Agustín Otxotorena, en una de las surtidas tienda del Éste adinerado de Caracas. (Foto: muro en Facebook de Agustin Otxotorena), |
AGUSTÍN
OTXOTORENA DESNUDA LA FARSA DE LA OLIGARQUÍA VENEZOLANA
Por Agustín Otxotorena (*)
Un amigo me ha pedido una explicación
por privado de las razones que hacen que unas tiendas tengan de todo y otras
no. Esta es mi explicación y la comparto:
Las grandes cadenas de distribución
venezolanas (Macro, Excelsior Gama, Plaza's, etcétera...) tienen sus propias
organizaciones y departamentos internos para importar.
Importan ellos directamente y trabajan con los importadores privados más fuertes.
Eso sí, su referencia es el dólar y sus productos están dolarizados a la venta.
Importan ellos directamente y trabajan con los importadores privados más fuertes.
Eso sí, su referencia es el dólar y sus productos están dolarizados a la venta.
Por eso hay productos de lujo para
aburrir. Porque no están sujetos a regulación.
Los productos que el Gobierno dictamina que son básicos (canasta básica) están regulados en bolívares a precios muy bajos. Accesibles para la clase trabajadora.
Los productos que el Gobierno dictamina que son básicos (canasta básica) están regulados en bolívares a precios muy bajos. Accesibles para la clase trabajadora.
Hasta ahora, mientras el precio del petróleo ha aguantado, el Gobierno traía a mansalva estos productos comprando y pagando en dólares a los importadores privados y los vendía al público a precios populares (muy bajos) en bolívares. Subvencionaba los alimentos.
Se estima que el 40% de esos productos
los contrabandistas colombianos, en combinación con los apátridas venezolanos,
los sacaban fuera del país, a Colombia, por ejemplo.
La mitad de Colombia vivía de estos
productos que las mafias se llevaban, y vendían con sobreprecio, pero inferior
a lo que cuestan en Colombia.
Por un dólar podías comprar en Venezuela
16.666 litros de gasolina. Así, como suena.
La llevabas a Colombia y vendías el litro a un dólar o más...
Negocio redondo.
Con los alimentos era similar.
A los paramilitares colombianos el
contrabando de productos venezolanos les daba más dinero que la producción y
comercialización de la cocaína.
Ahí y así se crearon y multiplicaron las organizaciones mafiosas trufadas de paramilitares colombianos de extrema derecha, que se enriquecían brutalmente a cambio de desangrar Venezuela y quitarle la comida a la gente.
Mientras
el precio del petróleo aguantó, el Gobierno venezolano trajo y trajo comida y
de todo, y dio dólares a los importadores que básicamente estafaban al Gobierno
poniendo sobreprecios en dólares y de mil formas y maneras, corrompiendo a los
funcionarios para que certificasen que, por ejemplo, habían traído tres
contenedores de repuestos de automóviles... cuando solo habían traído uno y lo
habían pasado tres veces por la aduana.
Es
un ejemplo que se traslada a todos los rubros e importaciones.
Miles y miles de millones de dólares se
fueron así, en corrupción.
Funcionarios corruptos y oligarcas
corruptores, los de siempre, los de toda la vida, blanquitos y rubios, los que
tenían experiencia histórica en el manejo de cuentas en paraísos fiscales,
triangulación y manejo bancario internacional, y los contactos con las empresas
suministradoras.
Décadas de experiencia en estas lides,
verdadero deporte nacional en Venezuela en todo el siglo XX, facultaban a la
elite venezolana a seguir controlando el comercio de importación.
Pegaban uno, tres, cinco o veinte
pelotazos y se llevaban 1, 5, 100 o 500 millones de dólares al extranjero. Si,
si, habéis leído bien las cifras.
Como mucho, cuando la cosa se ponía gris
marengo porque les pillaban o les iban a pillar, se iban a Miami o Madrid
tranquilamente a disfrutar del botín, tan ricamente...
Cuando el Gobierno venezolano, con la
oposición en contra, cerró la frontera con Colombia el año pasado, los
bachaqueros se giraron y empezaron a acaparar los productos básicos para
vendérselos a los venezolanos...
El
90 por ciento de los bachaqueros que hacen cola son inmigrantes colombianos que
se dedican profesionalmente a esto.
Cinco millones de colombianos han
llegado a Venezuela en estos íltimos quince años.
Venezuela en el 2002 tenía 22 millones
de habitantes.
Estos bachaqueros, están dirigidos y
controlados por organizaciones colombianas, con la complacencia de la
oposición, que ha llegado a definir como "trabajadores por cuenta
propia" o "emprendedores" a esta plaga maligna.
No es broma, podéis googlear y veréis
las declaraciones de estos "líderes de la oposición ", en fin.
Las tiendas normales recurren a los
mayoristas, a los pequeños importadores, a lo que el Gobierno distribuye ahora,
que es menos por la escasez de dólares y la bajada del petróleo... y sobre todo
se surte del producto nacional (hortalizas, frutas...) que no es mucho, porque
en muchos casos los empresarios dejan de producir hasta que el Gobierno les
sube los precios.
Y en esa guerra está el pueblo
venezolano, tratado con simpleza por unos medios internacionales que alientan
estos comportamientos golpistas y criminales, que no soportarían ni aguantarían
ni en la décima parte si estos comportamientos se produjesen en sus
países.
Todo vale para tumbar al Chavismo.
Como sea, lo que sea, cuando sea...
Lo único que les importa, así quede el
país destrozado, es sacar a los negros, pobres, indios, a la "gente
fea" o "tierruos" del poder.
Son muy racistas y muy clasistas... lamentablemente...
Por eso, básicamente, unas tiendas
tienen de todo y otras no.
Unos tienen de todo y otros no.
(*)
Ciudadano vasco radicado en Caracas.
Vea también la entrevista hecha por
Ernesto Villegas a Agustín Otxotorena en su espacio Siete preguntas, por
Telesur: https://www.youtube.com/watch?v=gfNb5qEbGIc
Otxotorena también muestra que en las calles de Caracas continúan funcionando miles de ventas como éstas, con evidente surtido popular. (Foto: muro de Agustín Otxotorena en Facebook). |
El fenomenal surtido para el disfrute de los ricos, en sus exclusivos abastos del éste de Caracas. (Foto: Agustín Otxotorena en su muro en Facebook). |
Supermercado en Sabana Grande, Caracas. (Foto: Agustín Otxotorena en su muro de Facebook). |
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