sábado, 29 de octubre de 2011

Opinión. Vicisitudes

“Blanco corriendo, atleta; 
negro corriendo...”

Por Ghina Alexandra Castrillón (*)
Parece que lo expuesto en el año 2000 por el Grupo Niche, en la canción Han cogido la cosa, ha cambiado notablemente. Hace unos días hablaba con alguien sobre la violencia en Cali, y esa persona decía: “Todo es culpa de esos negros”, frase que en su momento refuté, y lo hago ahora.

Para empezar, quiero recordar que el desplazamiento no genera violencia, considero que en el país sucede todo lo contrario: la violencia es la que genera desplazamiento. Y éste, a raíz de la falta de oportunidades laborales, es generador de más violencia, independientemente del grupo étnico al que pertenezca cada persona; esto para explicar que Cali no es peligrosa por las personas negras, aunque la mayor parte de la población desplazada que llega a esta ciudad son chocoanos o caucanos afro descendientes. 


Bueno, aquella charla me puso a pensar sobre todo lo que ha sucedido en Colombia en los últimos meses con relación a los escándalos que se han destapado sobre los malos manejos de los recursos públicos. Por eso digo que la frase “blanco corriendo, atleta; negro corriendo, ratero” de la canción del grupo Niche ya no se debería entender de esa manera.

Aclaro que no estoy defendiendo a los delincuentes de ninguna raza, sólo quiero recordar que en irregularidades impresionantes se han visto envueltas personas como Iván y Samuel Moreno, los Nule, Valery Domínguez, eso sin mencionar a los distintos alcaldes que han sido destituidos y sancionados por las presuntas irregularidades en contrataciones y prevención frente a los desastres naturales, como es el caso de la alcaldesa de Sardinata, Norte de Santander, Yamile Rangel, a quien se le comprobó que utilizó de forma indebida los recursos destinados para los damnificados por el invierno.

Y todos los anteriores son “blancos”. Tengamos en cuenta también a los ex congresistas que se han visto involucrados en fenómenos como la parapolítica.

Haciendo un recorrido por el historial delincuencial del país, llego a la conclusión de que el problema no es el color de piel, la base del problema es el pueblo, este que con una amnesia rarísima en cada una de las elecciones vota por personas que, por muy estudiadas que sean, se nos están robando el país.

¿Qué vamos a hacer los colombianos? ¿Seguiremos engañándonos pensando que “blanco sin grado, doctor; y negro sin grado, yerbatero”?

Ahí les dejo la duda.

(*) Estudiante de Comunicación Social de la Usaca. giacato@hotmail.com

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