lunes, 31 de marzo de 2014

Noticia. Se prepara encuentro internacional en solidaridad con la Revolución Bolivariana

Como muestra la gráfica, los medios de la burguesía mundial les rinden culto a los vándalos de la oposición venezolana a quienes han convertido en  vedettes. (Foto de Nelson Almeida de AFP).
Comunicadores rechazan manipulación
de carteles mediáticos privados


Denunciaron que agentes extranjeros confabulados con la oposición interna pretenden reproducir en Venezuela la nefasta experiencia de Ruanda en 1994, cuando las transnacionales de la información diseñaron el enfrentamiento entre las poblaciones Tutsis y Hutus, hecho que provocó un genocidio que arrojó más de 800.000 víctimas. En ese caso, se presentaron 50.000 documentos y más de 600 horas de grabaciones con las consignas lanzadas desde la siniestra Radio Mil Colinas, la radio del odio, y copias del diario Kangura, plagado de ilustraciones y textos racistas.

Por Alba Ciudad/ Prensa AN
Colectivos de comunicadores y comunicadoras socialistas, acompañados de los diputados del Psuv Tania Díaz y Earle Herrera, integrantes de la Comisión Permanente del Poder Popular y Medios de Comunicación de la Asamblea Nacional (AN), se pronunciaron este viernes desde la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño para rechazar la violencia y el manejo falso y modificado de la información por parte de medios de comunicación privados e internacionales.

En ese sentido, los asistentes dieron a conocer un comunicado por la paz y en contra de los carteles de la información, donde fijaron posición con respecto a los sucesos violentos promovidos por la oposición venezolana desde el pasado 12 de febrero, que han intentado acabar con la democracia en el país.


Esta actividad sirvió como ventana para que los periodistas pudieran intercambiar ideas y exponer propuestas para desmontar la matriz de opinión que pretenden generar estas corporaciones, con respecto a la libertad de expresión y la “supuesta guerra”, que sectores opositores dicen “hay en la República Bolivariana de Venezuela”.

Una de las voceras de la actividad fue la periodista Rosita Caldera, quien manifestó su repudió al mal trato de la información por parte de algunos comunicadores. “Los medios privados y extranjeros falsifican la información que transmiten al mundo y dicen que aquí no hay libertad de expresión, cuando sabemos que en países como España y Estados Unidos la represión a periodistas es brutal”, señaló.

Asimismo, la comunicadora indicó que la derecha venezolana tiene fábricas para montar escenarios en contra del Gobierno Nacional y tildar de “dictador” al Presidente de la República, Nicolás Maduro, quien ha sido paciente ante los constantes ataques que desde el 15 de abril de 2013 ha recibido.

Durante su exposición, Rosita Caldera recalcó: “Los medios de comunicación deben estar al servicio de los pueblos, de los derechos humanos, de la justicia social y del bienestar de su Patria”.

Por su parte, Gastón Guisandes, editor del diario Qué Pasa de Maracaibo, hizo un llamado al pueblo venezolano a defender la soberanía e instó a los periodistas a que informen de forma veraz lo que está pasando y a no participar en lo que considera “un golpe de Estado continuado desde el año 2002”.
Con la iniciativa de esta actividad, se pretende crear un cronograma de foros para desmontar las matrices de opinión que se han generado en los últimos días. La invitación se ha hecho extensiva a los comunicadores internacionales, quienes vendrán al país el próximo mes para participar en un encuentro de comunicadores por la verdad.

Texto del comunicado

Comunicadores Venezolanos por la Paz y contra los Carteles de la Información

Para los colectivos de comunicadores venezolanos es imperioso fijar posición sobre los acontecimientos que pretenden acabar con el proceso democrático en nuestro país. El Presidente Nicolás Maduro inició su gestión en abril del 2013, como resultado de unas elecciones transparentes y democráticas. Sin embargo, desde ese primer momento, sufrió el asedio de acciones terroristas ordenadas por la extrema derecha nacional, que llamó a desconocer los comicios y a descargar las calles del país, provocando el asalto a centros de salud, casas del Partido Socialista Unido de Venezuela y edificios de la Gran Misión Vivienda, entre otros, además del vil asesinato de 14 venezolanos.

La revolución bolivariana creada por Hugo Chávez constituye un impedimento a los planes expansionistas y colonialistas de una dictadura imperial, que pretende apoderarse y esquilmar las riquezas de los países de la región suramericana como el agua, el petróleo, el gas, la flora, la fauna y los territorios; de allí el afán por desestabilizar la democracia participativa y protagónica y derrocar al gobierno legítimamente constituido del Presidente Nicolás Maduro.

Las posiciones geoestratégicas de Venezuela, Brasil y Argentina, entrada frente al norte, centro y sur del continente americano, más los países con costas frente al Pacífico, resultan imprescindibles para el control regional.

El reiterativo intento de golpe suave que han enfrentado países como Venezuela (abril de 2002), Bolivia (agosto de 2008), Honduras (junio de 2009), Ecuador (septiembre de 2010), Paraguay (junio de 2012) y de nuevo Venezuela en febrero 2014, se sustenta en el modelo de guerra de cuarta generación, orientado en los manuales de la Escuela de las Américas y de Gene Sharp, entre otros modelos basados en mentira, el foquismo desestabilizador y la penetración de los sectores populares. En el caso de Venezuela, el plan más reciente escaló hasta la violencia extrema y la actuación de grupos mercenarios paramilitares, después de la rotunda victoria electoral de las fuerzas revolucionarias en diciembre de 2013, para elegir alcaldes y concejales, en los que un millón 300 mil votos de ventaja ratificaron la mayoría irrefutable.

Empeñados en desconocer la legitimidad del Gobierno Nacional, actores políticos de la ultraderecha y la derecha impusieron la matriz de opinión de que estos comicios se convertirían en un plebiscito contra Nicolás Maduro. Sin embargo, el resultado se transformó en la mayor demostración de apoyo para el Presidente y un respaldo irrestricto a la lucha desarrollada por el gobierno bolivariano para enfrentar el golpe económico al que estos grupos sometieron a nuestro pueblo el último trimestre de 2013, al violar su derecho constitucional a la seguridad alimentaria. Esta profunda derrota produjo nuevas órdenes desde el Departamento de Estado, en Washington D.C., para pasar al siguiente escenario:

·         El terrorismo, camuflado bajo la protesta pacífica, que ha generado, hasta hoy, el asesinato 37 venezolanos y más de dos centenas de heridos en nuestra población.

·         Ataques públicos y asesinatos perpetrados por grupos paramilitares mercenarios.

·         Destrucción de espacios y bienes públicos y privados.

·         Acoso a la población.

Han sido éstas las líneas fundamentales que las empresas mercantiles que manejan los productos informativos ignoran o tergiversan. Las matrices que manejan los cárteles mediáticos privados al servicio de los Estados Unidos se basan en la creación y divulgación de informaciones falsas, que convierten a las víctimas en victimarios y desarrollan campañas de guerra sucia contra el gobierno de Venezuela, azuzando las condiciones para un escenario de conflicto armado y señalándonos como un país en crisis que justifica la intervención extranjera.

Por eso es permanente la presencia de los dirigentes de la desestabilización y de opinadores de oficio contra la revolución bolivariana en sus espacios de radio, televisión, prensa e internet. Por eso la mayoría de las empresas del cártel mediático internacional asignaron las últimas semanas corresponsales permanentes en Venezuela, para la cobertura casi exclusiva del escenario de guerra montado en sectores residenciales de clase media de sólo 18 municipios controlados por la ultraderecha, de un total de 335 que tiene el país. Por eso, la constante y antiética criminalización de organizaciones populares y colectivos sociales, como los de comunicadores reunidos hoy aquí.

No dudamos en calificar de guerra sucia la campaña emprendida por los representantes de este cártel de la información internacional, porque se basa en:

·         Un irrespeto absoluto a la opinión pública.

·         Una total carencia de veracidad en sus materiales, publicados sin verificación, ni fuente fidedigna, sobre la base en rumores y amparados en el anonimato.

·         Temas orquestados claramente expresados en la uniformidad de sus titulaciones.

·         El ocultamiento ante el mundo de los verdaderos responsables de la desestabilización en Venezuela, de los 37 asesinatos y de los centenas de heridos.
·          
·         La criminalización y el señalamiento directo, sin pruebas, de grupos sociales, políticos e incluso de familias y personas, como causantes de acciones que dañan a la sociedad.

·         El uso abusivo de las redes sociales para incentivar el odio entre la población, cometer asesinatos contra ciudadanos y miembros de la Fuerza Armada Bolivariana que han convertido en objetivos.

LA EXPERIENCIA DE RUANDA APLICADA A VENEZUELA
El odio inoculado entre la población venezolana previo al golpe de Estado en el año 2002 ha sido profundizado por el latifundio de las corporaciones mediáticas, con el objetivo de replicar en el país la guerra que se libró en Ruanda, país africano en el año 1994 cuando las transnacionales de la información diseñaron el enfrentamiento entre las poblaciones Tutsis y Hutus, hecho que provocó un genocidio que arrojó más de 800 mil víctimas. Este hecho que conmovió a la opinión pública mundial condujo a la investigación de los sucesos y concluyó en la prisión de los propietarios de la radio y televisión de Ruanda.

Los fiscales acusaron a estos medios de haber orquestado un minucioso plan destinado a multiplicar el odio étnico y para persuadir a la gente a asesinar a sus enemigos tutsis y hutus. Como pruebas los fiscales presentaron cerca de cincuenta mil documentos, más de seiscientas horas de grabaciones con las consignas lanzadas desde la siniestra Radio Mil Colinas, la radio del odio y copias del diario Kangura, plagado de ilustraciones y textos racistas. El crimen no quedó impune.

Alertamos sobre los intentos de provocar en Venezuela un escenario similar de confrontación armada interna, a través de estrategias de terrorismo mediático. Los colectivos de comunicadores revolucionarios de Venezuela denunciamos ante instancias nacionales e internacionales esta nueva arremetida contra la paz y la democracia y rechazamos, de manera contundente, la falsas acusaciones sobre ausencia de libertad de expresión en nuestro país, porque esa afirmación es, escúchese bien, un abierto chantaje para proseguir incitando el odio y la ola de asesinatos contra la población.

Otras de las acciones inmediatas que llevaremos a cabo como Colectivos organizados por la Paz son estas:

·         Realizar un Foro Internacional en Caracas el próximo mes para exponer todas las pruebas sobre la responsabilidad del cártel mediático en el intento de golpe suave contra Venezuela.
·         Invitar a periodistas de medios de comunicación que obedezcan sólo a la ética, la verdad y al mandato de sus conciencias, y no se subordinen a las imposiciones del tutelaje imperial en la cobertura informativa de este momento político, en el que está en juego la Paz de nuestra Nación.

·         Proseguir con las reuniones con diferentes organizaciones internacionales que agrupan a periodistas y comunicadores, como la Felap, sindicatos y colegios de periodistas de América Latina, Organización Internacional de Medios Comunitarios.

Deseamos concluir con esta reflexión, publicada por el diario La Jornada, de México, del artículo de Gilberto López y Rivas titulado:

“¿DÓNDE QUEDÓ EL RIGOR METODOLÓGICO?”
“La Guerra sin límites consiste en ataques contra todas las áreas de vulnerabilidad: Guerra Cultural, influenciando los puntos de vista culturales de la nación adversaria; Guerra de las Drogas, invadiendo a la nación adversaria con drogas ilegales; Guerra de la Ayuda Económica, empleando la dependencia a la ayuda financiera para controlar al adversario; Guerra Ambiental, destruyendo los recursos ambientales de la nación adversaria; Guerra Financiera, subvirtiendo o dominando el sistema bancario del adversario y su mercado de valores; Guerra Legal Internacional, subvirtiendo o dominando las políticas de las organizaciones internacionales o multinacionales; Guerra Mediática, manipulando los medios de prensa extranjeros; Guerra en Internet, mediante el dominio o destrucción de los sistemas informáticos transnacionales; Guerra Psicológica, dominando la percepción de las capacidades de la nación adversaria; Guerra de Recursos, controlando el acceso a los recursos naturales escasos o manipulando su valor en el mercado; Guerra de Contrabando, invadiendo el mercado del adversario con productos ilegales; Guerra Tecnológica, ganando ventaja en el control de tecnologías civiles y militares claves y la Guerra Terrorista contra la población civil.

Un verdadero manual para el genocidio es el que tiene en ejecución el gobierno de Estados Unidos contra quienes no le simpaticen”.


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