Víctor,
un hombre con la mirada
puesta
en la paz de Colombia
Por
Luis Alfonso Mena
A las cuatro y cincuenta minutos
de la mañana en los campamentos levantados entre arboles gigantes y tierra
húmeda, los combatientes empiezan a moverse arropados por linternas que
desbrozan la oscuridad. Uno de ellos es Víctor del Bloque Oriental, guerrillero
raso de 28 años de edad a quien, según dice, las condiciones de una vida llena
de pobreza lo empujaron a enrolarse en las filas insurgentes.
Su familia, afirma, es también
víctima del conflicto social.
Víctor reconoce que debe mucho de
lo que sabe ahora a su vida en la insurgencia, en la que aprendió de Geografía,
Matemáticas y otras materias.
En su corta existencia, acumula
ya muchas experiencias en el combate, como las que vivió en los llanos del
Yarí, cuando vio caer a su compañero de avanzada y recibió una herida en la
cabeza.
Con una educación política
evidente, este combatiente confía en el acuerdo pactado entre la dirigencia de
las Farc y el gobierno, y cree que se abrirán nuevos caminos.
Mientras sus compañeros y
compañeras terminan de alistarse, Víctor sale a recibir la primera merienda del
día que similares suyos, a quienes les correspondió la ranchería en la semana
de la conferencia, tendrán para él y los demás combatientes a orillas de una
quebrada de aguas claras en el corregimiento El Diamante.
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