Omar Augusto López Pemberthy, de Asotracomfama. (Foto: Luis Alfonso Mena S.). |
“Se
están robando el sistema
de
compensación familiar”
“Una vez se desmonten
los recursos que ‘supuestamente’ generan los empresarios para mantener el
sistema… toda esa infraestructura va a quedar en manos del aparato privado”,
aunque ella “es de los trabajadores, del pueblo colombiano”, denuncia López
Pemberthy.
Por Luis Alfonso Mena
S. (*)
Omar Augusto López Pemberthy, presidente de la
Asociación de Trabajadores de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia,
Asotracomfama, alertó al movimiento sindical, en particular, y al país, en
general, sobre el proceso de privatización en que se encuentra el sistema de
cajas de compensación familiar existente en Colombia.
El dirigente sindical sostuvo que “la CGT, hay
que decirlo de manera categórica y precisa, le sirve de vaselina al modelo
neoliberal para que se dé la transformación del sistema de compensación
familiar, consistente en que las cajas dejen de ser entidades de rentabilidad
social y se transformen en entidades de rentabilidad económica”.
Las centrales obreras deben enseñar a los
trabajadores a luchar, no luchar por ellos, agregó López Pemberthy, quien
participó en las deliberaciones del Tribunal Mundial de Libertad Sindical
llevado a cabo entre el 22 y el 25 de mayo en Bogotá. PARÉNTESIS lo entrevistó.
--¿Cuáles son los
problemas fundamentales que afronta hoy el sistema de compensación familiar del
país?
--A partir de la entrada en vigencia de la
apertura económica, a la luz del modelo neoliberal, las cajas de compensación,
que habían sido concebidas desde el año 1948 como unas instituciones que
generaran rentabilidad social representada en bienestar para las familias de
los trabajadores, a partir de 1990 empiezan a transformarse en entidades de
rentabilidad económica, por un lado. En segundo lugar, el Gobierno empieza a
descargarles una cantidad de responsabilidades de política social que el Estado
no desarrolla por estar manteniendo la cortina de humo de un conflicto armado
permanente. Estas dos situaciones hacen que las cajas de compensación hoy no
obedezcan al origen ideológico, filosófico y social para las que fueron creadas,
sino que se convierten en entidades de rentabilidad económica.
--¿Esto puede conducir
al colapso del sistema?
--Lo más grave es que se están robando con esta
situación, y yo sé que el término robando no existe en el Código Penal, pero es
que no encuentro otro término para expresar lo que está pasando a espaldas del
conocimiento del pueblo colombiano, se están robando un gran patrimonio, uno de
los grandes patrimonios sociales que ha construido la sociedad, que es el
sistema de compensación familiar, porque una vez se desmonten los recursos que
“supuestamente” generan los empresarios para mantener el sistema de compensación
familiar, que es el enfoque que tiene, entonces esas cajas de compensación,
toda esa infraestructura, va a quedar en manos del aparato privado y esa
estructura es de los trabajadores y, más allá de los trabajadores, es del
pueblo colombiano.
--¿Cómo visualiza la
organización de los trabajadores frente al sistema de compensación familiar?
--El panorama sindical y laboral que vive el
país es bastante dramático desde cualquier punto de vista, desde lo social, lo
estadístico, lo político, y lo es porque el país no tiene una gran conciencia
de lo que es el movimiento sindical, de lo que es el uso del derecho de
asociación como un derecho fundamental. Las centrales obreras no quieren asumir
la responsabilidad que les corresponde en el escenario de defensa del sistema
de compensación familiar. Es decir, hay una desarticulación entre las centrales
obreras y sus representantes que están dentro de los consejos directivos de las
cajas. Estos señores llegan allá a formar parte de los consejos directivos y se
olvidan de que representan a las centrales obreras y los intereses de los
trabajadores. Y lo otro es que hay una central obrera, que es la CGT, que hay
que decirlo de manera categórica y precisa, le sirve de vaselina al modelo
neoliberal para que se dé esa transformación del sistema de compensación
familiar consistente en que las cajas dejen de ser entidades de rentabilidad
social y se transformen en entidades de rentabilidad económica.
--¿Es decir que en
este momento las cajas de compensación han dejado de cumplir con la función
social para la que fueron creadas y lo más lamentable es que hay sectores del
sindicalismo que están en connivencia con esa situación?
--Yo no diría que sectores, yo digo con todo
conocimiento que las centrales obreras tienen gran responsabilidad, no
solamente en la transformación de ese gran patrimonio social de los colombianos
denominado cajas de compensación, sino en la baja tasa de sindicalización que
tiene nuestro país. Es cierto que el hecho de que la baja tasa de
sindicalización se ubique en el 5 % de una población económicamente activa que
es de 22 millones obedece a una política de Estado a través de la Ley 50, de la
Ley 789 y muchas otras políticas legislativas, pero también hay una gran
responsabilidad de las centrales obreras, porque nunca les enseñaron a los
trabajadores a conocer sus derechos sino que siempre les están diciendo que les
defienden sus derechos, entonces no han cumplido el papel que deben hacer.
--Que los trabajadores
sientan la necesidad de abocar la lucha por sus derechos…
--Claro, desde la educación, el primer paso
para uno defender sus derechos es conocerlos. Las centrales obreras no se han
preocupado por enseñarles a los trabajadores a conocer sus derechos
fundamentales.
--Usted presentó en el
Tribunal Mundial de Libertad Sindical una periodización histórica del sistema
de cajas de compensación familiar en relación con las organizaciones sindicales…
--Si, yo planteo por etapas la creación del
sistema de compensación familiar y dije que en año 1948 había surgido el
subsidio familiar como fruto de una convención colectiva entre los
Ferrocarriles de Antioquia y sus trabajadores y ya en el año 1954 un líder
sindical, Antonio Díaz García, fue el que promovió la creación de la primera
caja de compensación familiar del país, que fue Comfama. Ya en el momento hay
42 cajas de compensación familiar en el país, 42 cajas o instituciones cuya
función era la rentabilidad social y que a partir de 1990 se han transformado
simplemente en unas entidades vendedoras de servicios, como cualquier otra
entidad. Usted va a un gimnasio a comprar una tiquetera sea mensual, quincenal
o semanal y le resulta más barato en una entidad totalmente particular que en
una caja de compensación y así mismo los otros servicios.
-- ¿Por qué cumplen
funciones crediticias?
-- Las cajas fueron creadas para generar
rentabilidad social no para hacer crédito, esa no es la función de las cajas y
se han transformado en bancos prácticamente, como es Comfama en Medellín y
muchas otras cajas. También es bueno señalar, aprovechando esta oportunidad,
que el modelo de mercadeo social que tenían las cajas se vendió, obedeciendo a
una orientación de Fenalco, para abrirles espacio a multinacionales como Makro,
Carrefour y otras tantas como Casino, que querían que se les abriera ese
espacio para ellas poder colocar aquí sus grandes supermercados. No es que ya
no diera rentabilidad, sí daba rentabilidad, incluso económica, y su función
era social, pero había que vender esas áreas de mercadeo para darles espacio a
esas multinacionales y producto de eso también se dio el engaño a los
trabajadores, que en el caso de Comfama constituyó el engaño para 1.500
trabajadores que quedaron sin el sustento, porque fueron engañados por la
política administrativa de la doctora Marines Restrepo de Arango, en
complicidad con el vicepresidente del Consejo en ese entonces, el señor Mario de
J. Valderrama y otro miembro de la CTC.
(*) Director
del periódico PARÉNTESIS, de Cali, Colombia.
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