miércoles, 10 de marzo de 2010

Análisis. Al cierre de la campaña para el Congreso

Los candidatos de la oligarquía

La mayoría de ellos han cerrado filas en torno de los nefastos decretos de emergencia de la salud y se solidarizan con la política de guerra sin fin del Presidente. Con estos aspirantes el pueblo vallecaucano no tendría vocería ni representación en el Congreso.

Por Luis Alfonso Mena S.
El domingo 14 de marzo la comunidad vallecaucana tendrá la oportunidad de expresar su voto de rechazo a todos aquellos voceros de los grupos de poder y de las políticas del uribismo, que han demostrado su fracaso y su alto contenido anti popular.

En medio de la mediocridad y de la falta de debate sobre los asuntos de fondo (la crisis social y la solución política del conflicto armado) la mayoría de los aspirantes por los partidos de las élites oligárquicas se aprestan a renovar su presencia en el Congreso.

Para lograrlo hacen uso de la falta de claridad política que todavía predomina en un amplio sector de la sociedad, de los procedimientos politiqueros y clientelistas de siempre, lo mismo que de una multimillonaria inversión en propaganda e infraestructura electoral.

Es seguro que tampoco en esta coyuntura los aires de cambio que recorren el continente americano cubran sustancialmente la geografía nacional, pero existe la aspiración de que la oposición mantenga su presencia en las cámaras e incluso la incremente.

Entre los más visibles candidatos de la oligarquía vallecaucana que aspiran a ser reelegidos en el Senado, a dar el salto de la Cámara al Senado o a llegar por primera vez para seguir defendiendo las políticas de las élites empresariales y latifundistas figuran:

Dilián Fracisca Toro, Roy Barreras y Luis Élmer Arenas, del partido de la U; Carlos Fernando Motoa, de Cambio Radical; Santiago Castro y César Tulio Delgado, del Partido Conservador, y Juan Carlos Rizzeto, del Partido de Integración Nacional, PIN.

Y los más visibles aspirantes vallecaucanos a la Cámara de Representantes por los partidos uribistas, quienes seguramente irán al Congreso a dar continuidad a las políticas de patronos y políticos tradicionales, aparecen:

Roosevelt Rodríguez y José Luis Arcila, del Partido de la U; Abraham Jiménez y Alejandro de Lima, de Cambio Radical; Cristian Garcés y Heriberto Sanabria, del Partido Conservador, y Juan Carlos Salazar y Heriberto Escobar, del PIN.

De ninguno de ellos se pueden esperar posiciones de defensa de los intereses de los trabajadores ni de sectores populares, siempre excluidos de las decisiones nacionales, porque su compromiso esencial es con los grupos de poder que ayudan a su elección.

La mayoría de ellos han cerrado filas en torno de los nefastos decretos de emergencia de la salud y se solidarizan con la política de guerra sin fin del Presidente. Con estos candidatos el pueblo vallecaucano no tendrá vocería ni representación.

¿Lo entenderán los electores de la región a la hora de ir a las urnas?

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