NOTA DEL EDITOR.- El siguiente documento fue escrito por el investigador social Boris Edgardo Moreno, como insumo para su disertación de este sábado 18 de marzo de 2023, en la primera sesión del Seminario-Taller de Periodismo Alternativo y Contrahegemónico, desde Cali, convocado por el Colectivo Colombiano de Periodismo por la Verdad. Su conferencia será sobre Estructura económica del país y la prensa del sistema. Boris Edgardo Moreno es ingeniero forestal, investigador y activista social.
AMBIENTAL
1. Pérdida de biodiversidad. Similar a la de la última gran extinción. Estamos perdiendo una cantidad de funciones ecosistémicas que no podemos reemplazar: la polinización, la fertilización, regulación del agua, depuración del agua, alimentación…
2. Agotamiento de los recursos de fácil extracción. Las mejores minas se están agotando, por ejemplo el cobre, el cual es un elemento central en la sociedad, sobre todo en el sistema eléctrico (el aluminio no da las prestaciones del cobre); la mayor necesidad de los elementos conocidos como tierras raras, que como su nombre lo indica son sustancias muy escasas pero determinantes en productos a la orden del día; otro ejemplo es el fósforo, determinante en la fertilización de nuestros suelos, se obtiene de las minas de fosfato, que también se vienen agotando.
3. Cambio climático. A partir de un umbral de Co2 en la atmosfera se dispara el aumento de la temperatura promedio del planeta y con dicho ascenso se transforma los procesos de regulación hídrica.
4. La crisis energética. (carbón, petróleo y gas) los recursos no renovables están llegando el cenit de su extracción. El petróleo de calidad (convencional) se está acabando, sólo se aumenta el llamado petróleo pesado, que es de mala calidad (fracking) y más difícil de extraer. De igual forma sucede con el carbón, el gas y el uranio.
Las propiedades físico-químicas de la energía fósil no las tienen hasta hoy ningún otro tipo de energía (concentración y rendimiento). La élite está esperando un milagro energético, la fusión nuclear (uranio-helio), pero a pesar de la investigación no ha dejado de ser una promesa.
ECONOMÍA
1. La economía como campo
La economía como categoría debe ser comprendida como la producción de bienes y servicios que permiten la reproducción de la vida, en un proceso perpetuo de dependencia (naturaleza) e interdependencia (social).
En el estudio de este proceso se han dado en occidente tres escuelas de pensamiento económico, que se conocen como fisiócrata, clásica y neoclásica. De los fisiócratas, quiero rescatar su conceptualización del concepto de producción, que definían como todo aquello que se regeneraba con la ayuda del trabajo humano. De la escuela clásica, es importante recordar su alerta sobre una economía basada en minerales, Los clásicos al mirar que las piedras no crecían, definieron que todo sistema económico basado en minerales inexorablemente marcharía a la inestabilidad, depresión y desaparición, de igual forma es fundamental tener presente la teoría de valor, enunciada por Carlos Marx en el Capital. La escuela neoclásica se conoce por su reduccionismo económico, ya que eliminaron el concepto de valor y sólo trabajan con el concepto de precio, reducen todo el campo económico a lo estrictamente monetario. En ella la producción solo es aquel proceso que genera cambios agregados al producto. Dejan por fuera todos los procesos de dependencia (naturaleza) e interdependencia (relación social), para los neoclásicos son simples externalidades.
2. El capitalismo como sistema
En términos generales el capitalismo es un sistema económico basado en dos grandes componentes, expansionismo y concentración, que configuran lo que Jason W Moore denominó un patrón de organización de la naturaleza, donde los combustibles de origen fósil han sido su eje estructural (carbón, petróleo, gas…) de ahí que, desde el cenit del petróleo convencional en la década de 1960, el capitalismo ha vivido en una crisis permanente, o lo que es lo mismo en la gestión de la crisis para que no se convierta en una crisis terminal.
El patrón de organización del capital se caracteriza por su tendencia expansionista de extracción y explotación, la cual se ha dado en cinco grandes etapas a saber:
1.
1870-1914 industrialización (carbón y trabajo)
2.
1914 -1945 guerras y proteccionismo (carbón,
petróleo y trabajo)
3.
1945 -1980 tipos de cambio fijo (carbón, petróleo,
gas, uranio y trabajo)
4.
1980- 2008 la gran liberalización (crisis energética
y trabajo precarizado)
5. 2008- la ralentización (la «triple crisis» alimentaria, energética y financiera)
El capitalismo contemporáneo es un sistema de ordenamiento del espacio y tiempo muy organizado, es un orden donde se ha alcanzado un grado de socialización de la producción (trabajo humano y extrahumano) sin precedentes, que significa lo siguiente, que el capitalismo no es el fruto de una acción de unos empresarios o de unas personas aisladas o de determinados grupos, si no que ya es un resultado de una amplia gama de relaciones que es capaz de desplegar múltiples fuerzas.
Bueno, esa socialización de la producción que requiere mucha cooperación, una gran complejidad de relaciones sociales, y una forma de organización de la naturaleza, en una unidad dialéctica, entra en contradicción con las formas en que se ha institucionalizado las maneras de apropiación y propiedad de objetos materiales e inmateriales, generando una conflictividad social que será la impronta de la política moderna (tiempo de las revoluciones).
A este marco, el capitalismo reaccionó inventándose las sociedades anónimas, hace una transformación en el plano jurídico para facilitar el surgimiento de la empresa moderna, la que cotiza en bolsa, con otras formas de financiarse y de gestionarse. A esta transformación jurídica, se le sumará después la reestructuración del aparato estatal.
En este proceso, aparece una clase social que podemos llamar las directivas, que se comportan de una forma muy curiosa, porque siendo trabajadores no se comportan como asalariados comunes, son trabajadores porque no son dueños de los medios de producción pero disfrutan de la plusvalía de la explotación del trabajador (primas de rendimiento, comisiones…), por la asociación especial que tienen en el control de los medios de producción, es decir vienen a ser como los delegados del capital, y como delegados se aproximan mucho al pensamiento de los dueños de los medios de producción, sin serlos.
Joseph Schumpeter caracteriza el capitalismo en su actividad económica a través de ciclos cortos (los cuales vienen provocados por la acumulación de existencias en las empresas, que duran aproximadamente cinco años) y ondas largas (tomado del economista ruso Nikolai Dmitrijewitsch Kondratieff) que ocurren cada 48 años a 65 años y se dan por la dinámica interna propia del capitalismo (cambio en el modelo de negocios, la apertura de nuevos mercados, expansionismo) la fase de ascenso de los ciclos largos tiene una duración de 20 a 26 años y el descenso, de 26 a 35 años. Como ejemplo tenemos que la cuarta onda larga comenzó en 1940, siendo su fase expansiva de 1940 a 1966 (26 años) y a fínales de la década del sesenta el inicio de la fase de descenso, la cual se ha prolongado hasta nuestros días, quedando a la espera la llegada de la quinta ola, que no sabemos si llegará o no. Este periodo prolongado de descenso, deja muchas preguntas por responder, entre ellas ¿el capitalismo se ha quedado sin ventanas de escape? ¿Viviremos años más bajo un capitalismo senil?
¿Estaremos ante la emergencia de un sistema social postcapitalista?
A cada momento del ciclo se corresponde un orden social, que se encarga de su administración por llamarlo de algún nombre, en el cuarto ciclo en la etapa de ascenso emergió el orden social social-demócrata y a la etapa de descenso le ha correspondido el orden neoliberal, sin éxito alguno en su gestión.
Por orden social, se va a comprender el conjunto de configuraciones del poder que surgen de acuerdos, alianzas y luchas que se dan entre clases y fracciones de clase. Un orden social, es entonces una unidad política configurada por una estructura social, una ideología, un paradigma político y un marco institucional.
Al interior de lo que se ha denominado capitalismo contemporáneo que se inaugura en la primera mitad del siglo XX, nos encontramos con tres órdenes sociales que siempre empiezan tras una crisis económica y que mueren con una crisis económica y que suelen durar entre 40 a 50 años.
El primero surge tras la crisis de 1890, que lo han denominado el orden social de la primera hegemonía de las finanzas.
El segundo emerge tras la crisis de 1930 que se denominará como el orden social, socialdemócrata (aquí englobamos diversas formas estatales como al demócrata liberal, democratacristianos, socialdemócratas…) que se concentra en el pleno empleo, crecimiento económico y en el bienestar de los ciudadanos.
El tercero se inaugura con la crisis de 1970 y se le nombra como neoliberalismo. Este orden social, emerge con dos objetivos recuperar la tasa de ganancia y restaurar el poder económico de las élites. Para lograr el primero, se definen dos acciones, la desregulación en todos los ámbitos globales y la privatización a ultranza, es decir ocupar los espacios de rentabilidad que bajo el anterior pacto social se encargaba el sector público. Para lograr el segundo, imponen despóticamente programas de ajuste fiscal, los recortes, la monetización entre otras.
En este sentido, el surgimiento del neoliberalismo no es el resultado del triunfo del capitalismo, como siempre se le ha presentado, sobre todo a partir del colapso de la Unión Soviética. En realidad la historia es muy diferente, el neoliberalismo es la respuesta a un gran fracaso de dimensiones históricas, a saber la incapacidad del capital para mantener tasas de ganancia adecuadas. En otras palabras, el neoliberalismo, es un nuevo acuerdo social, es decir una nueva alianza de clases sociales específicas, que buscan mantener a como dé lugar la base estructural del capital.
Será precisamente la alianza entre los directivos (gerentes, ingenieros, economistas) y dueños de los medios de producción los que construyen el “contrato social “neoliberal, para salir del atolladero de la crisis de 1970 con dos objetivos específicos, restaurar la tasa de beneficios y restaurar el poder económico de la élites.
El objetivo de recuperar la tasa de ganancia, el neoliberalismo aún no lo ha logrado, evidenciando su rotundo fracaso en más de cuarenta años, esta derrota se puede observar mirando como en las últimas décadas el crecimiento económico es cada vez más bajo. El objetivo de recuperar el poder de las élites que se encontraba fuertemente amenazado en la década del 70, si lo han logrado, ya que la gran mayoría de los Estados han obedecido las políticas del fondo monetario internacional, el banco mundial y la organización mundial del comercio.
Bajo estas circunstancias, se demuestra la relación directa entre crisis y emergencia de un nuevo orden social, y ante la crisis prolongada e inusual de la tasa de ganancia del capital (crisis del 1970 –?) saltan de nuevo las mismas preguntas que se hicieron bajo la teoría de las ondas largas, a las que podemos sumar las siguientes ¿Es posible seguir con un capitalismo en crisis? ¿Estaremos ante la emergencia de un nuevo sistema social? ¿Se puede ya hablar de post-capitalismo?
Por ahora, lo único que han podido hacer las élites mundiales es gestionar su poder de crisis en crisis, dando bandazos hacia el lado y hacia atrás, realizando pastiches teóricos y ejercicios de poder que a lo sumo edulcoran el fracaso del orden construido por el capital en todos los ámbitos de su producción y reproducción, en especial en su formula energía/trabajo.
En este sentido, podemos aumentar los interrogantes, cuando se observa que el cierre de fronteras que se está efectuando en la actualidad ahora en la modalidad de sanciones a los países que se niegan a seguir el libreto imperial al píe de la letra, podría ser un “agotamiento de la estrategia de Naturaleza Barata del capitalismo, con su prodigiosa historia de apropiación de una naturaleza no mercantilizada como forma de aumentar la productividad del trabajo.” Como naturaleza barata se va a comprender, la herencia de actividad fotosintética (petróleo), el trabajo no reconocido (cuidado de la vida) el trabajo no pago (plusvalor), las tierras fértiles (alimentación), la concentración de minerales (minas).
Si este agotamiento es tan fuerte como muestran los estudios, queda claro que hacia adelante le es imposible al imperio seguir con sus pastiches, como también le es imposible a los críticos del capital proponer alternativas tomando algún componente o parte de la ecuación energía/trabajo y todas sus nociones que se desprenden de ellas, como son mercado, la reducción del concepto de trabajo a trabajo asalariado, lo natural como exterioridad a lo humano y la guerra como último fin para definir conflictividades. En otras palabras, es fundamental comprender de nuevo la economía como campo y asumir los flujos de interdependencia de este campo, con otros campos como la política, lo ambiental, la cultura entre otras.
En términos psicoanalíticos, el pensamiento crítico radical debe rehabilitar el orden simbólico bajo la dinámica del agotamiento de la energía/trabajo en aras de asumir la tarea postulada por el psicoanalista Jorge Alemán “separar la pulsión de muerte del concepto de civilización” y de esta forma construir una red de flujos de campos que se integren en la trama de la vida sin romper sus dinámicas.
COMUNICACIÓN
La Comunicación Socializada (afecta a toda la sociedad) es simplemente el proceso de compartir significado (lo simbólico) a partir del intercambio de información y conocimiento, por ello, es precisamente ahí donde se da la batalla por el establecimiento y reproducción de las relaciones del poder. En otras palabras, en la batalla comunicativa se está decidiendo la suspensión total del orden simbólico o el avance de los procesos de rehabilitación de significados y sentido común.
La gobernamentalidad es el tipo de poder más eficaz que se ha ejercido en la historia dela humanidad, su objeto como siempre somos las personas, pero en este tipo de poder no está en el castigo del cuerpo sino en el control del cuerpo/mente, sobre todo en el terreno de lo político.
Si el control es en el cerebro, debemos conocer ciertas relaciones que hay entre la piscología (inteligencia emocional) y la política, a través de los estudios de la neurociencia en la que han puesto de manifiesto que una de las emociones fundamentales de los seres humanos es el miedo, ya que las personas cuando se dejan llevar del miedo, eliminan todo pensamiento crítico, y focalizan toda se atención en la seguridad; de ahí la presencia asfixiante en los medios masivos de comunicación, como en los discursos de los políticos de la élite.
Por otro lado, esos estudios muestran que el cerebro fija menos del 5% de la información que escucha, por ello la gente fija con más tranquilidad la información que refuerza lo que piensa, lo que explica la aparición de canales informativos que buscan concentrar sólo la audiencia de la derecha y la extrema derecha como son RCN en Colombia, Fox en EE.UU, intereconomía televisión en España.
La comunicación se da a través de lo que Austin denominó los actos del habla, los cuales se desarrolla en tres momentos, en lo locutivo (la idea), ilocutivo (intencionalidad) y lo perlocutivo (efecto). Todos esos actos se dan en la comunicación socializada, pero la elite ha dado énfasis en lo perlocutivo, ya que así puede movilizar las emociones de la sociedad.
A partir de lo perlocutivo los medios masivos organizan la información que se decide brindarle a la sociedad y con ello generar una fuerza gravitacional, en la cual orbitan los ciudadanos y las ciudadanas. Esto no quiere decir que nos manipulen como simples marionetas, sólo que los materiales que nos dan los medios masivos de comunicación para crear la opinión pública generan una forma de pensar que se adscribe a las relaciones de poder dominantes. Para ello, organizan la transferencia de información a través de parrillas noticiosas que privilegian el escándalo y las amenazas, no importa que las noticias sean falsas o verdades a medias, lo que realmente les importa es tener a sus audiencias gravitando en una telaraña de propaganda que incentiva el desarrollo de emociones como el miedo y el odio.
La forma en que realiza esta operación es a través de un diseño noticioso basado en el entretenimiento, no porque tengas franjas del entretenimiento, sino porque todo el noticiero se guía por dar noticias de forma entretenida pasando sin reflexión alguna de la información económica a información de salud sexual y así sucesivamente.
En ese sentido, realmente el control no lo realizan por intermedio de lo que dicen, de las noticias que emiten, de la organización y priorización de las mismas, sino por lo que no dicen, por lo que censuran, impidiendo que lleguen a los programas de mayor rating. Para que llegue un hecho o situación a los grandes medios masivos de comunicación deben sobrepasar un sin número de filtros, que por lo general ahogan y condenan al ostracismo las denuncias ciudadanas o hechos de interés político.
Ante este panorama, los llamados medios alternativos han respondido, pero se han quedado en el combate de atacar la desinformación dada por los canales y diales de la comunicación hegemónica, olvidando que su verdadero quehacer es llevar la información que no llega por estos medios a la ciudadanía, para que sea parte de los materiales con lo que la gente construye la opinión pública. En otras palabra, la esencia de un medio alternativo está en poner al orden del día, el conocimiento que no dejan llegar nunca a esos centros de poder comunicacional apoyándonos en la neurociencia y devolviendo a los actos del habla sus tres actos en conjunto.
Cali, viernes 17 de marzo de 2023.
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