martes, 22 de diciembre de 2009

ÍNDICE DE ¡PERIODISMO LIBRE! EN 2009


Las 14 ediciones hechas hasta hoy

Para que sirva de referencia ordenada a nuestros lectores, presentamos a continuación el índice de todos los textos (con antetítulos y titulares) publicados en este blog desde su inauguración, el 12 de julio de 2009.

Con el fin de que haya más claridad y comprensión, clasificamos los diferentes textos por ediciones, cada una de las cuales corresponde al día en que se efectuó la actualización de ¡PERIODISMO LIBRE!

De esta forma, en lo sucesivo, siempre que se haga una actualización del blog ésta irá antecedida del número de la edición. Como hasta hoy hemos realizado un total de trece, a cada una de ellas le hemos denominado, para efectos prácticos de orden, edición.

Así que la de hoy es la edición número 14, la que inaugura la nueva fase de este blog, que procurará actualizarse semanalmente para que los lectores lo encuentren cada miércoles muy fresco, con nuevos temas.

Aunque en la margen derecha hay un archivo permanente, éste no está ordenado por ediciones, circunstancia que constituye otra razón para la clasificación que hallarán a continuación.

Recuerden queridos amigos que este es un blog no sólo para mirar sino para leer.

No. 1. (Domingo 12 de julio de 2009).
América Latina, un volcán en erupción

No. 2. (Sábado 1 de agosto de 2009).
Honduras: un golpe contra la historia

No. 3. (Martes 11 de agosto de 2009).
¿Periodistas o aduladores del poder?

No. 4. (Domingo 27 de septiembre de 2009).
Zelaya, contra tiranos y plutócratas

No. 5. (Lunes 28 de septiembre de 2009).
Luego de la consulta, el Polo se bambolea

No. 6. (Sábado 10 de octubre de 2009).
Recordando a Salvador, Pablo y Mercedes

No. 7. (Lunes 12 de octubre de 2009).
Ospina claudica ante la élite. (Con reportaje gráfico).

No. 8. (Martes 20 de octubre de 2009).
Otra lección de movilización social y comunitaria
La minga camina por un poder digno

Reportaje gráfico de ¡PERIODISMO LIBRE!

No. 9. (Miércoles 21 de octubre de 2009).
El Esmad se quiso meter a la Santiago
Así arremetió la Policía en la USC

No. 10. (Martes 27 de octubre de 2009).
Del escritor Alejandro José López
Carta a una amiga uribista

La estrategia del Gobierno ante los escándalos
¿Todo ocurre a espaldas de Uribe?

No. 11. (Lunes 9 de noviembre de 2009).
La entrega de las siete bases militares a EE.UU.
Uribe aísla a Colombia de Suramérica

Análisis de la coyuntura económica
El Valle, entre crisis y oportunidades

Tres casos protuberantes de intolerancia
El tiempo de las mordazas

No. 12. (Miércoles 18 de noviembre de 2009).
Urge la unión del periodismo independiente
La hora de los medios alternativos

Reportaje gráfico de ¡PERIODISMO LIBRE!
Lo que los medios ignoraron del Encuentro Internacional por el Acuerdo Humanitario

Notas ácidas
Mis apostillas

Análisis político
Semblanza del Partido Liberal

No. 13. (Miércoles 25 de noviembre de 2009).
Reflexión a propósito de las “21 megaobras”
La arrogancia del poder

Notas ácidas. Bases, inseguridad, educación
Mis apostillas

No. 14. (Martes 22 de diciembre de 2009).
El triste balance de 2009 en Colombia
Hambre y sometimiento, aguinaldos de Uribe

El 2009 en Cali, otro balance negativo
Ospina, el aventajado alumno de Uribe

Diez preguntas para… Álvaro Caicedo
“Algunos reporteros les coquetean sin rubor a los poderosos”

Entrevista. Felipe Bedoya, otro estilo en el grafito
‘Doya’, el surrealismo pop en las calles de Cali

El triste balance de 2009 en Colombia

Durante reciente visita a Estados Unidos, Álvaro Uribe parece recibir "consejos" de Barack Obama, el nuevo amo de la Casa Blanca y mensajero de los designios guerreristas del Pentágono.

Hambre y sometimiento,
los "aguinaldos" de Uribe

Una extraña paradoja retrata hoy al país: entre más crecen el desempleo, la criminalidad, la corrupción y la falta de independencia frente a las potencias extranjeras, las encuestas dicen que más sube la popularidad del Gobierno.

Por Luis Alfonso Mena S.
El que termina ha sido uno de los peores años de la primera década del Siglo XXI en Colombia: desempleo, hambre, corrupción, violencia y sometimiento a los dictámenes imperiales son los resultados de las políticas de Álvaro Uribe.

A pesar de las encuestas, fotografías de una borrachera colectiva cuya resaca será larga, lo cierto es que las condiciones de vida de la gran mayoría de los colombianos se deterioran día a día, mientras, extrañamente, dicen que crece la “popularidad” del Presidente.

Una gran red clientelar tejida con más de dos millones de subsidios míseros para sectores populares podría explicar en parte este raro respaldo, comprado con dineros públicos bajo el ropaje de Familias en Acción.

El desempleo subió a cifras inimaginables y hoy supera los 2.500.000 parados. El sub empleo y la economía informal cabalgan en cada esquina de las ciudades, en cada rincón de los campos: el rebusque disfraza por lo pronto la desesperación.

Los trabajadores en general, pero de manera especial la clase media, han sido golpeados por el deterioro del salario, atacado desde el inicio del gobierno por la Ley 789 de 2003, obra de Uribe que acabó con horas extras, recargos nocturnos y dominicales.

La desocupación profesional aumenta, las nefastas cooperativas de empleo generalizadas en el actual mandato hacen de las suyas en detrimento de los trabajadores y en provecho de los empresarios más acaudalados, para quienes realmente actúa Uribe.

La corrupción continúa siendo la tónica en la mayoría de las administraciones del país. Y el gobierno de Uribe es el que peor ejemplo da. El escándalo de Agro Ingreso Seguro es sólo uno entre centenares de casos.

La moral pública está por el suelo. La politiquería y el clientelismo, que Uribe prometió combatir, siguen campeando en la gestión pública. En ella, todo se compra, todo se vende. Y los altos funcionarios de la Casa de Nariño son exonerados.

La ética pública no existe. La connivencia con el crimen se generalizó. Las masacres y demás violaciones de los derechos humanos cometidas por paramilitares y agentes del Estado son “perdonadas” con el argumento falaz del mal menor contra el mal mayor.

La otra gran promesa de Uribe, la de acabar con la violencia, ha resultado un fracaso, pues la inseguridad en las ciudades es insoportable, en parte como consecuencia de la ausencia de políticas sociales contra el desempleo.

A diferencia de lo que se afirma por la propaganda oficial, los carteles de las drogas se han multiplicado y los grupos paramilitares, ahora llamados eufemísticamente, como tantas cosas en este gobierno, “bandas emergentes”, siguen asolando ciudades y campos.

Y a todas estas, avanza el proyecto de pasar de un régimen autoritario a una dictadura civil, con el cercenamiento de las libertades de opinión e información, con la estigmatización de los opositores y la criminalización de la protesta social.

Aislamiento en Latinoamérica
La política internacional no se queda atrás en materia de fracasos. Uribe entregó este año no sólo siete bases militares colombianas sino todo el país a una potencia extranjera, Estados Unidos, para que sirva de plataforma de agresión contra sus hermanos latinoamericanos.

Con tal de congraciarse con Obama, el premio Nobel de la guerra, y de ganar indulgencias para que le aprueben el TLC, aisló al país y no dudó en desarrollar una política contra Unasur, el Alba y todo lo que signifique independencia frente al imperio estadounidense.

El último “regalo” fue el reconocimiento de las elecciones espurias, ilegales, cumplidas en Honduras bajo la dictadura montana allí por la oligarquía con el beneplácito de Obama, y “reconocer” a Lobo, el ultraderechista “elegido” el 29 de noviembre. Tal para cual.

A Uribe no le importa someterse a los dictámenes del Pentágono y de la Casa Blanca, que encabezan feroces y mortíferas guerras de invasión en Irak, Afganistán y Paquistán, con tal de recibir la bendición del nuevo amo.

El 6 de diciembre el presidente de Bolivia, Evo Morales, le dio a Uribe una gran lección al demostrarle que una política exterior de defensa de la soberanía y de solidaridad latinoamericanista sí puede ser apoyada por la gran mayoría de un pueblo.

Evo recibió un respaldo inmenso al ser reelegido con el 63% de los votos, lo cual significa un espaldarazo al proceso de cambios profundos en su país y a su participación en el Alba, la alianza económica y política sub continental que enfrenta la política imperial de EE.UU.

Uribe, en cambio, sigue a la cola de la Casa Blanca, mendicante de sus decisiones y de espaldas a la realidad continental. Mucho va de los nuevos gobiernos soberanos del continente a los sometidos a la potencia invasora, como lo es el de Uribe.

En fin, el año cierra con malos augurios. El conflicto interno se prolonga y la guerra que padece el país desde hace 61 años no tiene solución con Uribe. Los desplazados y las víctimas de la violencia siguen a la espera de una oportunidad.

Todo indica que a Uribe parece convenirle la prolongación del conflicto para sus designios de perpetuarse en la Presidencia con una segunda reelección, que inauguraría un tercer período de más guerra, desempleo, sometimiento y autocracia.

El 2009 en Cali, otro balance negativo

Jorge Iván Ospina en la época de la campaña electoral de 2007. (Foto del periódico universitario Paréntesis).

Ospina, el aventajado
alumno de Uribe

En materia de privatizaciones, ¡el mandatario saca cinco! Emsirva, Emcali, “megaobras”, Autopista Bicentenario… El Alcalde les falló a los caleños en el año que termina.

Por Luis Alfonso Mena S.
El hoy alcalde Jorge Iván Ospina dijo en su Programa de Gobierno de 2007 ‘Para que Cali Vuelva a ser Cali’: “Nuestras acciones estarán regidas a partir del interés supremo de proteger el patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad. Por eso se buscará que las grandes empresas públicas de Cali retornen a sus ciudadanos en condiciones de transparencia, eficacia y eficiencia administrativa”.

Pero, a la hora del balance de 2009, el resultado es que Ospina les falló a los caleños que lo eligieron y a muchos de quienes no votaron por su persona, pero que esperaban de él un comportamiento consecuente con su oferta en materia de protección de bienes públicos (tan caros para la ciudad por el enorme capital social acumulado en ellos), como son la Empresa Municipal de Servicios Varios, Emsirva, y las Empresas Municipales de Cali, Emcali.

Respecto del caso de Emsirva, al Alcalde se le vio sorprendido por la decisión de liquidación adoptada desde la cúpula del poder central, la Casa de Nariño, y a duras penas alcanzó a sumarse a una iniciativa surgida desde abajo, en el sentido de tomar la calle para rechazar la determinación arbitraria.

Sin embargo, nada frenó la orden presidencial orientada a entregarles a los particulares el multimillonario negocio de la recolección de basuras. En el caso de Emsirva, a pesar de sus declaraciones contra la medida, lo cierto es que el Alcalde fue desplazado por los acontecimientos.

Y en el de Emcali su actitud fue más inconsecuente aún con su Programa de Gobierno, pues propuso y logró en el Concejo de la ciudad lo que ningún otro burgomaestre había alcanzado, ni siquiera los de más definido perfil neoliberal: poner a uno de los principales componentes de la empresa, el de las telecomunicaciones, en el camino de la privatización.

De esta forma, no hubo protección del “patrimonio público como medio para el desarrollo integral y la equidad”, como se firmó en el programa del candidato, hoy Alcalde, pues éste, entre otras cosas, cedió ante las presiones del Jefe del Estado, quien condicionó la devolución de Emcali, después de nueve años de intervención, a la puesta en marcha de sus exigencias. Y no olvidemos que Álvaro Uribe es un mandatario, ante todo, privatizador, con una política dirigida a favorecer a los más ricos.

Después de tantos años de injerencia nacional con un balance negativo, Emcali sigue en preaviso y, si regresa, volverá dividida y metida en una feria donde su capital social será poco a poco dejado en manos de pulpos particulares insaciables, como todos a los que ha privilegiado el gobierno de Uribe

Ni qué decir de las famosas “21 megaobras”, cuyos cobros llegan en el peor momento para miles y miles de caleños, azotados por el desempleo que crece a ritmos implacables y cuya imposición se hizo en medio de la arrogancia instaurada como política desde el CAM. Y para rematar, la “Autopista Bicentenario”, una gran vía rápida que se proyecta sólo para los adinerados que dentro de la ciudad puedan pagar peaje.

Ospina resultó un aventajado alumno de Uribe. ¡En materia de privatizaciones, saca cinco!

Diez preguntas para… Álvaro Caicedo

El periodista Álvaro Caicedo, en la sede del periódico alternativo La Razón, situada en el centro de Cali. (Foto: Viviana D'haro).

“Algunos reporteros les coquetean
sin rubor a los poderosos”

A partir de esta edición publicaremos una sección denominada Diez preguntas para… Hoy la dedicamos al veterano periodista Álvaro Caicedo, ganador del Premio de Periodismo Alfonso Bonilla Aragón 2009, en la modalidad de prensa.

Por Viviana D’haro (*)
Para un periodista colombiano el hecho de trabajar en un medio de comunicación alternativo es sinónimo de preocupación, si en algún momento ha pensado en lucrarse. En otros casos, se convierte en una opción muy válida para demostrar que estos periódicos tienen tanta influencia como la gran prensa capitalina. Cómo lo dijo cierta vez Benito Juárez: “Un periódico por pequeño que en apariencia sea si tiene ideales, es como un faro alumbrando la democracia".

Álvaro Caicedo, el protagonista de esta historia, nació en Bogotá hace 61 años. Por cosas de la vida llegó a Cali en busca de nuevos rumbos que definieran de una vez por todas lo que sería su futuro. Probó suerte y trabajó como mensajero en un prestigioso banco, luego experimentó como cobrador en un consultorio odontológico.

Hace 39 años, por cosas del destino, la periodista Beatriz López le ofreció trabajo en el periódico El País. Desde esa época, Álvaro, periodista empírico, ha dejado en alto lo que aprendió en las salas de redacción. Premio Mergenthaler y tres veces ganador del Bonilla Aragón (el último, en la edición 2009, en la modalidad de prensa, con una crónica publicada en el periódico alternativo La Razón) son la prueba de que el periodismo siempre ha sido y será su mayor pasión.

¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre el periodismo de antes y el de hoy?
Antes se hacía desde los bares, como lo dijo en un momento iluminado nuestra máxima gloria literaria, Gabriel García Márquez. Olvidó decir que también se trabajaba con las uñas. Como todavía lo vemos hoy, había redactores todoterreno que daban la noticia con un relato plano, sin ínfulas intelectuales ni adornos narrativos. Y los cronistas, que empleaban recursos literarios para escribir un relato: el nuevo periodismo. Estos últimos venían de la escuela de Gay Talese, Tom Wolfe o Truman Capote, los creadores de ese género, que en Colombia dio periodistas geniales como el mismo García Márquez y Álvaro Cepeda Samudio. El sistema de impresión era muy diferente al de hoy. La tarea del reportero era dispendiosa: tenía que subir la montaña para buscar el avión estrellado. Hace tres décadas los periodistas corríamos al aeropuerto porque llegaba a Cali el Director del Sena. Hoy el asunto es a otro precio, y se resume en la tecnología. La Internet no deja de ser una ventaja por la rapidez y una enemiga, porque el periodista la prefiere y no sale detrás del avión.

¿Cómo se manejaba antes la relación del periodista con el poder?
Ella ha sido muy familiar y sospechosa en algunos casos. En otros, totalmente independientemente frente a los visorreyes. La clase pudiente les halaga la vanidad y muchos de ellos caen en esa trampa. Hoy ocurre algo parecido, porque la condición humana sigue siendo la misma. Ese matrimonio es un campo minado que compromete seriamente lo que llamamos objetividad y perjudica a la gente, porque ello conduce a que la información sea manipulada.

¿Cómo era la relación periodista-fuentes?
Anteriormente no había fuentes de información como ocurre hoy. En los periódicos se hablaba de la página local, que abarcaba el campo económico y se llevaba por delante el político, el judicial y, si uno se descuidaba, hasta los deportes Si bien no había asesores de prensa, en la radio nos peleábamos los contados boletines de prensa que llegaban de la Gobernación, la Alcaldía. En épocas de escasez, reencauchábamos groseramente los periódicos. En los primeros meses del año era más difícil: las empresas suspendían la publicidad y el espacio en radio y prensa era más grande. Entonces tuvimos que matar muchos indios que hoy gozan de cabal salud. Hoy ese aspecto está claramente definido. Hasta en las oficinas de comunicaciones del Gobierno, en las cuales cada periodista tiene asignado un funcionario que lo nutre de información. En grandes medios el asunto es más complejo y organizado de acuerdo con el intenso movimiento del mundo de hoy.

¿Fue siempre tan oficialista, tan partidario del poder establecido, el periodista como lo es hoy?
Los dueños de periódicos, y hasta de cadenas radiales, fueron o han sido o son los amos del poder. Algunos reporteros que han alcanzado poder y notoriedad les coquetean sin rubor a los poderosos. Los demás somos humildes cargaladrillos sin destino. Eduardo Santos, dueño de El Tiempo, fue presidente; Rodrigo Lloreda, dueño de El País, desempeñó altos cargos; el diplomático Juan Gómez Martínez es periodista; Plinio Mendoza, veterano periodista, es embajador; el vicepresidente de Colombia es otro Santos…

¿Qué ha pasado históricamente con la organización gremial de los periodistas?
Por falta de recursos, las organizaciones gremiales de los periodistas no han logrado sus propósitos sociales en relación con los asociados. Si se acercan al poder se crean problemas éticos y de independencia. Y no ha sido fácil manejarlas con criterios de empresa. En las regiones se han quedado en propósitos que no se cumplen. Lo más grave es que en algunos casos se han filtrado unos impostores cuya ignorancia es tan enciclopédica que son capaces de cometer errores de ortografía hablando. Estos falsos periodistas suelen ir a los almuerzos de trabajo. Y dan cuenta de opíparos sancochos de gallina, que devoran a dos carrillos.

¿Hubo sindicatos de periodistas en el inicio de esta profesión?
Mucho tiempo después de iniciada la profesión se hicieron intentos de crear organizaciones, los colegios de periodistas. Que se distinguían por ser retóricos. Lo que hoy llamamos botadores de corriente.

¿Por qué cree que no habido o hay hoy sindicatos de periodistas?
La Asociación de Periodistas del Valle fue precursora en ese aspecto. Se fundó jubilosamente una noche de tragos en la sede del Teatro Experimental de Cali y al otro día botaron de periódicos y emisoras a los chiflados que se atrevieron a desafiar el poder. Claro, era el siglo pasado.

¿Cómo cree que ha cambiado el manejo de la información a lo largo de estos 40 años?
Poco a poco se dieron cambios técnicos: se modificaron los formatos de periódicos y revistas. Luego, un visionario revolucionó la radio. Y, de acuerdo con los avances que se producían, las necesidades obligaban a hacer cambios. Una noche nos acostamos tranquilos y a la mañana siguiente la Internet y los asombrosos avances tecnológicos se llevaron remolcado a este planeta. Como el mundo es nuevo, no sabemos hasta dónde llegará esto.

¿Cuál ha sido el peor o mejor?
Presidente: El que viene.
Gobernador del Valle: Alonso Aragón Quintero
Alcalde de Cali: Rodrigo Escobar Navia.
Para desenmascarar a los peores sugiero un concurso con subsidios no reembolsables como premio.

¿Cuál ha sido en su historia de periodista?
El mayor logro: Haber podido trabajar en lo que me gusta. Las ganancias, por supuesto, no llegaron a mis flacas arcas.
La mayor frustración: Ninguna.

(*) Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali, USC.

Entrevista. Felipe Bedoya, otro estilo en el grafito

Felipe Bedoya, 'Doya', en pleno ejercicio pictórico en la Carrea 10 con Calle 1 , barrio San Antonio de Cali. (Foto especial para ¡PERIODISMO LIBRE!).


‘Doya’, el surrealismo
pop en las calles de Cali


Sus obras pueden verse en los barrios Granada y San Antonio, en el norte o en la Carrera 10 con Calle 5. “El arte es algo muy libre y para todo el mundo, no me gusta hacer cosas para una sola persona”, dice Bedoya.

Por David Muriel (*)
Una hoja de papel en blanco está a punto de perder su pureza y virginidad en las manos de un joven de 23 años llamado Juan Felipe Bedoya, conocido en el terreno urbano como ‘Doya’, ya que así firma los dibujos que ha realizado en las calles de Cali para intentar “que esta ciudad deje de ser tan gris y monótona, es decir, leer una urbe distinta, por medio de la pintura como expresión social”.

En estos momentos ‘Doya’ tiene murales y exposiciones de algunos de sus cuadros en ciudades como Cali, Medellín y Bogotá, y está pensando en viajar a Buenos Aires y Los Angeles a estudiar y a hacer más exhibiciones de su trabajo.

Sin embargo, cuenta que todo no ha sido color de rosas y, por el contrario, el camino que ha tenido que recorrer ha sido largo.

Los inicios de Felipe Bedoya en el arte fueron tremendamente normales, ya que hacía sus dibujos, pero no los mostraba a nadie de su familia. “Simplemente comencé a trabajar solo, a hacer dibujos de todo lo que veía o mezclándolo con la imaginación, hasta que las cosas comenzaron a dar frutos y ahora recibo todo el apoyo de mis familiares”.

“Mi mamá, María Eblin Alzate, era como todas las demás, pues quería que yo fuera médico, piloto o alguna de esas pendejadas, pero no me imponía nada, simplemente era un gusto de ella y siempre me apoyó en lo que yo quisiera. Por eso, desde que comencé a estudiar diseño gráfico en Bellas Artes y hasta ahora, siempre me ha respaldado”.

Los referentes artísticos de este caleño son Mark Ryden, Gary Baseman, Bob Dob y Robert Williams, “quienes son los pioneros en el movimiento Lowbrow, o surrealismo pop, que es una técnica nacida en Los Angeles, California, y se caracteriza porque sus dibujos manejan cierta pizca de humor y sarcasmo”.

Una clara muestra de su adelanto en este arte es su habitación, la cual tiene en las paredes una combinación de personajes grotescos y aberrantes entre seres tiernos y delicados, que dan un toque casi fantasioso y putrefacto a ese lugar lleno de color y oscuridad. “Este equilibrio entre inocencia y maldad sólo lo pueden poseer los niños”, quienes son los que más lo cautivan para darle rienda suelta a sus creaciones.

“Me interesa la fachada que manejan los niños entre la ternura y la maldad, y trato de rescatar la parte interna que es como la parte del mal, ya que actúan inconscientemente. Por ejemplo, cuando te golpean y se cagan de la risa todo el mundo los ve tiernos porque se ríen, pero por dentro llevan su perversidad y su violencia”.

Claro que ‘Doya’ no solamente se ha inspirado en los niños, sino también en su familia, por lo que tomó como base para un dibujo a su abuela, y en este sale ella vestida de monja haciendo sus necesidades en un sanitario mientras reza con su escapulario. “Más que todo me inspiré en su parte religiosa, porque veo que ella reza mucho y además me parece que las religiones tienen muchas partes contradictorias que para mí no tienen sentido…” Sin embargo, Bedoya dice que cree en un Dios, pero sólo como una energía y sin fanatismos.

De la hoja en blanco que tenía Juan Felipe al inicio ya no queda nada, su tranquilidad blanca se ha perdido en una maraña de líneas y curvas que lo hipnotizan, es como si solamente volviera en sí cuando tiene que responder a mis preguntas o cuando tararea pedazos de la canción Atom Heart Mother, de Pink Floyd, la cual puso a sonar desde que llegué. “Me gusta toda la música, desde la electrónica hasta sonidos árabes, gaitas… cualquier cosa que sea muy instrumental es ideal para dibujar”.

Su inspiración muchas veces se ve cortada o, como dice él, “trastornada”, y es necesario usar algunos métodos para abrir el apetito mental. “Salgo a vivir el entorno, lo pienso, tomo fotos y agudizo mis sentidos para encontrar una idea en la realidad que me pueda servir para llevarla a cabo en mi trabajo”.

“En ocasiones es muy difícil satisfacer a un público en particular, debido a que muchas veces las personas buscan cosas diferentes; hay unos que buscan las cosas tiernas, otros buscan lo absurdo o lo grotesco… y todo se maneja de forma distinta, son procesos creativos totalmente contrarios”.

Sus obras pueden apreciarse en los barrios Granada y San Antonio, en el bar Collage, al norte de la ciudad, o en la Carrera 10 con Calle 5. “El arte es algo muy libre y para todo el mundo, no me gusta hacer cosas para una sola persona, sino más bien hacer algo que la gente pueda adquirir con facilidad, sin limitaciones de dinero; prefiero algo que sea de fácil adquisición”.

Por tal razón, está promocionando una marca llamada Ugly Pops, la cual vende camisetas, llaveros, muñecos, protectores para portátiles y cuadernos. “Son cosas de excelente calidad y bajo presupuesto para que la gente escoja lo que le guste y tengan un poquito de arte. De igual manera yo, un poquito de dinero…” (risas).

Mientras me cuenta sobre más dibujos en la ciudad, la canción termina. Han sido 24 minutos de conversación y música. Bedoya se pone de pie, mira a contra luz la hoja cercenada en miles de trazos de lápiz, piensa por unos segundos y dice: “La entrevista terminó”. Arruga el papel y lo tira al cesto de la basura. “Sólo quiero que la gente reconozca el arte, que lo tome como propio y cambie la ciudad que está inundada de banalidad”.


(*) Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali, USC.




En la foto superior, 'Doya' en su estudio. La gráfica siguiente corresponde al mural pintado en la peluquería Murano. A continuación, uno de sus bocetos. Y abajo, el mural completo de la Carrera 10 con Calle 1, barrio San Antonio. (Fotos especiales para ¡PERIODISMO LIBRE!).