miércoles, 4 de julio de 2012

Análisis. Lo que dijeron las elecciones del 1 de julio en el Valle



La imagen captada en el puesto electoral del Coliseo del Pueblo el domingo 1 de julio habla por si sola. (Foto: Oswaldo Paez, tomada del Elpais.com.co).

 El voto de la rebeldía y
 el triunfo de las maquinarias

Los partidarios del voto en blanco, acompañados de la oposición política, tienen el deber de ejercer veeduría sobre el desarrollo del gobierno de Delgado, de exigir decencia en el Palacio de San Francisco y de propugnar por correctivos básicos a la crisis fiscal y social de la región. De otra manera la participación electoral consciente de los casi 133.000 sufragantes en blanco constituiría uno más de los tantos despilfarros de expectativas políticas que han existido en nuestro país.
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El ex senador conservador Ubeimar Delgado Blandón fue elegido este domingo 1 de julio nuevo gobernador del Valle con los votos de apenas el 8% del potencial electoral del departamento y en medio de una abstención histórica del 80%.

La escogencia del veterano político les facilita a los grupos de poder tradicionales y oligopólicos del Valle del Cauca la recuperación del bastión perdido durante dos períodos seguidos con Juan Carlos Abadía y Héctor Fabio Useche, portavoces de la clase política emergente, pero lo deja en una crítica situación de ilegitimidad, al contar con un respaldo electoral exiguo en términos porcentuales.


Veamos las cifras que constatan lo anterior: de 3.139.172 personas habilitadas para votar en el Valle del Cauca, sólo sufragaron por Delgado 262.496, de una votación total de apenas 609.296 papeletas. [1]

Se dirá que son elecciones atípicas y que por serlo no existe predisposición de la ciudadanía para ir a las urnas. Sin embargo, el desplome de la participación fue de más del 30% en comparación con los comicios de octubre de 2011, cuando votó el 51% del censo electoral. [2]

Contrasta este resultado fáctico con la respuesta de la población rebelde que expresó su repudio al régimen de corrupción en la región con el voto en blanco, el cual, a pesar de la abstención, duplicó su participación porcentual y pasó del 11% en los comicios del 30 de octubre de 2011 al 22,58% este 1 de julio, con 132.906 votos.

Lo anterior demuestra que el voto en blanco fue una postura consciente de protesta de la comunidad vallecaucana y de rechazo al estado de corrupción instaurado por la clase dirigente bicéfala en la Gobernación.
              
La importancia política del voto en blanco en Cali y el Valle no podrá ser desconocida en lo sucesivo por los políticos tradicionales y tampoco por los sectores de izquierda que no lo acompañaron y que, por el contrario, lo situaron de manera equivocada como uno de sus principales adversarios en esta contienda.

El voto en blanco fue la segunda votación en Cali con 80.765 partidarios, por encima de la maquinaria millonaria del MIO-PIN que patrocinaba a Francined Cano, y a sólo 9.553 votos de la otra maquinaria millonaria, la de la Unidad Nacional santista de Ubeimar Delgado, que obtuvo 90.318 votos en la ciudad. [3]

En Jamundí, otro municipio importante para el entorno de la capital del departamento, se registró un fenómeno parecido aunque, obviamente, en menor escala. [4]

Lo cierto es que el voto en blanco fue una reacción poblacional heterogénea que no le pertenece a nadie en específico, pues contó con centenares de impulsores espontáneos y con promotores desde la intelectualidad, el periodismo independiente y organizaciones sociales y políticas.

Entre estas últimas estuvieron colectivos del Polo Democrático Alternativo del Valle que, sin renunciar a este frente de izquierda, reivindicaron su derecho al disenso. Lo ocurrido el 1 de julio les dio la razón en su lectura correcta del momento político.

¿Qué sigue ahora? No hay duda de que los problemas que enfrenta el Valle no se limitan a la falta de ética pública en la Administración Departamental, pero la misma gravita en casi todos ellos. Así que la lucha por transparencia real será el primer foco que deberán encender quienes pugnaron porque el 1 de julio se iniciara un cambio radical.

Los partidarios del voto en blanco, acompañados de la oposición política, tienen el deber de ejercer veeduría sobre el desarrollo del gobierno de Delgado, de exigir decencia en el Palacio de San Francisco y de propugnar por correctivos básicos a la crisis fiscal y social de la región.

De otra manera la participación electoral consciente de los casi 133.000 sufragantes del voto en blanco constituiría uno más de los tantos despilfarros de expectativas políticas que han existido en nuestro país, sin resultados tangibles después de la fase del entusiasmo. O si no, que lo diga el Partido Verde.

La amplia coalición de carpas políticas (Partido de la U. Cambio Radical, Partido Liberal, Partido Conservador, Partido Verde, ASI, Aico) no le augura a Delgado una conformación fácil de su equipo de gobierno. ¿Habrá espacio para tantos intereses?
A la respuesta deben estar atentos los ciudadanos que sufragaron en rebeldía, pues desde ahora veremos desfilar por el centro de Cali nuevas clientelas camino de la Plazoleta de San Francisco.

Y un hecho adicional clave: más allá del proceso judicial actualmente en marcha relacionado con la banda criminal que ofrecía un “portafolio” corrupto para torcer los resultados electorales del domingo 1 de julio, a los vallecaucanos decentes les corresponde exigir y supervisar una investigación a fondo del históricamente cuestionado sistema electoral colombiano. Ese es otro reto ético de la contemporaneidad regional y nacional inaplazable.

Notas
[1] Los resultados en el Valle, escrutado el 99,74% de las 6.626 mesas instaladas, fueron:
1. Ubeimar Delgado: 262.496 votos (44,59%).
2. Francined Cano: 170.031 (28,85%).
3. Voto en blanco: 132.906 (22,58%).
4. Carlos González: 23.254 votos (3,95%).

[2] El 30 de octubre de 2011 sufragaron 1.575.885 personas y el vencedor obtuvo 454.897 votos.

[3] Los resultados en Cali, escrutado el 100% de las mesas instaladas en la ciudad, fueron: 1. Ubeimar Delgado: 90.318 votos;
2. Votos en blanco: 80.765;
3. Francined Cano: 48.671;
4. Carlos González: 13.178.

[4] En el municipio de Jamundí el voto en blanco también fue la segunda votación:
1. Ubeimar Delgado: 6.808 votos.
2. Voto en blanco: 3.528.
3. Francined Cano: 3.507.
4. Carlos González. 488.

(*) Director del periódico alternativo PARÉNTESIS, de Cali, Colombia.

Cali, domingo 1 de julio de 2012.

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