martes, 22 de diciembre de 2009

ÍNDICE DE ¡PERIODISMO LIBRE! EN 2009


Las 14 ediciones hechas hasta hoy

Para que sirva de referencia ordenada a nuestros lectores, presentamos a continuación el índice de todos los textos (con antetítulos y titulares) publicados en este blog desde su inauguración, el 12 de julio de 2009.

Con el fin de que haya más claridad y comprensión, clasificamos los diferentes textos por ediciones, cada una de las cuales corresponde al día en que se efectuó la actualización de ¡PERIODISMO LIBRE!

De esta forma, en lo sucesivo, siempre que se haga una actualización del blog ésta irá antecedida del número de la edición. Como hasta hoy hemos realizado un total de trece, a cada una de ellas le hemos denominado, para efectos prácticos de orden, edición.

Así que la de hoy es la edición número 14, la que inaugura la nueva fase de este blog, que procurará actualizarse semanalmente para que los lectores lo encuentren cada miércoles muy fresco, con nuevos temas.

Aunque en la margen derecha hay un archivo permanente, éste no está ordenado por ediciones, circunstancia que constituye otra razón para la clasificación que hallarán a continuación.

Recuerden queridos amigos que este es un blog no sólo para mirar sino para leer.

No. 1. (Domingo 12 de julio de 2009).
América Latina, un volcán en erupción

No. 2. (Sábado 1 de agosto de 2009).
Honduras: un golpe contra la historia

No. 3. (Martes 11 de agosto de 2009).
¿Periodistas o aduladores del poder?

No. 4. (Domingo 27 de septiembre de 2009).
Zelaya, contra tiranos y plutócratas

No. 5. (Lunes 28 de septiembre de 2009).
Luego de la consulta, el Polo se bambolea

No. 6. (Sábado 10 de octubre de 2009).
Recordando a Salvador, Pablo y Mercedes

No. 7. (Lunes 12 de octubre de 2009).
Ospina claudica ante la élite. (Con reportaje gráfico).

No. 8. (Martes 20 de octubre de 2009).
Otra lección de movilización social y comunitaria
La minga camina por un poder digno

Reportaje gráfico de ¡PERIODISMO LIBRE!

No. 9. (Miércoles 21 de octubre de 2009).
El Esmad se quiso meter a la Santiago
Así arremetió la Policía en la USC

No. 10. (Martes 27 de octubre de 2009).
Del escritor Alejandro José López
Carta a una amiga uribista

La estrategia del Gobierno ante los escándalos
¿Todo ocurre a espaldas de Uribe?

No. 11. (Lunes 9 de noviembre de 2009).
La entrega de las siete bases militares a EE.UU.
Uribe aísla a Colombia de Suramérica

Análisis de la coyuntura económica
El Valle, entre crisis y oportunidades

Tres casos protuberantes de intolerancia
El tiempo de las mordazas

No. 12. (Miércoles 18 de noviembre de 2009).
Urge la unión del periodismo independiente
La hora de los medios alternativos

Reportaje gráfico de ¡PERIODISMO LIBRE!
Lo que los medios ignoraron del Encuentro Internacional por el Acuerdo Humanitario

Notas ácidas
Mis apostillas

Análisis político
Semblanza del Partido Liberal

No. 13. (Miércoles 25 de noviembre de 2009).
Reflexión a propósito de las “21 megaobras”
La arrogancia del poder

Notas ácidas. Bases, inseguridad, educación
Mis apostillas

No. 14. (Martes 22 de diciembre de 2009).
El triste balance de 2009 en Colombia
Hambre y sometimiento, aguinaldos de Uribe

El 2009 en Cali, otro balance negativo
Ospina, el aventajado alumno de Uribe

Diez preguntas para… Álvaro Caicedo
“Algunos reporteros les coquetean sin rubor a los poderosos”

Entrevista. Felipe Bedoya, otro estilo en el grafito
‘Doya’, el surrealismo pop en las calles de Cali

El triste balance de 2009 en Colombia

Durante reciente visita a Estados Unidos, Álvaro Uribe parece recibir "consejos" de Barack Obama, el nuevo amo de la Casa Blanca y mensajero de los designios guerreristas del Pentágono.

Hambre y sometimiento,
los "aguinaldos" de Uribe

Una extraña paradoja retrata hoy al país: entre más crecen el desempleo, la criminalidad, la corrupción y la falta de independencia frente a las potencias extranjeras, las encuestas dicen que más sube la popularidad del Gobierno.

Por Luis Alfonso Mena S.
El que termina ha sido uno de los peores años de la primera década del Siglo XXI en Colombia: desempleo, hambre, corrupción, violencia y sometimiento a los dictámenes imperiales son los resultados de las políticas de Álvaro Uribe.

A pesar de las encuestas, fotografías de una borrachera colectiva cuya resaca será larga, lo cierto es que las condiciones de vida de la gran mayoría de los colombianos se deterioran día a día, mientras, extrañamente, dicen que crece la “popularidad” del Presidente.

Una gran red clientelar tejida con más de dos millones de subsidios míseros para sectores populares podría explicar en parte este raro respaldo, comprado con dineros públicos bajo el ropaje de Familias en Acción.

El desempleo subió a cifras inimaginables y hoy supera los 2.500.000 parados. El sub empleo y la economía informal cabalgan en cada esquina de las ciudades, en cada rincón de los campos: el rebusque disfraza por lo pronto la desesperación.

Los trabajadores en general, pero de manera especial la clase media, han sido golpeados por el deterioro del salario, atacado desde el inicio del gobierno por la Ley 789 de 2003, obra de Uribe que acabó con horas extras, recargos nocturnos y dominicales.

La desocupación profesional aumenta, las nefastas cooperativas de empleo generalizadas en el actual mandato hacen de las suyas en detrimento de los trabajadores y en provecho de los empresarios más acaudalados, para quienes realmente actúa Uribe.

La corrupción continúa siendo la tónica en la mayoría de las administraciones del país. Y el gobierno de Uribe es el que peor ejemplo da. El escándalo de Agro Ingreso Seguro es sólo uno entre centenares de casos.

La moral pública está por el suelo. La politiquería y el clientelismo, que Uribe prometió combatir, siguen campeando en la gestión pública. En ella, todo se compra, todo se vende. Y los altos funcionarios de la Casa de Nariño son exonerados.

La ética pública no existe. La connivencia con el crimen se generalizó. Las masacres y demás violaciones de los derechos humanos cometidas por paramilitares y agentes del Estado son “perdonadas” con el argumento falaz del mal menor contra el mal mayor.

La otra gran promesa de Uribe, la de acabar con la violencia, ha resultado un fracaso, pues la inseguridad en las ciudades es insoportable, en parte como consecuencia de la ausencia de políticas sociales contra el desempleo.

A diferencia de lo que se afirma por la propaganda oficial, los carteles de las drogas se han multiplicado y los grupos paramilitares, ahora llamados eufemísticamente, como tantas cosas en este gobierno, “bandas emergentes”, siguen asolando ciudades y campos.

Y a todas estas, avanza el proyecto de pasar de un régimen autoritario a una dictadura civil, con el cercenamiento de las libertades de opinión e información, con la estigmatización de los opositores y la criminalización de la protesta social.

Aislamiento en Latinoamérica
La política internacional no se queda atrás en materia de fracasos. Uribe entregó este año no sólo siete bases militares colombianas sino todo el país a una potencia extranjera, Estados Unidos, para que sirva de plataforma de agresión contra sus hermanos latinoamericanos.

Con tal de congraciarse con Obama, el premio Nobel de la guerra, y de ganar indulgencias para que le aprueben el TLC, aisló al país y no dudó en desarrollar una política contra Unasur, el Alba y todo lo que signifique independencia frente al imperio estadounidense.

El último “regalo” fue el reconocimiento de las elecciones espurias, ilegales, cumplidas en Honduras bajo la dictadura montana allí por la oligarquía con el beneplácito de Obama, y “reconocer” a Lobo, el ultraderechista “elegido” el 29 de noviembre. Tal para cual.

A Uribe no le importa someterse a los dictámenes del Pentágono y de la Casa Blanca, que encabezan feroces y mortíferas guerras de invasión en Irak, Afganistán y Paquistán, con tal de recibir la bendición del nuevo amo.

El 6 de diciembre el presidente de Bolivia, Evo Morales, le dio a Uribe una gran lección al demostrarle que una política exterior de defensa de la soberanía y de solidaridad latinoamericanista sí puede ser apoyada por la gran mayoría de un pueblo.

Evo recibió un respaldo inmenso al ser reelegido con el 63% de los votos, lo cual significa un espaldarazo al proceso de cambios profundos en su país y a su participación en el Alba, la alianza económica y política sub continental que enfrenta la política imperial de EE.UU.

Uribe, en cambio, sigue a la cola de la Casa Blanca, mendicante de sus decisiones y de espaldas a la realidad continental. Mucho va de los nuevos gobiernos soberanos del continente a los sometidos a la potencia invasora, como lo es el de Uribe.

En fin, el año cierra con malos augurios. El conflicto interno se prolonga y la guerra que padece el país desde hace 61 años no tiene solución con Uribe. Los desplazados y las víctimas de la violencia siguen a la espera de una oportunidad.

Todo indica que a Uribe parece convenirle la prolongación del conflicto para sus designios de perpetuarse en la Presidencia con una segunda reelección, que inauguraría un tercer período de más guerra, desempleo, sometimiento y autocracia.

El 2009 en Cali, otro balance negativo

Jorge Iván Ospina en la época de la campaña electoral de 2007. (Foto del periódico universitario Paréntesis).

Ospina, el aventajado
alumno de Uribe

En materia de privatizaciones, ¡el mandatario saca cinco! Emsirva, Emcali, “megaobras”, Autopista Bicentenario… El Alcalde les falló a los caleños en el año que termina.

Por Luis Alfonso Mena S.
El hoy alcalde Jorge Iván Ospina dijo en su Programa de Gobierno de 2007 ‘Para que Cali Vuelva a ser Cali’: “Nuestras acciones estarán regidas a partir del interés supremo de proteger el patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad. Por eso se buscará que las grandes empresas públicas de Cali retornen a sus ciudadanos en condiciones de transparencia, eficacia y eficiencia administrativa”.

Pero, a la hora del balance de 2009, el resultado es que Ospina les falló a los caleños que lo eligieron y a muchos de quienes no votaron por su persona, pero que esperaban de él un comportamiento consecuente con su oferta en materia de protección de bienes públicos (tan caros para la ciudad por el enorme capital social acumulado en ellos), como son la Empresa Municipal de Servicios Varios, Emsirva, y las Empresas Municipales de Cali, Emcali.

Respecto del caso de Emsirva, al Alcalde se le vio sorprendido por la decisión de liquidación adoptada desde la cúpula del poder central, la Casa de Nariño, y a duras penas alcanzó a sumarse a una iniciativa surgida desde abajo, en el sentido de tomar la calle para rechazar la determinación arbitraria.

Sin embargo, nada frenó la orden presidencial orientada a entregarles a los particulares el multimillonario negocio de la recolección de basuras. En el caso de Emsirva, a pesar de sus declaraciones contra la medida, lo cierto es que el Alcalde fue desplazado por los acontecimientos.

Y en el de Emcali su actitud fue más inconsecuente aún con su Programa de Gobierno, pues propuso y logró en el Concejo de la ciudad lo que ningún otro burgomaestre había alcanzado, ni siquiera los de más definido perfil neoliberal: poner a uno de los principales componentes de la empresa, el de las telecomunicaciones, en el camino de la privatización.

De esta forma, no hubo protección del “patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad”, como se firmó en el programa del candidato, hoy Alcalde, pues éste, entre otras cosas, cedió ante las presiones del Jefe del Estado, quien condicionó la devolución de Emcali, después de nueve años de intervención, a la puesta en marcha de sus exigencias. Y no olvidemos que Álvaro Uribe es un mandatario, ante todo, privatizador, con una política dirigida a favorecer a los más ricos.

Después de tantos años de injerencia nacional con un balance negativo, Emcali sigue en preaviso y, si regresa, volverá dividida y metida en una feria donde su capital social será poco a poco dejado en manos de pulpos particulares insaciables, como todos a los que ha privilegiado el gobierno de Uribe

Ni qué decir de las famosas “21 megaobras”, cuyos cobros llegan en el peor momento para miles y miles de caleños, azotados por el desempleo que crece a ritmos implacables y cuya imposición se hizo en medio de la arrogancia instaurada como política desde el CAM. Y para rematar, la “Autopista Bicentenario”, una gran vía rápida que se proyecta sólo para los adinerados que dentro de la ciudad puedan pagar peaje.

Ospina resultó un aventajado alumno de Uribe. ¡En materia de privatizaciones, saca cinco!

Diez preguntas para… Álvaro Caicedo

El periodista Álvaro Caicedo, en la sede del periódico alternativo La Razón, situada en el centro de Cali. (Foto: Viviana D'haro).

“Algunos reporteros les coquetean
sin rubor a los poderosos”

A partir de esta edición publicaremos una sección denominada Diez preguntas para… Hoy la dedicamos al veterano periodista Álvaro Caicedo, ganador del Premio de Periodismo Alfonso Bonilla Aragón 2009, en la modalidad de prensa.

Por Viviana D’haro (*)
Para un periodista colombiano el hecho de trabajar en un medio de comunicación alternativo es sinónimo de preocupación, si en algún momento ha pensado en lucrarse. En otros casos, se convierte en una opción muy válida para demostrar que estos periódicos tienen tanta influencia como la gran prensa capitalina. Cómo lo dijo cierta vez Benito Juárez: “Un periódico por pequeño que en apariencia sea si tiene ideales, es como un faro alumbrando la democracia".

Álvaro Caicedo, el protagonista de esta historia, nació en Bogotá hace 61 años. Por cosas de la vida llegó a Cali en busca de nuevos rumbos que definieran de una vez por todas lo que sería su futuro. Probó suerte y trabajó como mensajero en un prestigioso banco, luego experimentó como cobrador en un consultorio odontológico.

Hace 39 años, por cosas del destino, la periodista Beatriz López le ofreció trabajo en el periódico El País. Desde esa época, Álvaro, periodista empírico, ha dejado en alto lo que aprendió en las salas de redacción. Premio Mergenthaler y tres veces ganador del Bonilla Aragón (el último, en la edición 2009, en la modalidad de prensa, con una crónica publicada en el periódico alternativo La Razón) son la prueba de que el periodismo siempre ha sido y será su mayor pasión.

¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre el periodismo de antes y el de hoy?
Antes se hacía desde los bares, como lo dijo en un momento iluminado nuestra máxima gloria literaria, Gabriel García Márquez. Olvidó decir que también se trabajaba con las uñas. Como todavía lo vemos hoy, había redactores todoterreno que daban la noticia con un relato plano, sin ínfulas intelectuales ni adornos narrativos. Y los cronistas, que empleaban recursos literarios para escribir un relato: el nuevo periodismo. Estos últimos venían de la escuela de Gay Talese, Tom Wolfe o Truman Capote, los creadores de ese género, que en Colombia dio periodistas geniales como el mismo García Márquez y Álvaro Cepeda Samudio. El sistema de impresión era muy diferente al de hoy. La tarea del reportero era dispendiosa: tenía que subir la montaña para buscar el avión estrellado. Hace tres décadas los periodistas corríamos al aeropuerto porque llegaba a Cali el Director del Sena. Hoy el asunto es a otro precio, y se resume en la tecnología. La Internet no deja de ser una ventaja por la rapidez y una enemiga, porque el periodista la prefiere y no sale detrás del avión.

¿Cómo se manejaba antes la relación del periodista con el poder?
Ella ha sido muy familiar y sospechosa en algunos casos. En otros, totalmente independientemente frente a los visorreyes. La clase pudiente les halaga la vanidad y muchos de ellos caen en esa trampa. Hoy ocurre algo parecido, porque la condición humana sigue siendo la misma. Ese matrimonio es un campo minado que compromete seriamente lo que llamamos objetividad y perjudica a la gente, porque ello conduce a que la información sea manipulada.

¿Cómo era la relación periodista-fuentes?
Anteriormente no había fuentes de información como ocurre hoy. En los periódicos se hablaba de la página local, que abarcaba el campo económico y se llevaba por delante el político, el judicial y, si uno se descuidaba, hasta los deportes Si bien no había asesores de prensa, en la radio nos peleábamos los contados boletines de prensa que llegaban de la Gobernación, la Alcaldía. En épocas de escasez, reencauchábamos groseramente los periódicos. En los primeros meses del año era más difícil: las empresas suspendían la publicidad y el espacio en radio y prensa era más grande. Entonces tuvimos que matar muchos indios que hoy gozan de cabal salud. Hoy ese aspecto está claramente definido. Hasta en las oficinas de comunicaciones del Gobierno, en las cuales cada periodista tiene asignado un funcionario que lo nutre de información. En grandes medios el asunto es más complejo y organizado de acuerdo con el intenso movimiento del mundo de hoy.

¿Fue siempre tan oficialista, tan partidario del poder establecido, el periodista como lo es hoy?
Los dueños de periódicos, y hasta de cadenas radiales, fueron o han sido o son los amos del poder. Algunos reporteros que han alcanzado poder y notoriedad les coquetean sin rubor a los poderosos. Los demás somos humildes cargaladrillos sin destino. Eduardo Santos, dueño de El Tiempo, fue presidente; Rodrigo Lloreda, dueño de El País, desempeñó altos cargos; el diplomático Juan Gómez Martínez es periodista; Plinio Mendoza, veterano periodista, es embajador; el vicepresidente de Colombia es otro Santos…

¿Qué ha pasado históricamente con la organización gremial de los periodistas?
Por falta de recursos, las organizaciones gremiales de los periodistas no han logrado sus propósitos sociales en relación con los asociados. Si se acercan al poder se crean problemas éticos y de independencia. Y no ha sido fácil manejarlas con criterios de empresa. En las regiones se han quedado en propósitos que no se cumplen. Lo más grave es que en algunos casos se han filtrado unos impostores cuya ignorancia es tan enciclopédica que son capaces de cometer errores de ortografía hablando. Estos falsos periodistas suelen ir a los almuerzos de trabajo. Y dan cuenta de opíparos sancochos de gallina, que devoran a dos carrillos.

¿Hubo sindicatos de periodistas en el inicio de esta profesión?
Mucho tiempo después de iniciada la profesión se hicieron intentos de crear organizaciones, los colegios de periodistas. Que se distinguían por ser retóricos. Lo que hoy llamamos botadores de corriente.

¿Por qué cree que no habido o hay hoy sindicatos de periodistas?
La Asociación de Periodistas del Valle fue precursora en ese aspecto. Se fundó jubilosamente una noche de tragos en la sede del Teatro Experimental de Cali y al otro día botaron de periódicos y emisoras a los chiflados que se atrevieron a desafiar el poder. Claro, era el siglo pasado.

¿Cómo cree que ha cambiado el manejo de la información a lo largo de estos 40 años?
Poco a poco se dieron cambios técnicos: se modificaron los formatos de periódicos y revistas. Luego, un visionario revolucionó la radio. Y, de acuerdo con los avances que se producían, las necesidades obligaban a hacer cambios. Una noche nos acostamos tranquilos y a la mañana siguiente la Internet y los asombrosos avances tecnológicos se llevaron remolcado a este planeta. Como el mundo es nuevo, no sabemos hasta dónde llegará esto.

¿Cuál ha sido el peor o mejor?
Presidente: El que viene.
Gobernador del Valle: Alonso Aragón Quintero
Alcalde de Cali: Rodrigo Escobar Navia.
Para desenmascarar a los peores sugiero un concurso con subsidios no reembolsables como premio.

¿Cuál ha sido en su historia de periodista?
El mayor logro: Haber podido trabajar en lo que me gusta. Las ganancias, por supuesto, no llegaron a mis flacas arcas.
La mayor frustración: Ninguna.

(*) Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali, USC.

Entrevista. Felipe Bedoya, otro estilo en el grafito

Felipe Bedoya, 'Doya', en pleno ejercicio pictórico en la Carrea 10 con Calle 1 , barrio San Antonio de Cali. (Foto especial para ¡PERIODISMO LIBRE!).


‘Doya’, el surrealismo
pop en las calles de Cali


Sus obras pueden verse en los barrios Granada y San Antonio, en el norte o en la Carrera 10 con Calle 5. “El arte es algo muy libre y para todo el mundo, no me gusta hacer cosas para una sola persona”, dice Bedoya.

Por David Muriel (*)
Una hoja de papel en blanco está a punto de perder su pureza y virginidad en las manos de un joven de 23 años llamado Juan Felipe Bedoya, conocido en el terreno urbano como ‘Doya’, ya que así firma los dibujos que ha realizado en las calles de Cali para intentar “que esta ciudad deje de ser tan gris y monótona, es decir, leer una urbe distinta, por medio de la pintura como expresión social”.

En estos momentos ‘Doya’ tiene murales y exposiciones de algunos de sus cuadros en ciudades como Cali, Medellín y Bogotá, y está pensando en viajar a Buenos Aires y Los Angeles a estudiar y a hacer más exhibiciones de su trabajo.

Sin embargo, cuenta que todo no ha sido color de rosas y, por el contrario, el camino que ha tenido que recorrer ha sido largo.

Los inicios de Felipe Bedoya en el arte fueron tremendamente normales, ya que hacía sus dibujos, pero no los mostraba a nadie de su familia. “Simplemente comencé a trabajar solo, a hacer dibujos de todo lo que veía o mezclándolo con la imaginación, hasta que las cosas comenzaron a dar frutos y ahora recibo todo el apoyo de mis familiares”.

“Mi mamá, María Eblin Alzate, era como todas las demás, pues quería que yo fuera médico, piloto o alguna de esas pendejadas, pero no me imponía nada, simplemente era un gusto de ella y siempre me apoyó en lo que yo quisiera. Por eso, desde que comencé a estudiar diseño gráfico en Bellas Artes y hasta ahora, siempre me ha respaldado”.

Los referentes artísticos de este caleño son Mark Ryden, Gary Baseman, Bob Dob y Robert Williams, “quienes son los pioneros en el movimiento Lowbrow, o surrealismo pop, que es una técnica nacida en Los Angeles, California, y se caracteriza porque sus dibujos manejan cierta pizca de humor y sarcasmo”.

Una clara muestra de su adelanto en este arte es su habitación, la cual tiene en las paredes una combinación de personajes grotescos y aberrantes entre seres tiernos y delicados, que dan un toque casi fantasioso y putrefacto a ese lugar lleno de color y oscuridad. “Este equilibrio entre inocencia y maldad sólo lo pueden poseer los niños”, quienes son los que más lo cautivan para darle rienda suelta a sus creaciones.

“Me interesa la fachada que manejan los niños entre la ternura y la maldad, y trato de rescatar la parte interna que es como la parte del mal, ya que actúan inconscientemente. Por ejemplo, cuando te golpean y se cagan de la risa todo el mundo los ve tiernos porque se ríen, pero por dentro llevan su perversidad y su violencia”.

Claro que ‘Doya’ no solamente se ha inspirado en los niños, sino también en su familia, por lo que tomó como base para un dibujo a su abuela, y en este sale ella vestida de monja haciendo sus necesidades en un sanitario mientras reza con su escapulario. “Más que todo me inspiré en su parte religiosa, porque veo que ella reza mucho y además me parece que las religiones tienen muchas partes contradictorias que para mí no tienen sentido…” Sin embargo, Bedoya dice que cree en un Dios, pero sólo como una energía y sin fanatismos.

De la hoja en blanco que tenía Juan Felipe al inicio ya no queda nada, su tranquilidad blanca se ha perdido en una maraña de líneas y curvas que lo hipnotizan, es como si solamente volviera en sí cuando tiene que responder a mis preguntas o cuando tararea pedazos de la canción Atom Heart Mother, de Pink Floyd, la cual puso a sonar desde que llegué. “Me gusta toda la música, desde la electrónica hasta sonidos árabes, gaitas… cualquier cosa que sea muy instrumental es ideal para dibujar”.

Su inspiración muchas veces se ve cortada o, como dice él, “trastornada”, y es necesario usar algunos métodos para abrir el apetito mental. “Salgo a vivir el entorno, lo pienso, tomo fotos y agudizo mis sentidos para encontrar una idea en la realidad que me pueda servir para llevarla a cabo en mi trabajo”.

“En ocasiones es muy difícil satisfacer a un público en particular, debido a que muchas veces las personas buscan cosas diferentes; hay unos que buscan las cosas tiernas, otros buscan lo absurdo o lo grotesco… y todo se maneja de forma distinta, son procesos creativos totalmente contrarios”.

Sus obras pueden apreciarse en los barrios Granada y San Antonio, en el bar Collage, al norte de la ciudad, o en la Carrera 10 con Calle 5. “El arte es algo muy libre y para todo el mundo, no me gusta hacer cosas para una sola persona, sino más bien hacer algo que la gente pueda adquirir con facilidad, sin limitaciones de dinero; prefiero algo que sea de fácil adquisición”.

Por tal razón, está promocionando una marca llamada Ugly Pops, la cual vende camisetas, llaveros, muñecos, protectores para portátiles y cuadernos. “Son cosas de excelente calidad y bajo presupuesto para que la gente escoja lo que le guste y tengan un poquito de arte. De igual manera yo, un poquito de dinero…” (risas).

Mientras me cuenta sobre más dibujos en la ciudad, la canción termina. Han sido 24 minutos de conversación y música. Bedoya se pone de pie, mira a contra luz la hoja cercenada en miles de trazos de lápiz, piensa por unos segundos y dice: “La entrevista terminó”. Arruga el papel y lo tira al cesto de la basura. “Sólo quiero que la gente reconozca el arte, que lo tome como propio y cambie la ciudad que está inundada de banalidad”.


(*) Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali, USC.




En la foto superior, 'Doya' en su estudio. La gráfica siguiente corresponde al mural pintado en la peluquería Murano. A continuación, uno de sus bocetos. Y abajo, el mural completo de la Carrera 10 con Calle 1, barrio San Antonio. (Fotos especiales para ¡PERIODISMO LIBRE!).

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Reflexión a propósito de las "21 megaobras"

Integrantes de la mesa que presidió el foro sobre las "21 megaobras" convocado por Fesovalle, en el momento de la instalación del certamen. De izquierda a derecha, Lizardo Carvajal, Élmer Fabio García, Rodrigo Salazar, Mónica Lucía Marulanda, Luis Alfonso Mena, Wilson Arias, Armando Palau, Antonio González y Germán Arboleda. (Foto: especial para ¡PERIODISMO LIBRE!).

La arrogancia del poder

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Aparte de los problemas sociales, económicos, ambientales, administrativos, legales e incluso constitucionales que afronta la empresa de las 21 megaobras en que está empeñado el alcalde Cali, Jorge Iván Ospina, hay un asunto que aparece en el fondo de todos los anteriores: el del ejercicio del poder político.

Uno de los primeros problemas con que se topan los hombres que acceden al poder por la vía de las urnas es cómo manejar ese poder, cómo establecer en lo sucesivo, una vez en la silla del Ejecutivo, el nexo entre él y quienes lo han elegido y, sobre todo, entre él y quienes no lo han elegido, para los que, desde el momento mismo de la sentencia comicial, se vuelve también su mandatario.

Y es en esta última palabra donde parece estar una de las claves de los problemas de nuestros gobernantes. Se trata de un término mal entendido y, especialmente, mal asumido. Mandatario no significa, si hemos de reconocer los códigos deontológicos, esto es, los principios de los deberes, ejercicio omnímodo del gobierno, desentendido del mandato. No.

Para que exista el mandatario se requiere de un mandante que confía su mando a otro en unas elecciones. No lo hace, o por lo menos no lo debería hacer, por prebendas o canonjías, por tamales o aguardiente. Lo hace porque delega su poder, aquel poder que, en términos generales y abstractos, poseemos dentro de esa asamblea de todos que es la polis, la ciudad.

Pero en el acto de delegación del poder, que son las elecciones populares, media la propuesta del aspirante a mandatario, el programa político con el que el candidato procura convencer al elector para que le ceda temporalmente su parte de poder.

Ese es el contrato que firman cada cuatro años los ciudadanos con alcaldes, gobernadores y presidente de la República, en el plano Ejecutivo; concejales y diputados, en el ámbito de la coadministración de municipios y departamentos; representantes a la Cámara y senadores de la República, en el espacio Legislativo.

Así que en un sistema nominalmente democrático esta premisa, la del contrato social, es parte inicial, y final también, del ejercicio del poder político de los mandatarios: éstos sencillamente reciben un mandato de hacer, de cumplir, mediatizado por la propuesta electoral del aspirante ahora elegido.

Ospina les falló a los caleños
Este prolegómeno nos permite desembocar en el asunto de fondo: el Alcalde de Cali ha fallado en el cumplimiento de ese contrato, porque aquello para lo que los ciudadanos le entregaron su poder, representado en 268.950 votos, no fue para que se les excluyera del diálogo y la concertación de sus decisiones. No. Lo que pactaron ellos y él en el Programa titulado Para que Cali vuelva a ser Cali fue otra cosa.

Sostuvo el alcalde Ospina en su Programa de Gobierno 2007: “Toda la comunidad caleña tendrá el derecho efectivo de informarse, a participar y a incidir en las decisiones de gobierno, como ejercicio efectivo de ciudadanía” [1].

Y agregó: “Toda la inversión pública se hará con criterios de racionalización, participación, transparencia, satisfacción de beneficiarios y de focalización a partir de prioridades con presupuestos participativos” [2].

Como para que no quedaran dudas, en otra parte del compromiso programático ofreció una “ciudad democrática”, mediante “la participación de ciudadanos y ciudadanas en la toma de decisiones y en la inversión equitativa del recurso público a partir de presupuestos participativos” [3].

En lo atinente a la propuesta de las 21 megaobras ninguno de estos tres compromisos ha sido cumplido en lo fundamental. Lo que hemos visto, por el contrario, es una actitud obcecada del Jefe de la Administración Municipal, quien se ha negado a recibir y escuchar a quienes se oponen con múltiples y justos argumentos al pago del paquete de obras mediante el sistema de Valorización.

No se dio cumplimiento al Programa de Gobierno cuando éste afirma que la comunidad tendrá derecho a “participar y a incidir en las decisiones de gobierno”, ni cuando dice que se diseñarán “presupuestos participativos”, ni cuando señala que se construirá una “ciudad democrática” con la participación de todos “en la toma de decisiones”.

Si bien es cierto el contrato de delegación del poder ciudadano en un mandatario lo autoriza a tomar decisiones, y así debe hacerlo, pues lo contrario sería paralizar la Administración Pública, también es cierto que en asuntos fundamentales, de gran trascendencia, como el que nos ocupa, el funcionario debe consultar a sus electores.

Y si no lo hizo antes de proferir los actos administrativos correspondientes, su deber político y ético es escuchar los reclamos posteriores, atender las solicitudes de reconsideración, generar espacios de debate abierto que posibiliten una segunda instancia, que abran el camino de la concertación y eviten los de la polarización innecesaria.

Pero, aunque muchos esperábamos otra actitud, lamentablemente el alcalde Ospina se la ha jugado por encerrarse en su concha, seguramente acompañado por su círculo de gobierno inmediato. Y he ahí el grave riesgo de los gobernantes: volverse autistas ante los llamados de quienes no aprueban sus decisiones, o de quienes, probablemente, no satisfacen sus egos.

Un diablillo se embosca

Ese es, además, el gran riesgo de todos los que acceden al mando, como lo decíamos al principio: no saber delinear, una vez elegidos, su relación con quienes le han delegado su poder, con los ciudadanos afines, pero también con los adversos.

Una vez en la silla del Ejecutivo, el diablillo de la arrogancia y la autosuficiencia hace su entrada porque sabe que, en general, el poder genera un espacio propicio para emboscarse y, al menor descuido, entronizarse en la mente del mandatario.

Si éste no anda atento a la amenaza, caerá fácilmente en sus redes y, lo más grave, creerá que si acepta puentes o los tiende, si dialoga o procura concertar entonces estará dando muestras de debilidad. Y, en consecuencia, ingresa en un círculo interminable, como el de ahora.

Un círculo que no sólo genera reacciones desde dentro de la Administración, sino que las provoca desde fuera, con respaldos mal entendidos, y es entonces cuando hacen carrera comportamientos tan negativos como los señalamientos y las estigmatizaciones.

El diablillo entronizado en los mandatarios se expande, incluso sin que él lo pida, y aparecen carteles, pancartas y vallas injuriando a los críticos, tildándolos de enemigos del progreso simplemente porque cuestionan. Nace así un comportamiento antidemocrático, que ve enemigos en todo aquel que formula reparos.

La arrogancia siempre será mala consejera. Y si se ejerce desde el poder, aún más. La firmeza de convicciones y la capacidad de decisión, incluso el temple para gobernar, son cualidades indispensables del buen mandatario. Pero ellas no deben confundirse con la intransigencia, las decisiones a ultranza o la negación del error.

El poder obnubila, enceguece, envanece. Siempre habrá, además, un entorno dispuesto a asentir, acríticamente, todas las decisiones del jefe. Ese tipo de entornos es, igualmente, mal consejero. En vez de ayudar a corregir fallas contribuye a hacerlas más protuberantes.

Las razones nos atropellan
Las razones para oponerse al cobro mediante el sistema de Valorización se las encuentra uno en las calles, se tropieza con ellas cuando escucha las noticias que no alcanzan a ocultar la crisis de desempleo y de pobreza que azota a la ciudad. Y en el transcurso del día se las cuenta el compañero de trabajo, si es que lo tiene.

También se las cuenta en la noche el vecino que se queja, el familiar que llama, el desconocido que pone el tema en el bus o en el MÍO. Hasta en los pasacalles instalados en las principales avenidas por el propio Gobierno de Cali hay razones: “¿Cómo así --se pregunta el ciudadano de a pie-- que el Alcalde anuncia descuentos de hasta el 70% en los intereses de mora para quienes adeudan los impuestos de predial o de industria y comercio, pero ahora nos quiere cobrar un nuevo gravamen, sin que los otros hayan sido cancelados?”

Una estudiante llegó hace poco a mi clase de periodismo en la Universidad Santiago de Cali alarmada por el cobro elevado que había tocado la puerta de su casa del oriente de Cali. No se explicaba por qué si reside en un barrio de estrato tres debía pagar más $800.000 de contribución. Un mundo de plata para un padre de salario mínimo y gastos máximos.

Así que no es sólo a los opositores que el Alcalde debería escuchar, si le bajara el tono a su obcecación. Es al ciudadano común y corriente. A aquel que incluso ya ni se queja porque piensa, desesperanzado, que eso ya no sirve de nada.

Tal vez el Alcalde se apoya en el conformismo en el que dormitan muchos mirando el cielo uribista con el que siguen obnubilados y que Ospina quiere remodelar. Por ello se arrima al discurso que el Presidente pronunció hace menos de dos meses en la Universidad Icesi, en el que pidió a los caleños pagar sin chistar las megaobras.

Ospina creyó ser hábil cuando mandó a hacer una extensa cuña que pasaron por espacios de Telepacífico en la que intercalaba su voz con la del Mandatario nacional. Seguramente esa construcción discursiva iba dirigida a aquellos que, perteneciendo a estratos altos, rechazan los cobros. Apelaba al uribismo de esos estratos. Pero ni así.

Es que las dinámicas sociales no son fáciles de encuadrar en determinadas coyunturas. El alcalde Ospina se ha encargado con sus decisiones de dibujar un espectro complejo. Ante sus medidas y actitudes se unió gente de todas las clases, se coaligaron actores políticos de diversos credos, se aliaron movimientos de distintos ámbitos sociales.

La exclusión aumenta
Cali necesita obras, sí, pero ¿son las propuestas las fundamentales? En los últimos días nos encontramos con dos noticias aparentemente antípodas, es decir, una buena y una mala. La buena: que seis colegios de la ciudad, todos pertenecientes a los estrados más altos de la escala social caleña, clasificaron entre los 50 que obtuvieron los mejores resultados en las pruebas del Icfes en todo el país.

Y la mala, que Cali es la segunda ciudad capital de departamento con los mayores índices de homicidios después de Medellín: 79,4 muertes violentas por cada 100.000 habitantes entre enero y octubre del presente año, cifra que representa un incremento, con relación al mismo período del año anterior, del 24,6%.

Entre enero y octubre de 2009, en Cali se presentaron 1.468 homicidios, en tanto que en el mismo periodo de 2008 las muertes violentas en la ciudad fueron 1.186

Pero incluso la noticia buena tiene un lado preocupante, muy preocupante diría yo: entre los mejores colegios no aparece ni uno del sector público. Y en el grupo de los cien primeros, tampoco, aunque allí vuelven a figurar otros cinco privados de estrato alto.

La institución educativa oficial de Cali mejor situada quedó en el puesto 1.022... La distancia en materia de calidad educativa entre el sector privado y el público es abismal. Y esa diferencia, que crece todos los días y que no se soluciona con paños de agua tibia, requiere respuestas urgentes, inmediatas, con programas de fondo, estratégicos.

Si como lo ha pregonado siempre Jorge Iván Ospina debemos procurar la igualdad de oportunidades, éstas no se logran con la exclusión en la enseñanza. Ni con el desprestigiado Programa de Ampliación de Cobertura Educativa.

La exclusión social crece. También lo hace la violencia, que tiene que ver, y mucho, con la falta de empleo y de inclusión. Esta no es una visión apocalíptica. Es el producto de, simplemente, mirar la pobreza que circula por las calles, que se estaciona en los semáforos en forma de limpiavidrios y malabaristas, es la queja silenciosa que transita por doquier y se mete en las casas porque no hay con quién, es el desempleo que cabalga a un ritmo del 14,2%.

Hora de corresponder al mandato
Aunque no creo que los mandatarios deban gobernar con el reloj de las encuestas taladrando su tic tac a toda hora en sus oídos, considero que la última medición de Invamer Gallup, hace menos de un mes, retrata el rechazo de un sector importante de la sociedad caleña a sus cobros y a su actitud arrogante: bajar 19 puntos porcentuales, del 75% al 56% en la calificación positiva, es un síntoma que Ospina no debió desestimar. Pero lo hizo.

Hace una semana, por ejemplo, no compareció a la sesión de la Comisión Tercera del Senado que lo citó para hablar del tema. Despreció esta célula del Congreso. Delegó en un funcionario de su despacho dar respuesta al cuestionario formulado por los senadores Alexander López y Germán Villegas.

¿Y si eso hace con quienes tiene una obligación institucional, qué pueden esperar los demás, los que no poseen esa u otras investiduras? ¿Continuará por esa senda?

Estaba invitado a este foro de la Federación de Empresas de Economía Solidaria del Valle del Cauca, Fesovalle, pero, como vemos, tampoco asistió. Ello es muy diciente de su displicencia.

Ojalá corrija, señor Alcalde. Recuerde que la arrogancia es como la bacteria que se embosca en las salas de urgencias: después de entronizada en la mente del gobernante causa verdaderos estragos. Lo que los ciudadanos esperan es que el mandatario corresponda al mandato entregado por sus mandantes, los pobladores de Cali.

Lo que el Alcalde recibió el 28 de octubre de 2007 no fue un poder omnímodo para ejercer un gobierno absoluto, fue una delegación, delimitada por el Programa de Gobierno Para que Cali Vuelva a ser Cali. Jorge Iván Ospina debe corresponder a ese mandato. Y los caleños deben continuar exigiéndolo.

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Notas
[1] Programa de Gobierno Para que Cali Vuelva a ser Cali. Parte 2: Criterios que orientarán todas las acciones del Gobierno, literal a: Comunicaciones para la Democracia.
[2] Ídem, literal f: Focalización de la Inversión Pública.
[3] Ídem, Parte 3: La Ciudad que Podemos.

(*) Este artículo fue la ponencia del autor en el foro sobre las "21 megaobras", realizado el martes 24 de noviembre en Cali, organizado por la Federación de Empresas de Economía Solidaria del Valle del Cauca, Fesovalle.

NOTAS ÁCIDAS. Bases, inseguridad, educación

MIS APOSTILLAS
Por Luis Alfonso Mena S.

Siembra vientos y… Cada vez se ve más claro el aislamiento de Colombia en relación con los demás países del continente, como lo analizamos en artículo que publicamos en este blog el 9 de noviembre pasado.

Ese ha sido uno de los temas de la presente semana, en la que hemos escuchado a los dirigentes de la élite empresarial y a los áulicos del Gobierno en los medios de comunicación reclamando porque ninguno de los países del continente, ni siquiera Estados Unidos, “se solidariza” con Colombia…

Siembra vientos y recogerás tempestades, dice el refrán. La instalación de siete bases estadounidenses en nuestro país no es un juego de niños y la mayoría de los gobiernos del continente no se traga el cuento de que no son para intervenir contra los mandatarios que tienen una política independiente frente a los gringos.

Con tal de ganar más indulgencias con el imperio estadounidense, Uribe no dudó en entregar el país a la potencia extranjera, que podrá usar no sólo las siete bases del Acuerdo sino todo el territorio nacional para sus planes contra los vecinos.

Pero el aislamiento no sólo se presenta en el continente. Llevar el tema a la Organización de las Naciones Unidas generará un debate mayor y pondrá en la mira del mundo la irresolución de la guerra interna que se registra en Colombia desde hace 61 años.

Y como sabemos, el gobierno de Álvaro Uribe tiene serios cuestionamientos en el plano internacional, de manera especial en materia de derechos humanos.

En la próxima actualización de ¡PERIODISMO LIBRE! incluiremos un análisis de este fenómeno y de los resultados de la Cumbre de la Unión de Países Suramericanos, Unasur, que se reúne el viernes 27 de noviembre.



¿Dónde está la seguridad democrática? Son aterradoras las cifras de inseguridad en las principales ciudades del país reveladas en su última edición por la revista Semana.

Cómo será la situación, que a pesar de su cercanía con el gobierno de Álvaro Uribe esta publicación sostiene que el incremento en los homicidios “está dejando al descubierto vacíos en la política de seguridad democrática”.

En realidad no se trata de simples “vacíos”: son huecos enormes, que tienen múltiples causas, como el crecimiento del abismo entre ricos y pobres, pero, además, el incremento de mafias de toda clase.

Por encima de la propaganda oficial, el narcotráfico no ha disminuido, los carteles se mimetizan en bandas más pequeñas y la delincuencia común de toda índole va en aumento.

Y ni qué decir de la corrupción administrativa, que también genera inseguridad. Colombia acaba de empeorar su calificación entre los países más corruptos del mundo.

Según la organización Transparencia Internacional, Colombia pasó del puesto 75 al 70, es decir subió en el lamentable ranking de los más corruptos.

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Cali, entre las más inseguras. Lo más preocupante para los pobladores de Cali es que su ciudad figura, según las cifras de Semana, en el segundo lugar de las principales capitales de la nación en materia de asesinatos.

La tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes hasta octubre del presente año es de 88,8 en Medellín y de 79,4 en Cali. Pereira ocupa el tercer lugar con 73,2.

Después siguen Cúcuta (61), Pasto (34,3), Barranquilla (30,9), Cartagena (27) y Bucaramanga (26,2).

De las nueve capitales más importantes del país, la que menor tasa de homicidios registra es Bogotá, con 22,2 por cada 100.000 habitantes.

En Cali, entre enero y octubre de 2009 se presentaron 1.468 homicidios, en tanto que en el mismo periodo de 2008 las muertes violentas en la ciudad fueron 1.186

Lo anterior representa un incremento del 24,6%, el tercer aumento más alto de las ciudades reseñadas, siendo el primero el de Medellín, con la impresionante cifra del 105,9%.

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Propaganda oficial y realidad. Así, pues, ¿dónde queda la seguridad para todos que tanto pregona el gobierno de Uribe? ¿Será que ella sólo es para los grandes hacendados e industriales del país?

Las cifras demuestran, una vez más, que una cosa es la propaganda oficial, que tiene volando en una nube a muchos colombianos, y otra muy distinta los hechos.

Ni siquiera en materia de su principal política, que es la de la seguridad, triunfa verdaderamente el Gobierno, que la limita sólo a su confrontación con la guerrilla.

El problema de la inseguridad en las ciudades no es asunto sólo de los alcaldes. Lo es también del Gobierno central, pues sus programas son nacionales.

Las políticas de Uribe en materia de generación de empleo han sido un fracaso. Hoy la desocupación se ubica en el 12%, según cifras oficiales optimistas.

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Los resultados del Icfes. Se conocieron los resultados de los exámenes del Estado, las llamadas pruebas del Icfes, para los bachilleres colombianos.

Con bombos y platillos los medios masivos difundieron los éxitos de los colegios de la élite caleña: seis de ellos se situaron entre los 50 de todo el país con los mejores puntajes.

Se alardeó de las comodidades de sus instalaciones, de que sus profesores son bilingües, de que desarrollan los métodos más modernos, de que sus sedes son campestres…

También se dijo que otros cinco colegios privados, con matrículas y mensualidades altísimas, como las de los anteriores, aparecen entre los cien mejores en el Icfes.

En contraste se agregó que el mejor colegio público de Cali, la Institución Educativa Villa Colombia, ocupó el lejano puesto 1.022.

Y, para rematar, se dijo que sólo un colegio oficial, radicado en Bogotá, estuvo entre los cien mejor calificados por las pruebas del Icfes.

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Otra forma de exclusión. Las cifras dadas a conocer para Cali reflejan lo que pasa en todo el país: crece la distancia entre la educación privada de altísimos costos económicos y la pública, financiada por el Estado con un presupuesto irrisorio.

En un afán propagandístico para sus colegios (pues la educación es un negocio muy lucrativo) las élites se esfuerzan por hacer énfasis en sus éxitos.

No mencionan que ellos sólo son posibles como producto del modelo neoliberal plutocrático imperante en Colombia, que no apoya como debe ser la educación pública y, en cambio, permite cobros millonarios en los colegios privados del estrato seis.

La formación bilingüe desde la más tierna infancia, como debe ser, sólo se está proporcionando en los establecimientos de los más adinerados de la sociedad.

Y éstos son la minoría de ella. Así que el grueso de la población queda supeditado a una educación llena de desventajas.

En esas condiciones, con razón los privados de mensualidades que oscilan entre $500.000 y $1.200.000 llevan la delantera.

Todo lo visto demuestra, una vez más, que la educación en Colombia es otra forma de exclusión social, y de las más lamentables y costosas.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Urge la unión del periodismo independiente

Los futuros periodistas colmaron el salón auxiliar del aula máxima de la Universidad Santiago de Cali el sábado 14 de noviembre y tuvieron activa participación en el pánel sobre medios cumplido en el lugar. Aquí, varios de ellos con Jorge Enrique Botero. (Foto: Luis Alfonso Mena S.)

La hora de los medios alternativos

Por Luis Alfonso Mena S.
“¡Tenemos la de abrir, tenemos la de abrir: quince muertos en Medellín!”, gritaba frenética la jefe de corresponsales del canal ante un grupo de periodistas expectantes que luego, ante la primicia en ciernes, empezó a aplaudir por el hallazgo.

Minutos antes habían circulado por la sala de redacción reclamos y gritos porque los editores del noticiero de Caracol Televisión se habían enterado, a través de un informante en su competencia, el noticiero del Canal RCN, que éste los ‘chiviaría’ en una emisión próxima con una primicia.

Ante la preocupación generada entre los periodistas por la ‘vaciada’ de sus jefes, la aparición de la ‘chiva’ hacía que les volviera el alma al cuerpo, así ello significara aplaudir, aunque no lo quisieran, por una noticia referida a la muerte de quince colombianos.

La anécdota, ocurrida hace varios años, fue recordada por el periodista Jorge Enrique Botero el sábado pasado, al cierre de la segunda sesión del Encuentro Nacional e Internacional por el Acuerdo Humanitario y la Paz en Colombia, realizado hasta el domingo en la Universidad Santiago de Cali, USC, con asistencia de más de tres mil personas de todo el país.

El hecho fue traído a colación por el veterano periodista a propósito de un pronunciamiento efectuado en el mismo foro por otro experimentado hombre de televisión, Raúl Ramírez, ex corresponsal de canales nacionales, quien dijo que se encuentra de regreso de esta experiencia porque, entre otras cosas, “me cansé de buscar muertos”.

Periodistas, principalmente de medios universitarios, comunitarios y alternativos de diferentes puntos de la nación, debatieron el tema en un panel que trabajó sobre los medios de comunicación y su compromiso con el acuerdo humanitario y la paz.

El panel registró un interesante intercambio sobre el ejercicio del periodismo en Colombia y respecto de la forma como se banaliza en los medios masivos tradicionales el cubrimiento de la violencia, como se invisibiliza la protesta social o se miente deliberadamente sobre ella.

Ramírez, quien puso de relieve el papel de muchos periodistas que no comulgan con la manipulación de los dueños de los medios donde trabajan y pidió no hacer generalizaciones respecto de los trabajadores de la prensa, propuso al mismo tiempo la conformación de la Sociedad Unificada de Medios Alternativos, Suma.

Esta agremiación, explicó, sería la respuesta a la alianza de los propietarios de los grandes medios de las élites, agrupados en torno de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, propuesta que Botero complementó al enfatizar que “es hora de crear una gran comunidad de medios alternativos y comunitarios con miras a un gran encuentro de todos ellos”.

En el panel también intervino Danilo Rueda, de la Comisión de Justicia y Paz, quien expuso una experiencia reciente de radio virtual a través de internet, y refirió que aunque hasta el momento sólo transmite doce horas al día ha tenido un alto grado de visitas.

Rueda sostuvo que los medios de las élites en Colombia transmiten información sin contexto, sin confrontación de fuentes, tergiversando y desconociendo actores fundamentales de la vida del país, y por ello propuso llamarlos simplemente “medios de información, pues sólo dan forma a…”

Carlos Lozano, director del semanario Voz, alertó sobre la oficialización de la información en Colombia, y aseveró que los medios de comunicación son un gran negocio con entronques en el poder político, lo que redunda en que los medios sean el poder mismo.

Además del panel referido a la prensa se llevaron a cabo otros dos, uno de ellos sobre las perspectivas de la solución política al conflicto en Colombia, que también abordó el tema del papel de los acuerdos humanitarios en la construcción de la paz.

Este panel, el más numeroso, se cumplió en el aula máxima de la USC y estuvo presidido, entre otros, por la senadora Piedad Córdoba, la ex alcaldesa de Apartadó Gloria Cuartas y el profesor Gustavo Moncayo.

Allí mismo intervino el dirigente salvadoreño Jesús Jerónimo Aguilar, quien disertó sobre el aporte de su partido, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (hoy en el gobierno), en el difícil proceso de paz cumplido en su país, el cual condujo a un acuerdo que puso fin a la guerra civil en El Salvador.

El otro panel se cumplió en la Plazoleta de Los Sabios de la Santiago, donde se congregaron voceros de numerosas organizaciones sociales de todo el país para debatir sobre el rol protagónico de ellas en la búsqueda de la paz con justicia social.

A este escenario fue invitado David Herrada, dirigente del Movimiento al Socialismo, MAS, de Bolivia, para que explicara la trascendental experiencia de esta colectividad en la conducción de la protesta social y en la organización política que llevó al gobierno al líder indígena Evo Morales, hoy presidente de la República.

Además de Colombianos y Colombianas por la Paz, el encuentro fue convocado por la Alcaldía de Cali, la Federación de Estudiantes Universitarios, Asfamipaz, la Coordinación de Organizaciones Agrarias y Populares de Colombia, el Centro de Derechos Humanos e Interpretación Política de la Universidad Santiago de Cali, la Red de Prensa Alternativa del Sur Occidente y la Iglesia Ortodoxa de Colombia, entre otras entidades.

Decenas de propuestas quedaron sonando luego del Encuentro, y entre ellas la de una gran alianza de los medios alternativos e independientes aparece como una de las más urgentes, para que la información trascienda al ámbito de la comunicación, la violencia no sea trivializada y la paz con justicia social se empiece a abrir paso algún día en Colombia.

Reportaje gráfico de ¡PERIODISMO LIBRE!

Lo que los medios ignoraron







La secuencia gráfica que presentamos a continuación corresponde al Encuentro Nacional e Internacional por el Acuerdo Humanitario y la Paz cumplido con pleno éxito, entre los días viernes 13 y domingo 15 de noviembre, en la Universidad Santiago de Cali, USC.

El certamen, que tuvo una asistencia de más de tres mil colombianos y de delegados internacionales reunidos para conocer experiencias de procesos de paz en otros países y para analizar la guerra que afecta a Colombia, fue ignorado por los medios masivos tradicionales de comunicación.

Sólo se dieron por enterados del Encuentro cuando ocurrió un incidente que involucró a tres agentes del DAS, quienes, de acuerdo con denuncias de los organizadores del certamen, iban a detener de manera irregular a uno de los participantes en la reunión.

Los importantes debates cumplidos en la USC fueron invisibilizados y ninguna de sus propuestas recibió difusión de los órganos periodísticos de las élites.

* La primera foto corresponde a la marcha realizada por las calles de Cali por los participantes en el Encuentro, el viernes 13 de noviembre.

* La segunda es del panel sobre el rol de los medios de comunicación en el conflicto colombiano, efectuado el sábado 14, en el salón auxiliar del aula máxima.

* La tercera muestra a delegados de regiones campesinas, quienes participaron en el panel sobre organizaciones sociales, reunido en la Plazoleta de los Sabios, el sábado en la tarde.

* La cuarta gráfica es del mismo panel.

* En la quinta, jóvenes que ofrecen la camiseta que hizo popular la agrupación Calle 13.

* En la sexta, delegadas se dirigen al panel central, que abordó el tema de la necesidad de un acuerdo de paz para poner fin a la guerra en Colombia.

* Y en la última imagen, la senadora Piedad Córdoba cuando presidía la jornada de cierre del certamen, el domingo 15, en el aula máxima de la USC, que estuvo colmada.

NOTAS ÁCIDAS

Hiede pero no se cae. (Tomado de: http://matadorcartoons.blogspot.com)

MIS POSTILLAS

Por Luis Alfonso Mena S.

Los campeones del cinismo.- El pasado 27 de octubre, hace tres semanas, vaticinamos en ¡PERIODISMO LIBRE! que la moción de censura contra el ministro de Agricultura, Andrés Fernández, fracasaría.

Dicho y hecho. Contra toda evidencia, contra la opinión nacional, contra la ética pública y luego de recibir instrucciones de Uribe, 41 senadores, una mayoría simple, lo respaldaron.

Lo anterior no es otra cosa que apoyar el nefasto programa Agro Ingreso Seguro y comprobar que el de Uribe es un régimen plutocrático, que gobierna para los más ricos.

A la hora de jugársela por su clase, a Uribe, el inspirador de esta política, no le importan los ciudadanos que rechazan ese programa por las terribles irregularidades que contiene.

Pero Fernández, Andrés Felipe Arias y Álvaro Uribe, el trío ejecutor de los regalos multimillonarios a latifundistas, no podrán eludir la sanción de la sociedad.

Ni sus sonrisas descaradas, ni sus desplantes prepotentes los exonerarán, pues demostraron que son los campeones del cinismo.
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Alcalde arrogante.- Jorge Iván Ospina, el alcalde de Cali, se muestra cada vez más arrogante no sólo con sus críticos, sino también con su propio electorado.

Por encima de los reclamos, la Administración anuncia sanciones para aquellos que no le paguen la “contribución” de Valorización.

El martes anterior Ospina se negó a comparecer ante la Comisión Tercera del Senado, que lo citó para que respondiera por sus muy cuestionadas “megaobras”.

Mandó una respuesta a través de un mando medio, en una actitud de clara falta de respeto para con los citantes, los senadores Alexander López y Germán Villegas.

Ojalá Ospina no termine igualando la arrogancia de los ministros de Uribe, en cuyo discurso tanto se apoya para que los caleños paguen su paquete de obras.
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¿Dónde está el control político?- Lamentable lo que ocurre en la Asamblea del Valle: la abyección ante el gobernador es evidente.

Incluso algunos diputados asumen la defensa del mandatario como si fueran funcionarios suyos y no voceros del pueblo elegidos para que ejerzan control político sobre él.

Fue así como los diputados le aprobaron a Abadía la ordenanza de las vigencias futuras que, según expertos, pignoran las finanzas de por lo menos tres gobernadores por venir…
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Docentes con sueldos de hambre.- Proliferan los testimonios de profesores de colegios privados de Cali acerca de sus terribles condiciones laborales.

A los que tienen contrato los obligan a trabajar en jornadas extenuantes: hasta 40 horas de clases semanales, amén de otras responsabilidades.

Hay colegios de mucho nombre y mucho caché, pertenecientes a las élites, que pagan a $7.000 la hora cátedra. ¡Qué tal el abuso!

Y eso que son establecimientos con mensualidades de entre $500.000 y $800.000 por alumno, costos astronómicos que no se corresponden con lo que les pagan a los profesores.

¿Con docentes tan mal remunerados se podrá esperar educación de calidad?

Lo más grave es que cuando los profesores reclaman les responden con arrogancia de capataces: ¡Al que no le guste, mire la cola de gente esperando el puesto!
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Fracasaron los ‘cacaos’.- En el equipo de fútbol Deportivo Cali están en plena campaña para elegir nuevo Comité Ejecutivo.

Y a la hora de los balances, el de los directivos que salen no puede ser peor.

Cuando fue elegido el Comité actual se creyó que por quedar integrado por dirigentes empresariales de la ciudad los éxitos lloverían.

Craso error: los ‘cacaos’ empresariales fueron un rotundo fiasco y se demostró que una cosa son los negocios particulares y otra, saber gerenciar una empresa deportiva.

Análisis político

Semblanza del Partido Liberal

Por Alberto Ramos Garbiras (*)
El liberal es un partido que no ha podido recuperarse ni reformarse. Un partido político que se autodestruyó dentro de la convivencia del Frente Nacional (1958-1974); después, en el período post-frentenacionalista, detentó el poder durante 20 años casi consecutivos desde 1974 hasta 1998, con los gobiernos de López Michelsen hasta Samper Pizano (20 años sólo interrumpidos por el gobierno de Belisario Betancourt), pero como partido en el Gobierno concedió la mitad de las administraciones al Partido Conservador, continuó aislado de la justicia social y entregado al clientelismo.

La conjunción frentenacionalista más el destinte ideológico posterior de los gobiernos sin oposición hicieron del liberalismo jirones fraccionalistas departamentales sin jefaturas o direcciones ideológicas. El conservatismo vivió la misma transmutación.

Después de finalizar el gobierno de Samper Pizano (1998), el Partido Liberal ha estado desvinculado del poder central, ausente de las decisiones gubernamentales durante 12 años, sin recuperar la Presidencia de la República y sin vocación real de poder. Uno de sus cuadros políticos regionales, Álvaro Uribe, que creció, se formó y benefició con el Partido Liberal, ganó como independiente la Presidencia.

Esos jirones los tomó Álvaro Uribe para erigirse como jefe de los sobrevivientes al bipartidismo burocrático. Obtuvo el poder en el año 2002 desconociendo a su Partido que no lo nominó ni postuló para esa campaña electoral; ha realizado dos gobiernos continuos con énfasis en la personalización del poder, el autoritarismo, inclinándose hacia el bonapartismo. De estado comunitario sin edificar, pasó al estado de opinión sin definir, sin opinión de los adherentes al proyecto personalista uribizado.

Durante los últimos ocho años consecutivos en el poder (1990-1998), los dos presidentes liberales (Gaviria y Samper) demolieron sus bases ideológicas y lo que quedaba de arrestos. La fallida política económica del primero (César Gaviria, 1990-1994), introdujo al país por la senda del neoliberalismo, arruinando el campo y a los microempresarios. No actuó como liberal de partido, ni respetó el pensamiento político y económico de quien le facilitó el triunfo, el candidato Luís Carlos Galán.

El segundo, Ernesto Samper Pizano (1994-1998), no pudo gobernar y menos aplicar su concepción proteccionista de la economía, se dejó penetrar por la mafia, su administración permaneció judicializada y cuestionada en el exterior.

El Liberalismo, después del fallido gobierno de Pastrana Arango (1998-2002), no supo ni pudo captar ni exponer el discurso de la seguridad nacional para enfrentar a los actores armados; quien interpretó esa necesidad fue Uribe Vélez, derrotando a los demás aspirantes en esa contienda.

El liberalismo, desde el año 2002, ha realizado una oposición forzada; sin ganas unas veces, esperando, al principio, los guiños del presidente Uribe o su regreso al seno del partido. En otros momentos hizo una oposición tibia para poder coquetear detrás de una porción burocrática, y en otros, una oposición errática por intentar ser condescendiente y no romper del todo las relaciones con el ejecutivo central.

Una sola senadora, Piedad Córdoba, en muchos momentos ha hecho más oposición sola que todo el Partido Liberal. Ella pertenece a la corriente socialdemócrata del partido, pero no ha podido hacer girar al liberalismo colombiano hacia posturas más progresistas; los sectores derechistas y centristas la han tenido entrampada, sin poderse tomar la dirección de la colectividad.

Las fuerzas parlamentarias del liberalismo, durante los primeros cinco años de los dos gobiernos de Uribe Vélez, nutrieron de profesionales a los movimientos políticos uribistas, esparcidos en siete organizaciones políticas oportunistas. Sus fuerzas parlamentarias se debilitaron por las disidencias y el transfuguismo.

(*) Profesor investigador de la Universidad Santiago de Cali, USC.

lunes, 9 de noviembre de 2009

La entrega de las siete bases militares a EE.UU.


El único lugar de Suramérica al que no pueden llegar los aviones C-17 de EE.UU. es Cabo de Hornos. De resto, pueden dirigirse a cualquier sitio de la subregión partiendo de la estratégica base de Palanquero, en Colombia. (Gráfico tomado del periódico Correo del Orinoco, edición del domingo 16 de agosto de 2009).

Uribe aísla a Colombia de Suramérica

Desde la Base de Palanquero, las tropas de EE.UU. podrán hacer desplazamientos rápidos hacia toda Suramérica. Para ello cuentan con el avión C-17, que posee un rango de acción de entre 4.400 y 5.200 kilómetros. Con una tripulación de dos pilotos y un auxiliar puede movilizar hasta 102 soldados y 77.519 kilos de carga o 36 camillas y 54 pacientes ambulatorios. El avión posee tanques para 134.556 litros de gasolina y desarrolla una velocidad de 830 km./h. Curiosamente, mientras Uribe sirve a EE.UU. para alcanzar cualquier objetivo en la subregión, aísla al país de sus hermanos suramericanos.


Por Luis Alfonso Mena S.
El acuerdo militar de Colombia con los Estados Unidos, lleno de cláusulas que obligan a nuestro país, pues hasta los peajes en las carreteras usadas por automotores de las tropas extranjeras deberán ser pagados por el Estado colombiano, ha crispado aún más las tensas relaciones con los países vecinos, de manera especial con Venezuela.

Claro que ahora toda la propaganda oficial y las versiones oficiosas en los medios masivos de comunicación del establecimiento les echarán la culpa a los gobierno de las naciones limítrofes, pues esa ha sido la tradición en lo que va corrido del actual mandato, y los discursos chauvinistas (nacionalistas a ultranza) saldrán a relucir y, de paso, a apuntalar aún más el régimen del presidente Álvaro Uribe.

Pero lo cierto es que, a pesar de lo que se ha dicho por parte del Gobierno, el Acuerdo, que amplía por diez años más el uso de siete bases militares colombianas por parte de tropas de los Estados Unidos, implica no sólo el tránsito sino el asentamiento en territorio patrio de soldados de otro país, razón más que suficiente para que el documento hubiese tenido que ser discutido en el Senado de la República, como ordena la Constitución Política de 1991.

El gobierno de Uribe burló esta obligación constitucional, a pesar de tener las mayorías en la cámara alta del Legislativo, e hizo caso omiso de un concepto del Consejo de Estado (tribunal que se encarga de los líos judiciales que se suscitan entre el Estado y los particulares o entre entidades del Estado) que se pronunció en tal sentido.

Todo indica que había mucho afán porque el documento fuera firmado sin discusión interna, aunque en el país norteamericano sí deberá surtir trámites preestablecidos. Es la entrega absoluta de la soberanía nacional, como si para combatir el narcotráfico o el terrorismo fuese ello necesario.

Bien lo dijo Fidel Castro Ruz en su última columna (Las Reflexiones de Fidel), titulada La Anexión de Colombia a los Estados Unidos: “Es realmente cínico proclamar que el infame acuerdo es una necesidad de la lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo internacional. Cuba ha demostrado que no se necesitan tropas extranjeras para evitar el cultivo y el tráfico de drogas y mantener el orden interno, a pesar de que Estados Unidos, la potencia más poderosa de la tierra, promovió, financió y armó durante decenas de años las acciones terroristas contra la Revolución Cubana”.

Y agrega Fidel con la lucidez mental y la claridad política que, a pesar del paso del tiempo, conserva con plenitud: “La paz interna es prerrogativa elemental de cada Estado; la presencia de tropas yanquis en cualquier país de América Latina con ese propósito es una descarada intervención extranjera en sus asuntos internos, que inevitablemente provocará el rechazo de su población”.

Además, la ampliación del Acuerdo convierte a nuestro país en la gran plataforma de espionaje, preparación e incluso ejecución de futuras operaciones contra gobiernos de los países hermanos. No se requiere demasiada sagacidad política para deducirlo. Y así se ha denunciado a partir del conocimiento de un documento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que ha circulado profusamente en medios alternativos, porque en los medios de los grupos de poder colombianos eso es casi imposible.

La importancia de Palanquero

La Base Aérea Germán Olano de Palanquero es la mejor situada y en la que serán invertidos más recursos con el fin de satisfacer los intereses estratégicos estadounidenses en el subcontinente. El nuevo gran objetivo gringo es recuperar parte de lo que históricamente siempre consideró su “patio trasero”, hoy con varios países que defienden una política soberana.

Y es precisamente contra los países que sostienen una política independiente ante los Estados Unidos que se dirige parte del Acuerdo, así el Gobierno colombiano lo niegue de manera reiterada. Leamos lo que denuncia la investigadora social y jurista estadounidense Eva Golinger al respecto: “Un documento oficial del Departamento de la Fuerza Aérea del Departamento de Defensa de Estados Unidos revela que la base militar de Palanquero, Colombia, ‘garantiza la oportunidad para conducir operaciones de espectro completo por toda América del Sur’”.

Textualmente, el documento dado a conocer por Golinger señala: “Estableciendo (Estados Unidos) una Localidad de Cooperación en Seguridad, CSL, en Palanquero apoyará la Estrategia de Postura del Teatro del Comando Combatiente, Cocom, y demostrará nuestro compromiso con la relación con Colombia (sic). El desarrollo de este CSL nos da una oportunidad única para las operaciones de espectro completo en una sub-región crítica en nuestro hemisferio, donde la seguridad y estabilidad están bajo amenaza constante de las insurgencias terroristas financiadas por el narcotráfico, los gobiernos anti-estadounidenses, la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales…”

¿Cuáles son los gobiernos que por defender su independencia y soberanía el documento del Departamento de Estado califica como “antiestadounidenses”? Todos lo sabemos: Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y, por extensión, cualquier gobierno que se atreva a tener una política exterior autónoma, no dictada por los designios gringos. Y es la base militar de Palanquero la más estratégica para operaciones regionales de gran escala por parte de las tropas de EE.UU. hacia esos países.

¿A qué conduce lo anterior? Así en Colombia se vea de otra forma, conduce al aislamiento en Suramérica, como se registró de manera palpable en la Cumbre de la Unión de Naciones de América del Sur, Unasur, cumplida en Bariloche, Argentina, a finales de agosto del presente año.

Allí, todos los países de la región mostraron, de una u otra forma, más allá de las maneras más o menos diplomáticas, su rechazo a la presencia de tropas extranjeras en sus territorios.

Así, pues, la preocupación no sólo es del gobierno venezolano. El brasileño de Lula da Silva la ha expresado en varias ocasiones. También, el argentino de Cristina Fernández. El ecuatoriano de Rafael Correa. Y, cómo no, el boliviano de Evo Morales. Pero el Presidente de Colombia prefiere el aislamiento subcontinental, con tal de satisfacer los designios de su patrón, Estados Unidos, y del gobierno de turno allí, llámese el de George Bush, antes, o el de Barack Obama, ahora.

Análisis de la coyuntura económica


El Valle, entre crisis y oportunidades

Por Jorge Enrique Almario G. (*)
Aunque oficialmente la recesión mundial terminó, la reactivación no será pareja ni prolongada para todos los países ni para todas las regiones.

A Colombia la llamada “crisis global más profunda de la economía desde la gran depresión de 1928” la dejó sumida en una recesión cuyos efectos se expresan este año en un crecimiento económico “cero”, alto desempleo y la caída de sus ventas al exterior tras la crisis con Venezuela y Ecuador. Lo anterior significa que la reactivación puede ser mucho más lenta y tortuosa para Colombia que para el resto de países de América.

Para empezar, la industria nacional sigue paralizada, ya no tanto por la falta de crédito o materias primas, sino por la falta de compradores para la producción del 2010 y el 2011, ya que Estados Unidos redujo las importaciones de productos colombianos en un 26% este año, mientras la crisis diplomática con Venezuela y Ecuador le significa a Colombia la pérdida de dos mercados que absorvían el 30% de su producción y va a ser muy difícil conseguir compradores de esa magnitud.

Para el Valle del Cauca la situación económica es particularmente delicada si la comparamos con el resto del país, pero a la vez registra mejores oportunidades que las regiones cuyas economías dependen de productos agrícolas y mineros, debido a que la nuestra es una región industrial, transformadora de productos para el mercado internacional y poseedora de una plataforma de servicios altamente atractiva para los países vecinos y aunque estos no nos están comprando hoy, no podemos renunciar al proceso de integración comercial de la noche a la mañana debido a lo complejo de esas relaciones.


El gráfico (con información del Dane) revela que los tres grandes compradores de nuestros productos son justamente los que hoy no nos están comprando por diferentes razones y pese a los esfuerzos de Proexport, por buscar nuevos mercados que reemplacen los actuales, esa tarea será lenta y de muy bajos resultados. 

Es necesario precisar que hoy en el departamento del Valle enfrentamos problemas como el cierre de empresas, el desempleo y la pérdida de calidad de vida que deben ser atendidos urgentemente.

Las cifras son elocuentes: un desempleo del 14,2%, mientras el promedio nacional (en las 13 principales ciudades de Colombia) es del 13,8%. Las ventas al exterior cayeron un 22% a Venezuela y Ecuador y un 25% a EE.UU, cerca de 120 empresas relacionadas con el comercio ecuatoriano o venezolano se vieron en la obligación de cerrar, mientras cerca de 220 bajaron el ritmo de producción, pero en ambos casos eso significa el despido de trabajadores.

Trimestralmente el Valle pierde cerca de 139.000 puestos de trabajo que la economía informal no logra absorber, ya que cerca de 60.000 personas ingresas a la informalidad en el Valle cada tres meses.


El grafico muestra que la economía colombiana creció el año pasado muy por debajo e los niveles alcanzados en el 2007. Para este año, el crecimiento será “cero”, lo que tenderá a agravar la situación social para las regiones que como el Valle cuentan con una economía orientada al comercio internacional con sus vecinos. 

Como si fuera poco, las remesas de los emigrantes vallecaucanos se han reducido en un 22% desde que estalló la crisis mundial, debido a que se quedaron sin empleos y sin recursos para enviar a sus familias.

La caída de los giros de “la legión extranjera” de trabajadores antes de la crisis era de 4.500 millones de dólares cada año, cerca del doble de las exportaciones de café, al punto que representaron el 2% del PIB nacional.

Lo grave del panorama es que gobiernos como los de España y otros de la Unión Europea están aplicando la llamada “directiva de retorno”, que consiste en devolver a los colombianos con unos pocos recursos.

Hasta el momento han sido “repatriados” cerca de 500.000 emigrantes que ya estaban acomodados en el exterior. A ese ritmo, en dos años estarían de regreso cerca de un millón y medio de nacionales, de los cinco millones que trabajan en el exterior y envían recursos a cerca de 15 millones de familiares que los esperan para poder sobrevivir aquí.

Si nos devuelven esos cinco millones de colombianos que ya se habían acomodado por fuera, ¿qué les vamos a ofrecer aquí, si precisamente emigraron porque no encontraron empleo en su tierra? Es necesario precisar que cerca de 1,5 millones de vallecaucanos de los 4,5 millones que habitan este Valle del Cauca reciben giros de sus familiares en el exterior para complementar sus ingresos.  

Una alternativa de emergencia
Ante la realidad que nos rodea hoy, que de no ser atendida podría desestabilizar todo el suroccidente colombiano, se requiere con urgencia adelantar un plan mínimo basado en cuatro objetivos para aprovechar el fin de la recesión mundial y reactivar la economía regional por una ruta más segura que la que tenemos hoy:

1.- Preservar los actuales empleos que generan ingresos y estabilidad en el Valle, como los de la industria azucarera, los de los sectores oficiales, en especial de las empresas prestadoras de servicios públicos y las empresas que orientan su producción al mercado interno, poniendo fin a los despidos y comprometiéndose en un pacto social por el Valle.

2.- Conformar una delegación, con el visto bueno del Gobierno Nacional, que, como en el departamento de Nariño, busque un diálogo estrictamente comercial con las autoridades, gremios y empresas de Ecuador y Venezuela, a fin de definir unos rubros o posiciones arancelarias generadas en el Valle, para ser comercializadas en el Ecuador y Venezuela, teniendo en cuenta que se trata de bienes esenciales para mantener la calidad de vida a lado y lado de la fronteras.

3.- Que los vallecaucanos, con nuestra autoridades a la cabeza, le propongamos al Ministerio de Relaciones Exteriores una comisión para hacer lobby ante el Parlamento español (cortes), el Parlamento europeo y el Congreso de los Estados Unidos (que también está discutiendo un proyecto de ley de migraciones), para que esas leyes de migraciones no incluyan la “directiva de retorno” pues no es justo que compatriotas nuestros hayan contribuido a incrementar las riqueza de Europa y EE. UU. en el pasado inmediato y ahora se les expulse como naranjas exprimidas.

4.- Que la Gobernación del Valle y los gobiernos municipales aceleren los proceso de licitación, concursos y contrataciones encaminados a la ejecución de obras públicas que generen empleo masivo y mejoren la plataforma de competitividad de la región, a fin de preparar al Valle para los retos de la reactivación económica global. Los recursos de las caletas e incautaciones al narcotráfico serían parte de los recursos que se requieren para esas obras  

(*) Periodista y analista económico.