Un total de 29 países de la Organización de Estados Americanos, OEA, se solidarizó con el Gobierno venezolano, Sólo se opusieron Estados Unidos, Canadá y Panamá. (Foto tomada de laiguana.tv). |
Solidaridad con el pueblo venezolano y su gobierno
es un gran desafío para toda Nuestra América
“La violencia y los ataques a Venezuela son un ataque a todos los
gobiernos democráticos del continente. No es un hecho aislado, los intentos de
golpes de Estado avanzan con nuevas metodologías en América Latina. Han
intentado y fallado en Ecuador, Bolivia, Argentina y en la misma Venezuela en
el año 2002, pero han triunfado en Paraguay y Honduras donde EE.UU. expandió
sus bases militares”.
Por: Adolfo Pérez Esquivel (*)
Venezuela se encuentra amenazada por
intentos golpistas de la derecha latinoamericana y el gobierno de los EEUU, no
es algo nuevo y sobre esto ya no quedan dudas. Todos los países
latinoamericanos a través de la CELAC, la UNASUR, el Mercosur y el ALBA han
emitido pronunciamientos conjuntos reconociendo el intento de desestabilización
de la democracia venezolana, expresando su solidaridad y la necesidad de
diálogo.
La solidaridad con el pueblo
venezolano y su gobierno es un gran desafío para toda Nuestra América. Resulta
preocupante y dolorosa la intensidad de la violencia desatada, provocando
muertes, heridos y daños materiales.
El ex Presidente Hugo Chávez ganó sus
últimas elecciones por más de 10%. Como lamentablemente no pudo asumir a tiempo
se llevaron a cabo nuevas elecciones con observadores internacionales y no
quedaron dudas de la legitimidad del nuevo presidente. Ganó Maduro y una vez
más ganó el proyecto bolivariano iniciado por Chávez, porque las mayorías
venezolanas entienden que su país ha mejorado y es más igualitario.
En efecto, gracias a este proceso,
Venezuela por primera vez en su historia pudo ser dueña de sus propios recursos
petroleros y ponerlos al servicio del pueblo, del continente, e incluso de EEUU
cuando fue devastado por el huracán Katrina. Durante la última década, el
gobierno aumentó el gasto social en más de un 60,6% y hoy es el país de la
región con el nivel más bajo de desigualdad, después de haberla reducido en un
54%, y a la pobreza en un 44%. En Educación se ubica en el segundo en América
Latina y el quinto en el mundo con las mayores proporciones de estudiantes
universitarios. Ha construido más de 13.721 clínicas en barrios en los que
antes el Estado no iba y su sistema de salud pública alcanza unos 95.000
médicos. Ha construido más 500.000 viviendas, financiamiento del deporte, entre
otros logros.
Sin embargo algunos sectores de la
oposición (no toda) con intenciones golpistas, no se resignan a la derrota
electoral y tratan de alcanzar, a través de la violencia, lo que no pudieron
alcanzar en elecciones libres. El Presidente Nicolás Maduro en 10 meses al
frente del gobierno ha enfrentado permanentes acciones de desestabilización que
buscan destituirlo.
La violencia y los ataques a
Venezuela son un ataque a todos los gobiernos democráticos del continente. No
es un hecho aislado, los intentos de golpes de Estado avanzan con nuevas
metodologías en América Latina. Han intentado y fallado en Ecuador, Bolivia,
Argentina y en la misma Venezuela en el año 2002, pero han triunfado en
Paraguay y Honduras donde EEUU expandió sus bases militares.
Los medios de comunicación
corporativos y multinacionales como CNN, FOX y los de Europa, manipulan
información y difunden propaganda de guerra en nombre de la paz, y odio en
nombre de la libertad. Su negocio es demostrar que son fundamentales para poder
destituir a cualquier presidente, y así recibir mejores pagos del Departamento
de Estado Norteamericano. Pero los latinoamericanos ya sabemos que son un actor
político más, que defienden los intereses privados y de las grandes potencias,
con juegos de mentiras que provocan la suspensión de las conciencias.
Debemos aprender de la historia,
porque en el golpe fallido del año 2002 sucedió lo mismo y por eso es
considerado el primer golpe mediático de la historia. Esto quedó comprobado en
el documental “La revolución no será transmitida”, el cual recomiendo.
La Paz es una dinámica en las
relaciones entre las personas y los pueblos que no se regala, se conquista a
través de la Verdad, la Justicia y el respeto a los derechos humanos en la
construcción democrática.
Por un lado se deben investigar las
muertes de estudiantes en manos de encapuchados para que haya justicia por las
víctimas. Por otro lado apoyar el Plan de Paz y Convivencia Nacional que
Venezuela ha lanzado, con una masiva marcha popular, que busca la construcción
de la paz ciudadana y la lucha contra la criminalidad, fomentando el desarme de
la población y de las conciencias armadas.
En su discurso Maduro se expresó con
mucha claridad: “Aquel que se llegara a poner una camisa roja con la cara de
Chávez y sacara una pistola y agrediera a otro venezolano, ese no es chavista
ni revolucionario, irá a la cárcel igualmente”. No se ve a la oposición
haciendo lo mismo.
Realmente resulta muy vergonzosa la
campaña para llamar dictadura a Venezuela teniendo en cuenta que es el primer
país en la historia de los estados nación en instaurar y aplicar el sistema de
referéndum revocatorio en la mitad del período presidencial para fortalecer la
democracia. De hecho, cuando este se realizó en 2004, volvió a ganar Chávez,
tal como lo hizo en otras 13 elecciones desde 1998.
Si un día le toca perder alguna
elección a este gobierno, lo aceptará como lo hizo en su segundo intento de
reformar la constitución, pero nunca bajarán ni una de sus banderas porque los
bolivarianos seguirán trabajando por una Venezuela y una Patria Grande mejor.
La Revolución bolivariana, revolución de las urnas y de las calles, siempre
venció con la Ley y con la democracia, y así lo seguirá haciendo, eso es lo que
la vuelve tan peligrosa para algunos y tan necesaria para otros.
Por eso enviamos nuestra solidaridad
y apoyo al pueblo y gobierno venezolano para la defensa de sus instituciones
democráticas, de las políticas sociales, económicas y culturales alcanzadas a
través de la participación popular.
Bs. As. 22 de febrero de 2014
(*) Premio Nobel de la Paz.
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