"¡Fuera Santos, fuera!"
Las patrañas inventadas por el candidato no son más que la muestra del debilitamiento que ha sufrido la campaña uribista. Quedó claro que la población estudiantil no cree en sus propuestas falsas y de poca proyección social.
Por Luis Alfonso Mena Cárdenas (*)
El miércoles 14 de abril, cuando el candidato presidencial por el Partido de la U, Juan Manuel Santos, ingresó a la Universidad Santiago de Cali no se imaginaba el repudio del que iba a ser objeto por parte de los estudiantes de la institución.
Tanto fue el desagrado que expresaron los estudiantes por la presencia de Santos que éste ni siquiera pudo explicar sus propuestas y tuvo que salir escoltado por miembros de la Fuerza Pública.
Quedó claro con este acto que los estudiantes no olvidan que durante la gestión del hoy candidato presidencial en el Ministerio de Defensa tuvieron ocurrencia los mal llamados “falsos positivos”, además de la promoción de otras políticas del régimen de Álvaro Uribe.
El rechazo de los universitarios es un síntoma de que no se quiere más de lo mismo, de que no se quiere más un régimen autoritario como el actual, para el que todo lo que se diga sobre el Gobierno es porque se es simpatizante de la guerrilla. Nada más falso.
El miércoles 14 de abril Santos dijo que el acto que había sucedido en su en contra era obra de “encapuchados e infiltrados que estaban armados”, y que además de eso estaban formando pequeñas milicias dentro de la universidad. Señor Santos: ¡qué irresponsable de su parte asegurar eso! ¡No mienta de manera tan descarada!
Igualmente, quedó claro que las políticas de este candidato no son más que la continuidad de un régimen ya establecido. Con él nada cambiaría. Nuestro futuro con Santos como presidente no sería nada alentador.
¿Cómo se puede elegir a una persona que no sólo es rechazada por la población universitaria en todo el país (en una universidad de Barranquilla Santos también fue abucheado), sino que tampoco generará buenas relaciones con los pueblos hermanos de Venezuela y Ecuador?
¿Cómo se puede elegir a una persona con quien tenemos garantizada, en un eventual gobierno suyo, una guerra con los gobiernos de los países vecinos?
Tenemos que ser conscientes de que no podemos volver a lo mismo de hace ocho años, porque “retroceder no es una opción”. No podemos aceptar las mismas políticas de guerra que se han implementado durante el periodo del presidente Uribe, en el cual se invierte más en la guerra que en el pueblo.
Las patrañas inventadas por el candidato no son más que la muestra del debilitamiento que ha sufrido la campaña uribista, pues en las encuestas ha bajado. Quedó demostrado que la población estudiantil no cree en sus propuestas falsas y de poca proyección social.
(*) Estudiante de Psicología de la Universidad Santiago de Cali, USC.
Las patrañas inventadas por el candidato no son más que la muestra del debilitamiento que ha sufrido la campaña uribista. Quedó claro que la población estudiantil no cree en sus propuestas falsas y de poca proyección social.
Por Luis Alfonso Mena Cárdenas (*)
El miércoles 14 de abril, cuando el candidato presidencial por el Partido de la U, Juan Manuel Santos, ingresó a la Universidad Santiago de Cali no se imaginaba el repudio del que iba a ser objeto por parte de los estudiantes de la institución.
Tanto fue el desagrado que expresaron los estudiantes por la presencia de Santos que éste ni siquiera pudo explicar sus propuestas y tuvo que salir escoltado por miembros de la Fuerza Pública.
Quedó claro con este acto que los estudiantes no olvidan que durante la gestión del hoy candidato presidencial en el Ministerio de Defensa tuvieron ocurrencia los mal llamados “falsos positivos”, además de la promoción de otras políticas del régimen de Álvaro Uribe.
El rechazo de los universitarios es un síntoma de que no se quiere más de lo mismo, de que no se quiere más un régimen autoritario como el actual, para el que todo lo que se diga sobre el Gobierno es porque se es simpatizante de la guerrilla. Nada más falso.
El miércoles 14 de abril Santos dijo que el acto que había sucedido en su en contra era obra de “encapuchados e infiltrados que estaban armados”, y que además de eso estaban formando pequeñas milicias dentro de la universidad. Señor Santos: ¡qué irresponsable de su parte asegurar eso! ¡No mienta de manera tan descarada!
Igualmente, quedó claro que las políticas de este candidato no son más que la continuidad de un régimen ya establecido. Con él nada cambiaría. Nuestro futuro con Santos como presidente no sería nada alentador.
¿Cómo se puede elegir a una persona que no sólo es rechazada por la población universitaria en todo el país (en una universidad de Barranquilla Santos también fue abucheado), sino que tampoco generará buenas relaciones con los pueblos hermanos de Venezuela y Ecuador?
¿Cómo se puede elegir a una persona con quien tenemos garantizada, en un eventual gobierno suyo, una guerra con los gobiernos de los países vecinos?
Tenemos que ser conscientes de que no podemos volver a lo mismo de hace ocho años, porque “retroceder no es una opción”. No podemos aceptar las mismas políticas de guerra que se han implementado durante el periodo del presidente Uribe, en el cual se invierte más en la guerra que en el pueblo.
Las patrañas inventadas por el candidato no son más que la muestra del debilitamiento que ha sufrido la campaña uribista, pues en las encuestas ha bajado. Quedó demostrado que la población estudiantil no cree en sus propuestas falsas y de poca proyección social.
(*) Estudiante de Psicología de la Universidad Santiago de Cali, USC.
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