LAS LECCIONES DE PERIODISMO DE UN CIUDADANO VASCO EN CARACAS
Por Luis Alfonso Mena S. (*)
El ciudadano español Agustín Otxotorena,
con mucha valentía, viene desenmascarando a la oligarquía venezolana con un
sencillo, pero, curiosamente, inédito ejercicio de reportería periodística que
ha mostrado los supermercados y tiendas de las clases media- alta y alta de
Caracas atiborrados de productos de consumo diario.
Las múltiples fotografías y testimonios
escritos difundidos por él en su muro de la red virtual Facebook no están
dirigidos a desconocer las dificultades que atraviesa el pueblo venezolano,
sometido al acaparamiento, la escasez, la especulación y la carestía en el
marco de una guerra económica desatada por la élite burguesa como estrategia
para derrocar al presidente constitucional, Nicolás Maduro.
Lo que sus denuncias buscan es dejar en
evidencia que esas clases adineradas, que realizan una campaña diaria y
sistemática afirmando que “aguantan hambre y múltiples necesidades”, en
realidad viven mejor que sus pares en Europa.
La escasez y la carestía la generan esas
clases para los de abajo, mientras ellas disfrutan de todo, con opulencia, arrogancia y cinismo.
Con total claridad, Otxotorena,
empresario vasco residenciado en Caracas desde hace más de diez años, hace un
diagnóstico de lo que ocurre en la patria de Simón Bolívar, y documenta cómo,
por ejemplo, la principal empresa de alimentos allí, la Polar, tiene como
negocio reclamar dólares al Gobierno para importar insumos que se niega a producir
en el país, dólares que luego esconde en gran proporción y, de contera, genera
escasez y desesperanza en el pueblo.
Lo único con lo que cuenta el ciudadano
vasco es con un teléfono ‘inteligente’, con el que toma decenas de fotografías,
y un muro en Facebook en el que cuelga sus reportajes gráficos y sus
testimonios, los mismos que desde hace tres semanas (finales de mayo de 2016)
han desatado la ira de la burguesía venezolana y de muchos de sus propios
amigos, residentes en las zonas adineradas que frecuenta en Caracas.
Otxotorena les está dando una lección de periodismo a muchos en Venezuela, pues lo que él muestra es una realidad con la que se topan todos los días los caraqueños en amplias zonas del Este de la ciudad, pero que permanecía oculta, sin que a ningún periodista le interesara visibilizar, a pesar de ser tan evidente, reveladora y significativa en el contexto social, económico y político del país.
En el fondo de ese silencio, que es más
que descuido o negligencia, lo que se oculta es la mordaza impuesta para evitar
desenmascarar la doble faz de la oligarquía de ese país, que habla de que “aguanta
hambre”, aunque la verdad es que vive a
cuerpo de rey.
Pero el fenómeno va más allá, pues los
medios internacionales no han faltado a la cita con la censura: el periódico
español ABC, por ejemplo, colgó en su página en Internet una información sobre
las denuncias de Otxotorena, la misma que dos horas después descolgó y censuró
sin dar explicación alguna.
De la emisora W Radio de Colombia lo
contactaron para entrevistarlo, al notar la enorme repercusión de sus revelaciones,
lo auscultaron previamente para conocer su pensamiento, le prometieron que lo
llamarían luego para entrevistarlos y jamás se volvieron a comunicar con él:
esto se llama censura previa, mordaza desde la preproducción periodística.
Incluso, el ciudadano español ya está en
la mira de violentos de la oposición de derecha en Caracas, que lo han
amenazado, ciegos de odio y fanatismo.
Pero como buen vasco, Otxotorena dice:
"A mí nadie me va a callar".
Quienes quieran conocer su trabajo
testimonial, pueden visitar su muro en Facebook:
Y en esta misma
edición de PARÉNTESIS, reproducimos uno de los testimonios de Otxotorena, una
respuesta a decenas de sus amigos en España que le pedían explicar el porqué de
lo que ocurre en Venezuela.
(*) Editor del periódico alternativo PARÉNTESIS.
Jamundí,
Valle del Cauca, Colombia, lunes 13 de junio de 2016
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