Aspecto de la multitudinaria concentración presidida por Gustavo Petro en la Plaza de la Paz de la capital del Atlántico el jueves 27 de marzo de 2014. Foto: El Heraldo, de Barranquilla. |
Vamos por la constituyente popular
La movilización ciudadana que ahora promueve Petro es un respaldo
trascendental a los diálogos de La Habana, desde donde la insurgencia ha
reclamado la constituyente para que el pueblo representado en ella realice los
cambios que en materia de educación, salud, empleo, tierras, vivienda y
libertades, entre otros muchos, no harán la burguesía santista ni la lumpen
burguesía uribista en el Congreso elegido el 9 de marzo.
Por Luis Alfonso Mena S. (*)
La multitudinaria respuesta del pueblo barranquillero
a la convocatoria de Gustavo Petro demuestra que en la sociedad colombiana hay
grandes reservas morales y democráticas que la izquierda puede encauzar con un
frente amplio de lucha política que lidere las grandes transformaciones
sociales y económicas que el país requiere, y cuyo escenario es una asamblea
nacional constituyente de carácter popular.
Y así lo ha entendido Petro, quien luego de la
arbitraria destitución de la que fue objeto y que sólo la oligarquía más
recalcitrante y sus medios de comunicación saludaron, acude al pueblo, es
decir, al constituyente primario, y lo hace desde las regiones, porque sabe
que, entre otras cosas, Colombia es un país sometido por una clase dirigente
centralista que ha estancado el progreso nacional.