Colombia, país de hipócritas
Córdoba, a diferencia del Gobierno, ha logrado por medio del diálogo que sus liberaciones sean un llamado a la paz, y no como el Estado, que sólo le apuesta a las balas y hoy no quiere saber de negociación política para acabar la guerra.
De que sirvió que la ex senadora Piedad Córdoba hiciera tanto esfuerzo por la liberación de los secuestrados, de que valió tanto esfuerzo para la construcción de la paz en este país, si el premio a todo esto es la injusta destitución e inhabilitación que le impuso el Procurador para ejercer cargos públicos por 18 años, y que la clase gobernante aprueba después de “agradecerle” tanto. ¡Qué hipocresía!
Y más hipócrita aún cuando la misma gente que se alegraba por las liberaciones en las cuales Córdoba aportaba gran parte en la consecución de ellas y le agradecía sin ninguna pena ni vergüenza, hoy la condena.
Da rabia ver que a la gente no le importe nada de lo que pasa, y que sea tan indiferente ante las injusticias que se presentan; no queremos darnos cuenta de que esto es una obra más para callar una de las voces más críticas de las injusticias que hay en Colombia.
Córdoba, a diferencia del Gobierno, ha logrado por medio del diálogo que sus liberaciones sean un llamado a la paz, y no como el Estado, que sólo le apuesta a las balas y hoy no quiere saber de negociación política para acabar la guerra.
Pero parece ser que estos gestos humanitarios de Piedad pasan a un segundo plano y se le da más importancia a las mentiras que los mismos medios de comunicación abyectos se encargan de difundir.
Es evidente entonces que actos humanitarios como los que realizaba la ex senadora en este país nunca serán bien vistos si se trata de líderes que tienen un pensamiento y forma de actuar más social y no son del afecto del Gobierno de turno.
(*) Estudiante de Psicología de la Universidad Santiago de Cali, USC.
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