Informe. Denuncian despidos de trabajadores

Crisis en la Fundación 

Universidad del Valle

Una serie de despidos de personal administrativo de la Fundación Universidad del Valle genera alarma, no sólo porque se consideran injustos, sino porque el rector estaba en campaña de reelección.

La Fundación Universidad del Valle, que en el año 1992 fuera creada como la Fundación General de Apoyo a la Universidad del Valle con el objeto de promocionar financiar, comercializar y administrar actividades docentes, investigativas, de extensión, de desarrollo y de difusión cultural y deportivas, cambió su rumbo y su horizonte para convertirse en una empresa con ánimo de lucro y dedicarse a celebrar todo tipo de contratos y convenios con entidades públicas de manera directa, sin acudir a los procesos de licitación, concursos y selecciones establecidos en la Ley 80 de 1993.

 Fue así como en el año 2009 su Consejo Directivo decidió modificar los estatutos de la entidad, para hacerla más competitiva en el sector oficial y atemperarse a las nuevas disposiciones en materia de contratación pública, cambiando incluso su nombre, dejando de ser la Fundación General de Apoyo para convertirse en la Fundación de la Universidad del Valle, cuyo objeto principal es la producción, comercialización, promoción y administración de todo tipo de bienes y servicios, así como la consultoría, asesoría, auditoria y la interventoría.

Hoy en día dicha fundación se dedica a construir escuelas, edificios, realizar diseños, ‘outsorcing’ de personal, venta de computadores y todo tipo de bienes muebles, realizar consultorías, etcétera.

Entidades públicas como el Instituto Nacional de Vías, Invías,  buscan a la Fundación para la realización de todo tipo de proyectos, como las obras de dragado de mantenimiento del canal de acceso al puerto de Buenaventura, interventoría de obra en el departamento de Antioquia, estudios del Túnel de la Línea y contratación de personal de prestación de servicios para apoyar la misión del Instituto en Bogotá.

Caprecom la contrató para realizar el reforzamiento estructural de las sedes administrativas de Bogotá y Cormagdalena, para hacer la interventoría de obras de dragado en Magdalena y Atlántico.

En consecuencia, surgen preguntas tales como: ¿qué hace una fundación de Cali, otrora creada para servir de apoyo a actividades docentes, investigativas, de extensión, de desarrollo y de difusión cultural y deportiva, que los organismos de gobierno del alma máter consideraban debían ser apoyadas, realizando ahora todo tipo de servicios y obras en ciudades donde no tiene sedes? ¿Por qué entidades como el Invías, Cormagdalena y Caprecom no contratan los servicios de empresas radicadas en las ciudades donde prestan sus servicios? ¿Qué beneficios le aporta a cada una de estas entidades contratar con una fundación caleña? ¿Cuenta la Fundación con personal calificado e idóneo para desarrollar dichos proyectos?

En el mes de mayo del presente año el Consejo Directivo, donde figuran personalidades como el Rector de la Universidad del Valle, varios decanos y un vicerrector, así como el Director de Planeación Departamental, ordenó la realización de una auditoria forense, porque al parecer se encontraron algunos manejos irregulares en el ingreso de recursos de varios proyectos. Sin embargo, a la fecha los resultados de la auditoría no han sido socializados ni puestos en conocimiento de las autoridades respectivas.

Masacre laboral

Lo que sí se conoce, según fuentes de entero crédito que pidieron reserva de sus identidades, es que se está llevando a cabo lo que calificaron como una masacre laboral, pues todos los directivos de la Fundación fueron sometidos a procesos internos con el ánimo de solicitarles la renuncia, y aquellos que no quisieron dimitir fueron despedidos sin ninguna indemnización, lo que agravaría la crisis financiera de la entidad de llegarse  a presentar demandas laborales.

Según las mismas fuentes, al parecer la Fundación atraviesa una profunda crisis financiera y administrativa que no se quiere dar a conocer, a pesar de que algunos miembros del Consejo Superior de la Universidad del Valle han tenido que recurrir a presentar derechos de petición para obtener información, sin que se les haya despachado favorablemente sus peticiones. Por el contrario, se ha negado sistemáticamente la entrega de la información.

Aquí surgen más interrogantes: ¿ante el retiro del personal administrativo, cómo se está manejando la entidad, si la memoria y la historia se fueron con los empleados? ¿El Consejo Directivo autorizó a su Director Ejecutivo emprender esta masacre laboral? ¿Cómo se ha surtido el proceso de selección de las personas que están reemplazando a las salientes, qué perfiles tienen, cuál es su experiencia?

A pesar de que la Fundación de la Universidad del Valle no se encuentra sometida a la Ley de Garantías Electorales, sí lo está la Universidad del Valle y, sobre todo, en las semanas recientes, cuando se llevó a cabo la elección del rector del Alma Máter, luego de la cual Iván Enrique Ramos, presidente del Conejo Directivo de la Fundación, fue reelegido por  segunda vez.

Conocedores del tema creen que este no era el momento para iniciar un proceso de desvinculación de los empleados de la Fundación, pues las vacantes generadas pudieron ser objeto de acuerdos burocráticos con ánimos reeleccionistas, teniendo en cuenta que Ramos preside su Consejo Directivo.