sábado, 29 de octubre de 2011

Pronunciamiento libre


El colapso de la academia en la Santiago

Por Colectivo de Profesores Deliberantes de la USC (*)
Presenciamos con asombro el silencio y la indiferencia de muchos, frente al despido aplicado a profesores que participaron en reclamos por atraso de pagos y seguridad social.


La diligencia de la actual dirección para aplicar un castigo ejemplar a quienes se atrevieron a reclamar sus derechos contrasta con la prudencia con que se avanza en la investigación de las causas de la crisis financiera que atraviesa la Universidad Santiago de Cali y las bondadosas consideraciones con los presuntos responsables de la misma,  poniendo de manifiesto el derrumbe de los criterios éticos en la vida académica.

Tales hechos implican un colapso ético, porque quienes toman hoy por hoy las decisiones en la Universidad abandonan sin pensarlo dos veces los valores de la democracia en aras de la retoma totalitaria de la gobernabilidad a cualquier precio.

Nuestro intelecto se siente ofendido ante una realidad que no puede creer. Lo que está ocurriendo en la Universidad no tiene antecedentes en una institución de tradición democrática ni puede juzgarse a la luz de los principios del cogobierno, pues ante las circunstancias que nos oprimen no se pueden aplicar.

A los profesores llamados a descargos y posteriormente destituidos no sólo se les vulnera el derecho a la vida, a la buena imagen, al  buen nombre y al trabajo; también se les mira como no científicos y no expertos en su saber.

Pretender generar miedo aplicando drásticas  sanciones a los disidentes del régimen es un ataque a la dignidad humana, principio sobre el que se sostiene no sólo el mundo sino toda comunidad política y académica.

Reina la desconfianza, se violentan los acuerdos, se vulneran los derechos, los acusados pasan a ser acusadores y los educadores pasan a ser las imágenes malignas del conocimiento desde lo fáctico.

Pero no nos vamos a doblegar ante la tiranía de los mediocres. No vamos a permitir que destruyan nuestro espíritu, no vamos a  renunciar a nuestro derecho a la crítica, a disentir de acuerdo con nuestra conciencia, a decir lo que tengamos que decir cuando lo creamos conveniente como seres autónomos y dignos.

(*) Apartes del pronunciamiento público del Colectivo.

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