jueves, 14 de junio de 2012

Entrevista. Alejandra Lerma, poesía y comunicación



Para Alejandra Lerma, “los medios alternativos surgen como una necesidad”. (Foto: archivo personal).
“No hay que perpetuar ciertos
estereotipos que son dañinos”

“Los medios de comunicación desarrollan un papel importante en la creación de las representaciones sociales. Parte de la construcción de identidad de los seres humanos pasa por su relación con estos medios”, dice la poetisa de la Universidad del Valle.

Por Diego Alejandro Rizo López (*)
Al llegar a su pequeño aparta-estudio puede toparse el visitante con colores, formas y aromas que remiten a un estado de tranquilidad. Alejandra Lerma, la anfitriona, de 20 años de edad, estudiante de Comunicación Social en la Universidad del Valle y amante de la poesía, asegura hallarse en la búsqueda de la comodidad interior que le permita exteriorizar su percepción del mundo.


“Creo que los medios de comunicación desarrollan un papel importante en la creación de las representaciones sociales. Parte de la construcción de identidad de los seres humanos pasa por su relación con estos medios”, dijo.

Aunque afirma que no pretende creer que como comunicadora social generaría cambios gigantescos o trascendentales, sí aclara: “Me parece que puede aprovecharse la oportunidad que brinda la Comunicación Social para tratar de no perpetuar ciertos estereotipos que pueden resultar dañinos: alejar a las personas de lo que realmente son,  y venderles una imagen de lo que deberían ser”.

Para ilustrar su idea, asegura: “Un ejemplo de esto es la representación que hacen los medios de comunicación, sobre todo los de orden audiovisual e impreso, del cuerpo de la mujer: un cuerpo altamente erotizado, con características anglosajonas, vendiendo valores de lo higiénico y perfecto, totalmente desfasados de la fisionomía, mentalidad o características de las mujeres latinoamericanas”.

“La forma en que los grandes medios reproducen ciertos esquemas les permite llegar a las masas, es por eso que los medios alternativos surgen como una necesidad”.

“Lo que yo pretendo, dentro de mis posibilidades --dice con sinceridad--, es hablar de visiones y prácticas humanas que sean más cercanas o tengan mayores vínculos con lo que la gente realmente vive”.

Alejandra cuenta que la pregunta fundamental en su vida ha sido: “¿Qué implicaciones tiene ser una mujer, estar en un cuerpo de mujer y ser colombiana?”. Y agrega: “Para eso no hay una respuesta única. Eso es lo que podría chocar de los medios, quienes pretenden dar respuestas únicas a lo que es una mujer”.

“Yo siento que para eso hay tantas respuestas, como mujeres existen”, dice en tono tajante y comenta: “Yo puedo hablar desde la mujer que soy, es lo que conozco y lo que estoy edificando, sin querer decir que sea el camino correcto, pero sí un camino honesto conmigo. De esa forma, también permito que haya una confrontación de los caminos recorridos por otras mujeres. Ahí entran en juego las herramientas a mi alcance desde la comunicación: herramientas desde lo tecnológico, inscritas en las luchas sociales y simbólicas”.

Respecto a su recorrido en la academia señala: “Durante mis trabajos académicos empecé a encontrar una línea y un tono discursivo que he llevado a varios espacios. Entre ellos están el reportaje escrito, algunos proyectos radiofónicos, el campo audiovisual y el componente investigativo. Esencialmente me he preguntado por las mujeres que viven el territorio colombiano y específicamente el vallecaucano”.

También recuerda: “Hubo un reportaje sobre las formas de vivir la menstruación, una revista fotográfica sobre mujeres trabajadoras sexuales en un municipio vallecaucano, un cortometraje experimental sobre el ciclo menstrual y una serie de cuentos y poesías en las que está involucrado el universo femenino. Esa exploración del universo femenino, en el exterior, sirve para generar cuestionamientos interiores”, dijo.

Sobre un importante proyecto en curso, revela: “En la actualidad estoy desarrollando un documental que entra en la categoría de ensayo, en el que a través de mi historia de transformación y el uso de una imagen cargada de elementos poéticos y simbólicos, configuro lo que ha significado el ciclo menstrual en mi vida”.

Uno de sus referentes principales tenidos en cuenta para el desarrollo de este producto es la obra audiosivual de Agnes Varda, una realizadora francesa, a quien admira. “Entre otras cosas –dice--, por la capacidad de transmitir la profundidad de sus reflexiones acerca del ser femenino”.

Para finalizar, habla sobre la intención puesta en el documental: “Me interesa que el producto final, más allá de cumplir con unas funciones de calidad técnica y conceptual,  funcione como un espejo en el que tanto mujeres como hombres puedan preguntarse quiénes son en relación al momento biológico y social de la menstruación, a partir de un pequeño testimonio, que es el mío”.

(*) Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali, USC.

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