domingo, 3 de abril de 2011

11. Informe. Santa Librada y el Camacho

Los estudiantes no son como los pintan

Alumnos de los dos colegios piden que no los estigmaticen y explican que sus reclamos son justos. Sostienen que hay prevención de la Policía frente a ellos. Subsecretario de Convivencia de la Alcaldía asegura que hay apoyo para ellos.

Por Ivonne Núñez y Lina María Pérez (*)
En el mes de marzo sitios tan reconocidos como la Calle Quinta y la Plazoleta del CAM han sido escenarios donde se han des­encadenado hechos violentos protagonizados por el Esmad y algunos de los estudiantes de los colegios Santa Librada y Antonio José Camacho.

Hoy en día pertenecer a alguna de estas dos instituciones educati­vas es sinónimo para muchos de ser vándalos, gamines e inadaptados sociales que parecieran disfrutar al salir a tirar piedra y destruir parte de las instalaciones del sector.

Actos que la ciudadanía caleña y la misma fuerza pública reprochan y de los que señalan como únicos responsables a los estudiantes de estos planteles educativos, creando así una atmosfera de estigmatización sobre el nombre de los colegios que a menudo se ven involucrados en estas grescas.

Los responsables
“… Nunca antes en este ente territorial del Municipio de Santiago de Cali hubo tanta atención, tanto abastecimiento para los jóvenes ante todos los estudiantes de cole­gios oficiales. Tienen transporte gratis, kit y desayunos escolares, propuestas culturales, deportivas, entonces uno dice, bueno ¿qué será lo que quiere el negro? Sí, uno dice ¿qué será lo que quieren estos muchachos?”, afirma Fortunato García, sub-secretario de Policía y Convivencia de Santiago de Cali.

Esta afirmación hace pensar que si la Administración Municipal se ha encargado de suplir las necesidades básicas para que los alumnos cum­plan con sus actividades académi­cas, qué es lo que realmente está sucediendo con los estudiantes.

Ante el inconformismo que los menores del Santa Librada sienten al no ser escuchados y tenidos en cuenta tanto por la Administración como por los medios de comunica­ción locales, Paréntesis decidió visitar las instalaciones del plantel educativo y buscar un espacio de expresión donde sean escuchadas sus peticiones, quejas y desilu­siones para que la opinión caleña conozca la otra cara de la moneda, y así mismo ustedes saquen sus propias conclusiones.

Evelyn Mosquera, líder estudian­til, expresa que las manifestaciones que se han dado en lo corrido que va del año, han sido con el único fin de dar a conocer su inconformidad como estudiantes de un colegio público en relación con el abuso por parte de la autoridad, en este caso la Policía y, siendo más espe­cíficos, los auxiliares bachilleres que rodean el sector.

El primero de marzo de este año tuvo ocurrencia una de estas manifestaciones, convocada vía Facebook. Este medio fue utilizado no como un espacio para organizar encuentros vandálicos, sino para unirse por un fin, que era demostrar el inconformismo que estudiantes de Santa Librada y Antonio José Camacho sienten al ver que las autoridades no los respetan y, por el contrario, abusan de su poder.

David Moreno, estudiante de último grado de Santa Librada, reconoce que el error que se pudo haber cometido al convocar la marcha por esta red social es que llegara a oídos de personas ines­crupulosas que buscan la forma de infiltrarse para causar estragos, generar violencia y robar a los mismos estudiantes que están marchando.

Moreno recalca que estas perso­nas no pertenecen a la institución, si no que hacen parte de pandillas de Sucre, El Obrero y La Olla.

La venta de los camibusos estu­diantiles no es exclusiva del colegio, ellos se pueden conseguir también en almacenes de la calle a menor precio, lo que facilita que personas que no están inscritas en la insti­tución los adquieran, los usen y se puedan infiltrar fácil en las marchas.

“Ninguno de los detenidos de la marcha del primero de marzo eran estudiantes”, menciona Evelyn, agregando que cuando comenza­ron los disturbios los estudiantes de ambos colegios se hicieron a un lado, dejando al descubierto a las personas que estaban peleando, con lo que se dieron cuenta de que eran infiltrados.

Lastimosamente en esta y mani­festaciones anteriores se han des­encadenado en hechos violentos, lo cual no era el sentido de la mar­cha, ocasionando que se genere más rechazo y exclusión por parte de los caleños hacia los estudiantes.

Esta situación entristece a los mismos alumnos, quienes se sien­ten estigmatizados por los medios de comunicación locales, que se han empeñado en seguir con el concepto de que los encuentros entre los estudiantes es por la camiseta.

Hay desinformación
Gracias a Calibra, un programa institucional que se creó desde la Administración Municipal, con el fin de generar espacios de diálogos entre los dos colegios implicados, padres de familia y profesores, se pudo bajar la tensión y los estu­diantes pudieron entender que no existen motivos para enfrentamien­tos violentos entre ellos.

Lastimosamente Calibra des­apareció, pero dejó una huella importante, ya que, según José David Ramírez, no se presentan enfrentamientos de rivalidad entre las dos instituciones hace más de medio año.

“Si las personas conocieran la historia no habría ese tipo de malos entendidos”, expresa José David, haciendo referencia a la desinfor­mación que hay en las personas sobre qué es lo que realmente sucede en las aulas de clase.

William N., policía auxiliar de la estación del MÍO de San Bosco, opina que los jóvenes no parecen estudiantes sino gamines.

“Los policías nos dejaron de ver como estudiantes y ya nos ven como malandros, sólo por el uni­forme somos ladrones”, dice Juan Arzuza, personero de la jornada de la tarde del colegio Santa Librada.

Cansados de la estigmatización sobre la institución y sus estudian­tes, Arzuza, en su papel de persone­ro, y demás líderes estudiantiles, ha tomado la decisión de no realizar otra marcha para que no se pre­senten más hechos violentos que sigan denigrando el nombre de la institución.

Ahora lo que quieren y desean es cambiar la mala imagen que los medios y la sociedad tienen del colegio, realizando activida­des culturales y estableciendo mesas de diálogo con la Policía y la Administración Municipal, que hasta la fecha, a pesar de tantos esfuerzos, no se han concretado.

(*) El texto publicado originalmente en el periódico Paréntesis, Edición No. 14, marzo-abril de 2011, pág. 7.

1 comentario:

  1. que buen articulo, ojala las noticias de los canales nacionales se tomaran el trabajo con mas seriedad y responsabilidad y analizaran las cosas como se ha echo aquí, muy bien.

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