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Todo cristiano tiene
que defender la
vida
“Es indignante lo que está sucediendo, especialmente en el sector de
Las Delicias, y la indiferencia social a lo que sucede: porque los muertos son
pobres, porque son jóvenes… Hacemos un llamado a quienes están comprometidos en
la guerra que se está librando dentro de la ciudad a recapacitar y encontrar
caminos distintos a matarse mutuamente para resolver sus conflictos”, dice el
comunicado de la Comisión Vida Justicia y Paz de la Diócesis de Palmira.
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Es tan dolorosa la situación que
estamos viviendo respecto al respeto a
la vida que corremos todos el peligro de caer en el silencio como mecanismo de
defensa que pretende ignorar lo que existe para no sufrir. ¡Pero no! Callar sería
ser cómplices con la violencia reinante y resignarnos con la cultura de la
muerte, cosa inadmisible en discípulos de Jesús, por eso volvemos a clamar por
el respeto a la vida y por un compromiso mayor de la sociedad y de nuestra
Iglesia con la defensa de la vida humana.
Una vez más, y a tiempo y a
destiempo, proclamamos e invitamos a todos a decirlo en voz muy alta: la vida humana es sagrada. Nadie tiene
derecho a arrebatarle la vida a otro ser humano. El derecho a la vida es
absoluto y nadie pierde ese derecho fundamental en ninguna circunstancia. El Dios
de la vida no quiere ni admite jamás que se le arrebate la vida a un ser
humano. Todo cristiano tiene que amar la vida, defender la vida, venerar la
vida.
Es indignante lo que está
sucediendo, especialmente en el sector de Las Delicias, y la indiferencia
social a lo que sucede: porque los muertos son pobres, porque son jóvenes, o
personas en situaciones a las que les arrastra la misma situación social, no
podemos permanecer callados, o decir con cinismo “que se están acabando entre
ellos”, o que “por algo sería”. Todos tenemos que sentirnos responsables con lo
que está sucediendo y sentir que todos los muertos son nuestros muertos.
Creemos que lo que sucede no se
resuelve aumentando el número de policías, sino revisando con responsabilidad
si la autoridad está obrando acertadamente y si las medidas apuntan a donde
deben apuntar. Por otra parte es necesario que la sociedad entera se comprometa
en acciones educativas. Creemos que es urgente que quienes gobiernan la ciudad
asuman como una verdadera emergencia social la situación de violencia de la
ciudad y que sobre todo las familias, las instituciones educativas y las
Iglesias se decidan a trabajar en serio y en procesos permanentes de educación
para que sobre todo jóvenes y niños aprendan a amar y respetar la vida humana.
Hacemos un llamado a quienes
están comprometidos en la guerra que se está librando dentro de la ciudad a
recapacitar y encontrar caminos distintos a matarse mutuamente para resolver
sus conflictos. Miren el dolor de las madres y familiares de los asesinados, a
todos les duele igual no le hagan a otro lo que no quieren les gana a ustedes.
Les invitamos a enamorarse de la vida, no nacimos para morir sino para vivir y
si nacimos para ser semillas de vida y de Felicidad. En nombre del Dios de la
vida ayudemos todos a salvar a Palmira del dominio de la cultura de la muerte.
Cristianos seamos de verdad, no de palabra sino con obras, el pueblo de la
vida.
Finalmente un llamado a los periodistas,
comunicadores sociales y medios de comunicación, a cubrir la noticia con
respeto a las personas, los asesinados no son un espectáculo para vender
prensa, no promuevan el morbo por la sangre con descripciones macabras de los
crímenes. Necesitamos medios de comunicación que promuevan la vida y el respeto
a los derechos humanos, no medios que promuevan la muerte y el gusto por la
violencia siempre latente en los humanos.
Comisión Vida, Justicia y Paz de Palmira.
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