El bloqueo a Gaza es salvaje
Noam Chomsky, prestigioso analista autor de Hegemonía o supervivencia y de Esperanzas y Perspectivas, hizo las siguientes declaraciones al diario egipcio Al-Ahram sobre el ataque en el que tropas israelíes asesinaron a nueve activistas que transportaban ayuda humanitaria a Gaza, hecho que generó repudio mundial. Chomsky, que es judío, fue detenido recientemente por funcionarios israelíes que le prohibieron entrar en Cisjordania para impartir una conferencia.
Por Noam Chomsky (*)
Secuestrar embarcaciones en aguas internacionales y matar a sus pasajeros es, por descontado, un delito grave.
Los editores del diario londinense Guardian están en lo cierto al decir que "Si un grupo armado de piratas somalíes hubiera abordado ayer a seis buques en alta mar, matando al menos a diez pasajeros e hiriendo a muchos más, una fuerza expedicionaria de la Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ya estaría surcando las aguas rumbo a la costa somalí".
Merece la pena recordar que el delito no es nada nuevo. Durante décadas Israel ha venido secuestrando barcos en aguas internacionales entre Chipre y el Líbano, matando o secuestrando a pasajeros, a veces trasladándolos luego a cárceles israelíes, incluso a prisiones/cámaras de tortura secretas, y manteniéndolos a veces como rehenes durante muchos años.
Israel asume que puede perpetrar esos crímenes con total impunidad porque los EEUU se los tolera y porque Europa respalda normalmente las decisiones de EEUU.
Lo mismo ocurre con respecto al pretexto esgrimido por Israel para justificar su último crimen: que la Flotilla de la Libertad transportaba materiales que podrían utilizarse para fabricar búnkers para cohetes.
Dejando de lado lo absurdo del argumento, si Israel estuviera realmente interesado en detener los cohetes de Hamas, sabe exactamente lo que debe hacer: aceptar las ofertas de alto el fuego de Hamas.
En junio del 2008 Israel y Hamas llegaron a un acuerdo de alto el fuego. El gobierno israelí reconoce formalmente que hasta que Israel rompió dicho acuerdo el 4 de noviembre invadiendo Gaza y matando a media docena de activistas de Hamas, la organización palestina no disparó ni un solo cohete. [Tras la ruptura,] Hamas ofreció renovar el alto el fuego.
El gabinete israelí consideró la oferta y la rechazó, prefiriendo lanzar su asesina y destructiva operación Plomo Fundido el 27 de diciembre [de 2008]. Evidentemente, no hay justificación para el uso de la fuerza "en defensa propia" cuando no se han agotado todos los medios pacíficos.
En este caso ni siquiera se intentaron, a pesar de que —o tal vez debido a que— había muchas razones para suponer que tendrían éxito. La operación Plomo Fundido fue, por consiguiente, una pura agresión criminal sin ninguna justificación creíble, y lo mismo puede decirse del empleo de la fuerza realizado por Israel contra la flotilla humanitaria.
El asedio de Gaza en sí mismo no tiene la más mínima justificación creíble. Fue impuesto en enero del 2006 por EE.UU. e Israel para castigar a los palestinos por haber votado "al candidato equivocado" en unas elecciones libres, y se intensificó gravemente en julio del 2007 cuando Hamas derrotó una intentona patrocinada por Estados Unidos e Israel para derrocar al gobierno elegido mediante una golpe militar destinado a instalar en el poder [en la Franja de Gaza] al hombre fuerte de Fatah, Muhammad Dahlan.
El bloqueo es salvaje y cruel, está diseñado para mantener a los animales enjaulados apenas con vida, lo justo para aplacar las protestas internacionales, pero poco más. Es la última fase de los planes israelíes de larga data, respaldados por los EE.UU., para separar Gaza de Cisjordania.
Estos son apenas los rasgos generales de unas políticas muy feas de las que también Egipto es cómplice.
(*) Fuente: http://www.commondreams.org/newswire/2010/06/02-8.
Traducido para Rebelión por LB.
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