Trabajadores de Andina de Herramientas cuando concedían declaraciones a PARÉNTESIS en la sede de Sintraime, en Cali. (Foto: Luis Alfonso Mena S.). |
La
resistencia de los obreros de Andina de Herramientas
Por Luis Alfonso Mena
S. (*)
Nueve
trabajadores de la empresa Andina de Herramientas resisten por estos días el
cierre de la empresa que dejó en la calle a 391 de sus compañeros (entre
permanentes y temporales), quienes hasta el 24 de agosto laboraban en la
multinacional, una más que clausura sus puertas en Cali.
De
los nueve, ocho hacían parte del sindicato de base que en total contaba con 57
miembros y ha sido objeto de la ofensiva de la empresa que ofreció arreglos
económicos para acabar con la organización gremial, a los que sucumbió la
mayoría.
Reunidos
en la sede del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria
Metalmecánica, Sintraime, organización que es solidaria con ellos, seis de los
sobrevivientes de la debacle laboral denuncian el acoso del que han sido objeto
por parte de los directivos de la empresa con el fin de que “arreglen” y se
sometan a sus condiciones económicas.
Relegados
a una oficina de asesores de Andina de Herramientas, los obreros afirman que no
cederán porque están defendiendo su derecho al trabajo, a la estabilidad
laboral reforzada y, además, porque exigen que se les reconozcan las
enfermedades que padecen, adquiridas en el desarrollo de su trabajo en la
empresa.
En
ello coinciden John Jairo Viveros, Jhon Castro, Dúber Gómez, Eladio Hernández,
Flavio Ortiz y Fernando Vásquez, quienes expresaron a PARÉNTESIS su determinación de
resistir y no ceder a las pretensiones de la empresa.
Dúber
Gómez, por ejemplo, tiene problemas de movimientos en una de sus manos por una
cortada que sufrió en desarrollo de una de sus jornadas laborales, mientras que
Flavio Ortiz fue operado de una hernia discal y de la ruptura del manguito
rotador, afecciones por las que tiene incrustados cuatro tornillos
transpediculares y dos barras longitudinales.
“La
ARL protege a la empresa y dice que la enfermedad la adquirí en la calle,
aunque, en realidad, la contraje en la empresa, pues mi labor consistía en
levantar pesos de 60 y 80 kilos”, explica el trabajador.
Eladio
Hernández tiene problemas de tendinitis y John Jairo Viveros fue operado del
manguito rotador, problemas heredados, según sus denuncias, de las funciones
que cumplían en la fábrica de herramientas.
Los
obreros sostienen que debido a los problemas físicos que los afectan no pueden
conseguir trabajo en otras empresas, pues en los exámenes médicos respectivos
les detectan las limitaciones y de inmediato son rechazados.
Denuncian
también que la empresa, cerrada el 24 de agosto, no tenía permiso del
Ministerio de Trabajo para tal procedimiento, se niega a reubicarlos y solo
ofrece un arreglo económico que es “pan para hoy y hambre para mañana”.
Andina
de Herramientas SAS es subsidiaria en Colombia de la multinacional Apex Tool
Group, e inauguró en febrero de 2014 un centro de acopio en la zona industrial
Acopi de Yumbo, un edificio de tres mil metros cuadrados construido con una
inversión de $2.200 millones.
Lo
extraño es que después de una inversión tan alta, sus directivos decidan cerrar
la empresa, tal como ocurrió con otras factorías en Cali, como llantas
Michelín, la multinacional de alimentos Kraft Foods Colombia y, más recientemente,
Chiclets Adams.
De
acuerdo con los trabajadores de Andina de Herramientas, “hay una epidemia de
cierres de empresas” y recuerdan que la empresa cubría ampliamente el mercado
de las marcas Collins, Stanley y Atila y fabricaba espátulas, destornilladores,
seguetas, limas y otros productos.
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