La paz de Colombia no puede estar supeditada a la "voluntad" del uribismo. (Foto: Presidencia de la República). |
EL NOBEL DEBE
COMPROMETER A SANTOS A NO CEDER ANTE QUIENES QUIEREN LA GUERRA
Por
Luis Alfonso Mena S.
El Comité Noruego que entrega el
Premio Nobel de Paz reconoció el 7 de octubre, al otorgar a Juan Manuel
Santos la alta distinción, los esfuerzos de paz tanto del Presidente como de
las Farc-EP, de las víctimas del conflicto y de millones de colombianos que
buscan la reconciliación.
El premio significa un
trascendental respaldo al Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno Nacional y
las Farc-EP y un rechazo a quienes se atravesaron el 2 de octubre a la paz con
mentiras, montajes, falacias y odio.
Desde múltiples espacios se
escuchan los llamados a seguir luchando por la puesta en vigencia del Acuerdo
firmado en Cartagena el 26 de septiembre, a pesar de la oposición del uribismo
y demás partidarios de la guerra y de quienes quieren que continúe el desangre
de nuestro pueblo.
La comunidad internacional sigue
poniendo en evidencia su inmenso respaldo a los colombianos que luchan por la
paz, como el único camino para procurar la justicia social y la apertura
política.
El premio es también interpretado
por múltiples observadores y analistas como otro compromiso para el presidente
Santos, con el fin de que no ceda ante quienes buscan un contubernio contra la
paz y haga valer todo lo hecho en casi cinco años de conversaciones con la
insurgencia.
Con el Premio Nobel para Juan
Manuel Santos, la paz es aún más irreversible, a pesar de un puñado de votos.
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