La hora del voto en blanco
El voto en
blanco aparece como una expresión de protesta frente al desgreño y el
desgobierno instaurados en el Palacio de San Francisco por una clase dirigente
bicéfala anegada en corrupción, frente a la cual se impone una lectura nueva:
la reunión de todos los que quieran diseñar colectivamente un programa de
recuperación moral y de rescate sostenible del departamento.
---
Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Los liderazgos políticos están para orientar a sus
seguidores y a los ciudadanos todos, lo que implica caracterizar con la mayor
precisión posible las coyunturas y, en consecuencia, trazarles caminos.
Sin embargo, ello no siempre resulta tan simple y
corresponde a los dirigentes auscultar lo que el politólogo uruguayo Luis Costa
Bonino denomina “el humor” del electorado, esto es, la percepción que de un
momento específico tiene la población. [1]
Esa no ha sido, precisamente, la actitud de una parte
del liderazgo político de la izquierda en la región, que insiste en el espacio
electoral sin tener en cuenta la opinión de un conglomerado creciente y plural
en el Valle del Cauca que se muestra desesperanzado por el latrocinio
generalizado y que, como indican varios sondeos, se abstendría o votaría
masivamente en blanco.
La crisis fiscal, social, política, ética que afronta
el departamento hace imperativa la construcción colectiva de un programa de
rescate con amplia participación popular y no formulaciones generales, típicamente
electorales.
La Política con mayúscula se hace a partir del diseño
de estrategias fundadas en definiciones ideológicas soportadas en estudios
sociológicos, económicos y culturales de fondo que permitan estructurar
discursos con propuestas diferenciadoras.
Hoy observamos una campaña electoral plana, con
ausencia de tales definiciones sustantivas entre dos candidatos clientelistas,
uno de las élites tradicionales y otro del bloque emergente, que hacen acopio de
toda la palabrería vacua de la politiquería de siempre.
Y una tercería que en vez de congregar ha disgregado,
no por el candidato, Carlos González, hombre con reconocida trayectoria de
lucha sindical, sino por la crisis que sacude al Polo Democrático, que navega
en medio de una borrasca que ameritaba, primero que todo, dedicar sus energías
fundamentales a recomponer las grietas de la nave.
Grietas no selladas luego del desembarco del sector de
Gustavo Petro, sino crecientes, en gran medida por la falta de una lectura
correcta del momento por parte de su dirección nacional, que al no dar el
timonazo ético y político respecto de la Alcaldía de Samuel Moreno facilitó el
naufragio de octubre de 2011, cuyo oleaje sigue golpeando la credibilidad del
Polo en todas las regiones.
En el momento el Polo y otros sectores se encuentran
ante retos que van más allá de la dinámica electoral, ante escenarios más
amplios, extraparlamentarios, de construcción de organización social y
política, como Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Minga Social e
Indígena y varios más en evolución desde abajo, que esperan su concurso y no
señalamientos teñidos de dogmas y celos hegemónicos.
El
segundo semestre que se avecina en 2012, por ejemplo, viene con un cronograma
de luchas que comprende las asambleas constituyentes regionales por la solución
política y la paz con justicia social, de aquí a noviembre; el Cabildo Nacional
Juvenil y el Encuentro Nacional de Trabajadores y Sindicatos Clasistas, en agosto.
De
igual manera, el Cabildo Nacional de Tierra, Territorio, Recursos
Naturales y Ambiente, en septiembre; el Día de la Dignidad, “en
preparación del paro nacional por la soberanía, la tierra y el
territorio, contra el modelo económico imperante”, en octubre, y la Asamblea Nacional
por la Solución Política y la Paz con Justicia Social, en noviembre, luego de las constituyentes
regionales. [2]
El
voto en blanco aparece, pues, como una expresión de protesta frente al desgreño
y el desgobierno instaurados en el Palacio de San Francisco por una clase
dirigente bicéfala anegada en corrupción, frente a la cual se impone una
lectura nueva: la reunión de todos los que quieran diseñar colectivamente un
programa de recuperación moral y de rescate sostenible del departamento.
Si
la dinámica política saca avante el voto en blanco sería posible tal
construcción.
(*) Director del periódico PARÉNTESIS, de Cali, Colombia.
Notas:
[1] Luis Costa Bonino es autor de Manual de marketing político (http://www.costabonino.com/MMPpres.htm). Fue asesor de Pepe
Mujica en Uruguay; Lula da Silva, en Brasil, Ollanta Humala, en Perú, y de
líderes socialistas en México, España, Portugal y Francia.
[2] Ver Declaración Política del Movimiento Marcha
Patriótica, que traza una amplia agenda de luchas sociales y políticas. Es
importante aclarar que este movimiento no ha emitido posición alguna sobre la
elección atípica de gobernador en el Valle del Cauca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario