miércoles, 4 de julio de 2012

Opinión. Qué pasó en la Cumbre de Brasil



Caricatura tomada de olca.cl
 Rio más 20

Parece que el cinismo de los países poderosos anuló las aspiraciones de los ambientalistas serios que, preocupados por el deterioro de los recursos naturales y el calentamiento progresivo del planeta se habían trasladado a Brasil para debatir las alternativas para un desarrollo acorde con el mantenimiento equilibrado de la naturaleza.

Por Alberto Ramos G. (*)
La ONU y las cumbres sobre la problemática mundial han discutido y detectado los factores entrópicos que causan más daño a los recursos naturales, pero no se corrigen ni enmiendan en la proporción necesaria para evitar a alteración del cambio climático. Río más 20 es una elipsis de 20 años después de la Cumbre de Río, y en medio de estas dos cumbres, las de Johannesburgo, Montreal, Kyoto, Poznan, Bali, Copenhague,  pero sigue la renuencia de países altamente industrializados  para disminuir el uso de los combustibles fósiles, causantes del calentamiento global. La crisis financiera internacional puede repercutir con más daños a la naturaleza: para ganar depredan.

El modelo de desarrollo neoliberal ha llevado a la depredación de  la naturaleza. Y  la acumulación de riquezas ha empobrecido a vastos sectores poblacionales del tercer mundo. Se debe aumentar  la productividad de  los suelos para llegar a la seguridad alimentaria. La pobreza también se vuelve enemiga de la naturaleza porque la necesidad lleva a las personas al rebusque, a talar los bosques, a invadir laderas interrumpiendo cursos de agua, y a contaminar los ríos viviendo en las orillas de los mismos, como se contamina desde las ciudades que no tienen Ptar o alcantarillado completo, es decir, obras de saneamiento.


Si no se corrigen y frenan algunas conductas de los industriales y los transportadores, entre otros sectores de la economía, los daños serán mayores por la afectación de la atmósfera. El calentamiento global ya no es el coco anunciado para asustar a los que no tienen producción limpia, es un coco real que ha producido inmensas catástrofes.

La sociedad civil internacional y el conjunto de las ONG ambientales esperaban otra clase de aprobación para que el documento final titulado “el futuro que queremos”, fuera alentador. Las declaraciones y pactos de estas cumbres mundiales sirven para suscribir tratados, de allí luego surgen las leyes internas. Prácticamente las decisiones de fondo se aplazaran para el año 2014 cuando el daño atmosférico habrá aumentado. El planeta tierra necesita que la ONU dé e imponga los parámetros hacia una economía verde, contraria a la economía destructiva que llevamos.

Parece que el cinismo de los países poderosos anuló las aspiraciones de los ambientalistas serios que, preocupados por el deterioro de los recursos naturales y el calentamiento progresivo del planeta se habían trasladado a Brasil para debatir las alternativas para un desarrollo acorde con el mantenimiento equilibrado de la naturaleza. El representante de Greenpeace, Daniel Mittler, dijo, "Los países ricos han creado una nueva definición de hipocresía. Vinieron sin dinero y sin compromisos y pidieron acción, como si no fueran ellos los que obstaculizan el progreso. Dieron dinero a los bancos gananciosos, gastan un billón de dólares en subsidios perjudiciales y dicen que no tienen dinero para el desarrollo sostenible".

(*) Ex procurador ambiental del Valle, profesor de derecho ambiental en las universidades Libre y USC.

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