reciba educación ambiental durante cuatro horas; si se registra reincidencia se obligará al infractor a prestar un día de servicio social.

Si vuelve a reincidir se le multaría hasta con dos salarios mínimos mensuales legales vigentes por cada infracción. A las empresas se les castigará hasta con 20 salarios mínimos legales vigentes por infracción. Si hay reincidencia, sellamiento del inmueble. Será un ejercicio pedagógico a la fuerza.

Ya llevamos 15 años de expedida la Ley 115 y vastos sectores de la población no han aprendido educación ambiental. Tendremos que llegar al nivel de Costa Rica, país centroamericano ejemplar, donde la educación ciudadana es un modelo para mostrar. Hasta ahora las sanciones de la Ley 99 de 1993, artículo 84, han estado de adorno, porque la justicia ambiental administrativa no funciona a cabalidad, imputable esto a las autoridades administrativas por laxitud, desidia, desconocimiento o falta de reporte de los hechos.

La Policía Ambiental, un cuerpo interesante que creó la Ley 99 de 1993, ha estado desperdiciada, pero con los comparendos ambientales podrán dividirse las tareas por áreas de la ciudad y por temas: escombros, residuos sólidos, parques, separadores viales, humedales, cuerpos de agua, etcétera. Así, tendrán ocupado el tiempo y aportarán al saneamiento de la ciudad.
Entendemos que, lógico, no podrán sancionar, pero levantarán el informe, un acta y reportarán el acto de contaminación para que las sanciones se apliquen de verdad.

Inspección ambiental
Se debe crear una inspección ambiental adscrita a la Secretaria de Gobierno que coordine todas las tareas de la Policía Ambiental y de los guardas cívicos, que le haga un seguimiento a todos los comparendos acumulados, que seleccione a los reincidentes para las sanciones o castigos posteriores.

Igualmente, que tenga un sistema o programa en red para conocer la geografía del municipio en focos de contaminación por escombros, los autores intelectuales y materiales, y que vincule el Sistema de Gestión Ambiental del Municipio, Sigam, con las otras secretarias y dependencias para interactuar.

La ciudad es la casa grande de todos, sus espacios públicos deben ser compartidos necesariamente para conectarnos de un lugar a otro. Pero la contaminación, la afectación del paisaje por el arrojamiento de desperdicios desluce la ciudad y se pierde bienestar social, el que brinda el paisaje, el entorno y la sanidad.

Se contaminan los ríos con basuras, los seis ríos que discurren desde la ladera occidental están convertidos en cañerías por la misma Emcali y en basureros, por las personas.

El comparendo se debería aplicar primero contra Emcali, en suma multimillonaria, para que evite la contaminación de estos ríos con las aguas residuales que drenan directamente, sin ser llevadas al alcantarillado, que aumenta la degradación del Cauca y, por ende, afecta la salud de más de un millón y medio de habitantes.

Pero la Ley le saca el cuerpo a este tipo de sanción contra las mismas autoridades. El saneamiento ambiental, artículo 49 de la Constitución, es un servicio público fraccionado entre varias entidades oficiales, y es un objetivo del Estado, hasta ahora llevado a medias.

El artículo 366 de la Constitución lo contiene como uno de los fines del Estado. Si se cumpliera se permitiría el goce de un ambiente sano, que es un derecho colectivo.

Respecto a los recicladores, es una ley discriminatoria. Entonces se van a presentar ingentes choques, reclamos y conflictos. El artículo 5, numeral 6 de La Ley 1259 de 2008, preceptúa que “Destapar y extraer, parcial o totalmente, sin autorización alguna, el contenido de las bolsas y recipientes para la basura, una vez colocados para su recolección”, viola la norma, lo que los obliga, si son reincidentes, a cancelar una multa hasta de dos salarios mínimos mensuales legales vigentes.

Los recicladores o basuriegos que madrugan y le ganan en recorrido a los carros recolectores hacen eso todos los días precisamente. Más en Cali, donde no existen bodegas o instalaciones oficiales para el reciclaje, y donde el relleno sanitario ya no queda en la ciudad.

El Concejo tendría que reglamentar esa preselección para evitar otro problema social. Otros recicladores andan a la par con los carros recolectores, rescatando el papel, la chatarra, el vidrio y el plástico para intercambiarlo por algunos pesos.

En Cali nunca se han instalado grandes contenedores para que la vecindad deposite los residuos y los carros los recojan de una vez, como en España. Existe una norma que aquí se contempla, pero no se cumple.

(*) Ex procurador ambiental del Valle, constitucionalista y docente universitario.

Reportaje Gráfico. Para nunca olvidar


Genocidio en Gaza

Hace un año por estos días el Gobierno de Israel desató sobre la población de la Franja de Gaza la más descomunal y terrible ofensiva orientada, una vez más, a destruir la resistencia palestina.

Como consecuencia de ella, más de 1.400 personas, la gran mayoría no involucradas en confrontaciones armadas, fueron asesinadas, miles quedaron heridas, lisiadas, desprovistas de vivienda y pan.

Durante más de un mes las tropas israelíes, practicando el terrorismo de Estado, con la complicidad del Gobierno de Estados Unidos y el silencio de la mayoría de los gobiernos del mundo, usaron las armas y los métodos más aterradores contra la población, destruyeron barrios enteros, edificaciones e infraestructura de servicios.

El crimen, que conmovió a millones de hombres y mujeres de bien en el planeta, sigue en la impunidad. De nada sirvieron los pronunciamientos de la ONU, de los que siempre se burlan los gobiernos israelíes.

Por el contrario, en enero de 2010 han vuelto las incursiones de los aviones que hace un año llenaron de terror a niños y ancianos, mujeres y jóvenes.

Pero, además, también con la anuencia estadounidense, el Gobierno de Egipto, como Caín, levanta un extenso e inexpugnable muro, peor que el de Berlín, similar al de la frontera de México con EE.UU., para aislar aún más a sus hermanos palestinos y favorecer a los agresores israelíes.

Un millón y medio de palestinos en apenas 350 kilómetros cuadrados continúan sometidos al más infame cerco por bombas y hambre.

El mundo no debe olvidar el genocidio cometido por el Gobierno de Israel contra el pueblo palestino de la Franja de Gaza.

Las fotos que reproducimos a continuación son testimonio de lo ocurrido.

Pero, sobre todo, deben servir para nunca olvidar.




Ante la barbarie israelí contra el pueblo palestino sobran las palabras.