Carlos Julio Hincapié, de Sintrafe, en díalogo con PARÉNTESIS. (Foto: Alex Franco). |
Café
con aroma antisindical
Por Luis Alfonso Mena
S. (*)
Por la importancia histórica del café para
economía nacional, la Federación Nacional de Cafeteros ha sido vista siempre
como uno de los emporios clave del país, una visión reforzada por la exposición
mediática de sus símbolos.
Pero lo que muchos no conocen es que en su
interior ejercer el derecho constitucional y legal a organizarse sindicalmente
es un acto casi heroico, por las persecuciones que se sufre por parte de los
directivos de esta institución, hasta el punto de que desde hace trece años el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Federación Nacional
de Cafeteros de Colombia, Sintrafe, no ha podido volver a presentar un pliego
de peticiones.
Estas y otras denuncias fueron presentadas en
el Tribunal Mundial de Libertad Sindical llevado a cabo entre el 22 y el 25 de
mayo en Bogotá por Carlos Julio Hincapié, primer vicepresidente de la Junta Directiva Nacional de
Sintrafe.
De tres mil trabajadores y empleados de las
numerosas seccionales de la Federación, Sintrafe agrupa a unos 250, afiliados
que se podría considerar como unos héroes de la lucha sindical, que arriesgan
sus empleos y hasta su tranquilidad, pues por denunciar despidos y persecución
la empresa les instauró denuncia penal a varios de ellos. PARÉNTESIS habló con
Carlos Julio Hincapié.
--Usted ha hechos unas
denuncias muy graves sobre la persecución antisindical que se desarrolla por
parte de la Federación Nacional de Cafeteros. Resumamos estas denuncias para el
periódico PARÉNTESIS.
--Estamos denunciando la violación a los puntos
convencionales firmados entre la Federación Nacional de Cafeteros y Sintrafe,
que son hechos ciertos para las partes. Primero que todo, estamos denunciando
la violación a derechos de sindicalización y al derecho a negociación, derechos
de sindicalización porque cuando un trabajador de la empresa se afilia al
sindicato, la empresa inmediatamente toma represalias y es despedido. Derecho
de negociación, porque nosotros en el año 2000 tuvimos el último pliego de
peticiones en la etapa de arreglo directo, no hubo acuerdo y hasta este momento
no hemos vuelto a presentar pliegos de peticiones por la inseguridad jurídica
que tenemos en el país.
--¿Trece años sin
poder presentar un pliego de peticiones?
--Llevamos 13 años que no presentamos pliego de
peticiones. Dentro del pliego tenemos un punto convencional y es que el aumento
salarial no debe ser inferior al 4,03% en el futuro. La empresa en 2011 nos
aumentó el 3,17% y en el año 2012, el 3,73%, violando la convención colectiva
de trabajo. Tenemos problemas con los permisos permanentes. Nosotros tenemos
por convención siete permisos permanentes para los directivos nacionales. Hoy
la empresa no quiere que nosotros seamos autónomos de estos permisos, sino que
quiere que los rotemos prácticamente que condicionados a los que la empresa
quiere que salgan. Otro punto convencional es el de las capacitaciones para los
trabajadores, con cursos trimestrales. La empresa no nos está otorgando estos
cinco permisos para los cursos trimestrales aduciendo que le tenemos que
entregar el horario, los profesores, dónde va a ser la capacitación, cuando la
convención colectiva lo único que dice es que con el solo hecho de notificar a
la empresa para estos permisos se entiende el notificado.
--Revelaba usted que
incluso por haber elaborado un audiovisual sobre el significado de esta empresa
y la forma como ella reprime a los trabajadores fueron denunciados penalmente…
--En el año 2007 fueron despedidos 26
compañeros trabajadores de Buencafé y trabajadores del Comité Departamental de
Cafeteros del Huila que hacían uso de un punto convencional según el cual,
cuando una persona tiene contrato a término fijo superior a un año, este
contrato se transforma a término indefinido. Los compañeros se sindicalizaron y
fueron despedidos. Nosotros elaboramos un video de denuncia que repartimos a la
prensa hablada y escrita. Por este video, por esta denuncia, nosotros hoy
afrontamos una denuncia penal ante la Fiscalía en Bogotá donde nos están acusando. Hasta
ahora no ha podido surtir efecto lo que la empresa ha pretendido con esta
denuncia.
--Ustedes también han
hecho una serie de demandas por ataques sufridos al ejercer el derecho
constitucional y legal de organizarse sindicalmente ¿Cuál ha sido la respuesta
de la empresa y cuál ha sido la actitud del Estado?
--La respuesta de la empresa es la normal de
todos los empresarios de este país: cuando uno denuncia se vienen los ataques
contra los directivos, contra las personas que manejan las organizaciones,
propuestas de arreglos, despidos, cambios de puestos de trabajo y la
persecución que ellos siempre han sabido hacer. Y de parte del Gobierno
colombiano, ninguna, porque estamos peleando contra un estado dentro del Estado
como lo es la Federación Nacional
de Cafeteros de Colombia, donde los dirigentes de la empresa salen de los
cargos de ella y son contratados en los más altos cargos públicos. Como ejemplo
tenemos a Juan Manuel Santos, quien fue empleado de la Federación, hoy
Presidente de Colombia; Sandra Moreli, ex empleada de la Federación, hoy contralora
general. Los asesores jurídicos que ha tenido la Federación salen para la Corte Suprema de Justicia, para
la Corte Constitucional,
salen para los tribunales. Entonces es difícil para los trabajadores pelear
contra este sistema que tienen montado la Federación y el Gobierno Nacional contra los
trabajadores colombianos.
--Ustedes también
denunciaban cómo la Federación ha querido acabar con el sindicato, que hay
alrededor de tres mil trabajadores y a ustedes los han perseguido tanto que en
este momento solo hay cerca de 300. ¿Cómo enfrentan esta situación, como hacen
para acercar la organización sindical a sus compañeros?
--Pese a la persecución antisindical hay
compañeros que tienen el valor y toman la decisión de sindicalizarse, pese a la
arremetida empresarial. En la empresa son alrededor de tres mil trabajadores
con contrato a termino indefinido y solamente 250 somos sindicalizados, pero
con la misma persecución, con el agravante de que la empresa a la gran mayoría
le aplica la convención colectiva y no le hacen los descuentos para la
organización sindical, esto hace que cada día nosotros económicamente estemos
mermados y no tengamos con qué afrontar tantos procesos y tantas demandas que
tendríamos que meter, porque la empresa no descuenta las cuotas sindicales de
ley y solamente nosotros trabajamos con los aportes de los compañeros
sindicalizados.
--O sea que
desarrollar la actividad sindical en la Federación Nacional
de Cafeteros es casi un acto quijotesco.
--Es un acto heroico porque representar el
número de trabajadores que tiene la Federación en donde todos se benefician de una
convención colectiva, pero no trabajamos sino las 250 personas que estamos
sindicalizadas, es un acto más que heroico y valedero para uno sentar su
posición donde quiera que asistamos en estos grandes eventos.
(*) Director
del periódico PARÉNTESIS, de Cali, Colombia.
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