Indignados contra Santos
y el capitalismo voraz
La corrupción en el Estado, la reforma universitaria, el ataque a la tutela con la llamada sostenibilidad fiscal, entre otros fenómenos, sólo pueden tener una respuesta: la acción organizada de los sectores populares. Y en el mundo, los Indignados se levantan contra la voracidad del capital.
Mientras las protestas mundiales contra el sistema financiero van en aumento, alcanzando incluso las puertas del mítico Wall Street, Colombia sigue sentada sobre una bomba de tiempo que pareciera estar siempre a punto de estallar.
Descaradamente el Departamento Nacional de Planeación ubicó el límite de pobreza en $190.000, y entre tanto nuestro honorable Presidente del Senado se rasgaba sus vestiduras porque los $21 millones que devenga mensualmente no le alcanzan para costear la gasolina que consumen las dos camionetas que el Estado le asigna junto con su servicio de escoltas.
Como si esto fuera poco, la reforma a Ley 30 de 1992 continúa amenazando la existencia de la educación pública en Colombia, cuando en países como Argentina y Venezuela la educación e incluso el transporte para los jóvenes educandos están garantizados.
En nuestro país la corrupción ha terminado por permear las estructuras más vitales de la sociedad. Desde el simple administrador de una unidad residencial hasta las más altas esferas del Estado se ven envueltos en escándalos cada vez mayores. La corrupción en el sector privado alcanza límites insospechados.
Los más osados se rebelan y se lanzan a la calle en pos de hacer valer sus derechos. Los obreros de Pacific Rubiales, en el Meta; los campesinos de Tarazá, en Antioquia, y los cabildos indígenas en el Cauca, Valle y Tolima son vivo ejemplo de quienes levantan su voz contra las cifras mentirosas de los que ocultan la realidad social de un país desempleado, enfermo y sometido a los caprichos de una oligarquía cada vez más voraz.
Y mientras todo esto sucede, ¿dónde está el presidente Juan Manuel Santos? Arrodillado ante los Estados Unidos vendiendo su dignidad a cambio de la aprobación del TLC, dando al imperio del norte su apoyo en contra del reconocimiento del Estado palestino, que lleva más de 60 años soportando los abusos y masacres cometidos por los invasores Israelíes.
Mientras Santos trata de no pisarle los tres huevitos a su antecesor, Álvaro Uribe, y de mantener los altos índices de popularidad heredados en parte del gobierno anterior, a espaldas del pueblo se planeó la muerte de la acción de tutela a manos del Acto Legislativo No. 03 de 2011, que antepone los intereses económicos del Estado y de los pulpos de las EPS a los de la población.
Como decían en un clásico programa mexicano: “¡Oh!, y ahora, ¿quién podrá defendernos?” Sólo la protesta social organizada podrá hacerlo.
Y es lo que han entendido miles de estudiantes que en las calles han rechazado la reforma universitaria neoliberal de Santos.
Y también lo que se vive en los llamados países desarrollados, donde decenas de miles de personas en EE.UU. y Europa rechazan el poder mafioso de las corporaciones financieras e industriales del capitalismo, que se enriquecen a costa de la miseria del mundo.
Las gráficas que acompañan este artículo fueron captadas por William Carmona el 14 y el 15 de octubre en la ciudad de New York, Estados Unidos, durante las masivas protestas de los Indignados.
Fueron tomadas en bajo Manhattan, Washington Square y Times Square.
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