Se le destiñó la camisa
El cantante Juan Esteban Aristizábal, Juanes, lanzó un absurdo mensaje a través de la red social Twiter con el que, dijo, quería hacer un chiste, pero que en realidad fue una tremenda salida en falso.
El madrazo que difundió desde su cuenta contra el presidente Hugo Chávez lo dejó muy mal parado, porque Juanes es un hombre público y, como tal, debe dar ejemplo de buen trato a los demás.
Pero, sobre todo, porque él pretende ser promotor de paz entre los pueblos, lo cual implica ser ecuánime, justo y discreto. Un insulto público contra un mandatario elegido democráticamente, así a él no le guste, no es el mejor ejemplo de ello.
Su argumento en el sentido de que dice lo que le da la gana en su cuenta de Twiter lo que hizo fue agravar el error, pues ¿con qué cara saldrá en lo sucesivo a promover nuevos conciertos de paz mientras lanza mensajes de odio?
En realidad, Juanes es un hombre poco informado y bastante procaz que llena sus vacíos conceptuales con vulgaridad. Sus salidas inmaduras seguramente le cerrarán nuevas puertas.
Si sigue así tendrá que regresar a ser el cantante oficial del presidente Álvaro Uribe, como en 2002, y a tratar de poner de moda otra vez su camisa negra, que se quitó en Cuba, donde el pueblo y el Gobierno le abrieron las puertas, y que se le ha desteñido.
El madrazo que difundió desde su cuenta contra el presidente Hugo Chávez lo dejó muy mal parado, porque Juanes es un hombre público y, como tal, debe dar ejemplo de buen trato a los demás.
Pero, sobre todo, porque él pretende ser promotor de paz entre los pueblos, lo cual implica ser ecuánime, justo y discreto. Un insulto público contra un mandatario elegido democráticamente, así a él no le guste, no es el mejor ejemplo de ello.
Su argumento en el sentido de que dice lo que le da la gana en su cuenta de Twiter lo que hizo fue agravar el error, pues ¿con qué cara saldrá en lo sucesivo a promover nuevos conciertos de paz mientras lanza mensajes de odio?
En realidad, Juanes es un hombre poco informado y bastante procaz que llena sus vacíos conceptuales con vulgaridad. Sus salidas inmaduras seguramente le cerrarán nuevas puertas.
Si sigue así tendrá que regresar a ser el cantante oficial del presidente Álvaro Uribe, como en 2002, y a tratar de poner de moda otra vez su camisa negra, que se quitó en Cuba, donde el pueblo y el Gobierno le abrieron las puertas, y que se le ha desteñido.
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