Caricatura tomada de olca.cl |
Rio más
20
Parece que el cinismo de los países poderosos anuló las
aspiraciones de los ambientalistas serios que, preocupados por el deterioro de
los recursos naturales y el calentamiento progresivo del planeta se habían
trasladado a Brasil para debatir las alternativas para un desarrollo acorde con
el mantenimiento equilibrado de la naturaleza.
Por Alberto Ramos G. (*)
La ONU y las
cumbres sobre la problemática mundial han discutido y detectado los factores entrópicos
que causan más daño a los recursos naturales, pero no se corrigen ni enmiendan
en la proporción necesaria para evitar a alteración del cambio climático. Río
más 20 es una elipsis de 20 años después de la Cumbre de Río, y en medio de
estas dos cumbres, las de Johannesburgo, Montreal, Kyoto, Poznan, Bali,
Copenhague, pero sigue la renuencia de
países altamente industrializados para
disminuir el uso de los combustibles fósiles, causantes del calentamiento
global. La crisis financiera internacional puede repercutir con más daños a la
naturaleza: para ganar depredan.
El modelo de
desarrollo neoliberal ha llevado a la depredación de la naturaleza. Y la acumulación de riquezas ha empobrecido a
vastos sectores poblacionales del tercer mundo. Se debe aumentar la productividad de los suelos para llegar a la seguridad
alimentaria. La pobreza también se vuelve enemiga de la naturaleza porque la
necesidad lleva a las personas al rebusque, a talar los bosques, a invadir
laderas interrumpiendo cursos de agua, y a contaminar los ríos viviendo en las
orillas de los mismos, como se contamina desde las ciudades que no tienen Ptar
o alcantarillado completo, es decir, obras de saneamiento.
Si no se
corrigen y frenan algunas conductas de los industriales y los transportadores,
entre otros sectores de la economía, los daños serán mayores por la afectación
de la atmósfera. El calentamiento global ya no es el coco anunciado para
asustar a los que no tienen producción limpia, es un coco real que ha producido
inmensas catástrofes.
La sociedad
civil internacional y el conjunto de las ONG ambientales esperaban otra clase
de aprobación para que el documento final titulado “el futuro que queremos”,
fuera alentador. Las declaraciones y pactos de estas cumbres mundiales sirven
para suscribir tratados, de allí luego surgen las leyes internas. Prácticamente
las decisiones de fondo se aplazaran para el año 2014 cuando el daño
atmosférico habrá aumentado. El planeta tierra necesita que la ONU dé e imponga
los parámetros hacia una economía verde, contraria a la economía destructiva
que llevamos.
Parece que
el cinismo de los países poderosos anuló las aspiraciones de los ambientalistas
serios que, preocupados por el deterioro de los recursos naturales y el
calentamiento progresivo del planeta se habían trasladado a Brasil para debatir
las alternativas para un desarrollo acorde con el mantenimiento equilibrado de
la naturaleza. El representante de Greenpeace, Daniel Mittler, dijo, "Los
países ricos han creado una nueva definición de hipocresía. Vinieron sin dinero
y sin compromisos y pidieron acción, como si no fueran ellos los que
obstaculizan el progreso. Dieron dinero a los bancos gananciosos, gastan un
billón de dólares en subsidios perjudiciales y dicen que no tienen dinero para
el desarrollo sostenible".
(*) Ex procurador ambiental del Valle, profesor de
derecho ambiental en las universidades Libre y USC.
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